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28 junio 2010

El arzobispo de Valencia reestructura la archidiócesis y nombra diez vicarios episcopales.

Tras el rezo del Ángelus en Palacio Arzobispal

VALENCIA, 28 JUN. (AVAN) .- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha anunciado hoy la reestructuración de la diócesis y el nombramiento de diez nuevos vicarios episcopales, de los que ocho serán territoriales y sustituirán a los cinco vicarios que venían desempeñando esta labor. Las otras dos vicarías serán de nueva creación, una dedicada a la acción social y otra a la evangelización.

Los nuevos vicarios episcopales designados por el prelado son: José Ramón Crespo López, de 59 años, para la Vicaría I que comprende la mitad sur de la ciudad de Valencia; Miguel Díaz Valle, de 67 años, para la Vicaría II que abarcará la mitad norte de la capital; José Javier Llopis Portes, de 46 años, para la Vicaría III que integrará toda el área metropolitana de Valencia; José María Taberner Andrés, de 59 años, será titular de la Vicaría IV, “Moncada- Sagunto” ; Arturo Pablo Ros Murgadas, de 46 años, para la Vicaría V, “Llíria- Requena-Ademuz”; José María Payá Mataix, de 60 años, para la Vicaría VI “Xàtiva- Alcoi-Ontinyent”; Rafael Reig Armiñana, de 47, de la Vicaría VII “La Ribera”; y Jesús Sánchez Domínguez, de 45 años, para la Vicaría VIII, “La Valldigna-La Safor-La Marina”.

Además de estas vicarías episcopales territoriales, el Arzobispo ha creado la Vicaría para la Acción Caritativa y Social “Santo Tomás de Villanueva”, y la Vicaría de Evangelización “San Juan de Ribera”, cuyos titulares serán, respectivamente, los sacerdotes Vicente Serrano Valbuena, de 67 años, y José Enrique Pérez Asensi, de 35 años. 

Los nombramientos han sido anunciados por monseñor Carlos Osoro hoy a mediodía en el Palacio Arzobispal, al término del rezo del Ángelus con la Curia diocesana y personal del Arzobispado, que han dedicado una ovación a los nuevos vicarios y también a los vicarios salientes, Juan Moncho; Vicente Serrano, que será el nuevo vicario de Acción Caritativa y Social; José Vicente Calza; José Antonio Varela y Juan José Llorens, por la labor que han realizado.

26 junio 2010

Monseñor Osoro ordena este sábado a siete nuevos sacerdotes para la diócesis de Valencia

Monseñor Osoro ordena este sábado a siete nuevos sacerdotes para la diócesis de Valencia
En una ceremonia, a las 11 horas, en la Catedral

VALENCIA, 25 JUN. (AVAN) .- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, presidirá mañana, sábado, la ordenación sacerdotal de siete diáconos de la diócesis valentina en una ceremonia que tendrá lugar a las 11 horas en la Catedral.

Se trata de los diáconos Pablo Valls, de Valencia y 35 años, y Pablo Bohigues, de Villalonga y 45 años, del Seminario Mayor La Inmaculada de Moncada; y de Arturo Monllor, nacido hace 32 años en Alcoy; Diego Pascual Revert, de 34 años, de Llosa de Ranes; David Cuenca, de 36 años y de Gijón; y del ecuatoriano Gerónimo Mauricio Montiel Burgos, de 30 años, estudiantes del Colegio Seminario La Presentación y Santo Tomás de Villanueva de Valencia. Igualmente, el séptimo diácono es el religioso jesuita Jaime Tatay, de 34 años.

Pablo Valls
El diácono Pablo Valls ha colaborado durante los últimos años en la pastoral de la parroquia de San Jaime de Algemesí aunque, su parroquia de origen es la de San Pascual Bailón, en donde oficiará su primera misa el domingo, día 27, a las 12 horas.

También estudió en el colegio San José de Calasanz y en la parroquia de San Isidoro pertenece a una comunidad neocatecumenal. Entre otras actividades pastorales, Valls también colaboró como voluntario en Cáritas en el programa de transeúntes.

Pablo Bohigues
Tras trabajar en una fábrica de cerámica en Villalonga, su localidad natal, y obtener el graduado escolar, Pablo Bohigues decidió entrar al seminario de Moncada con 39 años.

Pablo Bohigues ha ayudado en la pastoral de la parroquia de San Nicolás en el Grao de Gandia y su primera misa la celebrará el lunes, 28 de junio, a las 19 horas, en la parroquia de los Santos Reyes de Villalonga, su parroquia de origen.

