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24 enero 2012

Kiko sueña con China

ROMA, lunes 23 enero 2012 (ZENIT.org).- Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, en una entrevista concedida a ZENIT, comenta sus impresiones del encuentro de los miembros del movimiento con Benedicto XVI, lo que supone para este camino eclesial, y sus sueños de nueva evangelización con horizontes como China.
Nos da la bienvenida con su típico modo de ser entusiasta y carismático. Es Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, quien nos recibe en un hotel a pocos pasos de San Pedro, en una atmósfera casi confidencial, que más parece una conversación que una entrevista. Con la alegría todavía en los ojos y en el corazón por el encuentro con el santo padre en el aula Pablo VI, Kiko concede otra breve entrevista a ZENIT, para dar gracias a Dios por la maravillosa historia que está haciendo con este camino de iniciación cristiana y comentar el evento del viernes.
Comencemos con una pregunta simple: ¿cómo fue el encuentro de esta mañana?
--Kiko Argüello: ¡Fantástica! Ha sido realmente maravilloso el hecho de que hayan sido confirmadas las celebraciones que marcan todas las etapas de la gestación cristiana que el Camino ha construido. Esperábamos este momento y finalmente, la Iglesia ha confirmado el Camino Neocatecumenal como iniciación cristiana, en su doctrina, en las liturgias y en las etapas. Es importantísimo, sobre todo, el hecho de que el papa haya confirmado que las comunidades pueden celebrar las misas dominicales por comunidades. Es un hecho sociológico de gran importancia, que quiere decir que la pequeña comunidad es la salvación para la Nueva Evangelización. La Eucaristía, de hecho, crea y forma la comunidad cristiana, la hace sólida, la une.
¿Y en lo que respecta a la misión ad gentes?
--Kiko ArgüelloLa misión ad gentes es también una pequeña comunidad en medio de personas completamente paganas o alejadas de la Iglesia. Lo que vemos es que estas personas se sienten atraídas por las “pequeñas comunidades", representadas por las familias en misión, y se sorprenden del amor que muestran a los demás y entre sí. Se dejan catequizar en sus casas y se convierten después, ellos mismos en una pequeña comunidad.
Todo esto, ¿qué riqueza adicional aporta a la Iglesia?
--Kiko ArgüelloPodemos decir que estamos comenzando una nueva página en la historia: la nueva evangelización, en medio de una crisis histórica que afecta a toda la sociedad y que se llama secularización. A muchísima gente, no sabemos por qué, le molestan las iglesias; en algunos países, especialmente europeos, se ha llegado incluso a venderlas o cerrarlas. Por eso estoy contento y sorprendido cuando, justamente con estas misiones ad gentes, hay personas que dicen "gracias, porque de lo contrario nunca habría entrado en una iglesia" o dan gracias por "el amor y la acogida" que respiran en las casas de estos hermanos que les acogen. Son muchas, por cierto, las personas que acuden a la catequesis pero no quieren irse: son las once de la noche y todavía no vuelven a casa. Esto sucede también porque la gente en nuestra sociedad se siente muy sola...
El Camino Neocatecumenal sigue dando frutos después de cuarenta años, basta pensar en el gran número de llamadas vocacionales. ¿Qué piensa de estos dones que el Señor hace al Camino y sobre todo a la Iglesia?
--Kiko Argüello¿Qué pensar?... que el Señor es muy bueno con nosotros. Realmente doy gracias a Dios, porque a pesar de que hemos tenido y tenemos muchas dificultades y sufrimientos, nunca nos ha abandonado, sino que nos ha apoyado y sostenido siempre. El encuentro con el papa es una prueba de ello.
¿Hacia qué dirección se está moviendo ahora el Camino?
--Kiko ArgüelloHacia la puesta en marcha de una nueva evangelización en el mundo. Estamos mirando hacia nuevos horizontes, por ejemplo, últimamente la Iglesia Ortodoxa se ha mostrado también interesada en nuestro itinerario de fe. Pero sobre todo, creo que debemos prepararnos para China, Vietnam, en suma toda Asia, y tenemos bastantes familias listas para salir en misión hacia el Oriente del mundo.
También se han creado cinco nuevos seminarios para preparar a los jóvenes que vayan a China…
--Kiko Argüello: ¡Exactamente! Preguntamos a veinte mil jóvenes quiénes se sentían llamados a ser sacerdotes y evangelizar en China, y respondieron cinco mil. Ahora estos muchachos serán objeto de discernimiento, preparados, tendremos que ver quién completará los estudios, etcétera. ¡En suma, China, Asia!
Por último, ¿hay algo que quiera decir a todos los que forman parte del Camino Neocatecumenal, y también a todos los cristianos?
--Kiko Argüello: Sí, quiero manifestar un simple deseo: que encuentren Cristo y encuentren, por consiguiente, la vida verdadera que lleva a la vida eterna. Espero que todos se puedan encontrar verdaderamente con Jesucristo, porque El te da su naturaleza y su vida inmortal y esto te cambia completamente la existencia, te ayuda y te prepara.

