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30 abril 2007

Alternativa al laicismo.

LA RELIGIÓN EN LA ESCUELA

Queridos Hermanos y amigos: paz y bien.

¿En qué órgano de nuestro cuerpo se esconde la alegría? No lo supo decir, porque recordaba que tantas veces todo su cuerpo cantaba de gozo. ¿Y podrías decirme de qué color es el amor? Del todo ruborizado por tan insólita pregunta, tampoco supo responder. Entonces... no existen ni la alegría ni el amor, si no sabes dónde anidan, qué color tienen, ni quién les da cobijo o se atreve a dibujarlos. Y se quedó así, como mudo, sin respuesta, totalmente pensativo.

Aquel maestro lleno de sabiduría que conocí en Italia, hablaba así a los jóvenes, a sus padres, planteándoles el sentido religioso de la vida. Y citaba autores que no siendo públicamente creyentes, sin embargo dejaban en sus poemas la evidencia más veraz de que en nuestro corazón hay siempre un reclamo, que si no lo censuramos o nadie nos lo censura, nos lleva hasta la misma pregunta por Dios. Mucho antes lo dijo el gran San Agustín en sus célebres Confesiones: “nos hiciste, Señor, para ti, e inquieto estará nuestro corazón hasta que descanse en ti”.

Sí, somos un corazón inquieto. Lo decía el poeta Cesare Pavese “¿alguien nos ha prometido nunca nada? Entonces, ¿por qué esperamos?”. Aparentemente nadie nos promete nada, pero nuestro corazón no cesa de esperar: todos esperamos tantas cosas, que luego no coinciden con lo que nos brindan los paraísos del poder, el dinero y el placer (T.S. Eliot). Y a pesar de ser una y otra vez burlados, chantajeados, engañados, hay un reducto de nuestra alma que no se rinde y vuelve a soñar, y se atreve a seguir esperando lo que su corazón inquieto le canta como el pálpito de la belleza, de la bondad y de la verdad para la que hemos nacido, esas que coinciden con la entraña de Dios.

De todo esto habla la asignatura de Religión Católica: educar esta inquietud, acompañar esa espera, ayudar a descubrir que la promesa de Dios es lo más correspondiente con las exigencias más nobles de nuestro corazón.

Un niño o un joven que no ha tenido esta educación, tendrá menos posibilidades para ver la realidad con todos los factores que la componen. Y habrá que suplir esa terrible carencia con cuanto pueda embotar su mirada y okupar como un okupa su corazón: demasiadas cosas superfluas, inútiles o incluso nocivas. La asignatura de Religión es una oportunidad para crecer en humanidad, para ser más y mejor persona, porque nos pone delante esas exigencias de belleza, bondad y verdad que realmente nos hacen libres y nos permiten amar. Por este motivo, un año más, animo a los padres que tienen hijos en edad escolar, y a los mismos jóvenes, a que escojan la asignatura de Religión.

En otro momento me referiré a algunas dificultades que tenemos por las alternativas laicistas contra la Religión, que pretenden desenraizar a Dios y al cristianismo con otras materias abusivas que pueden terminar siendo una manipulación de la ciudadanía. Ellos saben por qué, con sus objetivos y sus calendas. Todo esto es cierto y mucho más. Hoy tan sólo quiero animar a padres y a los mismos jóvenes: no privéis a vuestros hijos, no os privéis vosotros mismos, de una materia que con respeto, belleza, bondad y verdad, ayudará a que las personas sean formadas integralmente, sin ninguna mutilación ideológica. Sólo ellos serán más libres. Sólo ellos sabrán dónde está el gozo y qué color tiene el amor, porque Dios es el discreto cómplice de los latires mejores de su inquieto corazón.

Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm

Obispo de Huesca y de Jaca

22.04.2007

27 abril 2007

IV Domingo de Pascua

DOMINGO IV DE PASCUA

29 de abril de 2007 (ciclo C, año impar)



Primera lectura
Sabed que nos dedicamos a los gentiles

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 14. 43-52

En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.

Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios.

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:

—«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra. »

Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.

Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 99, 2. 3. 5 (R/.: 3c)

R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

O bien: Aleluya.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.