Arturo Monllor
Arturo Monllor trabajó como profesor de Religión en institutos de Alaquàs y Gandia. Tras abandonar sus estudios de administrativo, entró en el seminario.

Monllor ha colaborado pastoralmente en la parroquia de Cocentaina. Su primera misa será el sábado, día 26, a las 19.30 horas en El Salvador de Alcoy.

Diego Pascual Revert
Natural de Llosa de Ranes, Diego Pascual trabajó desde los 16 años pintando coches y conduciendo camiones de 26 toneladas. A los 21 años comenzó un periodo de formación cristiana a través de los cursillos de cristiandad así como en el Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas en Canals.

Su labor pastoral la ha desarrollado en la parroquia de San Luis Bertrán de Torrent y su primera misa será el 4 de julio, a las 20 horas, en Llosa de Ranes.

David Cuenca
Antes de entrar en el Seminario La Presentación, David Cuenca, de Gijón, estudió Filosofía y Letras e Historia y Ciencias de la Música. Tras obtener una oposición como profesor de instituto, estuvo durante 10 años enseñando música.

Ha ayudado en la pastoral de las parroquias de Pinedo y El Saler. Su primera misa será el domingo, día 27, a las 12 horas, en la parroquia de San Nicolás de Valencia.

Gerónimo Mauricio Montiel Burgos
Nació en 1979 en la localidad ecuatoriana de Santo Domingo de los Colorados y lleva nueve años en España.

Gerónimo Mauricio ha colaborado en la parroquia Asunción de Nuestra Señora de Bocairent, que acogerá la celebración de una misa de acción de gracias el 4 de julio a las 12 horas. Su primera misa será el domingo 27 de junio en parroquia El Salvador, a las 19 horas.

Jaime Tatay
Fue estudiante en el Teologado de los jesuitas de Boston (EE.UU.) y cursó la carrera de Ingeniero de Montes.

Estudió también en un colegio jesuita y, luego, en la universidad siguió vinculado a grupos de jóvenes cercanos a los religiosos jesuitas.

Con 22 años Jaime Tatay entró en el seminario y ahora hace once años que es jesuita. En la actualidad, cursa la licenciatura de Moral Social en Boston. Su primera misa será el domingo, día 27, a las 12 horas, en colegio San José de Valencia.


Ceremonia de ordenación sacerdotal
Tras la proclamación de la Palabra de Dios, el rito de ordenación, que tiene su origen en los primeros tiempos del cristianismo, dará comienzo con la “llamada a los elegidos, ya que es la Iglesia quien llama por medio del obispo a quienes va a confiar el ministerio”, según fuentes de la comisión de Liturgia del Arzobispado.

A continuación, y tras la homilía de monseñor Osoro, los ordenandos se levantarán y delante del Arzobispo “manifestarán su voluntad de acceder al ministerio” y, posteriormente, cada uno de ellos se acercará al prelado para, “arrodillado ante él, poner sus manos junto a las suyas”.
Seguidamente, los siete diáconos se postrarán con el rostro en tierra “como signo de total disponibilidad y preparación a recibir la gracia del Espíritu Santo” y, después, una vez de rodillas, se cantarán las Letanías de los Santos.

La imposición de manos y oración consecratoria se desarrollará, luego, “en silencio”, según las mismas fuentes, que han asegurado que “heredada de los Apóstoles, es una acción que simboliza y realiza la transmisión de la gracia en orden a la misión ministerial de la Iglesia”. La oración consecratoria, que “pide al Padre por mediación del Hijo que envíe a los ordenandos una especial efusión del Espíritu Santo y que acompaña a la imposición de manos”, indica la finalidad y el sentido de la ordenación de los presbíteros.

Después de la imposición de manos del arzobispo de Valencia, todos los presbíteros concelebrantes pondrán a su vez las manos a los diáconos, “significando la unidad del presbiterio con el obispo y la común participación en el mismo sacerdocio de Cristo”. El prelado pronunciará la oración de consagración con las manos extendidas mientras que los ordenandos estarán arrodillados ante él.

Acabada la ordenación, varios presbíteros colocarán la estola y la casulla a los nuevos sacerdotes y, a continuación, el Arzobispo ungirá con el crisma las manos de cada nuevo presbítero, como “se unge todo lo que va a ser dedicado a Dios”.

