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27 junio 2009

Heroes anónimos

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Domingo 28 de junio

SAN PEDRO Y SAN PABLO
28 de junio de 2009 (ciclo B, año impar)



Primera lectura
Era verdad: el Señor me ha liberado de las manos de Herodes

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.

De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:

- "Date prisa, levántate".

Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió:

- "Ponte el cinturón y las sandalias".

Obedeció, y el ángel le dijo:

- "Échate el manto y sígueme".

Pedro salió detrás, creyendo que lo que había el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y segunda guardia, llegaron al protón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.

Pedro recapacitó y dijo:

- "Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos".

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9

R. El Señor me libró de todas mis ansias.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Segunda lectura
Ahora me aguarda la corona merecida

Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo
a Timoteo. 4, 6-8. 17-18

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he recorrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corono merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. Al él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Aleluya
Mt. 16, 18

Tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.

EVANGELIO
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos

+ Lectura del santo evangelio según San Mateo, 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

- "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?".

Ellos contestaron:

- "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas".

Él les preguntó:

- "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?".

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

- "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le respondió:

- "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder el infierno no la derrotará.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".

Palabra del Señor


COMENTARIO

Tú eres Pedro... Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia

La fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad. El signo de Pentecostés ―la nueva comunidad que habla en todas las lenguas y une a todos los pueblos en un único pueblo, en una familia de Dios― se ha hecho realidad (cf. Benedicto XVI, Homilía en la fiesta de San Pedro y San Pablo, 2005).

Los santos apóstoles Pedro y Pablo son las columnas de la Iglesia. Ellos han transmitido la fe y sobre ellos se edifica la Iglesia. Fueron elegidos por el Señor para ser testigos de la Buena Noticia, para ser pescadores de hombres.

Siendo débiles y pecadores fueron elegidos por Dios para que en su debilidad se manifestara la fuerza y la grandeza de Dios. Ellos hicieron de Jesucristo, el Señor de su vida, el centro de su existencia, la razón y la fuerza para vivir: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir, dirá San Pablo; Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, dirá San Pedro.

En el Evangelio vemos como Jesucristo elige, de entre todos los apóstoles, a Pedro como cabeza de la Iglesia. Este oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia, y se continúa por los obispos bajo el primado del Papa (cf. Catecismo 881). El Papa ha sido puesto por Jesucristo para enseñar, santificar y gobernar la Iglesia.

San Pablo fue el apóstol de los gentiles, el que recorrió el mundo anunciando la Buena Noticia, el que fundó y visitó numerosas comunidades cristianas, el que no tuvo miedo a las dificultades: hambre, palizas, cárcel, persecución, muerte...: Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.

La memoria de San Pedro nos invita a confesar que Jesús es el Señor, a tenerle a Él como único Maestro, a permanecer siempre fieles a las enseñanzas de Jesucristo que vive en su Iglesia.

La memoria de San Pablo nos invita a la nueva evangelización, a ser apóstoles, a no tener miedo de dar la cara por Cristo, a recorrer el mundo de hoy aprovechando todas las ocasiones para ser heraldos, apóstoles y maestros del Evangelio, sin tener miedo, no porque confiemos en nuestras fuerzas, sino porque sé de quién me he fiado y que tiene poder para asegurar hasta el final el encargo que me dio (cf 2 Tim 1, 12s).

Esta dimensión misionera necesita ir siempre acompañada por la de la unidad, representada por san Pedro, la "roca" sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia. Como subraya la liturgia, los carismas de estos dos grandes Apóstoles son complementarios para la edificación del único pueblo de Dios, y los cristianos no pueden dar un testimonio válido de Cristo si no están unidos entre sí (cf. Benedicto XVI, Ángelus, 29-VI-2009).

Compromiso semanal

Reza por el Papa y los Obispos. Pídele a Dios que les dé luz y fuerza para pastorear la Iglesia. Reza también por los que quieren apagar la luz.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 12, 1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.

