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21 diciembre 2006

Bendición: Cena de Nochebuena

BENDICIÓN DE LA CENA DE NOCHEBUENA

En el centro de la mesa se colocará una vela apagada.

Toda la familia, de pie, se reúne alrededor de la mesa. Santiguándose dicen:

El Padre, el hijo y el Espíritu Santo, sean glorificados en todo tiempo y lugar por al Inmaculada Virgen maría. Que Así sea. Amén

La madre de familia dice:

Hoy nos encontramos reunidos celebrando el nacimiento del Señor Jesús de la

Virgen María. Dios, en muestra de su inmenso amor, envió a su hijo para que la comunión perdida por el pecado fuera restablecida. Él nos reúne esta noche y, unidos de la misma forma que la familia de Nazaret, nos muestra que nuestra espera no ha sido en vano.

Uno de los hijos lee:

"Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace"." (Lc. 2, 8-14)

Y todos responden:

Gloria a Ti, Señor Jesús, que hoy has nacido de la Virgen María.

Mientras uno de los hijos enciende el cirio colocado en medio de la mesa, todos entonan el siguiente canto:

CAMPANAS

  1. Campana sobre campana

y sobre campana una,

asómate a la ventana

verás al niño en la cuna.

BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN

QUE LOS ÁNGELES TOCAN,

¿QUÉ NUEVAS ME TRAÉIS? (2 veces)

  1. Recogido tu rebaño,

¿adónde vas, pastorcito?

voy a llevar al portal

mi canción y mi cariño.

  1. Campana sobre campana

y sobre campana dos,

asómate a la ventana,

porque está naciendo Dios.

Para finalizar; el padre de familia reza la siguiente oración de bendición:

Oremos.

Dios Padre,
que nos enviaste a tu Hijo muy amado,
derrama tu bendición sobre estos alimentos
y también sobre los miembros de este hogar,
para que así, como ahora acogemos,
gozosos, a tu Hijo Reconciliador,
lo recibamos también confiados
cuando vengas al fin de los
tiempos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos responden:

Amén.

En el nombre del Padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén.

El anhelo de silencio

El anhelo de silencio
(Domingo, 17 de Diciembre de 2006)

Se ha escrito que “la capacidad de silencio en el hombre es el termómetro de su calidad y su nobleza”. Por desgracia, hoy va aumentando el ruido y va disminuyendo el silencio. Y el silencio es lo que más necesitamos.

La sociedad actual está llena de ruidos, de mil objetos que distraen nuestra atención en una multitud de pequeños detalles intrascendentes. Hoy nada nos invita a la reflexión. Si queremos reflexionar, que es una actividad muy importante y muy necesaria, hemos de crear silencio en nuestro entorno y entrar en él sin miedo. El silencio concentra nuestra vida y nos ayuda a profundizar en ella y a vivirla en plenitud.

El silencio es necesario para encontrarnos con nosotros mismos y para autodescubrirnos auténticamente; nos ayuda a mirar hacia el pasado con ecuanimidad, a mirar el presente con realismo y el futuro con esperanza. El silencio nos permite contemplar a Dios, a los hermanos y a la naturaleza con una mirada nueva, y nos ayuda a proyectarnos hacia los demás con una mayor generosidad.

El silencio habla. Parece una contradicción, pero no lo es. No obstante, hay que saber escuchar el silencio, porque éste nos ofrece siempre un mensaje de sabiduría. En el silencio nos autodescubrimos, vemos con mayor claridad nuestra propia vida, lo que hacemos y los que dejamos de hacer, la calidad de nuestra existencia y aquello que Dios y el prójimo esperan de nosotros. En el silencio escuchamos nuestra conciencia.

Dios habla en el silencio. Dios, que nos ha creado y nos ha salvado por amor, quiere mantener un diálogo con toda persona humana. Sin hacer silencio en nuestra vida es difícil escuchar la voz amorosa de Dios. Y, ante la soledad que fomenta nuestra civilización, nos es muy necesario y muy provechoso este diálogo interpersonal con Dios. El silencio crea un clima propicio para la plegaria.

Benedicto XVI ha afirmado que “la profundización en las verdades cristianas, así como el estudio de la teología, suponen una educación en el silencio y la contemplación, porque es necesario desarrollar la capacidad de escuchar con el corazón a Dios que habla”. Nuestras palabras sólo pueden tener valor pleno y plena utilidad si provienen del silencio de la contemplación. El pensamiento siempre necesita purificación para poder entrar en la dimensión en la que Dios pronuncia su Palabra creadora y redentora, su Verbo “salido del silencio”, según una bella expresión de san Ignacio de Antioquía.

El silencio no es para soportarlo sino para escucharlo. Cuando sabemos escuchar el silencio, éste siempre es portador de un anuncio de paz interior y de crecimiento en nuestra vida. El silencio no es sinónimo de vacío o de aburrimiento. Todo lo contrario, a medida que nos educamos para captar todos sus mensajes, nos llenamos de riqueza interior y aumenta la creatividad que da mayor sentido a nuestra vida.

Se ha escrito que “el silencio es el gran arte de la conversación”. Esta sentencia es muy verdadera, porque en la conversación es muy importante saber escuchar verdaderamente al otro cuando habla, y esto pide una escucha silenciosa. Del silencio surgirán las palabras precisas que harán viable un diálogo fecundo.

+ Lluís Martínez Sistach

Arzobispo metropolitano de Barcelona

14 diciembre 2006

Celebración domestica Navidad

La Paz a todos !!!
¿Cómo estáis?. Nosotros de cabeza pero contentos porque Julio Pascual va remontando algo poco a poco.
Ya está muy cerca el nacimiento de nuestro salvador y nos tenemos que preparar.
Hemos pensado Roser y yo que sería una buena idea que vosotros, padres, pudieséis tener una pequeña celebración doméstica con vuestros hijos( o en los mismos Laudes del Domingo) en la que presentarais la figuras del belén.
Os adjunto la catequesis realizada a partir de las figuritas del belén de Sigena. La idea original es de una convivencia de los escolapios realizada por Gonzalo Carbó.
Nosotros el domingo pasado les presentamos a María, Pablo y Julio las figuras de San José y la Virgen María y pienso que les gusto y algo se les quedó. El próximo domingo les seguiremos presentando las siguientes figuras.
Bueno, es una simple sugerencia, ya nos contaréis.
Shalom.

Humberto y Roser




PRESANTACIÓN DE LAS FIGURAS DEL BELEN.

¡¡¡LLEGA EL SEÑOR, YA ESTÁ MUY CERCA,

DIOS EMANUEL, NUESTRO SALVADOR.!!!

Oremos:

Bendito eres Señor, Dios Padre nuestro, tú que eres luz sin origen, y que eres la luz de Jesucristo y nos iluminas en tu Espíritu. Bendito seas por siempre, porque tú te haces luz en medio de nuestra noche. Tú nos conoces, tú sabes también cuál es nuestra noche, mejor que nosotros. Nos la tienes que revelar para que podamos desear tu luz y en ella ver nuestra vida resucitada. Te damos gracias por reunirnos, por querer acontecer en nuestras vidas, por irrumpir en ellas. Te pedimos a ti, Señor, Padre misericordioso y clementísimo, que nos reveles la presencia de Jesús en nuestras vidas, porque sin Él todo es vacío y sin sentido. Que nos abras a la conversión, que nos permitas bendecir y esperar y recibir la Buena Noticia del Evangelio de tu Hijo, en su Palabra, en su misma carne hecha eucaristía para nosotros. Envíanos, Señor, tu Espíritu.