Posteriormente, representantes de los fieles presentarán, “en nombre del pueblo fiel”, el pan y el vino para la eucaristía al titular de la archidiócesis, cuyas ofrendas entregarán a cada uno de los nuevos sacerdotes. Finalmente, monseñor Carlos Osoro junto a los rectores de los Seminarios darán a cada uno de ellos el beso de la paz y, a partir de ese momento, comenzará la liturgia eucarística. Al final de la celebración, los nuevos sacerdotes recibirán la felicitación de sus familiares y amigos.

Para don José Saramago, a propósito de su muerte




Querido don José:

Me enteré de su muerte en cuanto las agencias de noticias lo pregonaron a los cuatro vientos. En lo primero que pensé fue en su mujer, le soy sincero. ¿Qué puede importar la literatura, las ideologías o el barullo de la vida en un momento así? Importa que la persona que uno ama ya no está contigo. Todos lo sabemos. Y es muy duro. Inmediatamente recé por usted. Pensé que era lo que más le podría servir a estas alturas. Espero que haya sido así, y le advierto que lo seguiré haciendo. De corazón se lo digo. Y me preocupé por aquellas dos cartas que le escribí de manera pública, como ahora ésta, a raíz de alguno de sus comentarios impíos sobre la Iglesia, y sobre otras palabras suyas contra el Papa, ya sabe, en la presentación de su novela “Caín”. Me preocupé por si le había faltado a la caridad, lo reconozco. Porque al final de todo uno se queda con el alma a solas en el juicio de Dios. Y por más que pensemos que tenemos razón y nos escuezan determinadas palabras, el caso es que desde la caridad la perspectiva cambia como por ensalmo. La caridad es claridad. Pero somos hombres y salimos al trapo. Aunque reconocerá que se excedió un poco.

Don José, no creo que a día de hoy -es una forma de hablar- siga siendo ateo. Tampoco creo que durante su vida terrena lo fuera nunca de una manera completamente radical. El hondón del alma humana es un misterio demasiado íntimo y complejo, y supongo que habría momentos de dudas e incertidumbres. Puede que hasta con ganas de creer en Cristo. No lo sé. Pero lo que si sé es que Dios nunca deja sólo a nadie ante el miedo o el vacío. Por más que lo queramos revestir de lo que sea. No es cuestión de inteligencia, devanándonos los sesos en alucinantes teorías. La misericordia divina nos ronda y a veces salta a la vista o toma por asalto el corazón. En cualquier rincón de la vida o puede que en el postrer momento. Usted no estaba hecho para la muerte, era -y lo sigue siendo en un sentido inefable- un artista, una persona preocupada por el alma del mundo (no sé decirlo de otra manera). Quería transformar la realidad injusta y deseaba arrancar un poco de felicidad para sus semejantes. Otra cosa era el procedimiento. ¿Cómo juzgarle? Su obra es la rabia ante todo esto. La impotencia. Y yo leo en usted unas ganas locas de esperanza.

Le voy a decir algo. Nada es en balde, nada es en vano. La oración es un poder muy grande. Y la literatura es, en innumerables ocasiones, una plegaria. Puede que escondida o camuflada entre fantasías, equívocos, blasfemias o retóricas alharacas. Pero hay un deseo innato, un anhelo, una cifra que Dios no deja de leer con cariño de Padre. Él es el único lector que se adentra en nuestra más profunda inquietud y significado. Usted, puede que sin ser del todo consciente, rezaba. Y eso Dios se lo habrá tenido en cuenta, estoy seguro. Escribir es una forma de amor, o de querer amar, o de ser amado. Escribir es recogerse en el alma y contar o cantar la nostalgia que tenemos de ser felices por completo; puede que rebelándonos no pocas veces ante el dolor, el infortunio o la soledad de infinidad de gentes. No acabamos de comprenderlo. Y ahora, ya, usted sabe cómo eran en realidad las cosas, y hasta donde llegaban cada uno de sus actos o palabras.

Rezo por su alma don José Saramago. Es lo cristiano y lo único sensato. No todo se acaba. Sigue usted vivo.





Anónimo Anónimo dijo...
Querido Guillermo: A propósito de mi muerte debo reconocer que he sido el último en enterarme, no fui consciente de estar muerto hasta que llegó a mis oídos la noticia, y lo primero que pensé, si quiere que le diga la verdad, es que, para estar muerto, me sentía muy muy muy vivo, mucho más vivo que usted, aunque no me crea. Creer, de eso se trata, amigo. Como usted dice yo quería no creer, pero creía. Como creo y espero en la Misericordia de este Dios amor que le ha hecho rezar por mí en público, desde su blog, invitando a tantos otros a hacerlo. Gracias Gracias de corazón, es de los mejores regalos que me han hecho nunca. Que Dios se lo pague.
junio 25, 2010 1:02 AM

Pedro Opeka, el apóstol de la basura

Impresionante. Mas lo es saber cuantas personas en todo el mundo viven en los basureros con toneladas de basura para reciclar..., especialmente los niños.

