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28 marzo 2010

Domingo de Ramos. domingo 28 de marzo


DOMINGO DE RAMOS
28 de marzo de 2010  (ciclo C, año par)



Primera lectura
No me tapé el rostro ante los ultrajes,
sabiendo que no quedaría defraudado
Lectura del libro de Isaías 50, 4-7
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado,
para saber decir al abatido
una palabra de aliento.

Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los iniciados.

El Señor me abrió el oído.
Y yo no resistí ni me eché atrás:
ofrecí la espalda a los que me apaleaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.

El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R/.: 2a)
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R/.

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R/.
 Segunda lectura
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.
Versículo antes del evangelio (Flp 2, 8-9)
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».
EVANGELIO
He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 22, 14—23, 56
C. Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
+ — «He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.»
C. Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo:
+ — «Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.»

Haced esto en memoria mía

C. Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
+ — «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.»
C. Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo:
+ — «Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.»

¡Ay de ése que entrega al Hijo del hombre!

+ — «Pero mirad: la mano del que me entrega está con la mía en la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo establecido; pero, ¡ay de ése que lo entrega!»
C. Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso.

Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve

C. Los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo:
+ — «Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el primero entre vosotros pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve.
Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os transmito el reino como me lo transmitió mi Padre a mi: comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para regir a las doce tribus de Israel.»

Tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos

C. Y añadió:
+ — «Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos.»
C. Él le contestó:
S. —«Señor, contigo estoy dispuesto a ir incluso a la cárcel y a la muerte.»
C. Jesús le replicó:
+ — «Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes que tres veces hayas negado conocerme.»

Tiene que cumplirse en mí lo que está escrito

C. Y dijo a todos:
+ — «Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿os faltó algo?»
C. Contestaron:
S. — «Nada.»
C. El añadió:
+ — «Pero ahora, el que tenga bolsa que la coja, y lo mismo la alforja; y el que no tiene espada, que venda su manto y compre una. Porque os aseguro que tiene que cumplirse en mí lo que está escrito: “Fue contado con los malhechores.” Lo que se refiere a mí toca a su fin.»
C. Ellos dijeron:
S. — «Señor, aquí hay dos espadas.»
C. Él les contestó:
+ — «Basta.»

En medio de su angustia, oraba con más insistencia

C. Y salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo:
+ — «Orad, para no caer en la tentación.»
C. Él se arrancó de ellos, alejándose como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba, diciendo:
+ — «Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
C. Y se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia, oraba con más insistencia. Y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas de sangre. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la pena, y les dijo:
+ — «¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación.»

Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?

C. Todavía estaba hablando, cuando aparece gente; y los guiaba el llamado Judas, uno de los Doce. Y se acercó a besar a Jesús.
Jesús le dijo:
+ — «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?»
C. Al darse cuenta los que estaban con él de lo que iba a pasar, dijeron:
S. — «Señor, ¿herimos con la espada?»
C. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
+ — «Dejadlo, basta.»
C. Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los oficiales del templo, y a los ancianos que habían venido contra él:
+ — «¿Habéis salido con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario estaba en el templo con vosotros, y no me echasteis mano. Pero ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas.»

Pedro, saliendo afuera, lloró amargamente

C. Ellos lo prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía desde lejos. Ellos encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor, y Pedro se sentó entre ellos.
Al verlo una criada sentado junto a la lumbre, se lo quedó mirando y dijo:
S. — «También éste estaba con él.»
C. Pero él lo negó, diciendo:
S. — «No lo conozco, mujer.»
C. Poco después lo vio otro y le dijo:
S. — «Tú también eres uno de ellos.»
C. Pedro replicó:
S. — «Hombre, no lo soy.»
C. Pasada cosa de una hora, otro insistía:
S. — «Sin duda, también éste estaba con él, porque es galileo.»
C. Pedro contestó:
S. — «Hombre, no sé de qué me hablas.»
C. Y, estaba todavía hablando, cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, le echó una mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le había dicho: «Antes de que cante hoy el gallo, me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera, lloró amargamente.