Bueno, la idea es que podáis tener una celebración doméstica o varias con vuestros hijos, por ejemplo, en los Laudes de los Domingos e ir presentándoles progresivamente las diferentes figuras que aparecen en el Belén. Es una catequesis realizada con las figuritas hechas por las hermanitas de Belén.

Mas que mostrar o presentar las figuras se trata de revivir el momento del nacimiento de nuestro salvador. Se podría iniciar la catequesis realizando una serie de preguntas a vuestros hijos;

¿Cuándo nace Jesús? ¿El 25 de diciembre?¿Cuándo?¿Por la mañana, por la noche? ¿Y nace otra vez?¿Pero no nació ya antes? Y desmontamos esa fijación exterior de una fecha, para hacerles entender que Jesús puede nacer en nosotros en cada momento. Porque la Iglesia viene siempre con la Palabra a sellar, a anunciar la presencia de Jesús, a sellarla y de alguna manera a desarrollarla en nosotros, con la Palabra, los sacramentos y el amor.

También se les puede decir que le pidan al Espíritu Santo, que les de el deseo sincero de que Jesús nazca en cada uno de ellos. Nacerá en nosotros si todo lo que visualmente va a aparecer delante se cumple en nosotros.

Entonces, nosotros recordamos que María y José, cuando iban a Belén, estando el Niño a punto de nacer, no encontraron lugar más que en el establo de una posada. Y buscando, buscando, José encontró. (Primera figura que aparece es José).

¿Qué hace antes que nada José? Preparar el lugar. ( Cogéis una muy pequeña sábana y la dejáis ya en el belén donde pondréis posteriormente a Jesús.)

Prepara un lugar José en medio de la paja, para que sea en medio de la pobreza también, como una señal de acogida suya, de María y de la humanidad. Limpiar, preparar, acoger. Si tú ves que tu corazón necesita ser limpiado, ser acogedor, ser preparado laboriosamente, y ves que esto realmente es lo que está ocurriendo en tu vida. ( aquí podéis hablar de vuestra experiencia de cómo el Señor os está limpiando el corazón y os está preparando para acoger a Jesús.)

Entonces, podéis preguntar ahora a vuestros hijos: bueno, y esta pequeña sabana ¿qué significa para ti, hoy? ¿La tienes? ¿Cómo la tienes? ¿Bien? ¿Regular? ¿La inicias ahora? ¿Empiezas a tejerla ahora?¿Tienes que eliminar el pecado, que es la riqueza del hombre, mal entendida, claro, y quedarte con la pobreza, y si queréis también, la calidez de la paja y con esta sencilla sabana, que el valor que tiene es que va a servir para acoger a Jesús?¿Tienes que eliminar el pecado de tu vida, borrarlo? ¿Cómo?

Quien tenga la inocencia en su corazón, nada le hace daño, a nadie hace daño.

Quien crea que no la tenga y la implora a Dios, que es el que restaura la inocencia, tiene esta sábana en su corazón. Podemos seguir el relato, ya hay algo en nuestro corazón.

Este es José, (mostráis la figura) ¿lo veis?

¿Qué hace José? Los niños inmediatamente lo ven rezando. Está rezando y esperando.

¿Tú esperas, imploras, tienes ganas de que el Salvador venga a tu vida? Salvador para ti y para toda la humanidad, que salves los pecados del mundo. Tu vida, una paternidad humilde al servicio de Jesús y de la salvación de los demás, desapareciendo tú.

En José esperamos todos nosotros, y deseamos que venga el Salvador

A partir de ahora, cuando mostréis una figura, invitar a los niños a colocar la figura en el belén mientras la vais explicando.

¿Qué hace María? Hace una cuna, un hueco con su cuerpo y su brazo; ha hecho un hueco en su cuerpo, una cuna, un hueco en su mente para acoger lo que no entiende, un hueco en su corazón, para poder entrar en el amor de aquello que le puede traer la muerte, la cruz, el sufrimiento. Un hueco.

Pregunta para los niños; ¿vosotros también le estáis haciendo un hueco a Jesús para que pueda entrar en vuestra vida? ¿ concretamente cómo? (ayudarles poniendo ejemplos prácticos).

Si tienes la inocencia, o se ha iniciado en ti (refiriéndose a la pequeña sábana), si tienes la espera y la súplica de José, este vaciamiento de María, ya tienes estas figuras en tu corazón.

La mula y el buey: había en ese establo dos animales, la mula y el buey. ¿Para qué están la mula y el buey? Para darle calor... ¿qué más? Dice el profeta Isaías: “el buey conoce a su amo, la mula al que le da alimento, Israel no ha conocido al Señor.”

Estos animalitos significan a aquellos que reconocen al Señor, a su Dios creador, que son píos, no impíos, que creen en la paternidad y en el cuidado del Señor. Por eso están aquí en este establo.

Siguiente figura que aparece es el ángel.

¿Qué ángel? El ángel de la Palabra, el ángel del anuncio, Gabriel, sí, el ángel de la Palabra. Hay alguien que anuncia el nacimiento y la presencia de Cristo. ¿Tú tienes ángeles que te anuncian que hoy ha nacido para ti un Salvador?, lo encontrarás envuelto en pañales, para ti, todo el Kerigma, ha nacido para ti un Salvador. ( preguntadles a los niños si ven en sus vidas ángeles que les anuncian el amor de Dios)( vosotros padres sois sus ángeles más importantes)

¿Quién quiere colocar este ángel?

(A voz baja: Colócalo mirando hacia allá, como si hubiera gente)

Los pastores le van a hacer caso. Cada uno miramos nuestros ángeles y la acogida, y la confianza que en ellos ponemos.

Para seguir adelante hace falta que tengamos ya estas figuras en el corazón. Entonces, pidámosle al Señor luz para verlas, o la gracia de empezar a tenerlas. La inocencia, la espera y la oración, el hueco, reconocer al Dios creador, acoger a sus enviados y fiarnos de ellos hoy, porque es el hoy de Dios el que Dios contempla.

¿Quién es? El ángel de la bendición, de la gloria, el ángel que canta, el ángel cantor, que apenas empieza a cantar se le unen todos los coros de los ángeles. Es un ángel que canta y lleva a cantar. Para cantar a Dios uno tiene que salir de sí mismo y tiene que unirse tantas veces a los que cantan, que es un pequeño camino de humildad, unirse a los que cantan; yo no tengo por qué cantar pero hay alguien que canta, yo me uno a él. Todavía no he visto al Salvador, pero él canta al Salvador, yo me uno a él. Por poner una imagen: me ha tocado la lotería, tengo el boleto pero no tengo el dinero y me pongo a cantar. Me basta. Correré a cobrarlo; aunque en el camino me muera me moriré contento, porque sé que tenía para mí una estupenda noticia. El ángel cantor.

GLORIA A DIOS EN EL CIELO, PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES

PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES, A LOS QUE AMA EL SEÑOR

No importa que cantéis mal, porque el Señor dice: me encanta tu voz, tu voz es dulce a mis oídos; si el Señor lo dice, ¿cómo no le voy a cantar? Si él me lo dice seguro que a él le gusta.