Segunda lectura
El Cordero será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas

Lectura del libro del Apocalipsis 7, 9. 14b-17

Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.

Y uno de los ancianos me dijo:

— «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.

Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo.

El que se sienta en el trono acampará entre ellos.

Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.

Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.»

Palabra de Dios.

Aleluya
Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor —dice el Señor—,
conozco mis ovejas, y las mías me conocen.

EVANGELIO
Yo doy la vida eterna a mis ovejas

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:

— «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.

Yo y el Padre somos uno.»

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

En un lugar del Evangelio se nos dice que Jesús sintió lástima de la gente porque vio que vivían desorientadas, como ovejas que no tienen pastor.

Hoy, podemos sentir una sensación semejante. Porque en la sociedad en que vivimos hay mucha gente –demasiada gente– que vive desorientada, confundida, mareada, sin rumbo, sin ideales, sin una meta en la vida. Demasiada gente vive hoy como ovejas sin pastor.

Los cristianos no tenemos este problema o, al menos, no debemos tenerlo. Porque nosotros sí tenemos un Pastor, nosotros sí conocemos el Camino, la Verdad y la Vida: CRISTO, EL SEÑOR. El es la luz que brilla en medio de las tinieblas de este mundo. El es la luz que debe brillar en tu vida, que debe guiar tu historia.

Ser cristiano es tener como único Maestro a Jesús, es tener sus mismos sentimientos y actitudes, vivir como vivió Él, aceptar su escala de valores, rechazar el sistema de valores que te propone el mundo y tratar de vivir cada día como Jesús.

La Palabra de Dios de este Domingo nos lo manifiesta con claridad a través de la bella imagen del pastor y las ovejas: Jesús es el Pastor, nosotros las ovejas. La oveja es símbolo de la mansedumbre, de la docilidad, del dejarse guiar por el pastor; en contraposición con la “cabra”, que “tira al monte”, que es rebelde, independiente, que va a la suya. El verdadero cristiano ha de ser oveja, ha de ser manso, dócil; ha de dejarse guiar por el pastor, ha de ser obediente al pastor, ha de confiar en él porque sabe que el pastor quiere lo mejor para las ovejas.

Cristo es el Pastor. Él es el que guía al rebaño, el que le marca el camino. El que cuida del rebaño y lo protege, el que le da el alimento y se preocupa de que las ovejas estén sanas.

Por eso hoy es necesario que te preguntes si estás siendo un buen discípulo. Y para contestar a esta pregunta nada mejor que revisar si eres dócil para dejarte guiar por Jesús, si escuchas su enseñanza y la de la Iglesia, si intentas vivir cada día como Él quiere que lo hagas. A pesar de tus fallos. Los fallos tienen poca importancia siempre que tengas la voluntad firme de corregirlos, siempre que intentes superarte, haciendo todo lo posible para ello.

¿Vives desorientado? ¿Cuáles son tus ideales? ¿Sigues al Pastor? ¿Quieres seguirle de verdad? ¡Animo! Aunque estés lejos, el Pastor te quiere, te espera, te busca... ¡Déjate encontrar y síguele! ¡Vale la pena! ¡Atrévete! El Buen Pastor, que te ama más que nadie, quiere lo mejor para ti.

Compromiso semanal

Reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas, y revisa cómo estás viviendo tu misión pastoral. Revisa si estás siendo dócil al Señor.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 13, 14. 43-52. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

San Pablo constata que la evangelización está unida a la persecución. Cada vez que se dirige a los judíos, encuentra oposición. Si la gran mayoría de los judíos rechaza la fe, y no se consideran dignos de la vida eterna, anunciará el Evangelio a los paganos. En contraste con el rechazo de los judíos, la lectura subraya la alegría de los gentiles, que alaban y difunden la Palabra por la región. Semejante alegría es una invitación a la alegría de todos nosotros, y un estímulo para que también alabemos los planes de Dios, que hace que todo sirva para el bien de los que lo aman.

Salmo 99, 2-5. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

La resurrección de Jesucristo es una maravilla de Dios en favor de toda la humanidad: la pascua no tiene fronteras, el nuevo Israel está llamado a la catolicidad: todos los hombres son llamados a participar de los bienes del Reino inaugurado por la resurrección del Señor.