El contenido del video está aquí

Ni indigente ni mendigo

Ni indigente ni mendigo
Por Eduardo Menchaca

Esa tarde iba a pagar el alquiler del piso. Como me sobraba media hora hasta que abrieran la caja...
...en vez de darme un paseo por el centro matando el tiempo, se me ocurrió ir a la estación de autobuses para ver si estaba algún amigo y charlar con alguien.
Al cruzar la esquina en un banco cercano a la estación me encontré a Joaquín.

Le pregunté como estaba, si anoche tuvo visita de los otros voluntarios de Café Solidario*, que si le habían traído galletas.
Le conté que el fin de semana pasado le vi cruzando una calle y me dijo que va por aquella zona porque tiene un amigo en un bar que le da de desayunar y de comer gratis; pero que cuando empiece el mes y tenga dinero le tiene que pagar porque no quiere estar en deuda con él; que es muy majo y que cada uno tiene que dar lo que puede –me dice.
 
 
También me cuenta sus proyectos de ir a dormir a una pensión ahora que le van a dar la paga extra ya que le piden otro mes de fianza… Así siguió la conversación largo rato, contándome su historia, su trabajo, muchos problemas y preocupaciones, algún que otro sueño.

Allí estuvimos cerca de una hora, él abriéndome su vida, yo, escuchando, en aquel banco, su casa, de ambiente otoñal pero cálido de encuentro. De toda aquella conversación me impactó algo que me contó, que quizás no sea lo más importante, pero habla mucho de nuestros prejuicios.

Él solía ir habitualmente a otro bar a tomar un pincho y un chato de vino, hasta que un día el camarero le dijo –de manera educada- que no volviese por allí. Joaquín preguntó porqué y el dueño del bar le dijo que otro cliente le había visto durmiendo en la calle y que por eso aunque le pagara las consumiciones no quería que entrara más en su local. Esa fue la razón por la que no le permiten entrar al bar: no tener techo donde dormir.

Quizá el del bar piense que da mala imagen para su negocio, o el otro cliente quiere vivir en su burbuja sin relacionarse con otros que lo estén pasando mal. Quizá no sea guapo, ni huela a perfume, ¿y qué? Joaquín es un hombre de carne y hueso, no es un indigente, ni un mendigo: es sobre todo persona, hijo de Dios, igual que tú y que yo. Y yo me quedo rumiando: ¿qué quiero para mi casa y mi vida?, ¿ser local VIP, o ser un hogar algo cutre pero que sea cruce de caminos?

[* Programa de Red Íncola de atención en la calle a personas sin hogar en Valladolid]

Domingo 27 de junio de 2010. XIII del T.O. C

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO
27 de junio de 2010  (ciclo C, año par) 



Primera lectura
Eliseo se levantó y marchó tras Elías
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 16b. 19-21
En aquellos días, el Señor dijo a Elías:
— «Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»
Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:
— «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo:
— «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 15, l-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R/.: cf. 5a)
R/. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
 Segunda lectura
Vuestra vocación es la libertad
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18
Hermanos:
Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.
Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.
Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.
Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.»
Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.
Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.
En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.

Palabra de Dios.
  Aleluya
1S 3, 9; Jn 6, 68c
Habla, Señor, que tu siervo te escucha;
tú tienes palabras de vida eterna.
 EVANGELIO
Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré adonde vayas
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51-62
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
—«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
— «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió:
— «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo:
— «Sígueme.»
Él respondió:
— «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó:
— «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo:
— «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó:
— «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»

Palabra del Señor.