Los pastores corren al portal, van buscando por todas partes; encuentran muchos niños pero solamente a uno lo ven envuelto con pañales y con María y con José. Muy importante: no todo niño era el Salvador en aquel momento. Buscan a un niño con María y con José envuelto en pañales.

En aquella época ser pastor, significa ser de la clase social más baja, ser pobre entre los pobres. Una cosa importante es que los rebaños de ovejas no eran de los pastores, sino de señores que contrataban a estas gentes con tal de que les dieran un poco de comida. Dios se manifiesta a los humildes y sencillos de corazón.

Pregunta; ¿vosotros sois así de sencillos? ¿ deseáis esta humildad?.

Llegan los pastores y preguntan a José:

¿Quién es este niño?

Se llama Yeshua, Inmanuel. Es el Dios Salvador de vuestros pecados. Es el Dios-con-vosotros. Es Dios que viene a darse a vosotros.

¿Qué le daremos nosotros los pastores?

¿Qué te daremos?¿Qué le daremos a este Niño? Lo que habéis recibido. Esta es la razón de la vida de un justo. Hay tres cosas fundamentales en la vida del pastor. La primera, que lo justifica todo, que lo explica todo, es la ovejita. Blanca, pequeña.

¡¡Nadie viene a poner nada!!

Fundamental en la vida de los pastores: la tienda. Para cobijarse.

El agua: son los tres dones más importantes para un pastor. No nos lo inventamos nosotros, está escrito por exegetas... (Rabasi, por ejemplo)

Los tres dones fundamentales de los pastores son: la oveja, la tienda y el agua para el desierto.

¿Qué significa en tu vida la oveja? ¿Y la tienda? ¿Y el agua?

¿Estás dispuesto a dárselas a Jesús? Si se lo das tienes en tu corazón esta tienda, esta agua y esta ovejita. Si no, la historia se ha acabado para ti.

Otra figura; ¿Quién es esta? ¿Quién es?

Una niña que ha elegido la parte buena: estar a los pies de Jesús, y se llama Noemí, Belleza de Dios. Si has elegido la parte buena, estar a los pies de Jesús, contemplándole, escuchándole, dejándote amar, para después seguir buscándole, por eso irás a buscarle donde el vaya, tienes esta figura en el corazón. Ya tu belén está bien hermoso.

Noemí quiere decir “mi dulzura”, de Jesús. Ha elegido la parte buena, que nunca, nunca le será quitada.

Pregunta; ¿y tú que parte has elegido?

Una estrella, que conduce tu vida, que ha aparecido. En la razón dices: Bueno, una estrella, no entiendo esta estrella qué significa; en la fe te dice: es Jesús que te espera, yo te voy a conducir a ella, y te ha puesto en camino.

Mira tus estrellas, ¿son muchas?, y pregúntate si ves al Señor detrás, o son puramente estrellas que se estudian en las facultades y en los centros científicos y de investigación; o bien las ves tú en la comunidad eclesial, con el Espíritu Santo.

Melchor. Está erguido, ¿eh? Fuerte, el más potente de los tres.

Gaspar. Es un gran orante, pues donde hay un dios, ahí él se inclina y es su oriente.

Baltasar. Doliente, el África doliente. Todos los dolientes de la tierra. ¿Alguien se identifica con Baltasar?

El poder de Melchor: quiere ser rey, va acumulando oro por todas partes para ser rey, pero al ver a Jesús... entonces dice, pero si tú eres Rey, mi oro para ti. No quiero ser rey, solamente tú serás mi Rey. Toda mi riqueza para ti.

¿Jesús también es el rey de tu vida?

Incienso: este pobrecillo Gaspar, donde se anuncia que hay un dios, allí va él, y con el incienso adora a dios. Va guardando incienso para adorar a todos los dioses, para quedar bien con todos. De cuando en cuando se echa un poquitín de incienso a sí mismo también... pero si tú eres Dios, te doy mi incienso. Por fin he encontrado al verdadero Dios.

¿ tú también has encontrado a Dios? ¿ dónde lo has experimentado?

Mirra; la mirra se utiliza para ungir, para calmar el dolor, para sobrevivir. Pero si tú eres el Salvador sufriente, yo quiero que seas tú quien sobreviva, quiero calmar todos tus dolores con la mirra que yo voy acumulando para calmarme a mí en mis heridas, quiero que seas tú quien sobreviva. Por eso te doy la mirra.

Pregunta para los más mayores ¿estás dispuesto a sufrir por los demás, a ayudar a los demás aunque esto te duela? ¿ya lo estás haciendo? ¿deseas que esto se cumpla en ti?

Si tienes todas estas figuras en tu corazón, también tienes a Jesús.

Jesús, Emmanuel. Si tienes la inocencia, la espera y la súplica de José; el vaciamiento de María, acogedor; el reconocimiento de Dios Creador de la mula y el buey; la donación de la oveja, del agua, de la tienda; la donación del corazón; el ángel de la Palabra; el ángel de la Gloria; la entrega de tu oro, de tu incienso y de tu mirra. Jesús, Dios Salvador; Emmanuel, Dios con nosotros están en tu corazón como estaba en el corazón de María y José y se hizo visible en carne entre los dos.

Finalmente les decimos a los niños que nos digan qué figura se cumple más en ellos: van diciendo; y por qué: van explicando. Suponemos que las tienen todas; les decimos que las tienen todas, como vosotros también. Pero hay una que tiene más, está más clara en su vida; para que desde ahí bendiga al Señor.

Y también les preguntamos cuál le gustaría tener mejor, porque a lo mejor está medio hecha, y por qué. Y lo explican.

Para terminar les podéis dar una Palabra con la promesa de que Dios nuestro Padre la cumplirá, como lo está haciendo con nosotros pecadores.

Feliz Navidad.

Idea original convivencia Escolapios, Cullera 2003.

15 noviembre 2006

Cuestiones de Bioética

Sobre cuestiones de bioética se van a proyectar unos documentales y despues una charla en la Parroquia de San José, de acuerdo con el siguiente programa, al que estamos invitados:


22-Nov. Aborto.

13-Dic. Procreación artificial.

20-Dic. Células madre.

10-Ene. Prevención del Sida.

24-Ene. Eutanasia.

7-Feb. Cuidados paliativos.

21-Feb. Bioética y comunicación.


Dios mediante, a las 20:30

Santos

14 noviembre 2006

Escuela de libertad

Congresos Católicos y Vida Pública, «escuela de libertad»

Entrevista a su directora, Carla Diez de Rivera

MADRID, lunes, 13 noviembre 2006 (ZENIT.org).- Un foro anual de encuentro para promover la participación de los católicos en la vida pública: así son los Congresos Católicos y Vida Pública, auténtica «escuela de libertad», reconoce su directora, Carla Diez de Rivera, en esta entrevista concedida a Zenit

«El desafío de ser hombre» es el tema de la VIII edición de este congreso, que acogerá la capital española, del 17 al 19 de noviembre, en la Universidad San Pablo-CEU. Internautas de cualquier parte del mundo podrán seguirlo en directo y participar «on-line».