2ª lectura: Apocalipsis 7, 9. 14b-17. El Cordero será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.

Juan contempla en el cielo una grandiosa y triunfal celebración de toda la Iglesia. Una muchedumbre de todas las naciones, pueblos, razas y lenguas del mundo se reúne para alabar a Dios. Unidos a los ángeles, a los ancianos y a todo el universo proclaman su victoria, simbolizada por la túnica blanca y la palma en la mano y obtenida gracias a la “sangre del Cordero”, su Pastor. La simbología del pastor encuentra en el Apocalipsis una nueva identidad. Cristo, Buen Pastor, ha ofrecido su vida. Así, el Pastor se ha convertido en Cordero Pascual inmolado. El Pastor conduce a las aguas de la vida a los que vienen del desierto de la tribulación y del dolor. Porque se unieron a su Pasión le glorifican ahora.

Evangelio: Juan 10, 27-30. Yo doy la vida eterna a mis ovejas.

El evangelio describe la actitud fundamental del verdadero discípulo de Cristo: debe escuchar la voz del Buen Pastor, conocerlo y seguirlo para llegar a la comunión de vida con Él. La comunidad de vida con Jesús, fundada en la fe, tiene el carácter de una validez duradera, definitiva y eterna. Esa validez definitiva tiene su fundamento último más profundo en que es el propio Padre el que ha encomendado las ovejas a Jesús.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 30
San Pío V
Hch 11, 1-18 También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión.
Sal 41. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
Jn 10, 11-18. El buen pastor da la vida por las ovejas.
Reza por las vocaciones
Martes 1
San José Obrero
Gn 1, 26-2,3 Llenad la tierra y sometedla.
Sal 89, 2-4.12-14.16 Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos.
Mt 13, 54-58 ¿No es éste el hijo del carpintero?
Dale gracias a Dios por todos los que te ayudan
Miércoles 2
San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia
Hch 12, 24-25; 13, 1-5a En aquellos días la Palabra de Dios crecía y se propagaba.
Sal 66, 2-8 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Jn 12, 44-50 El que cree en mí, cree en el que me ha enviado.
Reza por los que quieren apagar la luz de Cristo.
Jueves 3
Santos Felipe y Santiago, apóstoles
1 Cor 15, 1-11 Cristo murió por nuestros pecados y resucitó.
Sal 18, 2-5 A toda la tierra alcanza su pregón.
Jn 14, 6-14 El que me ve a mí, ve al Padre.
Reza por los que rechazan la luz
Viernes 4
San José María Rubio
Hch 13, 26-33 A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.
Sal 2, 6-11 Tú eres mi hijo: Yo te he engendrado hoy.
Jn 14, 1-6 Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Reza por los moribundos
Sábado 5 Hch 13, 44-52 La Palabra de Dios se iba difundiendo por toda la región.
Sal 97, 1-4 Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Jn 14, 7-14 Si me conocierais a mí, conoceríais a mi Padre.
Haz una obra de misericordia
Domingo 6
5º de PASCUA
Hch 14, 20b-26 Regresaron a Antioquía de Siria, donde habían sido encomendados a la protección de Dios para la misión que acababan de realizar.
Sal 144, 8-13 Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey.
Ap 21, 1-5a. Dios enjugará las lágrimas de sus ojos
Jn 13, 31-33a. 34-35. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros.
Haz oración por tu familia y por la parroquia


18 abril 2007

III Domingo de Pascua

DOMINGO III DE PASCUA

22 de abril de 2007 (ciclo C, año impar)



Primera lectura
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27b-32. 40b-41

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo:

— «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»

Pedro y los apóstoles replicaron:

— «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»

Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b (R/.: 2a)

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

O bien:

Aleluya.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mio, te daré gracias por siempre. R/.

Segunda lectura
Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la riqueza

Lectura del libro del Apocalipsis 5, 11-14

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente:

«Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.»

Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo lo que hay en ellos—, que decían:

«Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.»

Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.»

Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

Palabra de Dios.

Aleluya
Ha resucitado Cristo, que creó todas las cosas
y se compadeció del género humano.

EVANGELIO
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice: —«Me voy a pescar.»