Haz de profeta; ¿quién te ha pegado?

C. Y los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, dándole golpes.
Y, tapándole la cara, le preguntaban:
S. — «Haz de profeta; ¿quién te ha pegado?»
C. Y proferían contra él otros muchos insultos.

Lo hicieron comparecer ante su Sanedrín

C. Cuando se hizo de día, se reunió el senado del pueblo, o sea, sumos sacerdotes y escribas, y, haciéndole comparecer ante su Sanedrín, le dijeron:
S. — «Si tú eres el Mesías, dínoslo.»
C. El les contestó:
+ — «Si os lo digo, no lo vais a creer; y si os pregunto, no me vais a responder.
Desde ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la derecha de Dios todopoderoso.»
C. Dijeron todos:
S. — «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?»
C. Él les contestó:
+ — «Vosotros lo decís, yo lo soy.»
C. Ellos dijeron:
S.— «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonios? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca».
C. Se levantó toda la asamblea, y llevaron a Jesús a presencia de Pilato.

No encuentro ninguna culpa en este hombre

C. Y se pusieron a acusarlo, diciendo:
S. — «Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que él es el Mesías rey.»
C. Pilato preguntó a Jesús:
S. — «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él le contestó:
+ — «Tú lo dices.»
C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:
S. — «No encuentro ninguna culpa en este hombre.»
C. Ellos insistían con más fuerza, diciendo:
S. — «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí.»
C. Pilato, al oírlo, preguntó si era galileo; y, al enterarse que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió. Herodes estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días.

Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio

C. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento; pues hacía bastante tiempo que quería verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo un interrogatorio bastante largo; pero él no le contestó ni palabra.
Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco. Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él; y, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes se llevaban muy mal.

Pilato entregó a Jesús a su arbitrio

C. Pilato, convocando a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, les dijo:
S. — «Me habéis traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros, y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas que le imputáis; ni Herodes tampoco, porque nos lo ha remitido: ya veis que nada digno de muerte se le ha probado. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré.»
C. Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa, diciendo:
S. —«¡ Fuera ése! Suéltanos a Barrabás.»
C. A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando:
S. — «¡ Crucifícalo, crucifícalo!»

C. Él les dijo por tercera vez:
S. — «Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo soltaré.»
C. Ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el griterío.
Pilato decidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al lea que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo
entregó a su arbitrio.

Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí

C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes te
y lanzaban lamentos por él.

Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
+ — «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: “Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado.” Entonces empezarán a decirles a los montes: “Desplomaos sobre nosotros”, y a las colinas: “Sepultadnos”; porque, si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?»
C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

C. Y, cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:
+ — «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
C. Y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte.

Éste es el rey de los judíos

C. El pueblo estaba mirando.
Las autoridades le hacían muecas, diciendo:
S. — «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
C. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
S. — «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.» Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste rey de los judíos.»


Hoy estarás conmigo en el paraíso

C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
S. — «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.»
C. Pero el otro le increpaba:
S. — «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
C. Y decía:
S. — «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
C. Jesús le respondió:
+ — «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.»

Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

C. Era ya eso de mediodía, y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ — «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.»
C. Y, dicho esto, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa

C. El centurión, al ver lo que pasaba, daba gloria a Dios, diciendo:
S. — «Realmente, este hombre era justo.»
C. Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que ocurría, se volvía dándose golpes de pecho.
Todos sus conocidos se mantenían a distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían seguido desde Galilea y que estaban mirando.

José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro excavado

C. Un hombre llamado José, que era senador, hombre bueno y honrado (que no había votado a favor de la decisión y del crimen de ellos), que era natural de Arimatea, pueblo de Judea, y que aguardaba el reino de Dios, acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía.
Era el día de la Preparación y rayaba el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea fueron detrás a examinar el sepulcro colocaban su cuerpo. A la vuelta, prepararon aromas y ungüentos. Y el sábado guardaron reposo, conforme al mandamiento.