20 enero 2012

APROBADAS LAS CELEBRACIONES DEL CAMINO NEOCATECUMENAL

CIUDAD DEL VATICANO, 20 ENE 2012 (VIS).-El Pontificio Consejo para los Laicos ha publicado hoy un decreto por el que aprueba las celebraciones contenidas en el Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal. El decreto está fechado el 8 de enero 2012, fiesta del Bautismo del Señor; y lleva las firmas del presidente de este dicasterio, el cardenal Stanislaw Rylko; y del Secretario, el obispo Josef Clemens.

Este es el texto publicado hoy: "Con decreto del 11 de mayo de 2008, el Pontificio Consejo para los Laicos aprobó de modo definitivo el Estatuto del Camino Neocatecumenal y, sucesivamente, después de haber debidamente consultado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, con decreto del 26 de diciembre 2010 dio su aprobación a la publicación del Directorio Catequético como texto válido y vinculante para las catequesis del Camino Neocatecumenal".

"Ahora, vistos los artículos 131 y 133, '1 y '2, de la Constitución Apostólica 'Pastor Bonus' sobre la Curia romana, el Pontificio Consejo para los Laicos, recibido el parecer favorable de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, concede la aprobación a aquéllas celebraciones contenidas en el Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal que no resultan por su naturaleza ya reguladas por los Libros litúrgicos de la Iglesia".

02 enero 2012

Kiko Argüello: desde Belén, sinfonía completa "El sufrimiento de los inocentes" para los cristianos de Tierra Santa.


El martes, 27 de diciembre de 2011, san Juan Evangelista, en el Palacio de Convenciones de Belén, unos 180 músicos y cantantes expresaron con la música y la oración, el grito de dolor de los santos inocentes y la Virgen María. Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal ofreció este concierto majestuoso a 2000 personas.


La sala, atestada: 2000 personas para 1750 asientos. Silencio. Todos escuchan las explicaciones de Kiko, iniciador del Camino Neocatecumenal y compositor de este concierto singular. La obra presenta a la Virgen María sujeta al escándalo del sufrimiento de los inocentes en su propia carne. En este 27 de septiembre, víspera de la solemnidad de los Santos Inocentes. Aquí, en Belén. En el mismo lugar donde ocurrió la masacre. Kiko hará de esta noche un concierto orante único con la introducción de la mediante la lectura de Ezequiel (22, 1.7-12.21, 14-22) y Lucas (2, 22-35), y porque, explicará, «en un tema como este, la música puede decir algo mucho más profundo que las palabras».

El concierto, dirigido por la mano maestra de Pau Jorquera (Barcelona), se divide en cuatro tiempos, sólo interrumpidos por la pausa para la meditación:

1 / Getsemaní: El canto de los violines, ligero, introduce al auditorio en el huerto de los Olivos. Poco a poco, resuena la percusión a los lejos, adensando imperceptiblemente la atmósfera. Cristo entra en agonía. Y desde el fondo del valle, los 150 cantantes y músicos retienen con una sola voz Su grito: «¡Abba!», cuyo eco se pierde en el pesado silencio de Su soledad.

2 / Lamentaciones: Lágrimas de la Virgen María, que contempla a su hijo en la agonía. Delicadeza y armonía de la orquesta en torno a la que se encuentra al pie de la Cruz. El sonido de los instrumentos, como en secreto y casi de forma silenciosa, revela el infinito dolor de esta Madre afligida; mientras las notas del arpa recuerdan el caer de las lágrimas a lo largo de su rostro.

3 / «¡Perdónalos!»: Trompetas, trompas, campanas y el canto del coro: «Padre, perdónalos!». La voz de Cristo resuena y se pierde en medio de los violines que, en un crescendo dramático, configuran el ambiente de la muerte inminente de Cristo. A lo lejos, el sonido de la arpa recuerda dolorosamente las lágrimas de María.