Ellos contestan: —«Vamos también nosotros contigo.»

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice: —«Muchachos, ¿tenéis pescado?»

Ellos contestaron: —«No.»

Él les dice: —«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: —«Es el Señor.»

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: —«Traed de los peces que acabáis de coger.»

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice: —«Vamos, almorzad.»

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: — «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: — «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: — «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: — «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: — «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: — «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: — «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: — «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: — «Apacienta mis ovejas.

Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: — «Sígueme.»

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Es el Señor

El domingo pasado la Palabra de Dios nos hablaba de que la fe es un misterio que nunca comprenderemos del todo, y veíamos que esa fe en Jesucristo, si es verdadera y auténtica, tiene dos consecuencias inmediatas: la eclesialidad y su carácter misionero.

Hoy la Palabra de Dios insiste en ello. La Iglesia es el pueblo de Dios que peregrina hacia el Reino de los Cielos, y está llamada a dar testimonio de Jesucristo resucitado en medio del mundo. La palabra y el testimonio de los Apóstoles suscitan la persecución, pero hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.

Pero la Iglesia no camina sola, sino que Jesús le ha puesto unos guías con la misión de enseñar, santificar y gobernar la Iglesia. Esos guías son los Apóstoles presididos por Pedro que es la cabeza del colegio apostólico.

Los sucesores de los Apóstoles son los Obispos presididos por el sucesor de Pedro: el Papa. Ellos son los que tienen en la Iglesia el mandato dado por Jesucristo de enseñar, santificar y gobernar.

Por ello, es importante superar el individualismo y el subjetivismo y que vivas tu fe unido a la Iglesia, en comunión con ella, escuchando con atención sus enseñanzas, porque el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, ha sido encomendado sólo al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo (cf. Dei Verbum 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el Papa (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 85)

Muchas veces puedes ver como los Obispos y el Papa son criticados por el mundo que no quiere recibir la luz de Cristo. Hay que asumir que, como personas, los Obispos y el Papa -como cualquier cristiano-, son pecadores, pero que la grandeza de su misión y la autoridad que tienen en la Iglesia, les viene de Cristo, que elige a quien quiere y porque quiere.

Y si te fijas en los Apóstoles, ellos tuvieron sus fallos: Pedro negó tres veces a Cristo, los demás no dieron la cara por Jesús en la Pasión... y, sin embargo, Jesús les confirma en su misión, como puedes ver en el Evangelio de hoy. La grandeza no está en sus personas, sino en Cristo que elige y envía a quien Él quiere.

Por ello, es fundamental que aceptes a los Obispos y al Papa como los pastores puestos por Jesús para guiar a la Iglesia, que les ames como guías que necesitamos para nuestra orientación y que escuches con atención su voz, tratando de vivir conforme a sus enseñanzas.

Que no te dejes deslumbrar por las críticas de aquellos no quieren ni a Cristo ni a la Iglesia -no te engañes-, y que trates de hacer, con el ejemplo de una vida santa y entregada con generosidad, una Iglesia cada vez más santa y más fiel a Jesucristo.

Compromiso semanal

Reza todos los días por la Iglesia, para que todos los que la formamos estemos más unidos y seamos más santos.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 5, 27-32. 40-41. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.

La predicación fiel del Evangelio siempre despierta la oposición. Esta situación no es anormal en la vida de un cristiano, como tampoco lo fue en la de Jesús. El Espíritu Santo sigue vivificando a su Iglesia y conduciendo la historia en medio de la persecución. Los Apóstoles obedecen a Dios antes que a los hombres, y ponen su confianza en Aquél, que es capaz de librar de las “ataduras de la muerte” y de toda clase de cadenas y cárceles. Nadie podrá ahogar el testimonio que hasta los confines del mundo están dispuestos a dar bajo el impulso del Espíritu Santo.

Salmo 29, 2-6. 11-13. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Este salmo de acción de gracias, tiene una resonancia especial en la mañana de Pascua, cuando el Señor cambió el luto y el dolor de los discípulos en alegría desbordante sacando a su Hijo de la fosa, librándolo del abismo, despojándolo de la túnica de la muerte y colocando sobre sus hombros el manto festivo y glorioso de la Vida.