Palabra del Señor.



COMENTARIO
Bendito el que viene
en nombre del Señor
Vamos a celebrar en estos días santos el Misterio Pascual de nuestro Señor Jesucristo. Se van a cumplir los deseos ardientes de Jesús. Los de comer la Pascua con sus discípulos, los de beber el cáliz preparado... Nos disponemos a celebrar provechosamente este misterio, no sólo desde fuera, como el que ve un espectáculo, sino desde dentro, compenetrándonos con los sentimientos de Cristo, muriendo su misma muerte, para poder resucitar con él “y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos”.
Vamos a recordar la historia más dolorosa y más hermosa. Pero recordar es poco. Es mejor acercarse, compenetrarse, revivir. Revivir sus sentimientos, sus pensamientos y sus actitudes. Revivir los padecimientos de Cristo, sufriendo en mi carne lo que falta a la Pasión. Revivir su paciencia, su obediencia, su generosidad, su perdón, todo su amor.
El Domingo de Ramos inaugura la Semana Santa. En este día la Iglesia celebra la entrada de Cristo en Jerusalén para realizar su misterio pascual. Jesús es presentado en los evangelios como el Rey–Mesías que entra y toma posesión de su ciudad.
Jesús ha muerto por nosotros. Su muerte es un acto de servicio, de amor, de entrega. Jesús ha cargado con el pecado de todos, se ha sentido solidario de la suerte de toda la humanidad.
La PASIÓN es expresión de la voluntad del Padre. La muerte de Cristo es un acto supremo de obediencia al Padre. La muerte de Cristo adquiere un valor salvador, y culmina con su Resurrección.
En la primera lectura contemplamos la figura del SIERVO DE YAHVE, siervo que tiene el dolor de toda creatura, pero también la confianza que ilumina el sufrimiento. El mensaje que anuncia es Él mismo. Quiere ser palabra de aliento para todos los abatidos. Dios está en el sufrimiento con el siervo, y siervos de Dios son todos los que sufren y escuchan el sentido de su sufrimiento. En ellos se redime el dolor.
La segunda lectura nos hace penetrar con profundidad en el misterio de la redención. Nos presenta al Cristo humilde y pobre, al Cristo que pudo salvar a la humanidad desde la plataforma de la gloria, pero prefirió compartir la tragedia humana para salvar a los hombres desde dentro de la historia.
La solemne lectura de la Pasión es lo más característico de la liturgia de hoy. La Pasión de Cristo es la máxima expresión de su amor a nosotros y de su obediencia al Padre. Por eso, la muerte de Cristo tiene un valor salvador que culmina en la Resurrección.
Compromiso semanal
Trata de vivir al máximo estos días intensos que hoy comenzamos. Aprovecha al máximo todas las celebraciones y todos los momentos de oración para tu crecimiento en la fe. Procura encontrarte de verdad con Cristo, muerto y resucitado por ti, que, desde la Cruz, te invita a seguirle y, como él, a morir cada día para llegar a la gloria.

