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06 junio 2009

Domingo 7 de junio.

LA SANTÍSIMA TRINIDAD
7 de junio de 2009 (ciclo B, año impar)



Primera lectura
El Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo,
y aquí abajo en la tierra; no hay otro

Lectura del libro del Deuteronomio (4, 32-34. 39-40)

Moisés habló al pueblo, diciendo:

—«Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la. tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro ¿el cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tu has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como lodo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?


Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.»

Palabra de Dios.






Salmo responsorial
Sal 32, 4-5, 6 y 9,18-19.20 y 22 (R/: 121)

R/. Dichoso el pueblo que el Señor
se escogió como heredad.


O bien:
Aleluya.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió. R/.

Los ojos del Señor están prestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

Segunda lectura
Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 14-17)

Hermanos:

Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.


Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre).


Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también Herederos; Herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

Palabra de Dios.

























Aleluya
Ap 1,8

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

al Dios que es, que era y que viene.




EVANGELIO
Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (28, 16-20)




















En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.


Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.


Acercándose a ellos, Jesús les dijo:


— «Se me ha dado pleno poder en el ciclo y en la tierra.


Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.


Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, basta el fin del mundo.»

Palabra del Señor.





















COMENTARIO

En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo

En este domingo, que sigue a Pentecostés, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Gracias al Espíritu Santo, que ayuda a comprender las palabras de Jesús y guía a la verdad completa, los creyentes pueden conocer, por decirlo así, la intimidad de Dios mismo, descubriendo que él no es soledad infinita, sino comunión de luz y de amor, vida dada y recibida en un diálogo eterno entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo, como dice san Agustín, Amante, Amado y Amor (cf. Benedicto XVI, Ángelus, 11-VI-2006).


La celebración de hoy nos recuerda que Dios es un misterio. Misterio que hemos de vivir desde la fe y el amor. Todo el universo, para quien tiene fe, habla de Dios uno y trino.


En el misterio de Dios que celebramos hoy, es fundamental que sepas descubrir que Dios te ama, y que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.


Dios te ama más que nadie: hasta dar la vida. Dios te ama como eres: aunque tú no quieras saber nada de él, aunque tú lo persigas. Dios te ama con fidelidad, no deja de amarte nunca: aunque seas inconstante y pecador.

Y, por tanto, has de descubrir que todo lo que Dios dice, enseña y manda, no lo hace para fastidiarte, sino para mostrarte el verdadero camino que conduce a la felicidad y a la vida eterna. ¡Dios quiere que seas feliz! Y quiere que seas feliz no sólo un ratito..., sino ¡para toda la eternidad! ¡Esta es la clave para comprender todo el mensaje cristiano, con todas sus exigencias!


Aquel que entra en la dinámica del amor verdadero, de la entrega generosa, puede descubrir a Dios, porque DIOS ES AMOR. El que es capaz de vencer su egoísmo, de negarse a sí mismo y amar con generosidad, puede encontrarse con Dios.


Los sencillos, los humildes, los que huyen del orgullo y la soberbia, los que aman de verdad, son capaces de fiarse de Dios y ponerse en sus manos sin condiciones, de dejarse amar por Dios.

La fiesta de hoy es una invitación a amar a Dios, a entrar en el misterio, y, a través del amor, dejar que El te ilumine, se te vaya manifestando, y te haga crecer en la santidad para estar lleno de Él. Es una invitación a vaciarte de tu egoísmo para llenarte de Dios: así serás verdaderamente feliz, así vivirás auténticamente como persona y tendrá sentido tu vida.

Compromiso semanal

Busca un ratito tranquilo para encontrarte con el buen Dios que te ama. Haz un rato de oración confiada descansando en ese amor que te tiene.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Deuteronomio 4, 32-34. 39-40. El Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.

El Dios de Israel es un Dios único. Israel llega a este conocimiento no por vía intelectual, sino a partir de su propia historia. Lo grande en Israel ha sido la cercanía de Dios: la revelación del Sinaí ha sido prueba de ello. Y la salvación (tipificada en la liberación de la esclavitud de Egipto) será una manifestación del señorío de Dios sobre la historia y los elementos.

Salmo 32, 4-6. 9. 18-20. 22. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

La revelación cristiana de la Trinidad está hecha en términos de salvación. Es la donación personal de Dios en la que culmina su obra salvífica. Este salmo es un himno de alabanza a Dios como soberano Señor, creador de todo y dueño de la historia por su palabra y su acción.

2ª lectura: Romanos 8, 14-17. Habéis recibido un Espíritu de hijos adoptivos , que nos hace gritar: “¡Abbá!” (Padre).

Por el bautismo somos por gracia lo que Cristo es por naturaleza. Esto es lo que quiere decir ser hijos de adopción. Para que todo esto fuera posible, Dios nos engendró dándonos su vida en el Bautismo. Esto nos hace vivir ya la vida íntima de Dios.

Evangelio: Mateo 28, 16-20. Bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Jesús es el Hijo de Dios. Dios lo resucitó; tiene pleno poder. Ha resucitado y vive. En este momento, el Señor envía a los suyos. Su misión va a consistir en testimoniar lo que con Él y de Él aprendieron. Enseñando esto deben hacer nuevos discípulos de “todas las naciones”. Para sellar y significar esta misión del discípulo está el Bautismo.




























CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 8 2 Co 1,1-7. Dios nos alienta hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en la lucha.
Sal 33. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Mt 5, 1-12 Dichosos los pobres en el espíritu.
Medita el Evangelio de hoy.
















Martes 9
San EFRÉN, diácono y doctor de la Iglesia
2 Co 1,18-22. Jesús no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí».
Sal 118. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Mt 5, 13-16 Vosotros sois la luz del mundo.
Da testimonio de Jesucristo
















Miércoles 10 2 Co 3,4-11. Nos ha hecho ministros de una alianza nueva, no de código escrito, sino de espíritu.
Sal 98. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Mt 5, 17-19 No he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Haz una obra de misericordia.
















Jueves 11
San BERNABÉ, apóstol
Hch 11,21b-26; 13,1-3. Era hombre de bien, lleno de espíritu Santo y de fe.
Sal 97. El Señor revela a las naciones su justicia.
Mt 10,7-13. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.
Reza por el Papa y los Obispos
















Viernes 12 2Co 4,7-15. Quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Sal 115. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Mt 5, 27-32. El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero.
Pídele al Señor el don de un corazón limpio.
















Sábado 13
San ANTONIO DE PADUA
2 Co 5,14-21. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado.
Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.
Mt 5, 33-37. Yo os digo que no juréis en absoluto.
¿Qué es lo que te agobia? ¡Díselo al Señor!
















Domingo 14
CORPUS CHRISTI
Ex 24, 3-8 Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros.
Sal 115, 12-18 Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre.
Heb 9, 11-15 La sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia.
Mc 14, 12-16.22-26 Esto es mi cuerpo; ésta es mi sangre.
Reza por tu familia y por la parroquia

















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