2ª lectura: Apocalipsis 5, 11-14. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la riqueza.

La escena de la lectura tiene un profundo significado teológico. Majestad y mansedumbre; muerte y vida; humillación y triunfo se dan la mano en Jesucristo. Una multitud de ángeles adora a Dios sentado en su trono. Él posee el misterio de la vida y de la historia, y el misterio del Cordero inmolado y resucitado. Jesucristo es el Cordero inmolado, el único en el cielo y en la tierra que merece recibir de Dios todo poder. Cristo ha asociado a toda la humanidad a su realeza y a su sacerdocio. Los ángeles continúan el cántico. A ellos se unen todas las criaturas.

Evangelio: Juan 21, 1-19. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da,y lo mismo el pescado.

El lago de Tiberíades vuelve a ser un lugar de encuentro y de llamada. La pesca milagrosa simboliza la misión de la Iglesia. La resurrección de Jesús es la que hizo posible la existencia de la Iglesia y la misión que le es encomendada. El éxito de la misión cristiana no depende del esfuerzo humano, sino de la presencia viva del Señor en ella. La red que no se rompe acentúa la capacidad de la Iglesia para recibir en su seno a todos los hombres. En el marco de una pesca milagrosa, Jesús confirma a Pedro y establece el amor como signo del ministerio y guía de la nueva comunidad. Pedro confiesa tres veces su amor al Señor, en reparación de su triple negación y se le confiere el cuidado supremo del rebaño. Este pastoreo debe asemejarse al de Cristo, que entregó su vida por las ovejas.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 23
San Jorge
Hch 6, 8-15 Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo.
Sal 118, 23-30 Dichoso el que camina con vida intachable.
Jn 6, 22-29 Éste es el trabajo que Dios quiere: que creáis en el que él ha enviado.
Da testimonio de Jesucristo
Martes 24
San Fidel de Sigmaringa
Hch 7, 51-59 Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y dicho esto expiró.
Sal 30, 3-8.17.21 A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Jn 6, 30-35 Mi Padre os da el pan del cielo.
Haz oración ante el Señor, en la Iglesia
Miércoles 25
San Marcos, Evangelista
1 Pe 5, 5b-14 Os saluda Marcos, mi hijo.
Sal 88, 2-7. 16-17 Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mc 16, 15-20 Proclamad el Evangelio a toda la creación.
Reza por los sacerdotes y por las vocaciones
Jueves 26
San Isidoro
Hch 8, 26-40 Siguieron su camino, y llegaron a un lugar donde había agua.
Sal 65, 8-9.16-17.20 Aclama al Señor, tierra entera.
Jn 6, 44-51 Yo soy el pan de vida bajado el cielo.
Reza por los que rechazan la Eucaristía
Viernes 27 Hch 9, 1-20 Cerca de Damasco cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Sal 116, 1-2 Id a todo el mundo a predicar el Evangelio.
Jn 6, 53-60 El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Dale gracias a Dios por todo lo que te da
Sábado 28
San Pedro Chanel
Hch 9, 31-42 La Iglesia se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.
Sal 115, 12-17 ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Jn 6, 60-69 Nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo de Dios.
Reza por los alejados
Domingo 29
4º de PASCUA
Hch 13, 14.43-52 A vosotros había que anunciaros antes que a nadie la palabra de Dios, pero ya que la rechazáis y vosotros mismos no os consideráis dignos de la vida eterna, nos dirigimos a los paganos.
Sal 99, 2.3.5 Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Ap 7, 9.14b-17 El Cordero será el pastor y los conducirá hacia fuentes de agua viva.
Jn 10, 27-30 Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen.
Reza por tu familia y por la parroquia


14 abril 2007

II Domingo de Pascua

DOMINGO II DE PASCUA
DE LA
divina misericordia

15 de abril de 2007 (ciclo C, año impar)



MISA DEL DÍA DE PASCUA

Primera lectura
Crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres,
que se adherían al Señor

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 12-16

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.

Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.

La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno.

Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a (R/.:1)

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

O bien:

Aleluya.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

Segunda lectura
Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos

Lectura del libro del Apocalipsis 1, 9-lía. 12-13. 17-19

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios, y haber dado testimonio de Jesús.

Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía:

— «Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.»

Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho.

Al verlo, caí a sus pies como muerto.

Él puso la mano derecha sobre mí y dijo:

— «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo.

Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.»

Palabra de Dios.

Aleluya
Jn 20, 29
Porque me has visto, Tomás, has creído, — dice el Señor—.
Dichosos los que crean sin haber visto.

EVANGELIO
A los ocho días, llegó Jesús

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

— «Paz a vosotros.»

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

— «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envio yo.»

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

— «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

— «Hemos visto al Señor.»

Pero él les contestó:

— «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

— «Paz a vosotros.»

Luego dijo a Tomás:

—«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»

Contestó Tomás:

— «¡Señor mío y Dios mío!»

Jesús le dijo:

— «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Hemos visto al Señor

Vivimos hoy en una sociedad que tiene una mentalidad demasiado práctica. Te invita a medirlo todo, a pesarlo todo, a tocarlo todo. Y, sin embargo, no te das cuenta de que las cosas más importantes de tu vida, las cosas que dan sentido a tu vida, ni se pueden medir, ni se pueden pesar, ni se pueden tocar. ¿Quién puede medir el amor, la felicidad, la alegría, la paz...? Nadie. Porque lo esencial es invisible a los ojos. Y lo esencial va más allá de todas las mediciones posibles. Y lo mismo ocurre con la fe: quieres tocar a Dios, verlo con los ojos, medirlo... ¡y se te escapa! Esta es una de las consecuencias del materialismo en el que vive la sociedad actual.

Y la Palabra de Dios hoy te habla de la fe: "Todo esto se ha escrito para que creáis que Jesús es el Mesías", "¡dichosos los que crean sin haber visto!". Tener fe es creer en lo que no se ve. Es fiarte de Dios que es tu Padre y te ama más que nadie. Y fiarte de Él porque es un misterio que no puedes comprender del todo, fiarte de Él porque es tu Padre, fiarte de Él porque Dios es amor, y el amor no necesita muchos razonamientos: el amor necesita confianza, entrega y generosidad…

Además, la Palabra de Dios hoy te habla de dos características fundamentales de la fe en las que iremos profundizando en este tiempo de Pascua: la eclesialidad de la fe y su carácter misionero.

Cristo ha fundado la Iglesia como el Pueblo de Dios que peregrina en la tierra hacia la vida eterna. A esta Iglesia Cristo le ha dado el Espíritu Santo y el poder de perdonar y retener los pecados, signo inequívoco de su presencia sacramental en ella. Ni hay Iglesia sin Cristo, ni hay Cristo sin Iglesia. Como decía san Cipriano "nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre". El que rechaza a la Iglesia, rechaza a Cristo, el que rechaza al Cuerpo –la Iglesia– rechaza a la Cabeza –Cristo– porque la cabeza y el cuerpo no se pueden separar. Si quieres ser cristiano, has de ser cristiano en la Iglesia. Y no en la Iglesia de tus sueños, sino en la comunidad real, santa y pecadora, a la que el Señor te ha llamado.

Además, la fe tiene un carácter misionero: "Como el Padre me enviado, así os envío yo". El cristiano ha de ser misionero. Tú has de ser misionero. La fe llena tanto tu vida, te da tanta paz, tanta alegría, tanta felicidad, tanta vida interior... que es preciso transmitirla a los demás. Has de comunicar tu fe, de darla a los demás, de ser sal de la tierra, levadura que haga fermentar la masa de esta sociedad materialista y corrompida en la que vives, comenzando por tu familia y tu ambiente.

¿Cómo está tu fe? ¿Cómo está tu vinculación y tu amor a la Iglesia? ¿Cómo está tu testimonio? ¿Qué más puedes hacer por la Iglesia? ¿En qué tienes que esforzarte más para ser mejor cristiano y mejor Iglesia?

Compromiso semanal

Trata de dar testimonio de Jesucristo a los demás. Trata de ser una luz para alguien que tú sepas que lo necesita.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 5, 12-16. Crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.