La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Isaías 50, 4-7.
No oculté el rostro a insultos y sé que no quedaré avergonzado.
          Yahvé capacita al siervo para cumplir su misión como consolador de los abatidos. Él está siempre a la escucha de lo que Dios habla, dispuesto siempre a cumplir su voluntad, aunque esto le acarree dolores e insultos. Expresa su confianza amorosa en Yahvé, que le ayuda en su sufrimiento. Al final, esa confianza salva al siervo, y le da la victoria sobre sus enemigos, aunque sea a través de la muerte.
Salmo 21, 8-9. 17-20. 23-24. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
            Este salmo es la voz de un pobre abandonado y triste; Jesús crucificado oró con las palabras de este salmo. Lo cumplió al pie de la letra. Experimentó el abandono de Dios. Pero Dios lo escuchó y lo resucitó. Expresamos con estas palabras nuestro dolor, pero también nuestra esperanza: también seremos salvados por el Padre, como Cristo lo fue en su Resurrección.
2ª lectura: Filipenses 2, 6-11.
Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo.
          San Pablo nos introduce en el profundo misterio de Dios y su salvación. Adán, prototipo del hombre viejo, en su intento de autodivinizarse, encontró el fracaso y la muerte. Cristo recorre el camino inverso, no como destino fatal, sino con absoluta libertad: su destino, y el nuestro si seguimos sus huellas, es el de la glorificación. Cristo no duda en despojarse de su grandeza y vive la realidad humana hasta sus últimas consecuencias para así salvar a los hombres: no pudo llegar más abajo. Dios Padre por ello le glorifica de forma incomparable constituyéndole Señor del universo y reconcilió consigo toda la creación. Jesús crucificado es la revelación del corazón mismo de Dios a los hombres. Es un profundo misterio que desconcierta nuestra sabiduría humana y nos hace comprender que los pensamientos y caminos de Dios no son los nuestros.
            Puedes leer 2 Corintios 8, 9.
Evangelio: Lucas 22, 14-23, 56. Pasión de Jesucristo.
             En la Pasión según san Lucas no se insiste mucho en los sufrimientos de Jesús. Hace entrever la muerte de Jesús como una exaltación, y la cruz parece un trono. La figura del Salvador atrae por su bondad. Jesús es el Señor. Da permiso para que le detengan. Habla con autoridad a los sumos sacerdotes y senadores. Trata delicadamente al traidor. Cura al herido restableciéndole la oreja. Perdona a quienes le crucifican. Aún en los momentos de mayor angustia, Jesús es la manifestación del amor y la misericordia de Dios Padre. Y esto es lo que aparece en primer plano. Se nos invita a contemplar el espectáculo inefable del amor de Jesús, que pide perdón y disculpa a sus verdugos. Pero la contemplación de la muerte de Jesús sólo es fructuosa desde la fe.
                        Puedes leer Éxodo 12, 14-20 y 1 Pedro 3, 18-22.



CALENDARIO LITÚRGICO
29 de marzo
Lunes
SANTO
Is 42, 1-7  He puesto sobre él mi espíritu,  para que traiga la salvación a las naciones.
Sal 26, 1-3.13-14  El Señor es mi luz y mi salvación.
Jn 12, 1-11  La casa se llenó de aquel perfume tan exquisito.
Haz una obra de caridad.
30 de marzo
Martes
SANTO
Is 49, 1-6  No sólo eres mi siervo, sino que te convierto en luz de las naciones, para que mi salvación llegue a los confines de la tierra.
Sal 70, 1-6.15.17  Mi boca contará tu auxilio.
Jn 13, 21-33.36-38  Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora.
Reza, pidiéndole al Señor la luz
31 de marzo
Miércoles
SANTO
Is 50, 4-9a  Ofrecí la espalda a los que me golpeaban.
Sal 68, 8-10.21-22.31-34  Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor.
Mt 26, 14-25  ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
Revisa tu vida a la luz del Evangelio de hoy
1 de abril
Jueves
SANTO
Ex 12, 1-8.11-14  Así celebráis la Pascua.
Sal 115, 12-18  El cáliz que bendecimos es la comunión de la sangre de Cristo.
1 Cor 11, 23-26  Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Jn 13, 1-15  Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.
Participa en la Eucaristía de hoy
2 de abril
Viernes
SANTO
Is 52, 13-53, 12  Desfigurado, no parecía hombre ni tenía aspecto humano.
Sal 30, 2.6.12-17.25  Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Hb 4, 14-16; 5, 7-9  Experimentó la obediencia y se ha convertido en causa de salvación para todos los que obedecen.
Jn 18, 1-19, 42  Está cumplido.
Participa en los Oficios de hoy
3 de abril
Sábado
SANTO
Vigilia Pascual
Gn 1, 1-2, 2   Vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno.
Sal 103  Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Gn 22, 1-18  Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
Sal 15  Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Ex 14, 15-15.1   Los israelitas entraron en medio del mar.
Sal Ex 15, 1-6.17-18  Cantemos al Señor, sublime es su victoria.
Is 54, 5-14  Con misericordia eterna te quiere el Señor.
Sal 29  Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Is 55, 1-11  Venid a mí, y viviréis.
Sal Is  12, 2-6  Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Bar 3, 9-15.32-4, 4  Camina a la claridad del resplandor del Señor.
Sal 18  Señor, tienes palabras de vida eterna.
Ez 36, 16.28  Os daré un corazón nuevo.
Sal 41 ó 50  ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro.
Rom 6, 3-11  Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más.
Sal 117  Aleluya, Aleluya, Aleluya
Lc 24, 1-12  Jesús el Nazareno, el crucificado, ha resucitado.
Participa en la Vigilia Pascual.
4 de abril
Domingo de PASCUA DE RESURRECCIÓN
Hch 10, 34a.37-43  Nosotros hemos comido y bebido con él después de la resurrección.
Sal 117, 1-2.16.23  Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Col 3, 1-4  Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.
Jn 20, 1-9  Hasta entonces no habían entendido las Escrituras: que Él debía resucitar de entre los muertos.
Reza por tu familia y por la parroquia

