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27 febrero 2008

El C.N. prepara el encuentro de la J.J. de Sidney

ZENIT
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ZS08021711 - 17-02-2008Permalink: http://www.zenit.org/article-26363?l=spanish

El Camino Neocatecumenal prepara la Jornada de la Juventud de Sydney SYDNEY, viernes, 15 febrero 2008 (ZENIT.org).- El Camino Neocatecumenal espera que al menos 24.000 peregrinos internacionales acudan a Australia para la Jornada Mundial de la Juventud en julio. Y aunque anticipan que estos jóvenes se sentirán impactados por sus experiencias aquí, la comunidad tratará de que los jóvenes visitantes sean verdaderamente testigos para el que los acoge.

Habiendo enviado grandes delegaciones de peregrinos a cada jornada de la juventud internacional desde la primera en Roma, en 1986, esta realidad eclesial puede atribuirse una sólida experticia en la que está por venir.

Líder de la rama australiana de la comunidad, Toto Piccolo declaró a Zenit: «Hemos aprendido a
prepararnos para los imprevistos haciendo una serie de prácticas». Por ello el año pasado la comunidad formó dos grupos de peregrinos australianos de prueba separados para descubrir el impacto desde varios ángulos: financiero, emocional y espiritual. «Coordinamos grupos de 80 jóvenes a la vez para viajar desde las ciudades principales alrededor de Australia en un autobús», explica Piccolo. «Aparte de observar el coste, el objetivo era considerar el impacto en el grupo de jóvenes así como su efecto en las comunidades por las que pasaban», añade. Esta última parte resultó significativa porque muchas ciudades de zonas rurales de Australia no sabían cómo presentar el concepto de Jornada Mundial de la Juventud o la fe de la gente joven en su región.

El equipo del Camino Neocatecumenal para la Jornada Mundial de la Juventud incluye al padre
Tony Trafford, que quedó impresionado de lo emocionados que se sentían los jóvenes cuando
comprobaban cómo su fe podía iluminar a las parroquias y comunidades que encontraron en el
camino. «La gente se sorprendió de encontrar a jóvenes católicos felices --dijo--. Pero esta respuesta también anima el deseo de fe entre los mismos jóvenes peregrinos, de manera que es una situación en la que todos ganan». Y es ciertamente coherente con el tema de la Jornada Mundial de la Juventud, de los Hechos de los Apóstoles (1, 8), «Seréis mis testigos... hasta el confín de la tierra».

También se hace eco del mandato del cardenal George Pell, arzobispo de la ciudad anfitriona de
Sydney, que dijo a los jóvenes neocatecumenales reunidos en Bonn con motivo de la Jornada
Mundial de la Juventud de 2005 en Alemania, cuando los invitó a Australia, lo mucho que les
necesita Australia. «No deberíamos subestimar el aspecto vocacional de tal llamada a asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, señala Piccolo, quien sintió su primera llamada a ser misionero laico en Australia hace treinta años. Italiano de nacimiento, añade: «hemos notado incluso, a través de nuestros viajes de prueba, cómo los jóvenes, cuando están juntos en los autobuses, todos con la misma orientación misionera, completada con un itinerario lleno de oración, empiezan a formar comunidades naturales de santos».

Y todo es posible con este entusiasmo y «santa energía», dice el padre Tafford: «Un grupo se sintió inspirado a reconstruir un santuario misionero de 1882 en Darwin que se había quedado en ruinas, pero ahora hay una parte cubierta con techo y un altar de manera que ya se puede decir misa allí». «Otras seis chicas decidieron que podrían emplear las vacaciones de Navidad con las religiosas de la Madre Teresa prestando un servicio a la comunidad aborigen, y otros ocho chicos se sintieron inspirados a dedicar su tiempo de vacaciones a los jóvenes aborígenes de Alice Springs».

Esta es la clase de potencial para la misión que Toto Piccolo y sus colegas internacionales están convencidos que experimentarán todos los peregrinos y cada uno de quienes encuentren en sus vigilias aquí en Australia durante los días en las diócesis y en la misma Jornada Mundial de la Juventud. «Si éstas son las gracias que pueden aflorar en nuestros pequeños grupos de prueba --dice--, ¡imagine lo que sucederá cuando llegue la Jornada Mundial de la Juventud!».

Por Catherine Smibert, traducido del inglés por Nieves San Martín
© Innovative Media, Inc.
La reproducción de los servicios de Zenit requiere el permiso expreso del editor.
Temas:cristianismo jóvenes Claves indexadas:movimientos neocatecumenales australia

Humberto y Roser.

Domingo 2 de marzo

DOMINGO IV DE cuaresma
2 de marzo de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
David es ungido rey de Israel

Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a

En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: - «Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»

Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: - «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»

Pero el Señor le dijo: - «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»

Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: - «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»

Luego preguntó a Jesé: - «¿Se acabaron los muchachos?»

Jesé respondió: - «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»

Samuel dijo: - «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue»

Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo. Entonces el Señor dijo a Samuel: - «Anda, úngelo, porque es éste.»

Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Segunda lectura
Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 8-14

Hermanos:

En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.

Caminad como hijos de la luz -toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz-, buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciadlas.

Pues hasta da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas.

Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz.

Por eso dice:

«Despierta, tú que duermes,
levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.»

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio
Jn 8, 12b

Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO
Fue, se lavó, y volvió con vista

Lectura del santo evangelio según san Juan 9, 1-41

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento.

Y sus discípulos le preguntaron: - «Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? »

Jesús contestó: - «Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios. Mientras es de día, tenemos que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche, y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»

Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: - «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»

Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: - «¿No es ése el que se sentaba a pedir?»

Unos decían: - «El mismo.»

Otros decían: - «No es él, pero se le parece.»

Él respondía: - «Soy yo.»

Y le preguntaban: - «¿Y cómo se te han abierto los ojos?»

Él contestó: - «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuese a Siloé y que me lavase. Entonces fui, me lavé, y empecé a ver. »

Le preguntaron: - «¿Dónde está él? »

Contestó: - «No sé.»

Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.

Él les contestó: - «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.»

Algunos de los fariseos comentaban: - «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»

Otros replicaban: - «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?»

Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: - «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?»

Él contestó: - «Que es un profeta.»

Pero los judíos no se creyeron que aquél había sido ciego y había recibido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: - «¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?»

Sus padres contestaron: - «Sabernos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros, y quién le ha abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos. Preguntádselo a él, que es mayor y puede explicarse.»

Sus padres respondieron así porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya habían acordado excluir de la sinagoga a quien reconociera a Jesús por Mesías. Por eso sus padres dijeron: "Ya es mayor, preguntádselo a él."

Llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: - «Confiésalo ante Dios: nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.»

Contestó él: - «Si es un pecador, no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo.»

Le preguntaron de nuevo: - ¿«Qué te hizo, cómo te abrió los ojos?»

Les contestó: - «Os lo he dicho ya, y no me habéis hecho caso; ¿para qué queréis oírlo otra vez?; ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos? »

Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: - «Discípulo de ése lo serás tú; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos de dónde viene.»

Replicó él: - «Pues eso es lo raro: que vosotros no sabéis de dónde viene y, sin embargo, ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino al que es religioso y hace su voluntad. Jamás se oyó decir que nadie le abriera los ojos a un ciego de nacimiento; si éste no viniera, de Dios, no tendría ningún poder.»

Le replicaron: - «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?»

Y lo expulsaron.

Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: - «¿Crees tú en el Hijo del hombre?»

Él contestó: - «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»

Jesús le dijo: - «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.»

Él dijo: - «Creo, Señor.» Y se postró ante él.

Jesús añadió: - «Para un juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven vean, y los que ven queden ciegos.»

Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le preguntaron: - "¿También nosotros estamos ciegos?"

Jesús les contestó: - «Si estuvierais ciegos, no tendríais pecado, pero como decís que veis, vuestro pecado persiste.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Cristo es la luz

El pasado domingo el signo era el agua, hoy, la Palabra de Dios nos habla de la luz. El cristiano ha sido llamado a la luz de la fe para ver las claridades de Dios. La Palabra de Dios nos presenta la realidad del ciego de nacimiento que vive en la oscuridad hasta que se encuentra con Jesús: Jesús es la luz y le da la luz que le permite ver.

Es en Jesús y mediante Él en donde el ciego se limpia para poder ver. Todo el milagro se muestra como una explicación del bautismo, que nos hace capaces de ver. Cristo es quien nos da la luz, quien nos abre los ojos mediante el sacramento (cf. Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, 287). Jesús es el “Enviado”. El ciego “estaba hablando con aquel Siloé que significa enviado. Luego él era Siloé. El ciego de corazón se le acercó, lo escuchó, lo creyó, lo adoró; lavó su rostro y vio” (San Agustín, Sermón 136, 1-3).

En el ciego de nacimiento estamos representados todos los hombres: todos vivimos en la más profunda oscuridad hasta que nos encontramos con Jesús y dejamos que Él ilumine nuestro corazón. Cuando Jesús ilumina nuestro corazón las tinieblas se desvanecen y vemos con claridad, aunque la amenaza de la oscuridad está siempre presente, y, por tanto, la vida cristiana es una permanente lucha entre la luz y las tinieblas.

En el mundo de hoy hay mucha gente que vive en la oscuridad, en la ceguera, porque se ha apartado de Dios y quieren vivir como si Dios no existiera. Por eso mucha gente hoy vive confundida, desorientada, perdida, sin encontrar el sentido de la vida, sin saber cómo hay que vivir, dejándose llevar por el vaivén de la moda. Esta desorientación es una de las causas de la insatisfacción e infelicidad de mucha gente de hoy.

Por ello, en medio de este mundo oscuro y desorientado la Palabra de Dios nos presenta a Jesús como la luz del mundo, la única luz que puede iluminar nuestra vida, la única luz que puede hacernos encontrar el sentido de la vida, la única luz que puede hacernos encontrar el camino de la felicidad: Cristo es el camino, la verdad y la vida.

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos invita a salir de las tinieblas y a buscar la luz que es Cristo. Nos invita a que revisemos nuestra propia vida a la luz de la enseñanza de Jesucristo y de la Iglesia y que veamos si nuestra vida se ajusta a la luz que es Cristo, o si todavía quedan zonas oscuras llenas de tinieblas que es preciso iluminar. Caminar en la luz significa no dejarnos guiar por la ceguera de nuestros instintos, de nuestras pasiones y de nuestro egoísmo, sino vivir guiados por la Palabra de Dios.

Es importante que descubramos que la luz de Cristo debe iluminar toda nuestra vida: todos los aspectos y todos los ámbitos de nuestra vida deben ser iluminados por la luz de Cristo. Ningún rincón de nuestra vida puede escapar a esta luz. Si somos cristianos lo hemos de ser en todo lo que pensemos, digamos y hagamos. Ser cristiano es tener los mismos sentimientos y actitudes que tuvo Cristo Jesús (Fil 2, 4). ¿Cómo está tu vida? ¿Brilla la luz de Cristo en tu corazón? ¿Queda alguna "zona oscura" en tu interior? ¡Déjate iluminar por Cristo y encontrarás el camino que te da la felicidad y te lleva a la vida eterna!

Compromiso semanal

Revisa tu vida tratando de descubrir las zonas de ella que aún no han sido iluminadas por la luz de Cristo y deja que su luz brille totalmente en ti.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: 1 Samuel 16, 1. 6-7. 10-13. David es ungido rey de Israel.

La personalidad de David es la más rica y mejor trazada por la Biblia. Una completa figura humana. Conoció el éxito y el fracaso, el dolor y la alegría. La historia de David comienza con esta lectura, que es una página bellísima: su elección por Dios. El ungido por Samuel es el pequeño de una familia de ocho: Así recordamos la doctrina bíblica de que Dios ama a los humildes, pequeños, y sencillos. Así, en la obra de David, ungido rey por Dios, resaltará la fuerza de Yahvé. La lectura resalta la contraposición entre los criterios del hombre y los criterios de Dios: el hombre juzga por las apariencias, mientras que Dios ve el fondo del corazón.