Es la hora de la prueba para la Iglesia que ora por Pedro, que está encarcelado. Su liberación se sitúa en la línea de los grandes gestos salvadores de Dios. El Señor hoy, como ayer, continúa liberando y manifestando su poder.

Salmo 33, 2-9. El Señor me libró de todas mis ansias.

El salmo respira un agradecimiento cordial por el amor que Dios muestra a sus fieles.

2ª lectura: 2 Timoteo 4, 6-8. 17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.

Pablo comprende que ha llegado la hora de su muerte y no se deja llevar por la tristeza sino que da gracias al Señor y se llena de esperanza. Ve que su vida de evangelizador ha transcurrido en fidelidad al Señor. Espera recibir la corona de gloria, reservada a los que han llegado a la meta y han mantenido la fe.

Evangelio: Mateo 16, 13-20. Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos.

En Cesarea de Filipo, Pedro reconoce que Jesús es el Mesías. Naturalmente, con la luz del Padre y no por su saber humano. A la confesión de Pedro siguen las palabras de Cristo. Eres Pedro. Hay un cambio de nombre. Cefas significa Piedra y expresa su nueva misión: ser el fundamento de la Iglesia. Edificaré mi Iglesia. La Iglesia de Jesús, será la que Jesús reúna y edifique sobre la roca, que es Pedro. Y no habrá otra que pueda llamarse "Iglesia de Dios". El poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino. El "poder de las llaves" es el mismo que Jesús tiene. Es el poder de "atar y desatar". Es decir, poder dar normas a la comunidad y poder admitir o separar de ella. En la Iglesia, es un poder espiritual y se manifiesta, sobre todo, en el poder de perdonar los pecados. Jesús da esta autoridad a Pedro, pero también a los Apóstoles.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 29
San PEDRO y San PABLO, apóstoles.

Hch 12,1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.
Sal 33. El Señor me libró de todas mis ansias.
2Tm 4,6-8.17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.
Mt 16,13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.
Reza por el Papa

Martes 30
Santos PROTOMÁRTIRES de la Santa Iglesia Romana.

Gn 19,15-29. El Señor hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.
Sal 25. Tengo ante los ojos, Señor, tu bondad.
Mt 8, 23-27 Increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma.
¿Cuáles son tus miedos? Pídele al Señor por ellos

Miércoles 1
Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo

Gn 21,5.8-20. El hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.
Sal 33. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Mt 8, 28-34 ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?
Reza por los que no tienen fe

Jueves 2

Gn 22,1-19. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
Sal 114. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Mt 9, 1-8 La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
Medita el Evangelio de hoy

Viernes 3
Santo TOMÁS APÓSTOL

Ef 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 116. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Jn 20,24-29. ¡Señor mío y Dios mío!
Reza por la Iglesia

Sábado 4
Santa ISABEL de Portugal

Gn 27,1-5.15-29. Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su bendición.
Sal 134. Alabad al Señor porque es bueno.
Mt 9, 14-17 El vino nuevo se echa en odres nuevos.
Haz una obra de misericordia

Domingo 5
14º del TIEMPO ORDINARIO

Ez 2, 2-5 Son un pueblo rebelde.
Sal 122, 1-4 Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
2 Cor 12, 7b-10 Presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Mc 6, 1-6 No desprecian a un profeta más que en su tierra.
Reza por tu familia y por la parroquia

17 junio 2009

Domingo 21 de junio

semana XII del tiempo ordinario
21 de junio de 2009 (ciclo B, año impar)


Primera lectura
Lectura del Libro de Job 38, 1.8-11.

Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.

El Señor habló a Job desde la tormenta :
¿Quién cerró el mar con una puerta,
cuando salía impetuoso del seno materno,
cuando le puse nubes por mantillas
y niebla por pañales,
cuando le impuse un límite
con puertas y cerrojos,
y le dije: «Hasta aquí llegarás y no pasarás,
aquí se romperá la arrogancia de tus olas»?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 106,23-26.28-31

R/. Dad gracias al Señor,
porque es eterna su misericordia.

