DOMINGO IV DE cuaresma
2 de marzo de 2008 (ciclo A, año par)
Primera lectura
David es ungido rey de Israel
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a
En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: - «Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.» |
Salmo responsorial
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta. El Señor es mi pastor, nada me falta: |
Segunda lectura
Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 8-14
Hermanos: |
Aclamación antes del Evangelio
Jn 8, 12b
Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
EVANGELIO
Fue, se lavó, y volvió con vista
Lectura del santo evangelio según san Juan 9, 1-41
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. |
COMENTARIO
Cristo es la luz El pasado domingo el signo era el agua, hoy, la Palabra de Dios nos habla de la luz. El cristiano ha sido llamado a la luz de la fe para ver las claridades de Dios. La Palabra de Dios nos presenta la realidad del ciego de nacimiento que vive en la oscuridad hasta que se encuentra con Jesús: Jesús es la luz y le da la luz que le permite ver.
Compromiso semanal Revisa tu vida tratando de descubrir las zonas de ella que aún no han sido iluminadas por la luz de Cristo y deja que su luz brille totalmente en ti.
La Palabra del Señor, luz para cada día 1ª lectura: 1 Samuel 16, 1. 6-7. 10-13. David es ungido rey de Israel. La personalidad de David es la más rica y mejor trazada por la Biblia. Una completa figura humana. Conoció el éxito y el fracaso, el dolor y la alegría. La historia de David comienza con esta lectura, que es una página bellísima: su elección por Dios. El ungido por Samuel es el pequeño de una familia de ocho: Así recordamos la doctrina bíblica de que Dios ama a los humildes, pequeños, y sencillos. Así, en la obra de David, ungido rey por Dios, resaltará la fuerza de Yahvé. La lectura resalta la contraposición entre los criterios del hombre y los criterios de Dios: el hombre juzga por las apariencias, mientras que Dios ve el fondo del corazón. Salmo 22. El Señor es mi pastor, nada me falta. Una profunda alegría y serena confianza dominan todo el salmo que canta la felicidad de estar junto a Dios. El salmista nos comunica dos experiencias: su intimidad con Dios y la delicada preocupación del Señor. La oscuridad del camino y la presencia de los enemigos no pueden turbar su felicidad. Jesucristo es el Buen Pastor que da la vida por las ovejas y que al final de los tiempos las conducirá a fuentes de agua viva. En la Iglesia primitiva, los recién bautizados se dirigían en procesión a la Iglesia cantando este salmo, antes de participar por vez primera en la eucaristía. 2ª lectura: Efesios 5, 8-14. Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz. El cristiano tiene que separarse activamente de las tinieblas, es decir, de todas las obras que le apartan del Reino de Dios. La participación en el Misterio de la salvación le exige una vida nueva. La lectura nos muestra unos rasgos de esta vida nueva: Evangelio: Juan 9, 1-41. Fue, se lavó y volvió con vista. Jesús realiza con el ciego de nacimiento un milagro lleno de simbolismo: Al devolver la vista a un ciego enseña que Él es la luz que vence las tinieblas. Jesús cura en sábado. Parece ir contra la ley, pero la está cumpliendo de un modo perfecto: hay que hacer el bien siempre. Jesús cura en la piscina de Siloé, que significa enviado, para poner de relieve que el verdadero enviado es Él. A su contacto nos llenamos de luz. Así se establece la relación entre la luz de la Verdad y el agua de la Vida. El milagro desencadena dos tipos de actitudes: La actitud del ciego progresa hacia Jesús. Se abre sinceramente a la luz verdadera con ocasión de su curación, y acaba confesando su fe en que Jesús es el Hijo del Hombre y el Señor. La actitud de los fariseos es completamente diferente. Se van cerrando obstinada y progresivamente a la luz. Abren un proceso para no ver y autojustificarse. Pretenden incluso negar que el ciego ha sido curado. Puedes leer Mateo 8, 5-13. |
CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 3 | Is 65, 17-21. El Señor creará un cielo nuevo y una tierra nueva. Sal 29, 2-6.11-13b. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir. Jn 4, 43-54. Y creyó él con toda su familia. Pídele a Dios lo que más necesites |
Martes 4 San Casimiro | Ex 47, 1-9.12. El agua recorre el templo y desemboca en el mar saneándolo. Sal 45, 2-3.5-6.8-9. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios. Jn 5, 1-3.5-16. Cristo cura al enfermo en sábado. Haz una obra de caridad |
Miércoles 5 | Is 49, 8-15. En tiempo de gracia te he respondido. “Venid a la luz”. Sal 144, 8-9.13-18. Cerca está el Señor de los que lo invocan. Jn 5, 17-30. Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida. Reza por los moribundos y los difuntos |
Jueves 6 | Ex 32, 7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra el pueblo. Sal 105, 19-23. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. Jn 5, 31-47. Hay quien os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Reza por los enfermos. Visítalos |
Viernes 7 Santas Perpetua y Felicidad, mártires | Sb 2, 1a.12-22 Declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Sal 33, 17-23 El Señor está cerca de los atribulados. Jn 7, 1-2.10.25-30 Todavía no había llegado su hora. Reza por los que no conocen a Cristo. |
Sábado 8 San Juan de Dios | Jr 11, 18-20. Como cordero llevado al matadero. Sal 7, 2-3.9-12. Señor, Dios mío, a ti me acojo. Jn 7, 40-53. El pueblo se pregunta quién es Jesús. Reza por los que rechazan a la Iglesia |
Domingo 9 V de Cuaresma | Ez 37, 12-14. Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129, 1-4.6-8. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Rm 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús habita en vosotros. Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida. Reza por los que no creen en la resurrección |
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