Salmo 22. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Una profunda alegría y serena confianza dominan todo el salmo que canta la felicidad de estar junto a Dios. El salmista nos comunica dos experiencias: su intimidad con Dios y la delicada preocupación del Señor. La oscuridad del camino y la presencia de los enemigos no pueden turbar su felicidad. Jesucristo es el Buen Pastor que da la vida por las ovejas y que al final de los tiempos las conducirá a fuentes de agua viva. En la Iglesia primitiva, los recién bautizados se dirigían en procesión a la Iglesia cantando este salmo, antes de participar por vez primera en la eucaristía.

2ª lectura: Efesios 5, 8-14. Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.

El cristiano tiene que separarse activamente de las tinieblas, es decir, de todas las obras que le apartan del Reino de Dios. La participación en el Misterio de la salvación le exige una vida nueva. La lectura nos muestra unos rasgos de esta vida nueva:

El cristiano debe ser luz y caminar en ella. No en las tinieblas. Es hijo de la luz desde su bautismo; entonces Cristo lo iluminó y vivir en la luz es fructificar en la bondad, en la justicia, y en la verdad.
Ha de saber lo que agrada y desagrada al Señor.
Debe renunciar a las obras malas y ponerlas en evidencia para corregirlas.

Puedes leer 1 Tesalonicenses 5, 4-11.

Evangelio: Juan 9, 1-41. Fue, se lavó y volvió con vista.

Jesús realiza con el ciego de nacimiento un milagro lleno de simbolismo: Al devolver la vista a un ciego enseña que Él es la luz que vence las tinieblas. Jesús cura en sábado. Parece ir contra la ley, pero la está cumpliendo de un modo perfecto: hay que hacer el bien siempre. Jesús cura en la piscina de Siloé, que significa enviado, para poner de relieve que el verdadero enviado es Él. A su contacto nos llenamos de luz. Así se establece la relación entre la luz de la Verdad y el agua de la Vida.

El milagro desencadena dos tipos de actitudes: La actitud del ciego progresa hacia Jesús. Se abre sinceramente a la luz verdadera con ocasión de su curación, y acaba confesando su fe en que Jesús es el Hijo del Hombre y el Señor. La actitud de los fariseos es completamente diferente. Se van cerrando obstinada y progresivamente a la luz. Abren un proceso para no ver y autojustificarse. Pretenden incluso negar que el ciego ha sido curado. Puedes leer Mateo 8, 5-13.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 3 Is 65, 17-21. El Señor creará un cielo nuevo y una tierra nueva.
Sal 29, 2-6.11-13b. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir.
Jn 4, 43-54. Y creyó él con toda su familia.
Pídele a Dios lo que más necesites
Martes 4
San Casimiro
Ex 47, 1-9.12. El agua recorre el templo y desemboca en el mar saneándolo.
Sal 45, 2-3.5-6.8-9. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios.
Jn 5, 1-3.5-16. Cristo cura al enfermo en sábado.
Haz una obra de caridad
Miércoles 5 Is 49, 8-15. En tiempo de gracia te he respondido. “Venid a la luz”.
Sal 144, 8-9.13-18. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Jn 5, 17-30. Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.
Reza por los moribundos y los difuntos
Jueves 6 Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra el pueblo.
Sal 105, 19-23. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Jn 5, 31-47. Hay quien os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
Reza por los enfermos. Visítalos
Viernes 7
Santas Perpetua y Felicidad, mártires
Sb 2, 1a.12-22 Declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios.
Sal 33, 17-23 El Señor está cerca de los atribulados.
Jn 7, 1-2.10.25-30 Todavía no había llegado su hora.
Reza por los que no conocen a Cristo.
Sábado 8
San Juan de Dios
Jr 11, 18-20. Como cordero llevado al matadero.
Sal 7, 2-3.9-12. Señor, Dios mío, a ti me acojo.
Jn 7, 40-53. El pueblo se pregunta quién es Jesús.
Reza por los que rechazan a la Iglesia
Domingo 9
V de Cuaresma
Ez 37, 12-14. Os infundiré mi espíritu y viviréis.
Sal 129, 1-4.6-8. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Rm 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús habita en vosotros.
Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.
Reza por los que no creen en la resurrección


18 febrero 2008

Domingo 24 de febrero

DOMINGO IIi DE cuaresma
24 de febrero de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Danos agua de beber

Lectura del libro del Éxodo 17, 3-7

En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés:

- «¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?»

Clamó Moisés al Señor y dijo:

-«¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen. »

Respondió el Señor a Moisés:

-«Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.»

Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la reyerta de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo:

- «¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?»

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón.»


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.

Segunda lectura
El amor ha sido derramado en nosotros con el Espíritu que se nos ha dado

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5-8

Hermanos:

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.

Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio
Jn 4, 42. 15

Señor, tú eres de verdad el Salvador del mundo;
dame agua viva; así no tendré más sed.

EVANGELIO
Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

Lectura del santo evangelio según san Juan 4, 5-42

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob.

Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.

Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice:

- «Dame de beber.»

Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.

La samaritana le dice:

- «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? »

Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.

Jesús le contestó:

- «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice:

- «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»

Jesús le contestó:

- «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice:

- «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.»

Él le dice:

- «Anda, llama a tu marido y vuelve.»

La mujer le contesta:

- «No tengo marido.»

Jesús le dice:

«Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad. »
La mujer le dice:

- «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»

Jesús le dice:

- «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.

Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»

La mujer le dice:

- «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»

Jesús le dice:

- «Soy yo, el que habla contigo.»

En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?»

La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: -«Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será éste el Mesías?»

Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él.

Mientras tanto sus discípulos le insistían:

- «Maestro, come.»

Él les dijo:

- «Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis.»

Los discípulos comentaban entre ellos:

- «¿Le habrá traído alguien de comer?»

Jesús les dice:

- «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra.

¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador.

Con todo, tiene razón el proverbio: Uno siembra y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis sudado. Otros sudaron, y vosotros recogéis el fruto de sus sudores.»

En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»

Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer:

- «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

El que beba del agua que Yo le daré
nunca más tendrá sed

Uno de los problemas importantes del hombre de hoy es la insatisfacción: mucha gente vive insatisfecha, frustrada, amargada, vacía, sin encontrar el sentido de la vida. Mucha gente vive sin alegría, sin rumbo...

Y mucha gente vive así porque ha puesto su corazón en cosas que no podrán llenarlo jamás: unos han puesto su corazón en el dinero, pensando que el afán de poseer les daría la felicidad..., y cada vez tienen más sed: se han encontrado con la realidad de que la pasión por las cosas materiales les ha hecho entrar en la dinámica del egoísmo, dinámica que no lleva más que a la frustración, al vacío.

Otros han puesto su corazón en la búsqueda de la comodidad y el placer, en el sexo y la droga, en la pura satisfacción de los sentidos, pensando que al huir del sacrificio y del compromiso serían felices, pero se han encontrado con la vaciedad y el sin sentido, se han encontrado con un la sequedad de un corazón insatisfecho y egoísta que no encuentra la felicidad.

Otros han puesto su corazón en la búsqueda del poder y se han lanzado a la dinámica desesperada de querer dominar a los demás y servirse de ellos, creyendo que así serían felices, y se han encontrado con la amargura que al final deja el egoísmo en el corazón del hombre.

La Palabra de Dios que proclamamos hoy viene a iluminar esta realidad del hombre y nos da la clave de la felicidad. El hombre tiene una sed enorme, un deseo de felicidad inmenso. Y esa sed sólo puede calmarse de una manera: sólo Dios puede llenar nuestro corazón y darnos la felicidad verdadera.

Como decía San Agustín "Nos hiciste para tí, Señor, y nuestro corazón andará inquieto mientras no descanse en tí". El camino para encontrar la felicidad y el sentido de la vida es que Dios esté en nuestro corazón, que estemos reconciliados con Él, que Él viva en nuestro corazón, que nuestra vida esté centrada en Él y así tendremos dentro de nosotros un surtidor que calmará nuestra sed. Tendremos dentro de nosotros el agua de la gracia de Dios que nos hará encontrar el sentido de la vida y alcanzar la verdadera felicidad.

Cuando Dios llene nuestro corazón podremos decir como Jesús: "Mi alimento es hacer la voluntad del Padre" y tendremos una vida llena de sentido.

¿Cómo está tu vida? ¿Eres feliz? ¿Está Dios en tu corazón? ¿Qué hay en el centro de tu vida? ¿Quieres ser feliz? Deja que el Señor llene tu corazón, vive unido a Dios y el desierto de tu vida se transformará en un vergel.

Compromiso semanal

Revisa tu vida para descubrir qué es lo que hay en tu corazón. Piensa qué es lo que debes hacer para que Dios esté en El.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Éxodo 17, 3-7. Danos agua para beber.

El agua milagrosa dada por el Señor en el desierto es uno de los grandes favores que recibe Israel. El agua simboliza en la Biblia, entre otras cosas, las bendiciones de Dios, y particularmente la efusión del Espíritu del Señor que renueva la vida de Israel.

Salmo 94. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".

El salmo comienza con una vigorosa invitación a aclamar al Señor, la Roca que nos salva. La imagen sugiere la roca de la que Moisés hizo surgir agua en el desierto; también la roca sobre la que estaba construido el templo. Alaba la grandeza de Dios por dos motivos: es el creador del universo y dueño de él, y es el Dios de la alianza, Pastor que guía a su pueblo. La oración diaria de la Iglesia comienza con este salmo, invitándonos a ir al encuentro de Dios y a entrar en el nuevo día, conscientes de su grandeza y de su misericordia; pero, también, de la dureza de nuestro corazón, que dice "Señor, Señor" y no hace la voluntad de Dios.

2ª lectura: Romanos 5, 1-2. 5-8. El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.

Justificados, reconciliados, salvados. Justificados por la fe; por la sangre de Cristo. Reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Salvados por su vida. Estas son las expresiones más fuertes empleadas por san Pablo para manifestarnos una firme certeza: en Jesucristo poseemos el don mesiánico por excelencia: la paz. Puedes leer Romanos 8, 14-17.

Evangelio: Juan 4, 5-42. Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.

El objetivo del diálogo de Jesús con la samaritana es que ésta crea y acepte la salvación que Él le ofrece. Jesús sabe cómo ha vivido esta mujer y que nada le hizo feliz. El que viene a dar, empieza por pedir: dame de beber. Conocer el don de Dios significa tener experiencia de Dios; la vida nueva que Jesús nos trae es para vivir de ella, no sólo para enterarnos de que existe. Agua viva: a partir del agua material y de la sed física, Jesús hará comprender a la samaritana que sólo Dios y no los hombres (cinco maridos) pueden saciar su sed de felicidad. Jesús nos ofrece una vida nueva, distinta de la que ya tenemos y a la que no podemos llegar por nosotros mismos: la vida del Espíritu Santo. Su símbolo es el agua. Es viva. Por eso es un surtidor, que no se detiene, salta a los demás y da a otros la vida. Rechazarla es condenarse a morir. El bautizado es el hombre, que ha renacido de esta agua y del Espíritu, que, con ella, se le comunica. Por eso, no la guarda para sí: salta a los demás. Puedes leer Hechos 8, 18-25 e Isaías 55.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 25 2R 5, 1-15. La curación de un extranjero.
Sal 41, 2-3; 42, 3-4. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
Lc 4, 24-30. Jesús no ha sido enviado únicamente a los judíos.
Reza por los cristianos perseguidos
Martes 26 Dn 3, 25. 34-43. Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre.
Sal 24, 4-9. Señor, recuerda tu misericordia
Mt 18, 21-35. Lo mismo hará con vosotros el Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.
¿Guardas rencor a alguien? Intenta perdonar
Miércoles 27 Dt 4, 1.5-9. Escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir.
Sal 147, 12-16, 19-20. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Mt 5, 17-19. Quien cumpla y enseñe los preceptos del Señor será grande en el reino de los cielos.
Revisa si eres fiel al Evangelio y a la Iglesia
Jueves 28 Jr 7, 23-28. El pueblo no escuchó ni prestó oído al Señor.
Sal 94, 1-2. 6-9. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
Lc 11, 14-23. El que no está conmigo está contra mí.
Reza por los que rechazan a Cristo y a la Iglesia
Viernes 29 Os 14, 2-10. No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.
Sal 80, 6c-11. 14-17. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Mc 12, 28b-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor y lo amarás.
Revisa si vives el Evangelio de hoy.
Sábado 1 Os 6, 1b-6. El Señor quiere misericordia y conocimiento de Él.
Sal 50, 3-4.18-21. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado y humillado.
Lc 18, 9-14. El fariseo y el publicano.
Medita el Evangelio de hoy. Revisa tu corazón
Domingo 2
4º de Cuaresma
1S 16, 1b.6-7.10-13. David es ungido rey de Israel.
Sal 2, 1-6. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Ef 5, 8-14. Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Jn 9, 1-41. Fue, se lavó y volvió con vista.
Revisa las zonas oscuras de tu vida. ¡Deja que Jesús las ilumine!