4 / La espada: «Y a ti misma una espada te traspasará el alma» (Lc 2,35). La música muestra el dolor de María atravesada por la espada del sufrimiento, al pie de la cruz. Y, de repente, las 2000 personas, todo el público se levanta para cantar, como eco de Kiko, «¡ya Mariam!», dirigiéndose con todas sus voces a la Virgen María en un rapto de apoyo y compasión.

La Iglesia del aleluya

La obra termina con un canto de todo el coro y, con fuerza, todos los instrumentos y cantantes proclaman la Resurrección, para recordar a todos que, a pesar del sufrimiento, la victoria está asegurada con Cristo resucitado. Lo que subrayará el patriarca Fouad Twal tras el concierto: «Somos la Iglesia de la cruz; pero también de la alegría, la esperanza, la resurrección, y del ¡aleluya!». El patriarca dio las gracias calurosamente a Kiko; al director del coro, Pau Jorquera, y a todos los cantantes y músicos. «Con este concierto que nos habéis ofrecido, hemos entendido el grito de dolor. Forma parte de nuestra vida, de nuestro patrimonio. El drama de los Santos Inocentes sucede justo después de la alegría de la Navidad. No se puede separar el dolor de la alegría: «El que quiera seguirme, tome su cruz». Pedimos a la Virgen María que nos ayude; a Ella, que sabe que el Señor es victorioso; Ella, que tiene que sufrir, permanecer en silencio, confiar en todo y aceptar; aunque no comprenda».

01 enero 2012

Mensaje del papa a la Fiesta de la Familia de Madrid.

Benedicto XVI: "El calor del hogar enseña más que las palabras"
Mensaje del papa a la Fiesta de la Familia de Madrid


MADRID, sábado 31 diciembre 2011 (ZENIT.org).-Cientos de miles de personas participaron este viernes en la Fiesta de las Familias, en la plaza de Colón de Madrid.

Desde las 14.30 se pudieron escuchar los testimonios de numerosos jóvenes y familias durante el rezo del rosario. A las 16.30, comenzó la Santa Misa, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, al que acompañaron una treintena de obispos llegados de algunos países de Europa y de toda España.

Durante la celebración, el cardenal Rouco leyó el mensaje del papa Benedicto XVI a los congregados en Colón.

En su saludo a los participantes, el papa se une a esa acción de gracias "por este gran misterio que ilumina todo hogar cristiano y dar muestra a la humanidad entera de esperanza y alegría".

Invita a todos "a considerar esta celebración como continuación de la Navidad: Jesús se hizo hombre para traer al mundo la bondad y el amor de Dios; y lo hizo allí donde el ser humano está más dispuesto a desear lo mejor para el otro, a desvivirse por él, y a anteponer el amor por encima de cualquier otro interés y pretensión".

"Así --añade el papa--, vino a una familia de corazón sencillo, nada presuntuoso, pero henchido de ese afecto que vale más que cualquier otra cosa. Según el Evangelio, los primeros de nuestro mundo que fueron a ver a Jesús, los pastores, 'vieron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre' (Lc12,6). Aquella familia, por decirlo así, es la puerta de ingreso en la tierra del Salvador de la humanidad, el cual, al mismo tiempo, da a la vida de amor y comunión hogareña la grandeza de ser un reflejo privilegiado del misterio trinitario de Dios".

"Esta grandeza --añade- es también una espléndida vocación y un cometido decisivo para la familia, que mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II, describía hace treinta años como una participación 'viva y responsable en la misión de la Iglesia de manera propia y original, es decir, poniendo al servicio de la Iglesia y de la sociedad su propio ser y obrar, en cuanto comunidad íntima de vida y amor' (Familiaris Consortio, 50).

Anima "especialmente a las familias que participan en esa celebración, a ser conscientes de tener a Dios a vuestro lado y de invocarlo siempre para recibir de él la ayuda necesaria para superar vuestras dificultades, una ayuda cierta, fundada en la gracia del sacramento del matrimonio".

"Dejaos guiar por la Iglesia --exhorta--, a la que Cristo ha encomendado la misión de propagar la buena noticia de la salvación a través de los siglos, sin ceder a tantas fuerzas mundanas que amenazan el gran tesoro de la familia, que debéis custodiar cada día".