A través de “signos y prodigios” los Apóstoles irradian el Espíritu de Pentecostés, continúan la obra de Jesús y manifiestan que el día del Señor ha llegado. La lectura señala el aumento de los que se unen a la comunidad por su fe en el Señor. Semejantes prodigios producen admiración, pero invitan a la conversión. Hay una continuidad salvífica entre Jesús y la Iglesia: la misma actividad salvadora de Jesús, la realiza ahora la Iglesia.

Salmo 117, 2-4. 22-27. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

Este salmo, compuesto para una procesión de acción de gracias ante una victoria, tiene su más plena realización para cantar la victoria pascual: el triunfo del Señor sobre el pecado y la muerte inaugura para toda la humanidad como una gran procesión de retorno al Reino: Cristo ha llegado ya a la gloria del Padre y está sentado a su derecha; la Iglesia, que le sigue con esperanza de participar también en este triunfo, canta también jubilosa: “no me entregó a la muerte, ha sido un milagro patente”.

2ª lectura: Apocalipsis 1, 9-13. 17-19. Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los siglos.

San Juan está desterrado en la isla de Patmos por ser fiel al Señor. Un domingo, el día del Señor, oye una voz que le manda escribir a las iglesias. Jesús aparece como Juez. Las iglesias están en su mano: Él las protege y gobierna. A pesar de su majestad, Jesucristo no quiere infundir temor, sino confianza: ha resucitado y puede dar vida, incluso a los muertos. Está presente en los acontecimientos del mundo. El Señor de la Iglesia pasa por en medio de sus comunidades. Les exige fidelidad; las sostiene en su mano y las alienta, con la esperanza de la promesa que les tiene preparada. El mismo Señor habla hoy a nuestra fe. Sólo Él puede decir con verdad: no temas, porque Yo estoy contigo.

Evangelio: Juan 20, 19-31. A los ocho días, llegó Jesús.

Jesús se aparece a los discípulos. Con el hecho de mostrar las manos y el costado Juan quiere subrayar que se trata del mismo Jesús. El crucificado está vivo para siempre en medio de ellos. Tomás había dudado. Jesús le hace ver que está vivo. La respuesta de Tomás es sorprendente: Señor y Dios son los títulos con los que la Escritura llama a Dios. Así, Juan empieza y termina su evangelio proclamando que la Palabra, Jesús, es Dios. Jesús concluye enseñando que la fe no deberá fundarse en la vista sino en el testimonio de los que vieron. En adelante los cristianos serán dichosos cuando entren en comunión con Cristo por la fe, una fe basada en el testimonio de quienes vieron. Nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 16
San Vicente Ferrer
Hch 4, 23-31 Al terminar la oración los llenó a todos el Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la Palabra de Dios.
Sal 2, 1-9 Dichosos los que se refugian en el Señor.
Jn 3, 1-8 Jesús contestó a Nicodemo: te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Haz una obra de caridad
Martes 17 Hch 4, 32-37 En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común.
Sal 92, 1-2.5 El Señor reina, vestido de majestad.
Jn 3, 11-15 Nadie ha subido al cielo, a no ser el que vino de allí, el Hijo del hombre.
Reza por los enfermos
Miércoles 18 Hch 5, 17-26. Los hombres que encarcelasteis están en el templo.
Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Jn 3, 16-21. Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por Él.
Reza por los que rechazan la luz
Jueves 19 Hch 5, 27-33 Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
Sal 33, 2.9.17-20 Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.
Jn 3, 31-36 El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea en el Hijo, no verá la vida.
Reza por los alejados
Viernes 20 Hch 5, 34-42 Los apóstoles no dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.
Sal 26, 1.4.13-14 Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
Jn 6, 1-15 Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió.
Reza por los que no tienen trabajo
Sábado 21
San Anselmo
Hch 6, 1-7 La Palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de los discípulos.
Sal 32, 1-15.18-19 Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.
Jn 6, 16-21 Jesús se acercó a la barca caminando sobre el lago.
Medita el evangelio de hoy
Domingo 22
3º de Pascua
Hch 5, 27b-32.40b-41 Nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen somos testigos de todo esto.
Sal 29, 2.4-6.11-13 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Ap 5, 11-14 Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder por los siglos.
Jn 21, 1-19 El discípulo a quien Jesús tanto quería le dijo a Pedro: ¡Es el Señor!
Reza por tu familia y por la parroquia