Testamento Vital

La aprobación por el Parlamento catalán de la ley sobre Información, Autonomía del Paciente y Documentación Clínica, el 21 de diciembre de 2000, ha abierto un amplio debate sobre si esta ley puede o no ser una puerta de entrada para la eutanasia en Cataluña, y en general para todo el país. En este sentido José María Simón, presidente de Médicos Cristianos de Cataluña opina (DM, 1 de Febrero 2001) que "una ley con tan amplio preámbulo, de seis capítulos y trece artículos, ha sido emitida única y exclusivamente para incluir el documento de voluntades anticipadas". Por otro lado, parece también que este texto legal va encaminado a prevenir el ensañamiento terapéutico, cuando según Simón, "no se le puede pedir a un profesional que no se encarnice cuando hoy nadie defiende tal cosa". Por ello, parece mas bien que "se trata de un paso hacia la eutanasia, y si lo que se escribe en el boletín oficial es presentado al público con un cariz distinto, estamos abocados al fraude de ley que tanto se practica en España". Además la ley defiende cosas que parecen obvias, así "se insta al medico a decir la verdad, que es como pedir por ley al abogado que no engañe a sus clientes". Por todo ello, Simón se extraña de "como los colegios de médicos catalanes, cuyos documentos ni siquiera han sido citados en el preámbulo de esta ley, han podido dar su entusiasta aprobación a una norma tan manifiestamente mejorable". Sin embargo, no todos los expertos parecen tener una opinión tan desfavorable para este texto legal. El Profesor Herranz, director del Departamento de Ética Medica de la Universidad de Navarra, con fecha 1 de febrero de 2001 se refiere en DM a este texto. Dice Herranz que la lectura de esta ley proporciona no pocos temas para la reflexión, teniendo mucho de positivo y alentador. En efecto, "ha logrado derivar del tejido indiferenciado de la legislación precedente (Ley 14/1986 General de Sanidad, Ley 15/1990 de Ordenación Sanitaria de Cataluña) una normativa mas fina y adaptada, y con capacidad para seguir madurando. Y, por encima de eso, que no es poco, alegra constatar que la Ley 21/2000 de Cataluña no entra en colisión con la norma deontológica, autonómica y estatal, sino que la confirma y la refuerza". También la ley pone en primer plano la misión, profundamente deontológica, del médico responsable del paciente, siendo este "el destinatario y evaluador del documento en el que el paciente manifiesta su voluntad anticipada para el caso de que no pudiera ya participar en las decisiones que le atañen". La nueva ley "echa sobre los hombros del médico la grave responsabilidad de interpretar con sensibilidad y respeto, la vigencia, en cada circunstancia clínica precisa, de los deseos, intenciones e instrucciones expresados en el testamento de vida. Y esa interpretación ha de justificarla el médico con razones que ha de dejar plasmadas en la historia del paciente". Por ello, la ley "contribuirá a hacer mas explícitos, extensos y exigibles algunos deberes del médico y de las instituciones en que trabaja". Es decir, en opinión de Herranz, "parece un texto positivo, cuyo beneficio neto dependerá de modo decisivo del tenor que se de a la normativa reglamentaria que esta por venir". Como se ve es esta una ley controvertida que a unos parece innecesaria y a otros sugiere positivos comentarios, pero que a la postre habrá que ir siguiendo para ver en que medida puede o no abrir una puerta a la eutanasia activa, cosa que indudablemente no debería ocurrir.

De todas formas si la ley lo que fundamentalmente pretende, según se desprende de su texto, es impedir que a un paciente se le mantenga en vida por medios extraordinarios, que no pedir que se termine con su vida si el paciente lo desea, no parece muy necesaria, pues el propio Código Deontológico de los médicos catalanes, ya publicado en 1997, especifica en su articulo 57 '"que el enfermo tiene derecho a rechazar tratamientos para prolongar la vida", y el Código de Ética Médica del Consejo General de Médicos afirma algo parecido, al incluir en su articulo 28,2 que "en caso de enfermedad incurable y terminal el medico debe limitarse a aliviar los dolores físicos y morales del paciente, evitando emprender o continuar acciones terapéuticas sin esperanza, futiles u obstinadas". Es decir en ambos documentos se mantiene una clara actitud contra el ensañamiento terapéutico. Creo que la valoración de la eutanasia reclama un tratamiento mucho más amplio, más en la línea del documento de 1a Academia Pontificia por la Vida que (L’Obsservatore Romano 12 de diciembre de 2000) declara: "la línea de comportamiento hacia el enfermo grave y el terminal deberá inspirarse en el respeto a la vida y a la dignidad de la persona, deberá utilizar las terapias proporcionales, sin incurrir en ninguna forma de "encarnizamiento terapéutico" deberá saber cual es la voluntad del paciente cuando se trata de terapias extraordinarias o arriesgadas, a las cuales no esta moralmente obligado, deberá asegurar siempre las curas ordinarias (incluidas la nutrición e hidratación aunque sean por medios artificiales) y centrarse en los cuidados paliativos, sobre todo en la adecuada terapia del dolor, favoreciendo siempre el dialogo y la información del paciente. Es lícito tomar en conciencia la decisión de renunciar a tratamientos que procurarían solo una prolongación precaria y penosa de la vida, porque hay una gran diferencia ética entre "provocar la muerte" y "permitir la muerte", la primera actitud rechaza o niega la vida la segunda acepta su fin natural".