Lo organiza la «Asociación Católica de Propagandistas» (http://www.acdp.es/) y la Fundación Universitaria San Pablo-CEU (http://www.ceu.es/).

--¿Qué ha motivado la convocatoria de una reflexión y respuesta mundial sobre «El desafío de ser hombre»?

--Carla Diez de Rivera: Es un tema de máxima importancia y actualidad. El tema se elige atendiendo a tres premisas: escuchar la opinión de los miembros de las distintas asociaciones y realidades eclesiales, así como de los congresistas; atender a los acontecimientos del momento histórico que estamos viviendo; y observar atentamente sobre qué cuestión está poniendo el acento el Papa en esos momentos.

Este año la recomendación de los primeros era abordar «la verdad». Al analizar la situación actual, especialmente la española, se decidió concretar el tema de la verdad, muy genérico, en el hombre, más cuando en esas fechas, el 6 de enero, en su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa habla explícitamente de la verdad del hombre.

Con la reflexión sobre «El desafío de ser hombre», en el congreso buscamos a afirmar, exponer, defender y difundir la verdad del hombre frente a las «letales» concepciones y prácticas anti-humanistas presentes en nuestro momento cultural.

--El programa anunciado aborda el amplio tema del Congreso desde distintas perspectivas y disciplinas. ¿Desearía destacar alguna en concreto, o la participación de determinados ponentes?

--Carla Diez de Rivera: Vamos a abordar distintas cuestiones relativas a la persona humana: dimensión trascendente de la persona, humanismo y relativismo, hombre y mujer, la ciencia al servicio del hombre, manipulación genética, defensa de la vida, hombre y naturaleza, la caridad en nuestro tiempo (política, social y personal), las condiciones dignas de la familia humana, familia, justicia y economía solidaria y la política como servicio.

Al congreso, presidido por Alberto Dagnino, nuevo presidente de la AC de P [Asociación Católica de Propagandistas. Ndr.], asisten setenta ponentes de prestigio internacional. Entre los ponentes extranjeros cabe destacar a la Ministra de Asuntos Sociales del Congo, a David Schindler, Paola Binetti, Giorgio Vittadini, Patricio Ventura y Alberto Piubello. En la sesión inaugural intervendrá Rafael Alvira y la ponencia de clausura, presidida por Jaime Mayor Oreja, correrá a cargo de Alfonso Coronel de Palma, iniciador de los congresos, quien el pasado día 11 cesó en su cargo como presidente de la AC de P.

Para todas las personas que desde otras partes del mundo quieran seguirlo, un año más retransmitiremos en directo el congreso. No sólo pueden escuchar y ver a los ponentes, sino realizar las preguntas que surjan a raíz de su intervención. El congresista internauta será testigo de la formulación de su pregunta y de la respuesta del ponente en el coloquio. Todos podrán seguir las sesiones y mesas redondas en el enlace http://www.ceu.es/congreso.

Este año tendremos un importante y cálido acto de homenaje a Benedicto XVI, como adhesión a su doctrina y cariño a su persona. También saldrá la edición del primer número de la revista «Debate Actual» que permitirá al congresista, entre edición y edición del congreso, conocer los temas más importantes a través de la opinión de los diferentes ponentes.

Por cuarto año consecutivo, se realiza de forma simultánea el congreso infantil, dirigido a hijos y nietos de los congresistas. Busca transmitir a nuestros hijos los mismos conceptos e ideas que se plantean en el Congreso, pero utilizando el teatro, guiñol, juegos... ¿Cómo trasladar importantes conceptos a la mente y al corazón del niño? Detrás del mismo hay mucho trabajo, ilusión y creatividad.

--¿Qué frutos están aportando estos encuentros, ya en su octava edición, a los laicos católicos?

--Carla Diez de Rivera: Hace ocho años, Alfonso Coronel de Palma, anterior presidente de la A C de P, al observar la esquizofrenia a que nos aboca la separación entre vida pública y vida privada, vio la necesidad de crear un marco en el que los católicos nos encontráramos para analizar qué papel debemos jugar en la vida pública. Se planteó como una llamada a la unidad de fe y vida, a la coherencia de vida. Ocho años después podemos decir que el balance es positivo. Lo que en un principio empezó tímidamente, ha generado una gozosa realidad. Personas que vienen de todas partes de España, de Europa e Iberoamérica, se reúnen una vez al año formando una inmensa familia compuesta por miembros muy plurales, pero unidos a un mismo tronco: Cristo resucitado.

Este encuentro anual ayuda a la gente más diversa a reconfortarse, a sentirse miembro de la gran familia de la Iglesia y a darse cuenta de que no estamos solos, que otras personas están haciendo una labor espléndida con un compromiso admirable, aunque su carisma pueda parecer muy distinto al nuestro; por otro lado, ayuda romper el temor que teníamos a participar en lo público. El congreso se ha convertido en una escuela de libertad e indudablemente, está contribuyendo a fortalecer el músculo de nuestra debilitada sociedad civil.

--¿Qué ofrece este Congreso a la sociedad en general (no sólo al ámbito académico y católico), frecuentemente impregnada de un laicismo que recluye la fe al ámbito privado?

--Carla Diez de Rivera: Nuestra sociedad niega la existencia misma de Dios y, a consecuencia de ello, se produce una descomposición sistemática del hombre, de su verdad, de lo que le es inherente. Se le niegan sus derechos y libertades primigenias: a nacer, a creer, a ser templos vivos de Dios. Se hace ver el encuentro con Cristo resucitado, que libera al hombre de su esclavitud, como una argolla al cuello del condenado. La cultura dominante nos quiere «liberar» del «pesado yugo» de la Salvación, sin darse cuenta de que cuando una sociedad niega a Dios, acaba matando al propio hombre.

Los católicos en la vida pública somos un bien de interés social, ya que vamos más allá del mero y estricto cumplimiento del deber; nos anima el mandato del amor sin límite, de la construcción de la ciudad terrena a imagen de la ciudad celeste, y por ello asumimos el compromiso personal de transformar la realidad en la que nos ha tocado vivir, dispuestos al martirio de la cotidianeidad. Con profunda vocación de servicio y espíritu de sacrificio ponemos cabeza, corazón y vida al servicio de los demás defendiendo en todo tiempo y lugar la dignidad de la persona humana, sus derechos y libertades.

En este marco el congreso es una escuela de libertad. Ayudar a canalizar las iniciativas que tiendan a garantizar la presencia pública de los católicos en la sociedad es un simple y mero ejercicio de responsabilidad.

Los católicos en la vida pública debemos ser Luz del Padre para el mundo. Enraizados en el corazón de Dios Padre, ser una luz cálida que reconforte; clara para, sin deslumbrar, iluminar el camino; constante para dar seguridad a los que nos rodean.

Me gustaría añadir que este congreso no sería factible sin la oración de muchas personas. Por eso me atrevería a pedir, a cuantos lean esta entrevista en Zenit, un favor: que recen para que los ponentes piensen y digan lo que el Señor quiera que piensen y digan; para que todo el que acuda se sienta querido, acogido y esperado y encuentre en el congreso aquello que anhela y el Señor quiere darle; por todos los que trabajamos en el mismo, para que seamos un regalo de María a los demás; para que, como en una gran familia, reine la paz y la alegría.