27 marzo 2010

Un nuevo informe de un bufete de abogados estadounidense reivindica el aborto en Kenia

 

 

     (NUEVA YORK - C-FAM)  El Centro de Derechos Reproductivos (CDR), organización de asesoría legal de interés público con sede en Nueva York que se propone extender el acceso al aborto en todo el mundo, publicó, a principios de este mes, un informe titulado «In Harm’s Way: The Impact of Kenya’s Restrictive Abortion Law». El informe y su correspondiente video (que fue destacado por la CNN esta semana) fueron publicados previamente en una reunión paralela del CDR durante la sesión de la Comisión de la ONU sobre la Situación de la Mujer Beijing +15.

     Dicho informe guarda estrecha relación con otro, también publicado por el CDR, que fue diseñado a modo de guía para la defensa y el litigio en pos de la liberalización del aborto en África. En él se reconoce el enorme problema de la mortalidad materna en Kenia, pero se ofrece como única solución la ampliación del acceso a la planificación familiar que incluye el aborto «seguro» y legal: «El aborto riesgoso cobra las vidas de cientos de mujeres keniatas cada año. Sus muertes son absoluta y fácilmente prevenibles».

     Entre sus numerosas conclusiones, en el informe se exponen reclamos ante la falta de acceso a la anticoncepción, inclusive la anticoncepción de emergencia, particularmente entre las adolescentes keniatas. En él se afirma, asimismo, que «el estigma del aborto y su estatus de delito pone en peligro la salud de las mujeres» y «perjudica a los proveedores de salud que brindan asistencia relacionada con el aborto».

     La décima conclusión es quizás una de las más reveladoras del informe, ya que en ella se afirma que «se halló que sólo el 6% de los hospitales... y centros de salud de Kenia ofrece servicios integrales de emergencia obstétrica», y «sólo el 11% de los centros administrados por el gobierno cuenta con los elementos básicos para sustentar los servicios de emergencia de 24 horas». Además, se observa que «los centros de asistencia sanitaria de Kenia a menudo carecen del equipamiento básico... incluso [de] guantes de látex estériles, jabón, agua, solución desinfectante [y] equipos de esterilización...»

     Según se observa en un análisis profundo realizado por el Comité Nacional por el Derecho a la Vida, de origen estadounidense, acerca de las estadísticas de mortalidad materna proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud, «la evidencia demuestra que el índice de mortalidad materna de un país está mucho más determinado por la calidad de la asistencia sanitaria que por el estatus legal del aborto. Las complicaciones derivadas del aborto no están en función de la legalidad del procedimiento, sino de las circunstancias médicas generales en las que se lo practica».