Visita: http://www.observatoriobioetica.com

11 febrero 2008

Eutanasia.

Eutanasia, opina la Pontificia Academia para la Vida.

¿Qué es la eutanasia?

A partir de la década de 1970, comenzando en los países más desarrollados del mundo, se ha ido difundiendo una insistente campaña a favor de la eutanasia, entendida como acción u omisión que por su naturaleza y en sus intenciones provoca la interrupción de la vida del enfermo grave o también del niño recién nacido mal formado. El motivo que se aduce por lo general es que de esa manera se quiere ahorrar al paciente mismo sufrimientos definidos inútiles.

¿Cómo se quiere justificar la eutanasia?

El perno de la justificación que se quiere utilizar y presentar a la opinión pública está constituido sustancialmente por dos ideas fundamentales: el principio de autonomía del sujeto, que tendría derecho a disponer, de manera absoluta, de su propia vida; y la convicción, más o menos explicitada, de la insoportabilidad e inutilidad del dolor que puede a veces acompañar a la muerte.

Tampoco se ha de excluir que detrás de algunas campañas a favor de la eutanasia se ocultan razones de gasto público, considerado insostenible e inútil frente a la prolongación de ciertas enfermedades.

¿Qué juicio merece la eutanasia?

La eutanasia es moralmente inaceptable, “en cuanto eliminación deliberada de una persona humana” inocente. La condena de la eutanasia que se hace en la encíclica Evangelium vital por ser “una grave violación de la ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana” entraña el peso de una razón ética universal (se funda en la ley natural) y la instancia elemental de la fe en Dios creador y custodio de toda persona humana.

El citado principio de autonomía, con el que a veces se quiere exasperar el concepto de libertad individual, impulsándolo más allá de sus confines racionales, ciertamente no puede justificar la supresión de la vida propia o ajena. En efecto, la autonomía personal tiene como primer presupuesto el hecho de estar vivos y exige la responsabilidad del individuo, que es libre para hacer el bien según la verdad; sólo llegará a afirmarse a sí mismo, sin contradicciones, reconociendo (también en una perspectiva puramente racional) que ha recibido como don de su vida, de la que, por consiguiente, no es “amo absoluto”; en definitiva, suprimir la vida significa destruir las raíces mismas de la libertad y de la autonomía de la persona.

¿Por qué le preocupa a la Iglesia el tema de la eutanasia?

La Iglesia ha seguido con aprensión ese desarrollo de pensamiento, reconociendo en él una de las manifestaciones del debilitamiento espiritual y moral con respecto a la dignidad de la persona moribunda y una senda “utilitarista” de desinterés frente a las verdaderas necesidades del paciente.

Además, cuando la sociedad llega a legitimar la supresión del individuo –sin importar en qué estadio de vida se encuentre, o cuál sea el grado de debilitamiento de su salud reniega de su finalidad y del fundamento mismo de su existencia, abriendo el camino a iniquidades cada vez más graves.

Por último, en la legitimación de la eutanasia se induce una complicidad perversa del médico, el cual, por su identidad profesional y en virtud de las inderogables exigencias deontológicas a ella vinculadas, está llamado siempre a sostener la vida y a curar el dolor, y jamás a dar muerte “ni siquiera movido por las apremiantes solicitudes de cualquiera” (Juramento de Hipócrates). Esa convicción ética y deontológico se ha mantenido intacta, en su sustancia, a lo largo de los siglos, como lo confirma, por ejemplo. La Declaración sobre la eutanasia de la Asociación Médica Mundial (39ª asamblea, Madrid 1987): “La eutanasia, es decir, el acto de poner fin deliberadamente a la vida de un paciente, tanto a petición del paciente mismo como por solicitud de sus familiares, es inmoral. Esto no impide al médico respetar el deseo de un paciente de permitir que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase final de la enfermedad”.

¿Qué propone la Iglesia para enfrentar las enfermedades graves y terminales?

Ofrece un itinerario de asistencia al enfermo grave y al moribundo, que se inspire, tanto bajo el aspecto de la ética médica como bajo el espiritual y pastoral, en el respeto a la dignidad de la persona, en el respeto a la vida y a los valores de la fraternidad y de la solidaridad, impulsando a las personas y a las instituciones a responder con testimonios concretos a los desafíos actuales de una cultura de la muerte que se difunde cada vez más.

Declarando curable, en el sentido médico, el dolor y proponiendo, como compromiso de solidaridad, la asistencia a los que sufren es como se llega a afirmar el verdadero humanismo: el dolor humano exige amor y participación solidaria, no la expeditiva violencia de la muerte anticipada.

¿Qué opina la Iglesia sobre las peticiones de muerte?

Las posibles peticiones de muerte por parte de personas que sufren gravemente, como demuestran las encuestas realizadas entre los pacientes y los testimonios de clínicos cercanos a las situaciones de los moribundos, casi siempre constituyen la manifestación extrema de una apremiante solicitud del paciente que quiere recibir más atención y cercanía humana, además de cuidados adecuados, ambos elementos que actualmente a veces faltan en los hospitales. Resulta hoy más verdadera que nunca la consideración una propuesta por la Carta de los agentes sanitarios: “El enfermo que se siente rodeado por la presencia amorosa, humana y cristiana, no cae en la depresión y en la angustia de quien, por el contrario, se siente abandonado a su destino de sufrimiento y muerte y pide que acaben con su vida. Por eso la eutanasia es una derrota de quien la teoriza, la decide y la practica”.

