DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
13 de julio de 2008 (ciclo A, año par)
Primera lectura
La lluvia hace germinar la tierra
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
Así dice el Señor: |
Salmo responsorial
Sal 64, 10. 11. 12-13. 14
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Segunda lectura
La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-23
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Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre
EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar
+ Lectura del santo evangelio según San Mateo, 13, 1-23
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COMENTARIO
Salió el sembrador a sembrar La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos regala para nuestra vida el tema del crecimiento de la semilla de la fe en nuestras vidas. La primera lectura, del profeta Isaías nos habla de la eficacia de la Palabra de Dios: la Palabra de Dios ha de germinar, ha de dar fruto, tiene en sí misma la fuerza necesaria para dar fruto,... pero para ello, el corazón que recibe la Palabra ha de estar preparado, ha de estar dispuesto para recibir la semilla de la Palabra de Dios. Es lo que el Evangelio nos presenta en la Parábola del Sembrador. La parábola del SEMBRADOR, muy probablemente fue dirigida por Jesús a sus seguidores más constantes, persiguiendo un doble sentido: advertir a los predicadores contra el desánimo, y provocar en los oyentes la “mejora de la cosecha”, es decir, la conversión inminente. La Palabra es la semilla, el mensaje del Reino de Dios. Sin embargo, hay diferentes clases de oyentes del mensaje de la salvación: El camino: es comparado con una persona que ha escuchado pero no ha acogido. Sólo las palabras llegan a su oído, pero el sentido de éstas no ha penetrado en su corazón. Rápidamente pierde lo oído. El terreno pedregoso: se refiere a una situación de fragilidad: aquellos que escuchan la Palabra de Dios pero no se mantienen firmes: la semilla no puede echar raíces. Se cansan, se escandalizan y rechazan la semilla. Las zarzas: se refieren a aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la aceptan, pero ante las exigencias que nos plantea, y ante la vida cómoda y fácil, poco a poco la semilla se va malogrando. No se dice que no haya crecido. Sí ha crecido, pero no ha dado fruto. Ha germinado, pero no ha dado fruto, que es la finalidad última del crecimiento. La tierra buena: son los que oyen y entienden, no sólo mientras es fácil, sino incluso cuando viene el pedrisco y aumenta las dificultades. Son aquellos que entienden que el Señor es Señor por completo, y no sólo a medias. Aquellos que comprenden que el hecho de ser discípulos implica un compromiso para toda la vida (toda = completa y siempre). Al que así ha comprendido se le da constantemente, Dios le da sus dones. A cada cual según la medida de su crecimiento: a unos treinta, a otros sesenta, a otros el ciento por uno. En la parábola del sembrador Jesús quiere sacudir la pereza, la indiferencia, la sensualidad del hombre que se resiste a crecer, que no acepta los signos pequeños y sencillos, que quiere dejarse convencer solamente por la fuerza de lo evidente. La parábola quiere expresar la situación de urgencia y de implicación: tú eres este terreno; está la semilla y depende de tí ser piedra o zarzas o tierra buena. Tú que vas juzgando y escuchando estas parábolas, trata de comprender que se refieren a tí: "el que tenga oídos para oír, que oiga".
Compromiso semanal Analiza qué clase de tierra hay en tu corazón y qué puedes hacer para mejorarla.
La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Isaías 55, 10-11. La lluvia hace germinar la tierra. Dios se ha comunicado con el hombre por la Palabra. La Palabra de Dios es viva y dinámica, fecunda y eficaz: Realiza la salvación que anuncia. Se compara a la lluvia y la nieve que fecundan la tierra. La Palabra de Dios siempre es fiel y rompe los esquemas humanos.
Salmo 64, 10–14. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto. Este salmo nos invita a contemplar los bienes de la creación y a pensar en otra cosecha: la semilla de vida eterna que Dios ha sembrado en nuestras almas.
2ª lectura: Romanos 8, 18-23. San Pablo anima a no desesperarse aunque la situación actual no sea del todo buena. En la actualidad la creación padece un sometimiento duro al desorden introducido por el pecado del hombre. Pero la creación, asociada al hombre en el fracaso, también lo está en la salvación. La visión cristiana del mundo es profundamente optimista, a pesar de las fatigas, trabajos y sufrimientos del tiempo presente. El cristiano espera la gloria que Dios le tiene preparada.
Evangelio: Mateo 13, 1-23. Salió el sembrador a sembrar. Jesús habla de los "secretos del Reino". La Palabra de Dios se parece a la semilla sembrada en el campo que fructifica según el terreno. El sentido fundamental de la parábola es la certeza de la germinación. El Reino de Dios, Dios mismo, su presencia, poder y perdón no pueden fallar. No hay motivos para desalentarse. Pero el riesgo de que la semilla no fructifique es real. La tierra es el corazón del oyente. Las malas disposiciones del corazón pueden malograr el fruto. Todos están llamados a preparar el surco, a conocer y a poner en práctica las enseñanzas de Jesús. Quien acoge la Palabra de Dios es quien da fruto abundante. . |
CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 14 | Is 1, 10-17 Lavaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Sal 49, 8-9.16-23 Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. Mt 10, 34-11,1 No he venido a sembrar paz, sino espadas. Revisa tu vida para ver cómo está tu amor a Dios |
Martes 15 | Is 7, 1-9 Si no me creéis, no subsistiréis. Sal 47, 2-8 Dios ha fundado su ciudad para siempre. Mt 11, 20-24 El día del juicio le será más llevadero a Tiro, a Sidón y a Sodoma que a vosotras. Revisa si das los frutos que el Señor espera |
Miércoles 16 | Za 2,14-17. Alégrate, hija de Sión, que yo vengo. Sal: Lc 1,46-55. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. Mt 12,46-50. Señalando con la mano a los discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos". Pídele a la Virgen lo que más necesites |
Jueves 17 | Is 26, 7-9.12.16-19 Despertarán jubilosos los que habitan en el polvo. Sal 101, 13-21 El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra. Mt 11, 28-30 Soy manso y humilde de corazón. Descansa en el Señor tus agobios y preocupaciones |
Viernes 18 | Is 38, 1-6.21-22.7-8 He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas. Sal Is 38, 10-12.16 Tú, Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía. Mt 12, 1-8 El Hijo del Hombre es señor del sábado. Haz una obra de misericordia |
Sábado 19 | Mi 2,1-5. Codician los campos y se apoderan de las casas. Sal 9. No te olvides de los humildes, Señor. Mt 12,14-21. Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta. Reza por los cristianos perseguidos |
Domingo 20 | Sb 12, 13.16-19. En el pecado das lugar al arrepentimiento. Sal 85, 5-6.9-10.15-16. Tú, Señor, eres bueno y clemente. Rm 8, 26-27. El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables. Mt 13, 24-43. Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Participa en la Eucaristía. Revisa como va el verano |
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