"El Niño Jesús, que crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, en la intimidad del hogar de Nazaret (cf. Lc2,40), aprendió también en él de alguna manera el modo humano de vivir. Esto nos lleva a pensar en la dimensión educativa imprescindible de la familia, donde se aprende a convivir, se transmite la fe, se afianzan los valores y se va encauzando la libertad, para lograr que un día los hijos tengan plena conciencia de la propia vocación y dignidad, y de la de los demás. El calor del hogar, el ejemplo doméstico, es capaz de enseñar muchas más cosas de las que pueden decir las palabras. Esta dimensión educativa de la familia puede recibir un aliento especial en el Año de la Fe, que comenzará dentro de unos meses. Con este motivo, os invito a revitalizar la fe en vuestras casas y tomar mayor conciencia del Credo que profesamos", recuerda el papa.

Y concluye evocando de nuevo "con emoción inolvidable la alegría de los jóvenes reunidos en Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud" y pidiendo "a Dios, por intercesión de Jesús, María y José, que no dejen de darle gracias por el don de la familia, que sean agradecidos también con sus padres, y que se comprometan a defender y hacer brillar la auténtica dignidad de esta institución primaria para la sociedad y tan vital para la Iglesia. Con estos sentimientos, os imparto de corazón la Bendición Apostólica”.

En su homilía, el cardenal Rouco empezó comentando el lema de la concentración: “¡Gracias a la familia cristiana hemos nacido!”. Un acontecimiento que, dijo, "ha significado para la Iglesia y la sociedad, especialmente en Madrid y en España, un verdadero torrente de gracia del Señor".

Estos jóvenes de la JMJ-2011, dijo el cardenal, "nos han pedido participar en la celebración de la Fiesta de la Sagrada Familia, este año, con una presencia destacada y significativa. Adujeron una hermosa y emotiva finalidad: el poder agradecer a sus padres que hayan querido ser para ellos instrumentos necesarios y generosos de la transmisión del don de la vida recibida de Dios".

"Los tiempos han sido y son difíciles para las familias --reconoció el cardenal--, nacidas con el proyecto de constituirse y configurarse como una íntima comunidad de amor conyugal −del esposo a la esposa y viceversa−, fiel, indisoluble y abierto sin desnaturalizaciones voluntarias y sin reservas irresponsables al don de los hijos en conformidad gozosa con el plan de Dios".

"La vida es un bien sagrado que el ser humano recibe de Dios --recordó el presidente de la celebración--. El hombre no es el dueño de la vida sino su servidor: desde el momento en el que es concebida en las entrañas maternas hasta el instante de la muerte natural. Ninguna instancia humana puede disponer de la vida de un ser humano inocente".

"El derecho a la vida de la persona humana, desde que es engendrada hasta que muere naturalmente --subrayó--, es un derecho fundamental en un doble sentido: constituye, por una parte, la base ética primordial de todo ordenamiento jurídico que quiera considerarse justo, proporcionándole un fundamento prepolítico indispensable para el orden constitucional; y, por otra, en cuanto anterior a él, ha de ser respetado, protegido y promovido por el derecho positivo en todas sus expresiones legislativas. ¡Se trata de un verdadero derecho natural!".

Definió a la familia como “una comunión de personas”. "La configuración institucional de esas relaciones de 'comunión personal', en sus elementos y rasgos esenciales, es también un bien sagrado que el ser humano y la sociedad reciben de Dios". añadió.

"¡Cuán otra sería la situación humana y espiritual de las sociedades europeas de hoy, sin excluir a no pocos sectores de la comunidad eclesial, si se hubieran tomado en serio las enseñanzas de la Familiaris Consortio! --afirmó--. ¡Cuántos dramas personales y familiares se hubieran podido evitar y cuántas jóvenes vidas desorientadas y desestructuradas hubieran podido lograrse!"

Y se preguntó "¿Qué sería hoy de tantas personas en paro y de tantos jóvenes que no encuentran el primer empleo sin la ayuda de sus familias?".

"Uno de los aspectos más bellos de la JMJ-2011 de Madrid ha sido precisamente el descubrimiento gozoso y alegre de la vocación para el matrimonio cristiano por parte de muchos jóvenes. ¿Cómo no van, pues, aquí y hoy a manifestar su decidido propósito de ser igualmente testigos fervorosos, valientes y lúcidos, privada y públicamente, del Evangelio del matrimonio y de la familia con sus palabras y con su comportamiento diario? ¡Lo seréis! ¡Lo serán! Benedicto XVI se lo ha pedido en su Mensaje. ¡No le defraudarán!", señaló.