(Los hijos de Israel.) entraron en naves por el mar,
comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios,
sus maravillas en el océano. R/.

El habló y levantó un viento tormentoso,
que alzaba las olas a lo alto;
subían al cielo, bajaban al abismo,
el estómago revuelto por el mareo. R/.

Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Apaciguó la tormenta en suave brisa,
y enmudecieron las olas del mar. R/.

Se alegraron de aquella bonanza,
y él los condujo al ansiado puerto.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres. R/.

Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5,14-17.

Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.

Hermanos:

Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.

Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.

Por tanto, no valoramos a nadie por criterios humanos.

Si alguna vez juzgamos a Cristo según tales criterios, ahora ya no.

El que vive con Cristo, es una creatura nueva.

Lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo.

Palabra de Dios.

Aleluya
Hch 16,14

Abre, Señor, nuestro corazón,
para que comprendamos las palabras de tu Hijo.

EVANGELIO
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!

+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos (4, 35-40)

Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:

— Vamos a la otra orilla.

Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron diciéndole :

— Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?

Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:

— ¡Silencio, cállate !

El viento cesó y vino una gran calma. El les dijo:

— ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?

Se quedaron espantados y se decían unos a otros:

— ¿Pero, quién es éste ? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!

Palabra del Señor.


COMENTARIO

¿Por qué sois tan cobardes?

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos plantea el tema de la fe desde la perspectiva de la búsqueda, la duda, la seguridad y el miedo.

Muchas veces los hombres nos planteamos la fe como si creer consistiera solamente en saber una doctrina y cumplir unos ritos religiosos nada más. Este planteamiento es una reducción del verdadero contenido y esencia de la fe.

La fe es mucho más que todo eso. Tener fe es entrar en una historia de amor entre Dios y nosotros, es entrar en la historia de la salvación, es aceptar que Dios nos ama y quiere que seamos plenamente felices. Tener fe, ser cristiano, es ser discípulo de Cristo, es aceptar su enseñanza, es aceptarle a Él como único Señor y como único Maestro, es confiar plenamente en Dios, es tratar de vivir cada día como El vivió.

Tener fe es seguir a Jesús, y seguir a Jesús es una aventura. Tener fe significa vivir entre la luz y la oscuridad. Vivir a la luz de Cristo, pero aceptando que la fe y la vida del hombre es un misterio que ahora atisbamos solamente, sin alcanzar su comprensión total.

La oscuridad desaparecerá completamente en la vida eterna, cuando veamos a Dios tal cual es. Mientras tanto, mientras caminamos hacia la vida eterna hemos de vivir en la confianza en Dios, nos hemos de fiar de Él, aunque humanamente nos cueste comprender muchas cosas. Y ese amor a Dios y la seguridad de que Él nos ama, nos hace fiarnos de Él, nos hace descansar en su amor (cf. Catecismo 163s).

Nos gusta tener seguridades humanas en la vida: es un signo de nuestra debilidad y de nuestra pobreza. Tener fe es lanzarnos a la aventura de seguir a Jesús, es abandonarnos en sus brazos, sin tener otra seguridad que su amor.

Tener fe es fiarnos de Dios. Todos tenemos nuestros miedos y temores. La experiencia de la vida, los problemas que cada día se nos plantean, las dificultades y pruebas que hemos de atravesar, nos hacen vivir muchas veces llenos de temor, e incluso de angustia.

El Señor nos invita hoy a no tener miedo. El Señor nos invita hoy a descansar en Él, nos invita a vivir sin miedo, a fiarnos de Él, con la confianza de que la prueba no superará nuestras fuerzas y con la confianza de que la prueba nos ayuda a crecer y a madurar.

¡Confía en Dios! ¡Descansa en Él! ¡Vive la vida desde la fe! ¡Él te ama y quiere tu felicidad! ¡Entra en la aventura de Dios y el desierto de tu vida se convertirá en un jardín! ¡Encontrarás la felicidad -por el camino de la cruz- y alcanzarás la vida eterna!