COMENTARIO
Tú eres Pedro
Desde los tiempos más antiguos, la Iglesia de Roma celebra la solemnidad de los grandes apóstoles san Pedro y san Pablo como una única fiesta en el mismo día, el 29 de junio.
Con su martirio se convirtieron en hermanos; juntos son los fundadores de la nueva Roma cristiana. La sangre de los mártires no clama venganza, sino que reconcilia. No se presenta como acusación, sino como "luz áurea": se presenta como fuerza del amor que supera el odio y la violencia, fundando así una nueva ciudad, una nueva comunidad.
Mediante el martirio, mediante su fe y su amor, los dos Apóstoles indican dónde está la verdadera esperanza, y son fundadores de un nuevo tipo de ciudad, que debe formarse continuamente en medio de la antigua ciudad humana, que sigue amenazada por las fuerzas contrarias del pecado y del egoísmo de los hombres (cf. Benedicto XVI, Homilía,  29-VI-2008).
Esta fiesta es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica.
Pedro y Pablo son columnas de la Iglesia. Ellos han transmitido la fe y sobre ellos se edifica la Iglesia. Fueron elegidos por el Señor para ser testigos de la Buena Noticia, para ser pescadores de hombres.
Siendo débiles y pecadores fueron elegidos por Dios para que en su debilidad se manifestara la fuerza y la grandeza de Dios. Ellos hicieron de Jesucristo, el Señor de su vida, el centro de su existencia, la razón y la fuerza para vivir: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir, dirá San Pablo; Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, dirá San Pedro.
En el Evangelio vemos como Jesucristo elige, de entre todos los apóstoles, a Pedro como cabeza de la Iglesia. Este oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia, y se continúa por los obispos bajo el primado del Papa (cf. Catecismo 881). El Papa ha sido puesto por Jesucristo para enseñar, santificar y gobernar la Iglesia.
San Pablo fue el apóstol de los gentiles, el que recorrió el mundo anunciando la Buena Noticia, el que fundó y visitó numerosas comunidades cristianas, el que no tuvo miedo a las dificultades: hambre, palizas, cárcel, persecución, muerte...: Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.
 La memoria de San Pedro nos invita a confesar que Jesús es el Señor, a tenerle a Él como único Maestro, a permanecer siempre fieles a las enseñanzas de Jesucristo que vive en su Iglesia.
Esta es la misión permanente de san Pedro: hacer que la Iglesia no se identifique jamás con una sola nación, con una sola cultura o con un solo Estado. Que sea siempre la Iglesia de todos. Que reúna a la humanidad por encima de todas las fronteras y, en medio de las divisiones de este mundo, haga presente la paz de Dios, la fuerza reconciliadora de su amor (cf. Benedicto XVI, ibid).
La memoria de San Pablo nos invita a la nueva evangelización, a ser apóstoles, a no tener miedo de dar la cara por Cristo, a recorrer el mundo de hoy aprovechando todas las ocasiones para ser heraldos, apóstoles y maestros del Evangelio, sin tener miedo, no porque confiemos en nuestras fuerzas, sino porque sé de quién me he fiado y que tiene poder para asegurar hasta el final el encargo que me dio (cf 2 Tim 1, 12s).

Compromiso semanal
Reza por el Papa. Mira cómo puedes dar un buen testimonio cristiano en tu ambiente. Piensa en personas y situaciones concretas.
 
La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Hechos 12, 1-11.
Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.
                    Es la hora de la prueba para la Iglesia que ora por Pedro que está encarcelado. Su liberación se sitúa en la línea de los grandes gestos salvadores de Dios. El Señor hoy, como ayer, continúa liberando y manifestando su poder.
Salmo 33, 2-9. El Señor me libró de todas mis ansias.
            El salmo respira un agradecimiento cordial por el amor que Dios muestra a sus fieles. A esa alabanza anima a los humildes, a los fieles. El motivo aparece enseguida: invocó al Señor, éste lo escuchó y lo salvó.
2ª lectura: 2 Timoteo 4, 6-8. 17-18.
Ahora me aguarda la corona merecida.
                    Pablo comprende que ha llegado la hora de su muerte y no se deja llevar por la tristeza sino que da gracias al Señor y se llena de esperanza. Ve que su vida de evangelizador ha transcurrido en fidelidad al Señor. Espera recibir la corona de gloria, reservada a los que han llegado a la meta y han mantenido la fe.
          Puedes leer Mateo 10, 16-20.
Evangelio: Mateo 16, 13-20.
Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos.
            En Cesarea de Filipo, Pedro reconoce que Jesús es el Mesías. Naturalmente, con la luz del Padre y no por su saber humano. A la confesión de Pedro siguen las palabras de Cristo. Eres Pedro. Hay un cambio de nombre. Cefas significa Piedra y expresa su nueva misión: ser el fundamento de la Iglesia. Edificaré mi Iglesia. La Iglesia de Jesús, será la que Jesús reúna y edifique sobre la roca, que es Pedro. Y no habrá otra que pueda llamarse "Iglesia de Dios". El poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino. El "poder de las llaves" es el mismo que Jesús tiene. Es el poder de "atar y desatar". Es decir, poder dar normas a la comunidad y poder admitir o separar de ella. En la Iglesia, es un poder espiritual y se manifiesta, sobre todo, en el poder de perdonar los pecados. Jesús da esta autoridad a Pedro, pero también a los Apóstoles.
                    Puedes leer Mateo 11, 27s y  Juan 20, 21-23.




CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 28
San Ireneo
Am 2, 6-10. 13-16.  Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros.
Sal 49, 16-23. Atención los que olvidáis a Dios.
Mt 8, 18-22. Sígueme.
¿Estás siguiendo del todo a Jesús? ¿Le pones pegas?
Martes 29
San Pedro y San Pablo
Hch 12, 1-11  El Señor ha enviado a su ángel para librarme.
Sal 33, 2-9  El ángel del Señor librará a los que temen a Dios.
2 Tim 4, 6-8. 17-18 He corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Mt 16, 13-19  Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos
Haz oración por el Papa
Miércoles 30
Santos Protomártires de la Iglesia Romana
Am 5, 14-15.21-24  Fluya la justicia como arroyo permanente.
Sal 49, 7-17  Al que sigue buen camino le haré ver la salvación.
Mt 8, 28-34  ¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo?
Da testimonio de Jesucristo, de lo que hace en tu vida
Jueves 1
Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
Am 7, 10-17  Ve y profetiza a mi pueblo.
Sal 18, 8-11  Los mandamientos del Señor son verdaderos y justos.
Mt 9, 1-8  La gente alababa a Dios que da a los hombres tal potestad.
Pídele al Señor el perdón de tus pecados
Viernes 2
Am 8, 4-6.9-12  Enviaré hambre de escuchar la palabra del Señor.
Sal 118, 2.10.20.30.40.131   No sólo de pan vive el hombre...
Mt 9, 9-13  No tienen necesidad de médico los sanos.
Haz una obra de misericordia
Sábado 3
Santo Tomás, apóstol
Ef 2, 19-22  Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 116, 1-2  Id al mundo entero y predicad el Evangelio.
Jn 20, 24-29  ¡Señor mío y Dios mío!
Medita el Evangelio de hoy
Domingo 4
14º del TIEMPO ORDI­NARIO
Is 66, 10-14c  Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz.
Sal 65, 1-7.16.20  Aclama al Señor, tierra entera.
Ga 6, 14-18  Ya tengo bastante con llevar en mi cuerpo las marcas de Jesús.
Lc 10, 1-12.17-20  Poneos en camino. Al entrar en una casa lo primero que tenéis que decir: “Paz a esta casa”.
Haz oración por tu familia y por la parroquia

19 junio 2010

Domingo 20 de junio de 2010. XII del T.O. C


DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
20 de junio de 2010  (ciclo C, año par) 



Primera lectura
Mirarán al que atravesaron
Lectura de la profecía de Zacarías 12, 10-11; 13, 1
Así dice el Señor:
«Derramaré sobre la dinastía de David
y sobre los habitantes de Jerusalén
un espíritu de gracia y de clemencia.

Me mirarán a mí, a quien traspasaron,
harán llanto como llanto por el hijo único,
y llorarán como se llora al primogénito.

Aquel día, será grande el luto en Jerusalén,
como el luto de Hadad-Rimón
en el valle de Meguido.»

Aquel día, se alumbrará un manantial,
a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén,
contra pecados e impurezas.

Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R/.: 2b)
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca,
agostada, sin agua. R/.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.
 Segunda lectura
Los que habéis sido bautizados os habéis revestido de Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 26-29
Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.

Palabra de Dios.
  Aleluya
Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen.
 EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
—«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
—«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
El les preguntó:
—«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo:
—«El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
—«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»

Palabra del Señor.