Recordó evocando las palabras finales del Mensaje del papa para esta Eucaristía de la Sagrada Familia de 2011 citadas arriba.

Bajo tu amparo. Canto a la Virgen Maria.



Canto de una oración a María por cristianos del siglo III.
Autor de la melodia musical: P. Lucien DEISS, c. s. sp, músico y exégeta, comenta musicalmente los textos sagrados.

«Bajo tu amparo» (Sub tuum praesidium) es una de las oraciones marianas más antiguas. La citamos aquí en su forma más primitiva, tal como fue descubierta en un papiro griego. Resulta impresionante rezar o cantar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C., que es la fecha en la que el experto en papirología de la Universidad de Oxford, Edgar Lobel, dató el papiro en el que se encontraba. El principal interés del texto reside en la apelación de Theotokos, Madre de Dios, título que el Concilio de Efeso definiría el oño 431. María es Madre de Jesús, Madre de Dios. Ella es también Madre de todos los redimidos por su Hijo. La presente versión restituye el sentido original del texto, que la versión latina transmitía con un contrasentido: libera nos semper, virgo gloriosa et benedicta -líbranos siempre, Virgen gloriosa y bendita-. En realidad hay que leer junto «semper-virgo» para dar su sentido exacto al griego «aei parthenos», siempre Virgen, título tradicional en la patrística griega y oriental.Música. Al componer este canto se ha pretendido que la música sea sencilla. El volver en cada frase a los mismos grados de la quinta, ayuda a crear un clima de gran interioridad y de oración.
Uso litúrgico. Fiestas de Nuestra Señora. Oración de la noche.

Feliz Navidad en Belén. Arzobispo en Tierra Santa: Trabajar por la reconciliación



Arzobispo en Tierra Santa: Trabajar por la reconciliación
Entrevista al prelado maronita Paul Nabil Sayah, de Haifa

HAIFA, domingo 1 enero 2012 (ZENIT.org).- El rito oriental maronita, dentro de la Iglesia católica, que se remonta a san Juan Marón, es la única Iglesia oriental que nunca se ha separado de Roma. En lugar de usar el latín, la lengua de la liturgia es el siríaco, un antiguo dialecto del arameo. La Iglesia maronita es una de las más pequeñas comunidades católicas, con doce mil fieles, en una región donde la población de los cristianos es de unos cincuenta mil. La comunidad se vió diezmada por la emigración, especialmente hacia Cisjordania.

Mark Riedemann de Where God Weeps, en colaboración con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, entrevistó al arzobispo Paul Nabil Sayah, arzobispo maronita de Haifa y Tierra Santa.

En el cristianismo hubo numerosas y lamentables escisiones. Podemos decir que la Iglesia maronita nunca se separó de Roma. ¿Nos puede contar un poco de la historia de su Iglesia?

--Mons. Sayah: El término maronita viene del nombre de su fundador, san Marón, que murió en 410. Este año celebramos los 1.600 años de la vida de nuestra Iglesia. La Iglesia comenzó en Antioquía y rápidamente, después de la conquista musulmana, se trasladó hacia las montañas del Líbano desde donde gradualmente se fue difundiendo. Tenemos ahora 43 obispos en todo el mundo pero nuestra sede, o como quiera llamarla, permanece en El Líbano.

Su comunidad está geográficamente bastante desperdigada, cuentan con unos doce mil fieles en Tierra Santa, unos 800.000 en el Líbano, y entre 7 y 10 millones, no está claro, en el resto del mundo. ¿Cómo puede ejercer su ministerio con una comunidad tan dispersa?

--Mons. Sayah: Bueno, mi propia comunidad está bastante dispersa. Yo me encargo de las áreas de Israel, Jordania, Jerusalén y Palestina de dos formas distintas. ¿Cómo se ejerce este ministerio? Tienes que estar presente. Ejercer el ministerio significa estar tan cerca de la gente como sea posible y tradicionalmente tenemos tres responsabilidades. Intentamos ofrecer a la gente nuestro mensaje, los sacramentos y los servicios que necesitan, e intentamos, tanto como podemos, estar al servicio de nuestra gente de modo incondicional y desde todos los puntos de vista, social, psicológico, etc.