A este respecto, podemos preguntarnos si, bajo la justificación de que el dolor del paciente es insoportable, no se esconde más bien la incapacidad de los “sanos” de acompañar al moribundo en la prueba de sufrimiento, de dar sentido al dolor humano –que, por lo demás, nunca se puede eliminar totalmente de la experiencia de la vida humana- y una especie de rechazo de la idea misma de sufrimiento, cada vez más difundido en nuestra sociedad donde domina el bienestar y el hedonismo.

¿Cuáles son los principales pronunciamientos de la Iglesia sobre este tema?

La Declaración sobre la Eutanasia (1980), publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el documento del Consejo Pontificio “Cor unum”, cuestiones éticas relativas a los enfermos graves y a los moribundos (1981), la encíclica Evangelium vital (1995) del Papa Juan Pablo II (en particular los números 64-67) y la Carta de los agentes sanitarios, elaborada por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud (1995) (Fundar-Servicio a la Vida, Gacetilla nº 120 año 2005).

07 febrero 2008

Domingo I de Cuaresma

DOMINGO i DE cuaresma
10 de febrero de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Creación y pecado de los primeros padres

Lectura del libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7

El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.

El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.

El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer:

- «¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?»

La mujer respondió a la serpiente:

«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."»

La serpiente replicó a la mujer:

- «No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal.»

La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió.

Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

Segunda lectura
Si creció el pecado, más abundante fue la gracia

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19

Hermanos:

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que había de venir.

Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud.

Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en sentencia absolutoria.

Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación.

En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida.

Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.

Palabra de Dios.

Aleluya
Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO
Jesús ayuna cuarenta días y es tentado

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

El tentador se le acercó y le dijo:

- «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en partes.»

Pero él le contestó, diciendo:

- «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." »

Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice:

- "Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.»"

Jesús le dijo:

- «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»

Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo:

- «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»

Entonces le dijo Jesús:

- «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»

Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.

Palabra del Señor



COMENTARIO

Sólo al Señor tu Dios adorarás

Acabamos de comenzar el tiempo de CUARESMA. La Cuaresma es un tiempo fuerte, es decir: un tiempo de intensa preparación para poder celebrar el acontecimiento más importante de la historia de la salvación: la Pascua, la pasión, muerte y resurrección del Señor.

A lo largo de la historia, la Iglesia ha subrayado siempre que tres son los medios más importantes para prepararnos a esta gran celebración: la oración y meditación de la Palabra de Dios, el ayuno y la limosna.

Es decir, se trata de profundizar en el conocimiento y vivencia de la Palabra de Dios, y en fortalecer nuestra voluntad para estar preparados para resistir los ataques del Maligno que quiere apartarnos del camino de la salvación. Esos gestos exteriores, que se deben realizar para agradar a Dios y no para lograr la aprobación y el consenso de los hombres, son gratos a Dios si expresan la disposición del corazón para servirle sólo a él, con sencillez y generosidad (cf. Benedicto XVI, Homilía en el miércoles de Ceniza 2007).

El evangelio de hoy nos presenta una realidad constante en la vida del hombre: la realidad de la tentación. Jesús fue tentado, y también nosotros pasamos por esa realidad. La tentación es la invitación a hacer el mal, a desconfiar de Dios, a apartarnos del plan de Dios sobre nuestras vidas.

Para realizar plenamente la vida en la libertad, es preciso superar la prueba que la misma libertad implica, es decir, la tentación. Sólo liberada de la esclavitud de la mentira y del pecado, la persona humana, gracias a la obediencia de la fe, que la abre a la verdad, encuentra el sentido pleno de su existencia y alcanza la paz, el amor y la alegría. Precisamente por eso, la Cuaresma constituye un tiempo favorable para una atenta revisión de vida en el recogimiento, la oración y la penitencia (cf. Benedicto XVI, Ángelus I domingo de Cuaresma 2006).

Ya en la primera lectura vemos como Adán y Eva son tentados. Ser tentado no es malo, es un poner a prueba la fortaleza de nuestra fe; lo malo es caer en la tentación. Adán y Eva caen en la tentación y por ellos entra la ruina en el mundo, y Cristo vence la tentación, es fiel y obediente a Dios, y por Él entra la vida y la salvación en el mundo. La misión de Jesús comienza con un combate victorioso. La victoria de Jesús en el desierto sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia de su amor al Padre.

Jesucristo es tentado tres veces. Se trata de una prueba mesiánica. Es decir, que intenta desviar al Mesías del camino emprendido: el de la fidelidad a la voluntad de Dios. Las tentaciones que se le hacen a Jesucristo son el dinero, el poder y la manipulación de Dios. Estas tentaciones se repiten a lo largo de la historia. También nosotros tenemos estas tentaciones delante, tratando de apartarnos de Dios.

Hoy se nos tienta haciéndonos creer que el dinero es lo que da el sentido de la vida. Se nos invita a ser materialistas, a olvidarnos de Dios y a poner nuestra confianza en las cosas materiales. La respuesta de Jesús es clara: "No solo de pan vive el hombre". El hombre tiene su centro en Dios, y sólo apoyando su vida en Dios podrá ser feliz.

También se nos tienta haciéndonos buscar el poder como una fuente de satisfacción y de uso y abuso de los demás, como vemos hoy tantas veces. Y de ahí vemos cómo surgen algunos de los grandes males que tiene nuestra sociedad por haber caído en esta tentación: prepotencia, insolidaridad, egoísmo, abuso de los demás, enriquecimiento rápido... La respuesta de Jesús es clara: el que quiera ser el primero, que sea el servidor.