COMENTARIO
Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?
La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos lanza esta tremenda pregunta: Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo? ¿Y tú? ¿Quién es Jesús para ti? Esta pregunta no es un sondeo de opinión, no es simple curiosidad o estadística. Es una interpelación, una pregunta que exige respuesta. Jesús te repite hoy: ¿quién soy yo para ti? ¿Qué “pinto” en tu vida?
La Palabra de Dios te invita hoy a la confesión de fe. Te invita a no quedarte en especulaciones humanas, sino a confesar que Jesucristo es el Mesías, el Salvador, el único Señor y el único Maestro. Pero la confesión de fe no consiste sólo en palabras. La confesión de fe pide hechos: pide seguir a Jesús, seguimiento radical y compromiso evangélico, cargar con la cruz y “perder” la vida para salvarla.
Seguir a Jesucristo significa darte cuenta de que tener fe es mucho más que tener cuatro ideas en la cabeza. Tener fe es estar enamorados de Jesucristo, es vivir una vida de amistad y de comunión con Él. Seguir a Jesús no es sólo imitar sus cualidades, sino buscar una unión personal con Él, escuchar su voz, caminar con Él. Es seguir sus pasos, recorrer el camino que Él ha marcado. Es no conformarse con un cumplimiento pasivo de los mandamientos, sino tratar de vivir cada día más unido a Él, más lleno de Él.
Para ello, has de empezar por negarte a ti mismo descubriendo que la fuente de tu actuar no está en tus gustos y apetencias, sino en la voluntad de Dios, descubriendo que serás plenamente feliz en la medida en que seas fiel a la voluntad de Dios.
¡Atrévete a cargar con la cruz y seguir a Jesús! Te costará, pero ¡no te arrepentirás! El Maestro te llama, ¡escúchale, ámale, síguele! No tengas miedo en seguir a Jesucristo. Él te ama más que nadie. Y el camino que te marque será siempre el mejor para tu vida.
No por casualidad el Señor dice a sus discípulos:  el Hijo del hombre debe ir a Jerusalén para sufrir; por eso, quien quiera ser mi discípulo, debe tomar su cruz sobre sus hombros y así seguirme. En realidad, nosotros somos siempre, un poco, como san Pedro, el cual dijo al Señor:  No, Señor, este no puede ser tu caso, tú no debes sufrir. Nosotros no queremos llevar la cruz. Queremos crear un reino más humano, más hermoso en la tierra.
Eso es un gran error. El Señor lo enseña. Pero Pedro necesitó mucho tiempo, tal vez toda su vida, para entenderlo. Porque la leyenda del Quo vadis? encierra una gran verdad:  aprender que precisamente llevar la cruz del Señor es el modo de dar fruto. Así pues, yo diría que antes de hablar a los demás, nosotros mismos debemos comprender el misterio de la cruz.
Ciertamente, el cristianismo nos da la alegría, porque el amor da alegría. Pero el amor es siempre un proceso en el que hay que perderse, en el que hay que salir de sí mismo. En este sentido, también es un proceso doloroso. Sólo así es hermoso y nos hace madurar y llegar a la verdadera alegría. Quien quiere afirmar o quien promete sólo una vida alegre y cómoda, miente, porque esta no es la verdad del hombre. La consecuencia es que luego se debe huir a paraísos falsos. Precisamente así no se llega a la alegría, sino a la autodestrucción.
Sí, el cristianismo nos anuncia la alegría; pero esta alegría sólo crece en el camino del amor y este camino del amor guarda relación con la cruz, con la comunión con Cristo crucificado (cf. Benedicto XVI, Encuentro con los seminaristas de Roma, 16-II-2007).
No tengas miedo a renunciar a lo que te exija. Descansa en Él, confía en Él. Encontrarás la paz, la felicidad -con la cruz- y, al final, la vida eterna.
¿Cómo está tu vida? ¿Ocupa Jesucristo el centro de tu corazón y de tu vida? ¿Estás siguiendo en todo a Jesucristo? ¿Qué te falta cambiar para ser un buen cristiano? ¡Anímate! ¡Decídete! ¡Ábrete al amor de Dios! ¡Déjate amar por Él y... ámale con todas tus fuerzas, síguele incondicionalmente y... encontrarás la felicidad y la vida eterna!

Compromiso semanal
¿Quién es Jesucristo para ti? ¿Qué “pinta” en tu vida? ¡Medítalo! Revisa como está tu testimonio de Jesucristo.
 