[Información adicional en http://www.ceu.es/congreso]

10 noviembre 2006

Caritas parroquial

Horario:

Los miercoles de 19:30 a 20:30, en los locales parroquiales se atenderán a las personas necesitadas, españolas y extranjeras, ofreciendo vales de economato y ropero.

Alvaro

Catequesis: 1º de postcomunión

Todos los niños que hayan tomado la 1ª Comunión si lo desean tienen los sábados unas actividades de 16:30 a 17:30 en los salones de la parroquia.


La matricula está abierta en los despachos parroquiales.


Animo os esperamos.

Alvaro

09 noviembre 2006

Catequesis: confirmación

Las catequesis de Confirmación serán los viernes a las 20:30 en los locales parroquiales.


Los jovenes a partir de 14 años ya pueden venir a las catequesis.




Alvaro

Catequesis: primera comunión

Horario de catequesis :

MARTES : de 18:00H a 19:15H
MIERCOLES : de 18:00H a 19:15H
JUEVES : de 18:00H a 19:15H

EN LOS SALONES PARROQUIALES DE SAN FRANCISCO DE BORJA.

Y LA ACTIVIDAD NO MENOS IMPORTANTE ES LA MISA DE NIÑOS DEL
SABADO de 18:00H A 19:00H .


Alvaro

31 octubre 2006

La nueva evangelización

Publicamos la conferencia del cardenal Joseph Ratzinger durante el jubileo de los catequistas y profesores de Religión celebrado el 10 de diciembre de 2000 en Roma.

La vida humana no se realiza por sí misma. Nuestra vida es una cuestión abierta, un proyecto incompleto, que es preciso seguir realizando. La pregunta fundamental de todo hombre es: ¿cómo se lleva a cabo este proyecto de realización del hombre? ¿Cómo se aprende el arte de vivir? ¿Cuál es el camino que lleva a la felicidad?.
Evangelizar quiere decir mostrar ese camino, enseñar el arte de vivir. Jesús dice al inicio de su vida pública: he venido para evangelizar a los pobres (cf. Lc 4, 18). Esto significa: yo tengo la respuesta a vuestra pregunta fundamental; yo os muestro el camino de la vida, el camino que lleva a la felicidad; más aún, yo soy ese camino. La pobreza más profunda es la incapacidad de alegría, el tedio de la vida considerada absurda y contradictoria. Esta pobreza se halla hoy muy extendida, con formas muy diversas, tanto en las sociedades materialmente ricas como en los países pobres. La incapacidad de alegría supone y produce la incapacidad de amar, produce la envidia, la avaricia.... todos los vicios que arruinan la vida de las personas y el mundo. Por eso, hace falta una nueva evangelización. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Pero ese arte no es objeto de la ciencia; sólo lo puede comunicar quien tiene la vida, el que es el Evangelio en persona.