     Como lo hizo en sus informes precedentes, el CDR afirma en esta oportunidad que existe un derecho al aborto fundamentado en los tratados internacionales, en las declaraciones de los comités que supervisan su cumplimiento, y en las «leyes blandas». No obstante, ningún tratado internacional menciona el aborto y, si bien los comités de supervisión pueden aconsejar, sólo los Estados Partes de un tratado pueden interpretar conjuntamente el alcance de los derechos en ellos contemplados.

     La fecha de los informes del CDR coincide con la elaboración de una nueva constitución para Kenia, que actualmente incluye una disposición por la cual «la vida de una persona comienza en el momento de la concepción», aunque también ha habido borradores en los que se incluían excepciones que podrían generar grandes lagunas jurídicas a favor del aborto.

     Según lo estipulado en la actual legislación keniata, el aborto está permitido sólo si peligra la vida de la madre, para lo cual se requiere que tres «profesionales médicos» den su consentimiento formal. También hay excepciones para los casos de violación y por cuestiones de «salud» de la madre en el derecho común, pero, por lo general, no se las observa.

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano

21 marzo 2010

Semana de la Vida en Valencia.

Contra la ley del aborto.

Contra la ley del Aborto

El Tratado de Lisboa art. 6.1 introduce nuevos derechos para los españoles entre otros, el derecho de Petición ante el Parlamento Europeo: La Carta de los Derechos Fundamentales.
Recurrir ante el Tribunal Constitucional no tiene sentido: Este órgano de alto coste y baja productividad, es muy lento, justificando que es una institución política al igual que el CGPJ no cumpliendo con la obligación que les viene impuesta por la Constitución Española.  También existe la sospecha de corrupción por diferentes casos: por ejp. El asunto Vera, los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, y sin olvidar el Estatut de Cataluña que después de tres años aún está sin resolver, etc. En muchas ocasiones el Tribunal Constitucional se limita a utilizar un formulario para sus resoluciónes, sin dar mayor argumentación a sus decisiones, aunque la trascendencia constitucional esté suficientemente probada en la impugnación interpuesta. A la pregunta de nuestros clientes ¿qué nivel de confianza tenemos en el Tribunal Constitucional de España? La respuesta es de: 00,000%
El Parlamento de la Unión Europea considera, que España viola el convenio de derechos humanos, por eso proponemos para conseguir la máxima garantía, presentar cada persona la siguiente petición ante la Unión Europea lo antes posible (durante la Presidencia de J.- L. R. Zapatero para que comparezca y declare sobre el atentado que supone la interrupción del embarazo “VIDA NO NACIDA” ante el Parlamente Europeo):
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Domingo 21 de marzo. Domingo V de Cuaresma


DOMINGO V DE cuaresma
21 de marzo de 2010  (ciclo C, año par)



Primera lectura
Mirad que realizo algo nuevo y apagaré la sed de mi pueblo
Lectura del libro de Isaías 43, 16-21
Así dice el Señor, que abrió camino en el mar
y senda en las aguas impetuosas;
que sacó a batalla carros y caballos,
tropa con sus valientes;
caían para no levantarse,
se apagaron como media que se extingue.
«No recordéis lo de antaño,
no penséis en lo antiguo;
mirad que realizo algo nuevo;
ya está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino por el desierto,
ríos en el yermo.
Me glorificarán las bestias del campo,
chacales y avestruces,
porque ofreceré agua en el desierto,
ríos en el yermo,
para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido,
el pueblo que yo formé,
para que proclamara mi alabanza.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 3)
R/. El Señor ha estado grande con nosotros,
      y estamos alegres.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
 Segunda lectura
Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos:
Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.
No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.
Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacía la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Versículo antes del evangelio (Jl 2, 12-13)
Ahora —oráculo del Señor—  convertíos a mí de todo corazón,
porque soy compasivo y misericordioso.
EVANGELIO
El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
— «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
— «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
— «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?»
Ella contestó:
— «Ninguno, Señor.»
Jesús dijo:
— «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Palabra del Señor.