La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Zacarías, 12, 10-11. Me mirarán aquí a quien traspasaron.
            La gracia de Dios y su clemencia conmueven el corazón del hombre y le llevan al arrepentimiento. El hombre comprende que Dios no merece el odio ni el desprecio. Y llora por no haberse dado cuenta antes, como se llora, sin remedio, por un hijo al que se ha perdido. San Juan aplica estas palabras proféticas a  Jesús clavado en la cruz, y el libro del Apocalipsis las aplica también al Jesús glorioso que vendrá sobre las nubes. La fe descubre en Jesús al Señor que nos salva.
            Puedes leer Juan 19, 31-37 y Colosenses 1, 15-20.
Salmo 62, 2-9. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
              Del que traspasaron brotó sangre y agua: sangre del sacrificio y agua de vida y de gracia. Al caer sobre nosotros esa agua fecunda, sentimos primero nuestra aridez, se exacerba nuestra sed de Dios; pues sentimos una corriente de vida, mejor que lo que comúnmente llamamos vida: es la gracia de estar unidos a Dios y recibir su espíritu. Entonces, saciados por dentro, cantamos dando gracias por la gracia, acercándonos al banquete que nos da más vida y más ansia de Dios.
2ª lectura: Gálatas 3, 26-29. Si sois de Cristo, sois herederos de la promesa.
            Revestirse de Cristo implica la idea de que Cristo es como un vestido celeste dispuesto para todos, y “ponérselo” quiere decir la común participación de los cristianos en el ser mismo de Cristo. Esta se lleva a cabo al nacer por el bautismo, en todos y en cada uno de ellos, el nuevo yo, Cristo, el hombre interior. En virtud de esta inclusión en Cristo, las diferencias históricas y naturales del mundo viejo pierden su vigencia definitiva. Están para pasar y no pueden ser ya motivo de separación entre los hombres. Todos los bautizados, judíos y gentiles, son uno en Cristo Jesús, son Cristo mismo. Todos en conjunto son Cristo y cada uno de ellos es Cristo para el hermano. Esta pertenencia del bautizado a Cristo no es sólo de orden moral. Está fundada en la común participación en el Espíritu de Cristo a través de la celebración del bautismo en la Iglesia.
Evangelio: Lucas 9, 18-24. Tú eres el Mesías de Dios.
 Lucas une el reconocimiento de la divinidad de Jesucristo por Pedro con el anuncio de la Pasión del Señor y la exigencia de la abnegación y la cruz para seguirle. Reconocer que Jesús es el “Cristo de Dios” equivale a reconocerlo como encarnación del amor del Padre. La unión de este reconocimiento con la Pasión demuestra que la Muerte-Resurrección de Cristo es el acto supremo manifestativo del amor al Padre y a los hombres. A los hombres les queda abierto el camino para llegar al Padre y manifestarlo: el camino de la cruz. Esta característica hace que los sufrimientos cristianos sean sufrimientos con Cristo y lleven a la glorificación, a una transformación por la participación de la misma vida de Jesús.




CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 21
San Luís Gonzaga
Re 17, 5-8.13-15a.18  El Señor arrojó de su presencia a Israel.
Sal 59, 3-5.12-13  Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.
Mt 7, 1-5  Sácate primero la viga del ojo.
¿Sueles juzgar a la gente? Pide el don de la caridad
Martes 22
San Juan Fisher y Santo Tomás Moro
2 Re 19, 9b-11. 14-21.  Yo escucharé a esta ciudad para salvarla.
Sal 47, 2-4. 10-11.  Dios ha fundado su ciudad para siempre.
Mt 7, 6.12-14  Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
¿Tratas a los demás como quieres que te traten a tí?
Miércoles 23
2 Re 22, 8-13; 23, 1-3.  El rey leyó al pueblo el Libro de la Alianza
Sal 118, 33-37. 40.  Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes.
Mt 7, 15-20  Por sus frutos los conoceréis.
Revisa si estás dando el fruto que el Señor quiere
Jueves 24
Natividad de San Juan Bautista
Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.
Sal 138. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
Hch 13, 22-26. Antes de que llegara Cristo, Juan predicó.
Lc 1, 57-66.80. El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.
Revisa si tu vida está edificada sobre roca
Viernes 25
2 Re 25, 1-12  Marchó Judá al desierto.
Sal 136, 1-6  Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
Mt 8, 1-4. Si quieres, puedes limpiarme.
Pídele a Dios que te limpie de tus "enfermedades"
Sábado 26
San Pelayo, mártir
Lm 2, 2. 10-14. 18-19. Grita al Señor. Laméntate, Sión.
Sal 73 1-7. 20-21  No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Mt 8, 5-17  Expulsó a los espíritus con su palabra y curó a todos los enfermos.
Medita el evangelio. Pídele al Señor el don de la fe.
Domingo 27
San Pedro y San Pablo
Hch 12, 1-11  El Señor ha enviado a su ángel para librarme.
Sal 33, 2-9  El ángel del Señor librará a los que temen a Dios.
2 Tim 4, 6-8. 17-18 He corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Mt 16, 13-19  Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos
Haz oración por tu familia y por la parroquia