Estructura y método de la nueva evangelización
Estructura
Antes de hablar de los contenidos fundamentales de la nueva evangelización quisiera explicar su estructura y el método adecuado. La Iglesia evangeliza siempre y nunca ha interrumpido el camino de la evangelización. Cada día celebra el misterio eucarístico, administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, la palabra de Dios, y se compromete en favor de la justicia y la caridad. Y esta evangelización produce fruto: da luz y alegría; de el camino de la vida a numeroso personas. Muchos otros viven, a menudo sin saberlo, de la luz y del calor resplandeciente de esta evangelización permanente. Sin embargo, existe un proceso progresivo de descristianización y de pérdida de los valores humanos esenciales, que resulta preocupante. Gran parte de la humanidad de hoy no encuentra en la evangelización permanente de la Iglesia el Evangelio, es decir, la respuesta convincente a la pregunta: ¿cómo vivir?.
Por eso buscamos, además de la evangelización permanente, nunca interrumpida y que no se debe interrumpir nunca, una nueva evangelización, capaz de lograr que la escucho ese mundo que no tiene acceso a la evangelización "clásica". Todos necesitan el Evangelio. El Evangelio está destinado a todos y no sólo a un grupo determinado, y por eso debemos buscar nuevos caminos para llevar el Evangelio a todos.
Sin embargo, aquí se oculta también una tentación: la tentación de la impaciencia, la tentación de buscar el gran éxito inmediato, los grandes números. Y este no es el método del reino de Dios. Para el reino de Dios, así como para la evangelización, instrumento y vehículo del reino de Dios, vale siempre la parábola del grano de mostaza (cf. Mc 4, 31-32). El reino de Dios vuelve a comenzar siempre bajo este signo. Nueva evangelización no puede querer decir atraer inmediatamente con nuevos métodos, más refinadas, a las grandes mesas que se han alejado de la Iglesia. No; no es esta la promesa de la nueva evangelización. Nueva evangelización significa no contentarse con el hecho de que del grano de mostaza haya crecido el gran árbol de la Iglesia universal, ni pensar que basta el hecho de que en sus ramas pueden anidar aves de todo tipo, sino actuar de nuevo valientemente, con la humildad del granito, dejando que Dios decid cuándo y cómo crecerá (cf. Mc 4, 26-29).
Las grandes cosas comienzan siempre con un granito y los movimientos de masas son siempre efímeros. En su visión del proceso de la evolución, Teilhard de Chardin habla del "blanco de los orígenes": el inicio de las nuevas especies es invisible y está fuera del alcance de la investigación científica. Las fuentes se hallan ocultas; son demasiado pequeñas. En otras palabras, las grandes realidades tienen inicios humildes. Prescindamos ahora de si Teilhard tiene razón, y hasta qué punto, con sus teorías evolucionistas: la ley de los orígenes invisibles refleja una verdad presente precisamente en la acción de Dios en la historia. "No por ser grande te elegí; al contrario, eres el más pequeño de los pueblos; te elegí porque te amo...", dice Dios al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento y así expresa la paradoja fundamental de la historia de la salvación: ciertamente, Dios no cuenta con grandes números; el poder exterior no es el signo de su presencia.
Gran parte de los parábolas de Jesús Indican esta estructura de la acción divina y responden así a las preocupaciones de los discípulos, los cuales esperaban del Mesías éxitos y señales muy diferentes: éxitos del tipo que ofrece Satanás al Señor "Te daré todo esto, todos los reinos del mundo..." (cf. Mt 4, 9).
Desde luego, san Pablo, al final de su vida, tuvo la impresión de que había llevado el Evangelio hasta los confines de la tierra, pero los cristianos eran pequeñas comunidades dispersas por el mundo, insignificantes según los criterios seculares. En realidad fueron la levadura que penetra en la masa y llevaron en su interior el futuro del mundo (cf. Mt 13, 33).
Un antiguo proverbio reza: "Éxito no es un nombre de Dios". La nueva evangelización debe actuar como el grano de mostaza y no ha de pretender que surja inmediatamente el gran árbol. Nosotros vivimos con una excesiva seguridad por el gran árbol que ya existe o sentimos el afán de tener un árbol aún más grande, más vital. En cambio, debemos aceptar el misterio de que la Iglesia es al mismo tiempo un gran árbol y un granito. En la historia de la salvación siempre es simultáneamente Viernes Santo y Domingo de Pascua.
El método
De esta estructura de la nueva evangelización deriva también el método adecuado. Ciertamente, debemos usar de modo razonable los métodos modernos para lograr que se nos escuche; o, mejor, para hacer accesible y comprensible la voz del Señor. No buscamos que se nos escuche a nosotros; no queremos aumentar el poder y la extensión de nuestras instituciones; lo que queremos es servir al bien de las personas y de la humanidad, dando espacio a Aquel que es la Vida.
Esta renuncia al propio yo, ofreciéndolo a Cristo para la salvación de los hombres, es la condición fundamental del verdadero compromiso en favor del Evangelio: "Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibía; si otro viene en su propio nombre, a ese lo recibiréis" (Jn 5, 43).
Lo que distingue al anticristo es el hecho de que habla en su propio nombre. El signo del Hijo es su comunión con el Padre. El Hijo nos introduce en la comunión trinitaria, en el círculo del amor suyo, cuyas personas son "relaciones puras", el acto puro de entregarse y de acogerse. El designio trinitario, visible en el Hijo, que no habla en su nombre, muestra la forma de vida del verdadero evangelizador; más aún, evangelizar no es tanto una forma de hablar; es más bien una forma de vivir: vivir escuchando y ser portavoz del Padre. "No hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga" (Jn 16, 13), dice el Señor sobre el Espíritu Santo.
Esta forma cristológica y pneumatológica de la evangelización es al mismo tiempo una forma eclesiológica: el Señor, y el Espíritu construyen la Iglesia, se comunican en la Iglesia. El anuncio de Cristo, el anuncio del reino de Dios, supone la escucha de su voz en la voz de la Iglesia. "No hablar en nombre propio" significa hablar en la misión de la Iglesia.
De esta ley de renuncia al propio yo se siguen consecuencias muy prácticas. Todos los métodos racionales y moralmente aceptables se deben estudiar; es un deber usar estas posibilidades de comunicación. Pero las palabras y todo el arte de la comunicación no pueden ganar a la persona humana hasta la profundidad a la que debe llegar el Evangelio. Hace pocos años leí la biografía de un óptimo sacerdote de nuestro siglo, don Dídimo, párroco de Bassano del Grappa. En sus apuntes se encuentran palabras de oro, fruto de una vida de oración y meditación. A propósito de lo que estamos tratando, dice don Dídimo, por ejemplo: "Jesús predicaba de día y oraba de noche". Con esta breve noticia quería decir: Jesús debía ganar de Dios a sus discípulos.
Eso vale siempre. No podemos ganar nosotros a los hombres. Debemos obtenerlos de Dios para Dios. Todos los métodos son ineficaces si no están fundados en la oración. La palabra del anuncio siempre ha de estar impregnada una intensa vida de oración.
Debemos dar un paso más. Jesús predicaba de día y oraba de noche, pero eso no es todo. Su vida entera, como demuestra de modo muy hermoso el evangelio de san Lucas, fue un camino hacia la cruz, una ascensión hacia Jerusalén. Jesús no redimió el mundo con palabras hermosas, sino con su sufrimiento y su muerte. Su pasión es fuente inagotable de vida para el mundo; la pasión da fuerza a su palabra.
El Señor mismo, extendiendo y ampliando la parábola del grano de mostaza, formuló esta ley de fecundidad en parábola del grano de trigo que cae tierra y muere (cf. Jn 12, 24). También esta ley es válida hasta el fin del mundo y, juntamente con el misterio del grano de mostaza, es fundamental para la nueva evangelización. Toda la historia lo demuestra. Sería fácil demostrarlo en la historia del cristianismo. Aquí quisiera recordar solamente el inicio de la evangelización en la vida de san Pablo.
El éxito de su misión no fue fruto de la retórica o de la prudencia pastoral; su fecundidad dependió de su sufrimiento, de su unión a la pasión de Cristo (cf. 1 Cor 2, 1-5; 2 Cor, 5, 7; 11; 10 s; 11, 30; Gal 4, 12-14). "No se dará otro signo que el signo del profeta Jonás" (Lc 1 29), dijo el Señor. El signo de Jonás es Cristo crucificado, son los testigos que completan "lo que falta a la pasión de Cristo" (Col 1, 24). En todas las épocas de la historia se han cumplido siempre las palabras de Tertuliano: la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.
San Agustín dice lo mismo de modo muy hermoso, interpretando el texto de san Juan donde la profecía del martirio de san Pedro y el mandato de apacentar, es decir, la institución de su primado, están íntimamente relacionados (cf. Jn 21, 16). San Agustín lo comenta así: "Apacienta mis ovejas, es decir, sufre por mis ovejas" (Sermón 32: PL 2, 640). Una madre no puede dar a luz un niño sin sufrir. Todo parto implica sufrimiento, es sufrimiento, y llegar a ser cristiano es un parto. Digámoslo una vez más con palabras del Señor: "El reino do Dios exige violencia" (M 11, l2; Lc 10, 16), pero la violencia de Dios es el sufrimiento, la cruz. No podemos dar vida a otros sin dar nuestra vida. El proceso de renuncia al propio yo, al que me he referido antes, es la forma concreta (expresada de muchas formas diversas) de dar la propia vida. Ya lo dijo el Salvador: "Quien pierda su vida por mi y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8, 35).