COMENTARIO
El que esté sin pecado,
que le tire la primera piedra
El evangelio de hoy nos ayuda a comprender que sólo el amor de Dios puede cambiar desde dentro la existencia del hombre y, en consecuencia, de toda sociedad, porque sólo su amor infinito lo libra del pecado, que es la raíz de todo mal. Si es verdad que Dios es justicia, no hay que olvidar que es, sobre todo, amor: si odia el pecado, es porque ama infinitamente a toda persona humana. Nos ama a cada uno de nosotros, y su fidelidad es tan profunda que no se desanima ni siquiera ante nuestro rechazo. Hoy Jesús nos invita a la conversión interior: nos explica por qué perdona, y nos enseña a hacer que el perdón recibido y dado a los hermanos sea el "pan nuestro de cada día".
El pasaje evangélico narra el episodio de la mujer adúltera. En esta escena, donde se encuentran frente a frente la miseria del hombre y la misericordia divina, una mujer acusada de un gran pecado y Aquel que, aun sin tener pecado, cargó con nuestros pecados, con los pecados del mundo entero. Él, que se había puesto a escribir en la tierra, alza ahora los ojos y encuentra los de la mujer. No pide explicaciones. No es irónico cuando le pregunta: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?" (Jn 8, 10). Y su respuesta es conmovedora: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más" (Jn 8, 11). San Agustín, en su comentario, observa: "El Señor condena el pecado, no al pecador. En efecto, si hubiera tolerado el pecado, habría dicho: "Tampoco yo te condeno; vete y vive como quieras... Por grandes que sean tus pecados, yo te libraré de todo castigo y de todo sufrimiento". Pero no dijo eso" (In Io. Ev. tract. 33, 6). Dice: "Vete y no peques más.
Jesús no entabla con sus interlocutores una discusión teórica sobre el pasaje de la ley de Moisés: no le interesa ganar una disputa académica a propósito de una interpretación de la ley mosaica; su objetivo es salvar un alma y revelar que la salvación sólo se encuentra en el amor de Dios. Para esto vino a la tierra, por esto morirá en la cruz y el Padre lo resucitará al tercer día. Jesús vino para decirnos que quiere que todos vayamos al paraíso, y que el infierno, del que se habla poco en nuestro tiempo, existe y es eterno para los que cierran el corazón a su amor.
Por tanto, también en este episodio comprendemos que nuestro verdadero enemigo es el apego al pecado, que puede llevarnos al fracaso de nuestra existencia. Jesús despide a la mujer adúltera con esta consigna: "Vete, y en adelante no peques más". Le concede el perdón, para que "en adelante" no peque más.
 Aquí se pone de relieve que sólo el perdón divino y su amor recibido con corazón abierto y sincero nos dan la fuerza para resistir al mal y "no pecar más", para dejarnos conquistar por el amor de Dios, que se convierte en nuestra fuerza. De este modo, la actitud de Jesús se transforma en un modelo a seguir por toda comunidad, llamada a hacer del amor y del perdón el corazón palpitante de su vida.
En el camino cuaresmal que estamos recorriendo y que se acerca rápidamente a su fin, nos debe acompañar la certeza de que Dios no nos abandona jamás y que su amor es manantial de alegría y de paz; es la fuerza que nos impulsa poderosamente por el camino de la santidad y, si es necesario, también hasta el martirio (cf. Benedicto XVI, Homilía en la visita pastoral a la parroquia romana de Santa Felicidad e hijos, mártires, 25-III-2007)

Compromiso semanal
Pídele a Dios el don de la conversión.

