27 junio 2009
Domingo 28 de junio
SAN PEDRO Y SAN PABLO
28 de junio de 2009 (ciclo B, año impar)
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Primera lectura
Era verdad: el Señor me ha liberado de las manos de Herodes
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
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Salmo responsorial
Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R. El Señor me libró de todas mis ansias. Bendigo al Señor en todo momento,
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Segunda lectura
Ahora me aguarda la corona merecida
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo
a Timoteo. 4, 6-8. 17-18
Querido hermano:
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Aleluya
Mt. 16, 18
Tú eres Pedro
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EVANGELIO
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos
+ Lectura del santo evangelio según San Mateo, 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
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COMENTARIO
Tú eres Pedro... Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia La fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad. El signo de Pentecostés ―la nueva comunidad que habla en todas las lenguas y une a todos los pueblos en un único pueblo, en una familia de Dios― se ha hecho realidad (cf. Benedicto XVI, Homilía en la fiesta de San Pedro y San Pablo, 2005). Los santos apóstoles Pedro y Pablo son las columnas de la Iglesia. Ellos han transmitido la fe y sobre ellos se edifica la Iglesia. Fueron elegidos por el Señor para ser testigos de la Buena Noticia, para ser pescadores de hombres. Siendo débiles y pecadores fueron elegidos por Dios para que en su debilidad se manifestara la fuerza y la grandeza de Dios. Ellos hicieron de Jesucristo, el Señor de su vida, el centro de su existencia, la razón y la fuerza para vivir: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir, dirá San Pablo; Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, dirá San Pedro. En el Evangelio vemos como Jesucristo elige, de entre todos los apóstoles, a Pedro como cabeza de la Iglesia. Este oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia, y se continúa por los obispos bajo el primado del Papa (cf. Catecismo 881). El Papa ha sido puesto por Jesucristo para enseñar, santificar y gobernar la Iglesia. San Pablo fue el apóstol de los gentiles, el que recorrió el mundo anunciando la Buena Noticia, el que fundó y visitó numerosas comunidades cristianas, el que no tuvo miedo a las dificultades: hambre, palizas, cárcel, persecución, muerte...: Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo. La memoria de San Pedro nos invita a confesar que Jesús es el Señor, a tenerle a Él como único Maestro, a permanecer siempre fieles a las enseñanzas de Jesucristo que vive en su Iglesia. La memoria de San Pablo nos invita a la nueva evangelización, a ser apóstoles, a no tener miedo de dar la cara por Cristo, a recorrer el mundo de hoy aprovechando todas las ocasiones para ser heraldos, apóstoles y maestros del Evangelio, sin tener miedo, no porque confiemos en nuestras fuerzas, sino porque sé de quién me he fiado y que tiene poder para asegurar hasta el final el encargo que me dio (cf 2 Tim 1, 12s). Esta dimensión misionera necesita ir siempre acompañada por la de la unidad, representada por san Pedro, la "roca" sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia. Como subraya la liturgia, los carismas de estos dos grandes Apóstoles son complementarios para la edificación del único pueblo de Dios, y los cristianos no pueden dar un testimonio válido de Cristo si no están unidos entre sí (cf. Benedicto XVI, Ángelus, 29-VI-2009). Compromiso semanal Reza por el Papa y los Obispos. Pídele a Dios que les dé luz y fuerza para pastorear la Iglesia. Reza también por los que quieren apagar la luz. La Palabra del Señor, luz para cada día 1ª lectura: Hechos 12, 1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes. Es la hora de la prueba para la Iglesia que ora por Pedro, que está encarcelado. Su liberación se sitúa en la línea de los grandes gestos salvadores de Dios. El Señor hoy, como ayer, continúa liberando y manifestando su poder. Salmo 33, 2-9. El Señor me libró de todas mis ansias. El salmo respira un agradecimiento cordial por el amor que Dios muestra a sus fieles. 2ª lectura: 2 Timoteo 4, 6-8. 17-18. Ahora me aguarda la corona merecida. Pablo comprende que ha llegado la hora de su muerte y no se deja llevar por la tristeza sino que da gracias al Señor y se llena de esperanza. Ve que su vida de evangelizador ha transcurrido en fidelidad al Señor. Espera recibir la corona de gloria, reservada a los que han llegado a la meta y han mantenido la fe. Evangelio: Mateo 16, 13-20. Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos. En Cesarea de Filipo, Pedro reconoce que Jesús es el Mesías. Naturalmente, con la luz del Padre y no por su saber humano. A la confesión de Pedro siguen las palabras de Cristo. Eres Pedro. Hay un cambio de nombre. Cefas significa Piedra y expresa su nueva misión: ser el fundamento de la Iglesia. Edificaré mi Iglesia. La Iglesia de Jesús, será la que Jesús reúna y edifique sobre la roca, que es Pedro. Y no habrá otra que pueda llamarse "Iglesia de Dios". El poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino. El "poder de las llaves" es el mismo que Jesús tiene. Es el poder de "atar y desatar". Es decir, poder dar normas a la comunidad y poder admitir o separar de ella. En la Iglesia, es un poder espiritual y se manifiesta, sobre todo, en el poder de perdonar los pecados. Jesús da esta autoridad a Pedro, pero también a los Apóstoles. |
CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 29
| Hch 12,1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.
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Martes 30
| Gn 19,15-29. El Señor hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.
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Miércoles 1
| Gn 21,5.8-20. El hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.
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Jueves 2 | Gn 22,1-19. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
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Viernes 3
| Ef 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
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Sábado 4
| Gn 27,1-5.15-29. Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su bendición.
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Domingo 5
| Ez 2, 2-5 Son un pueblo rebelde.