Los cristianos árabes se encuentran entre dos fuegos: por un lado los extremistas islámicos y por el otro los sionistas extremistas. ¿Es una maldición o una bendición esta situación de los cristianos árabes?

--Mons. Sayah: Gracias a Dios, no todos son extremistas; hay muchísimos buenos judíos así como musulmanes, pero es una realidad actual. Para los cristianos de Tierra Santa, nos guste o no, las cosas son así: Para los judíos somos árabes y quizás potenciales terroristas, para los musulmanes somos cristianos lo que significa que somos infieles. Bien, así es como están las cosas y como han sido siempre. También es la forma en la que estarán, ¿pero esto es una bendición o una maldición? No lo sé. Más que preocuparnos, estamos aquí. Estamos aquí para quedarnos. Hemos estado en Tierra Santa 600 años antes de que el Islam llegara, sabemos que nuestra vida no es fácil, pero ¿y qué? Esta es nuestra vida y nuestra misión y la mantendremos.

¿Podríamos decir que el papel que tienen los árabes cristianos en esta situación es único?

--Mons. Sayah: Creo que estamos en situación de poder mediar. Estamos en posición de testigos. Tiene que recordar que se nos ha encargado un trabajo de reconciliación. Creo que es una dimensión muy importante en la vida cristiana, además de la labor que los cristianos hacemos en educación, medicina, trabajo social, etc... Desde este punto de vista, estamos ofreciendo un conjunto grande de servicios que van más allá de nuestro número, un 1 o 2%. Nos gustaría se agentes de la reconciliación, del diálogo y de la información a los musulmanes sobre la vida cristiana real.

¿Diría que la tensión entre palestinos e israelíes es un problema racial o religioso?

--Mons. Sayah: No creo que sea un problema religioso. Tiene una dimensión religiosa en la medida en que los extremistas de ambas partes tienen un problema con todos los demás, pero creo, básicamente, que es un problema político. Es un problema de dos pueblos intentando compartir la tierra y el poder.

¿Pero aquí no aparece el deseo teocrático de la Tierra Prometida? ¿Cómo tratan este problema?

--Mons. Sayah: Sí, tenemos que lidiar con dos teocracias: el islam y el judaísmo, pero le recuerdo que la israelí es una sociedad secular. Hay muchos, muchos israelitas que no tienen relación con la religión, pero también hay extremistas religiosos (judíos) cuyo número no deja de aumentar.

¿Existe una ley por la que se debe prestar juramento de lealtad a Israel?

--Mons. Sayah: Sí, este requiere a cada ciudadano israelí que prometa fidelidad a Israel como un Estado democrático y judío. Si puedes reconciliar ambas fidelidades, va todo bien. El 20% árabe, obviamente no quiere saber nada de esto. El otro problema para Israel como país, para los judíos, es el de los refugiados palestinos. Hay 3 o 4 millones de refugiados en el mundo, y según la ley internacional deberían poder regresar. ¿Cuántos de ellos volverán a Israel? Tengo grandes dudas al respecto pero es otro problema para muchos países como Líbano y Jordania, que cuentan con centenares y centenares de refugiados, y quisieran que los palestinos volvieran a su tierra natal. Si declaras que Israel es un país para los judíos, les estás diciendo que quien no es judío no es bienvenido.

Quisiera volver a la cuestión de las iniciativas que la Iglesia católica está llevando a cabo respecto a la reconciliación. Usted comenzó un proyecto llamadoEncuentro donde invitó a cristianos y musulmanes jóvenes para dialogar. ¿Qué le inspiró a hacer esto y que frutos ha cosechado esta acción?

--Mons. Sayah: Siento que la reconciliación, el diálogo, y el unir a la gente forma parte integral de mi ministerio. Creo en la gente joven. Estoy cualificado como educador, y creo que la gente joven puede marcar la diferencia. Están preparados para cambiar, tienen menos prejuicios. Son más flexibles. Comenzamos con cuatro cristianos, cuatro musulmanes y cuatro judíos del área de Jerusalén. Tenemos un grupo parecido en Londres, en la diócesis de Chelmsford, que es una diócesis anglicana, y que tiene un programa de intercambio. El objetivo principal, obviamente, es animar a la gente joven a presentarse a los otros, entrenarles a debatir los problemas actuales de la sociedad. Suponga que hay una disputa entre palestinos y judíos. ¿Qué dirán los periódicos?: “¿cómo podemos lidiar con este problema?”.