La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Isaías 43, 16-21.
Mirad que realizo algo nuevo y apagaré la sed de mi pueblo.
          El pueblo de Israel se halla en situación histórica de opresión. El enemigo ha triunfado sobre él, le ha llevado al destierro, le esclaviza. Las liberaciones históricas del pasado son garantía de la liberación del presente. Isaías recuerda la bondad de Dios y la fidelidad a sus promesas.
          Puedes leer Apocalipsis 21, 1-14.
Salmo 125, 1-5. El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
            El salmo es un canto de liberación del pueblo que se prepara para el retorno a su tierra. También a nosotros se nos promete la libertad, por ello también cantamos que “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
2ª lectura: Filipenses 3, 8-14. Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte.
          San Pablo contempla su vida pasada y la estima basura en comparación con el conocimiento de Cristo. Desde que Cristo entró en su vida, san Pablo considera basura todas las ventajas anteriores en que apoyaba su vida, porque ninguna de ellas le alcanza la salvación. Su deseo es conocer a Cristo, y gracias a ese conocimiento darse cuenta de la necesidad de unirse a la pasión de Jesús, para experimentar la fuerza de la resurrección del Señor. “Conocer a Cristo” no es “estudiarle”, sino participar en su nueva vida de resucitado. Más aún, dejar que Él actúe en nosotros, nos transforme y libere para la manifestación de su vida en la nuestra. Únicamente la fe permite ese conocimiento de Dios. Mira solamente hacia delante y fija sus ojos en la meta. Lo importante es tener a Jesucristo, frente al cual todo lo demás carece de valor.
Evangelio: Juan 8, 1-11. El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.
            Jesús no vino a condenar sino a salvar. Salva suscitando la confesión del pecado: “vete y no peques más”. Jesús ha inaugurado el tiempo de gracia. Su actitud es de misericordia y perdón. Jesús empleando la misericordia, vence al pecado y nos muestra el rostro de Dios. Nosotros, juzgando y condenando intensificamos el pecado en el mundo.
                    Puedes leer Lucas 7, 36-50.




CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 22

Dn 13,  1-9.15-17.33-62  Oh Dios eterno, que lo conoces todo
Sal 22, 1-6  Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Jn 8, 12-20 Yo soy la luz del mundo
Pídele al Señor que te conceda ver
Martes 23
Santo Toribio
de Mogrovejo, obispo.
Nm 21, 4-9  Haz una serpiente y colócala en un estandarte; los mordidos de la serpiente quedarán sanos al mirarla.
Sal 101, 2-3.16-21  Señor: escucha mi oración.
Jn 8, 21-30  Cuando levantéis al Hijo del Hombre, sabréis que Yo soy.
Haz una obra de caridad
Miércoles 24
Dn 3, 14-20.91-92.95  Bendito sea Dios.
Sal Dn 3, 52-56  A ti gloria y alabanza por los siglos.
Jn 8, 31-42  Si Dios fuera vuestro padre e amaríais a mí.
Reza por los que rechazan a Cristo
Jueves 25
 La Anunciación del Señor
Is 7, 10-14  La joven está encinta y da a luz un hijo.
Sal 39, 7-11  Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Heb 10, 4-10  Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad.
Lc 1, 26-38  Concebirás y darás a luz un hijo.
Pídele a la Virgen lo que más necesites
Viernes 26

 
Jer 20, 10-13  El Señor está conmigo. Mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo.
Sal 17, 2-7  En el peligro invoqué al Señor y me escuchó.
Jn 10, 31-42  Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿Por cuál de ellas me apedreáis?
Visita a algún enfermo
Sábado 27

Ez 37, 21-28  Ellos serán mi pueblo y Yo seré su Dios.
Sal Jr 31, 10-13  El Señor nos guardará como pastor a su rebaño.
Jn 11, 45-56  Os conviene que uno muera por el pueblo.
Da testimonio de Jesucristo
Domingo 28
DOMINGO DE RAMOS
Lc 19, 28-40  Bendito el que viene como rey.
Is 50, 4-7  El Señor me ha abierto el oído, y yo no me he resistido.
Sal 21, 8-9.17-24  Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Fil 2, 6-11 Se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres.
Lc 22, 14-23,56  Verdaderamente este hombre era justo.
Reza por tu familia y por la parroquia