Los contenidos esenciales de la nueva evangelización
Conversión
Por lo que atañe a los contenidos de la nueva evangelización conviene ante todo tener presente que el Antiguo Testamento y el Nuevo son inseparables. El contenido fundamental del Antiguo Testamento está resumido en el mensaje de san Juan Bautista: "Convertíos". No se puede llegar a Jesús sin el Bautista; no es posible llegar a Jesús sin responder a la llamada del Precursor; más aún, Jesús asumió el mensaje de Juan en la síntesis de su propia predicación: "Convertíos y creed en el Evangelio" (Mc 1, 15). La palabra griega para decir "convertirse" significa: cambiar de mentalidad, poner en tela de juicio el propio modo de vivir y el modo común de vivir, dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida, no juzgar ya simplemente según las opiniones corrientes.
Por consiguiente, convertirse significa dejar de vivir como viven todos, dejar de obrar como obran todos, dejar de sentirse justificados en actos dudosos, ambiguos, malos, por el hecho de que los demás hacen lo mismo; comenzar a ver la propia vida con los ojos de Dios; por tanto, tratar de hacer el bien, aunque sea incómodo; no estar pendientes del juicio de la mayoría, de los demás, sino del juicio de Dios. En otras palabras, buscar un nuevo estilo de vida, una vida nueva.
Todo esto no significa moralismo. Quien reduce el cristianismo a la moralidad pierde de vista la esencia del mensaje de Cristo: el don de una nueva amistad, el don de la comunión con Jesús y, por tanto, con Dios. Quien se convierte a Cristo no quiero tener autonomía moral, no pretende construir con sus fuerzas su propia bondad.
"Conversión" (metánoia) significa precisamente lo contrario: salir de la autosuficiencia, descubrir y aceptar la propia indigencia, la necesidad de los demás y la necesidad de Dios, de su perdón, de su amistad. La vida sin conversión es autojustificación (yo no soy peor que los demás); la conversión es la humildad de entregarse al amor del Otro, amor que se transforma en medida y criterio de mi propia vida.
Aquí debemos tener presente también el aspecto social de la conversión. Ciertamente, la conversión es ante todo un acto personalísimo, es personalización. Yo renuncio a "vivir como todos"; ya no me siento justificado por el hecho de que todos hacen lo mismo que yo, y encuentro ante Dios mi propio yo, mi responsabilidad personal. Pero la verdadera personalización es siempre también una socialización nueva y más profunda. El yo se abre de nuevo al tú, en toda su profundidad, y así nace un nuevo nosotros. Si el estilo de vida común en el mundo implica el peligro de la despersonalización, de vivir no mi propia vida sino la de todos los demás, en la conversión debe realizarse un nuevo nosotros del caminar común con Dios.
Anunciando la conversión debemos ofrecer también una comunidad de vida, un espacio común del nuevo estilo de vida. No se puede evangelizar sólo con palabras. El Evangelio crea vida, crea comunidad de camino. Una conversión puramente individual no tiene consistencia.
El reino de Dios
En la llamada a la conversión está implícito, como su condición fundamental, el anuncio del Dios vivo. El teocentrismo es fundamental en el mensaje de Jesús y debe ser también el núcleo de la nueva evangelización. La palabra clave del anuncio de Jesús es: reino de Dios. Pero reino de Dios no es una cosa, una estructura social o política, una utopía. El reino de Dios es Dios.
Reino de Dios quiere decir: Dios existe, Dios vive, Dios está presente y actúa en el mundo, en nuestra vida, en mi vida. Dios no es una "causa última" lejana. Dios no es el "gran arquitecto" del deísmo, que montó la máquina del mundo y así estaría fuera. Al contrario, Dios es la realidad más presente y decisiva en cada acto de mi vida, en cada momento de la historia.
En su conferencia de despedida de su cátedra en la universidad de Münster, el teólogo Juan Bautista Metz dijo cosas que nadie se imaginaba oír de sus labios. Antes había enseñado antropocentrismo: el verdadera acontecimiento del cristianismo sería el giro antropológico, la secularización, el descubrimiento de la secularidad del mundo. Luego enseñó teología política, la índole política de la fe; la "memoria peligrosa"; y, finalmente, la teología narrativa.
Después de este camino largo y difícil, hoy nos dice: si verdadero problema de nuestro tiempo es "la crisis de Dios", la ausencia de Dios, disfrazada de religiosidad vacía. La teología debe volver a ser realmente teo-logía, hablar de Dios y con Dios.
Metz tiene razón. Lo "único necesario" (unum necessarium) para el hombre es Dios. Todo cambia dependiendo de si Dios existe o no existe. Por desgracia, también nosotros, los cristianos, vivimos a menudo como si Dios no existiera (si Deus non daretur). Vivimos según el eslogan: Dios no existe y, si existe, no influye. Por eso, la evangelización ante todo debe hablar de Dios, anunciar al único Dios verdadero: el Creador, el Santificador, el Juez (cf. Catecismo de la Iglesia católica).
También aquí es preciso tener presente el aspecto práctico. No se puede dar a conocer a Dios únicamente con palabras. No se conoce a una persona cuando sólo se tienen do ella referencias de segunda mano. Anunciar a Dios es introducir en la relación con Dios: enseñar a orar. La oración es fe en acto. Y sólo en la experiencia de la vida también la evidencia de su existencia. Por eso son tan importantes las escuelas de oración, las comunidades de oración. Son complementarias la oración personal ("en tu propio aposento", solo en la presencia de Dios), la oración común "paralitúrgica" ("religiosidad popular") y la oración litúrgica. Sí, la liturgia es ante todo oración: su elemento específico consiste en que su sujeto primario no somos nosotros (como en la oración privada y en la religiosidad popular), sino Dios mismo. La liturgia es actio divina, Dios actúa y nosotros respondemos a la acción divina.
Hablar de Dios y hablar con Dios deben ir siempre juntos. El anuncio de Dios lleva a la comunión con Dios en la comunión fraterna, fundada y vivificada por Cristo. Por eso la liturgia (los sacramentos) no es un tema adjunto al de la predicación del Dios vivo, sino la concretización de nuestra relación con Dios.
En este contexto desearía hacer una observación general sobre la cuestión litúrgica. Con frecuencia nuestro modo de celebrar la liturgia es demasiado racionalista. La liturgia se convierte en enseñanza, cuyo criterio es que la entiendan. Eso a menudo tiene como consecuencia la banalización del misterio, el predominio de nuestras palabras, la repetición de una serie de palabras que parecen más inteligibles y más gratas a la gente. Pero esto es un error no sólo teológico, sino también psicológico y pastoral. La ola de esoterismo, la difusión de técnicas asiáticas de distensión y de auto-vaciamiento muestran que en nuestras liturgias falta algo.
Precisamente en el mundo actual necesitamos el silencio, el misterio supraindividual, la belleza. La liturgia no es una invención del sacerdote celebrante o de un grupo de especialistas. La liturgia –el rito– se ha desarrollado en un proceso orgánico a lo largo de los siglos; encierra el fruto de la experiencia de fe de todas las generaciones.Aunque los participantes tal vez no comprendan todas sus fórmulas, perciben su significado profundo, la presencia del misterio, que trasciendo todas las palabras. El celebrante no es el centro de la acción litúrgica; no está delante del pueblo en su nombre propio, no habla de sí y por sí, sino in persona Christi. Lo que cuenta no son las cualidades personales del celebrante, sino sólo su fe, en la que se debe reflejar Cristo. "Conviene que él crezca y yo disminuya" (Jn 3, 30).
Jesucristo
Con esta reflexión el tema de Dios ya se ha extendido y concretado en el tema de Jesucristo. Sólo en' Cristo y por Cristo el tema de Dios se hace realmente concreto: Cristo es el Emmanuel, el Dios con nosotros, la concretización del "Yo soy", la respuesta al deísmo. Hoy es muy fuerte la tentación de reducir a Jesucristo, el Hijo de Dios, sólo a un Jesús histórico, sólo a un hombre. No se niega necesariamente su divinidad, pero con ciertos métodos se destila de la Biblia un Jesús a nuestra medida, un Jesús posible y comprensible en los parámetros de nuestra historiografía. Pero este "Jesús histórico" es una elaboración, la imagen de sus autores y no la imagen del Dios vivo (cf. 2 Cor 4, 4 s; Col 1, 15). El Cristo de la fe no es un mito. El así llamado "Jesús histórico" es una figura mitológica, inventada por diversos intérpretes. Los doscientos años de historia, del "Jesús histórico" reflejan fielmente la historia de las filosofías y de las ideologías de este periodo.
En los límites de esta conferencia me es imposible tratar los contenidos del anuncio del Salvador. Sólo quisiera aludir brevemente a dos aspectos importantes. El primero es el seguimiento de Cristo. Cristo se presenta como camino de mi vida.
Seguimiento de Cristo no significa imitar al hombre Jesús. Ese intento fracasaría necesariamente; sería un anacronismo. El seguimiento de Cristo tiene una meta mucho más elevada: identificarse con Cristo, es decir, llegar a la unión con Dios. Esa palabra tal vez choque a los oídos del hombre moderno. Pero, en realidad todos tenemos sed de infinito, de una libertad infinita, de una felicidad ilimitada. Toda la historia de las revoluciones de los últimos dos siglos sólo se explica así. La droga sólo se explica así. El hombre no se contenta con soluciones que no lleguen a la divinización. Pero todos los caminos ofrecidos por la "serpiente" (cf. Gn 3, 5), es decir, la sabiduría mundana, fracasan. El único camino es la identificación con Cristo, realizable en la vida sacramental. Seguir a Cristo no es un asunto de moralidad, sino un tema "mistérico", un conjunto de acción divina y respuesta nuestra.
Así, en el tema del seguimiento se encuentra presente el otro centro de la cristología, al que quería aludir: el misterio pascual, la cruz y la resurrección.
De ordinario en las reconstrucciones del "Jesús histórico" el tema de la cruz carece de significado. En una interpretación "burguesa" se transforma en un accidente de por sí evitable, sin valor teológico; en una interpretación revolucionaria se convierte en la muerta heroica de un rebelde.
La verdad es muy diferente. La cruz pertenece al misterio divino; es expresión de su amor hasta el extremo (cf. Jn 13, l). El seguimiento de Cristo es participación en su cruz, unirse a su amor, a la transformación de nuestra vida, que se convierte en nacimiento del hombre nuevo, creado según Dios (cf. Ef 4, 24). Quien omite la cruz, omite la esencia del cristianismo (cf. 1 Cor 2, 2).
La vida eterna
Un último elemento central de toda verdadera evangelización es la vida eterna. Hoy, en la vida diaria, debemos anunciar con nueva fuerza nuestra fe. Aquí quisiera sólo aludir a un aspecto a menudo descuidado actualmente de la predicación de Jesús: el anuncio del reino de Dios es anuncio del Dios presente, del Dios que nos conoce, que nos escucha; del Dios que entra en la historia para hacer justicia. Por eso, esta predicación es anuncio del juicio, anuncio de nuestra responsabilidad. El hombre no puede hacer o dejar de hacer lo que le apetezca. Será juzgado. Debe rendir cuentas. Esta certeza vale tanto para los poderosos como para los sencillos. Si se respeta, se trazan los límites de todo poder de este mundo. Dios hace justicia, y en definitiva sólo él puede hacerla. Nosotros lograremos hacer justicia en la medida que seamos capaces de vivir en presencia de Dios y de comunicar al mundo la verdad del juicio.
Así el artículo de fe del juicio, su fuerza de formación de las conciencias, es un contenido central del Evangelio y es realmente una buena nueva. Lo es para todos los que sufren por la injusticia del mundo y piden justicia. Así se comprende también la conexión entre el reino de Dios y los "pobres", los que sufren y todos los que viven las bienaventuranzas del sermón de la Montaña. Están protegidos por la certeza del juicio, por la certeza de que hay justicia.
Este es el verdadero contenido del artículo del Credo sobre el juicio, sobre Dios juez: hay justicia. Las injusticias del mundo no son la última palabra de la historia. Hay justicia. Sólo quien no quiera que haya justicia puede oponerse a esta verdad. Si tomamos en serio el juicio y la grave responsabilidad que de él brota para nosotros, comprenderemos bien el otro aspecto de este anuncio, es decir, la redención, el hecho de que Jesús en la cruz asume nuestros pecados; que Dios mismo en la pasión de su Hijo se convierte en abogado de nosotros, pecadores, y así hace posible la penitencia, la esperanza al pecador arrepentido, esperanza expresada de modo admirable en las palabras de san Juan: "Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo" (Jn 3, 20). Ante Dios tranquilizaremos nuestra conciencia, independientemente de lo que nos reproche.
La bondad de Dios es infinita, pero no la debemos reducir a un empalago sin verdad. Sólo creyendo en el justo juicio de Dios, sólo teniendo hambre y sed de justicia (cf. Mt 5, 6), abrimos nuestro corazón, nuestra vida, a la misericordia divina. No es verdad que la fe en la vida eterna quite importancia a la vida en la tierra. Al contrario, sólo si la medida de nuestra vida es la eternidad, también esta vida en la tierra es grande y su valor inmenso.
Dios no es el rival de nuestra vida, sino el garante de nuestra grandeza. Así volvemos a nuestro punto de partida: Dios. Si consideramos bien el mensaje cristiano, no hablamos de un montón de cosas. El mensaje cristiano es en realidad muy sencillo: hablamos de Dios y del hombre, y así lo decimos todo.