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17 junio 2009
Domingo 21 de junio
semana XII del tiempo ordinario
21 de junio de 2009 (ciclo B, año impar)
Primera lectura
Lectura del Libro de Job 38, 1.8-11.
Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.
El Señor habló a Job desde la tormenta :
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Salmo responsorial
Sal 106,23-26.28-31
R/. Dad gracias al Señor,
(Los hijos de Israel.) entraron en naves por el mar,
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Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5,14-17.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Hermanos:
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Aleluya
Hch 16,14
Abre, Señor, nuestro corazón,
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EVANGELIO
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos (4, 35-40)
Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
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COMENTARIO
¿Por qué sois tan cobardes? La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos plantea el tema de la fe desde la perspectiva de la búsqueda, la duda, la seguridad y el miedo. Muchas veces los hombres nos planteamos la fe como si creer consistiera solamente en saber una doctrina y cumplir unos ritos religiosos nada más. Este planteamiento es una reducción del verdadero contenido y esencia de la fe. La fe es mucho más que todo eso. Tener fe es entrar en una historia de amor entre Dios y nosotros, es entrar en la historia de la salvación, es aceptar que Dios nos ama y quiere que seamos plenamente felices. Tener fe, ser cristiano, es ser discípulo de Cristo, es aceptar su enseñanza, es aceptarle a Él como único Señor y como único Maestro, es confiar plenamente en Dios, es tratar de vivir cada día como El vivió. Tener fe es seguir a Jesús, y seguir a Jesús es una aventura. Tener fe significa vivir entre la luz y la oscuridad. Vivir a la luz de Cristo, pero aceptando que la fe y la vida del hombre es un misterio que ahora atisbamos solamente, sin alcanzar su comprensión total. La oscuridad desaparecerá completamente en la vida eterna, cuando veamos a Dios tal cual es. Mientras tanto, mientras caminamos hacia la vida eterna hemos de vivir en la confianza en Dios, nos hemos de fiar de Él, aunque humanamente nos cueste comprender muchas cosas. Y ese amor a Dios y la seguridad de que Él nos ama, nos hace fiarnos de Él, nos hace descansar en su amor (cf. Catecismo 163s). Nos gusta tener seguridades humanas en la vida: es un signo de nuestra debilidad y de nuestra pobreza. Tener fe es lanzarnos a la aventura de seguir a Jesús, es abandonarnos en sus brazos, sin tener otra seguridad que su amor. Tener fe es fiarnos de Dios. Todos tenemos nuestros miedos y temores. La experiencia de la vida, los problemas que cada día se nos plantean, las dificultades y pruebas que hemos de atravesar, nos hacen vivir muchas veces llenos de temor, e incluso de angustia. El Señor nos invita hoy a no tener miedo. El Señor nos invita hoy a descansar en Él, nos invita a vivir sin miedo, a fiarnos de Él, con la confianza de que la prueba no superará nuestras fuerzas y con la confianza de que la prueba nos ayuda a crecer y a madurar. ¡Confía en Dios! ¡Descansa en Él! ¡Vive la vida desde la fe! ¡Él te ama y quiere tu felicidad! ¡Entra en la aventura de Dios y el desierto de tu vida se convertirá en un jardín! ¡Encontrarás la felicidad -por el camino de la cruz- y alcanzarás la vida eterna! Compromiso semanal Revisa tu vida. Piensa cuáles son tus miedos y angustias. Trata de descansar en el Señor. Pídele que te libere de ellos. La Palabra del Señor, luz para cada día 1ª lectura: Job 38, 1. 8-11. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas. Dios acalla las profundas dudas de fe de Job, mostrándosele como el Señor del mar y del universo. Esta grandeza, vivida, acaba con la insensatez de exigir cuentas y seguridades.
Este salmo es un himno de acción de gracias, inspirado en la segunda parte de Isaías (Is 40-55), por la Providencia de Dios: el Éxodo, la vuelta del destierro, la ayuda divina a los que sufren, a los que viajan por el mar. Es una invitación a descubrir cómo Dios actúa en nuestra vida, en la historia de cada uno de nosotros, en medio de las dificultades, y a darle gracias porque su misericordia es eterna. 2ª lectura: 2ª Corintios 5, 14-17. Ha llegado lo nuevo. Cristo ha muerto por todos, es decir, en nombre de todos, como cabeza que representaba a toda la humanidad. Pero lo que ante Dios vale en esta muerte es la obediencia de amor que patentiza el sacrificio de una vida totalmente entregada. Los fieles, hechos partícipes de esta muerte por el bautismo, deben ratificar esa oblación de Cristo con su vida. El centro de esta “nueva creación”, que afecta a todo el universo, es el “hombre nuevo” creado en Cristo para una vida nueva, de justicia y santidad. Puedes leer Romanos 6, 4-11. Evangelio: Marcos 4, 35-40. ¿Quién es este? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen! La fe que Jesús exige desde el comienzo de su actividad, y que constantemente exigirá, es un impulso de confianza y de abandono, por el cual el hombre renuncia a apoyarse en sus pensamientos y en sus fuerzas, para abandonarse a la palabra y al poder de aquel en quien cree. La fe, que exige un sacrificio del espíritu y de todo el ser, es un acto difícil de humildad. |
CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 22
| mártires Gn 12,1-9. Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
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Martes 23 | Gn 13,2.5-18. No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos.
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Miércoles 24
| Is 49,1-6. Te hago luz de las naciones.
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Jueves 25 | Gn 16,1-12.15-16. Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael.
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Viernes 26
| Gn 17,1.9-10.15-22. Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo.
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Sábado 27
| Gn 18,1-5. ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte,
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Domingo 28
| Hch 12, 1-11 Era verdad: el Señor me ha liberado de las manos de Herodes
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