La tercera tentación es querer manipular a Dios, querer utilizarlo para nuestros intereses, "fabricándonos" una religión a nuestra manera, utilizando la religión para justificar nuestra conducta, atacando a la Iglesia cuando contraviene a nuestros intereses. La respuesta de Jesús es clara: no tentarás al Señor, tu Dios. ¿Cuáles son las tentaciones de tu vida? ¿Cómo luchas contra ellas? ¿Por dónde te ataca el Maligno? ¿Qué has de hacer para defenderte y vencer?

Compromiso semanal

Revisa tu vida tratando de descubrir cuáles son tus tentaciones y cómo has de luchar contra ellas. Haz un plan de vida espiritual para esta Cuaresma.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Génesis 2, 7-9; 3, 1-7. Creación y pecado de los primeros padres.

La primera parte es un poema a la creación del hombre. Con recursos gráficos muestra la providencia particular de Dios al crear al hombre, interviniendo de un modo especial en la infusión del alma. Toda la creación la prepara Dios en función y servicio del hombre. Además de su amistad, le concede el privilegio de la inmortalidad, simbolizado en el árbol de la vida. La segunda parte describe la respuesta negativa del hombre. Aparece en nueva escena un nuevo personaje: el demonio que perturbará la armonía existente. El autor describe a la perfección el proceso psicológico de la tentación. Eva no supo cortar las sutiles insinuaciones del diablo, como después lo haría Cristo en el desierto. Cristo vencedor del demonio, por su obediencia restablecerá al hombre a su primitivo estado. Puedes leer Apocalipsis 12, 9-17.

Salmo 50. Misericordia, Señor, hemos pecado.

La liturgia de la Iglesia quiere que los cristianos expresemos los dos sentimientos profundos que atraviesan esta bella oración: La confesión de nuestros pecados ante Dios, y el deseo de ser renovados por su Espíritu en lo más íntimo de nuestro ser.

2ª lectura: Romanos 5, 12-19. Si creció el pecado, más abundante fue la gracia.

La experiencia diaria muestra que todos los hombres han pecado y siguen pecando. El hombre, creado a imagen de Dios, introdujo libremente en el mundo esa fuerza devastadora que es el pecado. Ella estableció sobre la humanidad el imperio de la muerte. El hombre, por su nacimiento, se incorpora a una humanidad pecadora, alejada de Dios. Al faltarle la vida divina, se extiende sobre toda la humanidad el escalofriante poder del pecado y de la muerte. El hombre que introduce el pecado en el mundo, es figura de Cristo, que establece el reino de la gracia. Jesucristo salva al hombre, repara el daño que éste se causó a sí mismo al rebelarse contra Dios. Adán no puede ser comprendido más que a la luz de Cristo. Y el pecado a la luz de la gracia. Cristo nos redime. Él ha cambiado y cambia al hombre. Jesús es el principio de una humanidad nueva. Quien cree en Jesucristo deja que en su corazón nazca el germen de gracia capaz de vencer al mal. Puedes leer Romanos 7, 14-24.

Evangelio: Mateo 4, 1-11. Jesús ayuna durante cuarenta días y es tentado.

San Mateo acaba de narrar el bautismo de Jesús. En él, Dios le ha declarado Mesías y Jesús ha aceptado la misión de salvar a los hombres por la Cruz. Ahora, conducido por el Espíritu, experimenta en el desierto la tentación o prueba de Satanás. Se trata de una prueba mesiánica. Es decir, que intenta desviar al Mesías del camino emprendido: el de la fidelidad a la voluntad de Dios. Por eso el demonio sugiere al Salvador que tal vez sería mejor utilizar medios más “eficaces” que la cruz para llevar adelante su misión de salvar a los hombres. Por ejemplo: unos prodigios, que le den fama ante los suyos, le demuestren que Dios lo protege y lo llenen de poder. Cristo repite la experiencia del pueblo de Israel. Pero al contrario que él, permanece fiel a Dios. Las tentaciones de Cristo son el intento de destruir la confianza incondicional que Jesús tiene en su Padre, a pesar de lo duro de su misión. La Iglesia, enseñada por el Señor, repite a diario en su oración: “no nos dejes caer en la tentación”. Puedes leer Hebreos 4, 15-16.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 11
Nuestra Señora de Lourdes
Lv 19, 1-2.11-18 Sed santos, porque yo, vuestro Dios, soy santo.
Sal 18, 8-10.15 Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Mt 25, 31-46 Venid, benditos de mi Padre; heredad el Reino.
Revisa si practicas las obras de misericordia
Martes 12 Is 55, 10-11. La palabra que sale de la boca de Dios no vuelve a Él vacía, sino que hace su voluntad.
Sal 33, 4-7. 16-19. El Señor libra de sus angustias a los justos.
Mt 6, 7-15. El Señor enseñó a orar. Hágase tu voluntad.
Reza despacio el Padre Nuestro y medítalo
Miércoles 13 Jon 3, 1-10. Los ninivitas creyeron en Dios y se convirtieron.
Sal 50, 3-4.12-13.18-19. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.
Lc 11, 29-32. El Hijo del hombre será un signo para esta generación.
Reza por la evangelización de la sociedad actual
Jueves 14
San Cirilo y San Metodio,
Patronos de Europa
Hch 13, 46-49. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
Sal 118. Id al mundo entero y predicad el evangelio.
Lc 10, 1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.
Reza por la nueva evangelización de Europa
Viernes 15
Beato Vicente Vilar David
Ez 18, 21-28 Yo quiero que el pecador se convierta y viva.
Sal 129, 1-8 Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mateo 5, 20-26 Si cuando vas a poner tu ofrenda ante el altar...
¿Estás peleado con alguien? Intenta poner paz.
Sábado 16 Dt 26, 16-19. El Señor eligió a su Pueblo.
Sal 118, 1-8. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Mt 5, 43-48. Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
¿Guardas rencor? Pon paz en tu corazón.
Domingo 17
2º de Cuaresma
Gn 12, 1-4. Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios.
Sal 32, 4-5.18-20.22. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.
2 Tm 1, 8b-10. Dios nos llama y nos ilumina.
Mt 17, 1-9. Su rostro resplandecía como el sol.
Haz oración por tu familia y por la parroquia