[Publicado por «L'Osservatore Romano», 19 de enero de 2001]

30 octubre 2006

Libros para la biblioteca familiar

La asociación cultural "JUAN LUIS VIVES" nos recomienda, para el nuevo curso que empieza, una relación de libros de especial interés para conocer y difundir:

⌂ La verdad sobre el Código Da Vinci.
  • Autor: José A. Ullate. Ediciones Libros libres, 2005. Precio 13€.
  • Desvela los enigmas de la novela de Dan Brown, permitiendo comprender todo lo que se oculta en la misma. Posiblemente sea el mejor libro publicado sobre el tema que nos ocupa.

⌂ El desafío cristiano. Propuestas para una acción social cristiana.

  • Autor: Josep Miró y Ardévol. Ediciones Planeta Testimonio, 2005. Precio 18€.
  • El autor propone la recuperación de la respuesta cristiana para aportar soluciones a las necesidades sociales de nuestro tiempo. Muy recomendable para todas las personas comprometidas en mejorar la dificil sociedad actual.
⌂ Retiro para gente joven.
  • Autor: Ronald A. Knox. Ediciones Cuadernos Palabra nº 74, 2000.
  • Excelente libro en el que se tratan los principales temas de la vida cristiana con una orientación dirigida principalmente a los jóvenes. Debería estar en la biblioteca familiar accesible "a todos los públicos".

⌂ El Papa con las familias.

  • Ediciones BAC Popular, 2006.
  • Ya tenemos a nuestra disposición "toda" la enseñanza de Benedicto XVI sobre la familia.

⌂⌂⌂

27 octubre 2006

CATEQUESIS DE ADULTOS

El próximo Martes 31 de Octubre comienzan en la parroquia las Catequesis de Jóvenes y adultos.
 
Serán los MARTES Y VIERNES a las 20:30h  durante los meses de noviembre y diciembre.
 
Estamos todos invitados a unirnos en oración estos dias, además de dar a conocer con nuestro testimonio este anuncio de la buena noticia.

26 octubre 2006

LOS MIERCOLES CON EL PAPA

Articulos de las audiencias del Papa de los miércoles

http://www.zenit.org/spanish/audiencia/

23 octubre 2006

Boletin 10

La asociación cultural "Juan Luis Vives" a través de su boletín nº 10 nos remite algunas paginas web de interés:

www.elareopago.blogspot.com
  • Jovenes cristianos de Madrid
www.sontushijos.org
  • Para padres y orientadores familiares
www.embarazoinesperado.es
  • Ayuda a la mujer embarazada con problemas (Asociación de Victimas del Aborto en España)
www.tiempodeeducar.org
  • Plataforma anti-LOE
www.redmadres.org
  • Ayuda a mujeres jovenes embarazadas en dificultad (Comunidad de Madrid)

19 octubre 2006

Noticias.

  • Anuncio de catequesis la próxima semana.
  • Esta noche empezamos la convivencia de principio de curso, las cuatro comunidades.
  • 2ª COMUNIDAD:
    El próximo miercoles 25 de Octubre celebraremos la Eucaristia y renovaremos el envío de la Traditio.