¿Qué respondieron?

--Mons. Sayah: Se ha creado un inmenso cambio en la gente joven. Realizamos una evaluación continua, escuchándoles, pidiendo que escribieran cómo se sentían y cómo les afectaba. Teníamos a un joven judío que dijo al principio: “Todos los palestinos son unos terroristas”. Pero cuando se sentó con jóvenes palestinos, pensó: “Podemos vivir juntos, podemos trabajar. Podemos hacer muchas cosas juntos. Lo mismo sucedió con la otra parte. Por tanto, desde este punto de vista puedes ver cuán importante es permitir que los jóvenes se reúnan. Cuando comenzamos, muchos padres me trasladaban sus dudas. Yo dije: “Mirad soy el obispo”. Usé el peso de mi autoridad y dos años después los padres volvieron a mí y me dijeron: “¿Por qué no hace algo por nosotros también, ahora que nuestros hijos lo están haciendo tan bien?”.

¿Es la separación entre religión y Estado una respuesta posible para aquellos cristianos árabes que viven bajo un estado teocrático?

--Mons. Sayah: Si queremos vivir en paz, tenemos que aprender a respetarnos los unos a los otros. No puedes imponer una manera de vivir o una concepción del Estado en el que gobierna la religión. No decimos que un estado secular en el que no haya religión sea la solución, sino uno en el que la religión tenga su sitio, y todo lo demás también. En el islam y en el judaísmo la política no está separada. Sí, quisiéramos que se hiciera menos énfasis en la religión y que la política se mantuviera separada, y así tener una de esas sociedades en las que se vive y se respeta a todas las religiones.

¿Es esta una gran responsabilidad para los cristianos de Oriente Medio?

--Mons. Sayah: No sólo para los cristianos de Oriente Medio. Es un tema muy importante para la Iglesia universal. El mensaje es que la Iglesia universal le dice a la Iglesia de Oriente Medio: no estás sola. Somos todos una única Iglesia. La Iglesia universal está contigo y tú formas parte de la Iglesia universal. Esta dice: os apoyamos, tenéis una misión; tenéis algo que ofrecer a la Iglesia del mundo entero, pero también necesitáis nuestra ayuda; no creáis que estáis solos. Este es un mensaje muy importante. Por eso creemos que es un gran privilegio estar en Tierra Santa. Es un privilegio para mí ser obispo y servir a mi comunidad y a toda la Iglesia. Cuando recibo a peregrinos, también estoy llevando a cabo mi ministerio. Estar en Tierra Santa como obispo es un gran privilegio, pero al mismo tiempo esto no es sólo par mí, estoy al servicio de toda la Iglesia. La Tierra Santa es donde todo empezó, y a donde pertenecemos todos. No nos pertenece a nosotros como cristianos locales, sólo somos sus custodios. Estamos aquí para mantener esto, y para mantener viva la vida cristiana, para que todo el mundo pueda venir y tener la experiencia de caminar por las piedras de Jerusalén y poder caminar por los mismos lugares de Galilea por donde Cristo mismo caminó.

¿Qué puede hacer la Iglesia universal?

--Mons. Sayah: En primer lugar, venir a Tierra Santa. Creo que al venir nos ayuda mucho, nos ayuda económicamente, y sentimos que estamos a su servicio. En segundo lugar, hablar de la situación en Oriente Medio. La gente de aquí no creó la situación en Palestina. La comunidad internacional lo hizo. La comunidad internacional debería ponerse de acuerdo y hacer algo al respecto. La gente de aquí nunca será capaz de resolver este problema. Gracias a Dios, hay iniciativas y en la actualidad Estados Unidos parece tomarse en serio un problema que Europa siempre afrontó. En tercer lugar, continuar la ayuda para nuestros proyectos. Nunca habría podido soñar con construir un centro pastoral, que cuesta cientos de miles de euros, si sólo hubiera podido apoyarme en mi propio pueblo. Así es, en concreto, cómo veo el papel de la Iglesia universal en ayudarnos a mantener los lugares, no sólo para nosotros, sino para toda la Iglesia universal.

Esta entrevista fue hecha por Mark Riedemann para Where God Weeps, un programa semanal de televisión y radio, producido por Catholic Radio & Television Network, en colaboración con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
Para más información: www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.