Compromiso semanal

Revisa tu vida. Piensa cuáles son tus miedos y angustias. Trata de descansar en el Señor. Pídele que te libere de ellos.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Job 38, 1. 8-11. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.

Dios acalla las profundas dudas de fe de Job, mostrándosele como el Señor del mar y del universo. Esta grandeza, vivida, acaba con la insensatez de exigir cuentas y seguridades.

Salmo 106, 23-31. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

Este salmo es un himno de acción de gracias, inspirado en la segunda parte de Isaías (Is 40-55), por la Providencia de Dios: el Éxodo, la vuelta del destierro, la ayuda divina a los que sufren, a los que viajan por el mar. Es una invitación a descubrir cómo Dios actúa en nuestra vida, en la historia de cada uno de nosotros, en medio de las dificultades, y a darle gracias porque su misericordia es eterna.

2ª lectura: 2ª Corintios 5, 14-17. Ha llegado lo nuevo.

Cristo ha muerto por todos, es decir, en nombre de todos, como cabeza que representaba a toda la humanidad. Pero lo que ante Dios vale en esta muerte es la obediencia de amor que patentiza el sacrificio de una vida totalmente entregada. Los fieles, hechos partícipes de esta muerte por el bautismo, deben ratificar esa oblación de Cristo con su vida. El centro de esta “nueva creación”, que afecta a todo el universo, es el “hombre nuevo” creado en Cristo para una vida nueva, de justicia y santidad. Puedes leer Romanos 6, 4-11.

Evangelio: Marcos 4, 35-40. ¿Quién es este? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!

La fe que Jesús exige desde el comienzo de su actividad, y que constantemente exigirá, es un impulso de confianza y de abandono, por el cual el hombre renuncia a apoyarse en sus pensamientos y en sus fuerzas, para abandonarse a la palabra y al poder de aquel en quien cree. La fe, que exige un sacrificio del espíritu y de todo el ser, es un acto difícil de humildad.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 22
San JUAN FISHER, obispo y Santo TOMÁS MORO,

mártires Gn 12,1-9. Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Sal 32. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Mt 7, 1-5. Sácate primero la viga del ojo.
Medita el Evangelio de hoy

Martes 23

Gn 13,2.5-18. No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos.
Sal 14. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Mt 7, 6.12-14. Tratad a los demás como queráis que ellos os traten.
¿Tratas a los demás como quieres que te traten a ti?

Miércoles 24
NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA.

Is 49,1-6. Te hago luz de las naciones.
Sal 138. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
Hch 13,22-26. Antes de que llegara Cristo, Juan predicó.
Lc 1,57-66.80. El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.
Reza por la nueva evangelización

Jueves 25

Gn 16,1-12.15-16. Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael.
Sal 105. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Mt 7,21-29. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.
Haz oración de acción de gracias

Viernes 26
San PELAYO, mártir

Gn 17,1.9-10.15-22. Circuncidad a todos vuestros varones en señal de mi pacto. Sara te va a dar un hijo.
Sal 127. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor
Mt 8, 1-4. Si quieres, puedes limpiarme.
Pídele al Señor, con humildad, que sane tus heridas

Sábado 27
San CIRILO DE ALEJANDRÍA, obispo y doctor

Gn 18,1-5. ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte,
Sara habrá tenido un hijo.
Sal Lc 1,46-50.53-55. El Señor se acuerda de la misericordia.
Mt 8,5-17. Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob
Haz una obra de misericordia

Domingo 28
13º del Tiempo Ordinario

Hch 12, 1-11 Era verdad: el Señor me ha liberado de las manos de Herodes
Sal 33, 2-9 El Señor me libró de todas mis ansias.
2 Tim 4, 6-8. 17-18 Ahora me aguarda la corona merecida.
Mt 16, 13-19 Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los Cielos.
Reza por el Papa, por tu familia y por la parroquia