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25 julio 2007

Domingo 29 de julio

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO
29 de julio de 2007 (ciclo C, año impar)



Primera lectura
No se enfade mi Señor, si sigo hablando

Lectura del libro del Génesis 18, 20-32

En aquellos días, el Señor dijo: —«La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»

Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán.

Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios: —«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»

El Señor contestó: —«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.»

Abrahán respondió: —«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»

Respondió el Señor: —«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.»

Abrahán insistió: —«Quizá no se encuentren más que cuarenta.»

Le respondió: —«En atención a los cuarenta, no lo haré.»

Abrahán siguió: —«Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?»

Él respondió: —«No lo haré, si encuentro allí treinta.»

Insistió Abrahán: —«Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?»

Respondió el Señor: —«En atención a los veinte, no la destruiré.»

Abrahán continuó: —«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»

Contestó el Señor: —«En atención a los diez, no la destruiré.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 137, l-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8 (R/.: 3a)

R/. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario.
R/.


Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo. R/.

Y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

Segunda lectura
Os dio vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 12-14

Hermanos:

Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos.

Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados.

Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz.

Palabra de Dios.

Aleluya
Rm 8, 15bc

Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace gritar: «¡Abba!, Padre.»

EVANGELIO
Pedid y se os dará

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1-13

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

— «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»

Él les dijo: — «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.”»

Y les dijo: — «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.”

Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.”

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.

Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.

¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?

¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Pedid y se os dará

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos habla de la oración. La oración expresa y alimenta nuestra relación con Dios: los apóstoles sintieron la necesidad de orar. La oración requiere un clima de amistad y relación con Dios; tener conciencia de que nos dirigimos al Padre como hijos. Jesús oró y enseñó a orar a sus discípulos. El Padre Nuestro es modelo de oración para todos nosotros. ¿Qué es lo que nos enseña Jesús en el Padre Nuestro?

Padre nuestro. Llamar a Dios Padre es signo de la familiaridad, cercanía y amor con que nos relacionamos con Dios. Además es Padre nuestro: es de hipócritas llamar "padre" a Dios y no sentirse y vivir como hermanos.

Del cielo. Santificado sea tu nombre. Expresamos el señorío de Dios por encima de todo. Él es el santo, el único santo, y deseamos que la santidad de Dios sea conocida y reconocida a través de los que nos confesamos sus discípulos.

Venga tu reino. Le pedimos a Dios el crecimiento del Reino de Dios ya presente con Jesucristo, y expresamos el deseo de la consumación del Reino con la segunda venida de Jesucristo.

Hágase tu voluntad. Así oró Jesús en el Huerto de los Olivos y así ora hoy la Iglesia. Es la manifestación de un deseo ardiente: que Dios realice su voluntad, su plan de salvación, que siempre es lo mejor. Y que nosotros colaboremos con Él. En la tierra como en el cielo. Deseamos que se cumpla su voluntad en la tierra de la misma manera que se cumple en el cielo: total y perfectamente.

Danos hoy el pan nuestro. Le pedimos al Señor el sustento diario, lo necesario para vivir. Pedimos el pan de cada día, lo necesario solamente. No le pedimos al Señor una seguridad para el futuro, ni un confiar en las cosas materiales. Nuestra seguridad y nuestra confianza es el Señor. Perdónanos nuestras ofensas. Sólo Dios puede perdonar los pecados. Por eso pedimos perdón al Señor, comenzando por reconocernos pecadores.

Pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido. No compramos a Dios su perdón. Sólo damos a entender, con nuestra actitud de perdón hacia el prójimo, que queremos recibirlo. Incapaces de merecer el perdón de Dios, se lo pedimos. Y ponemos delante del Señor el compromiso de perdonar también a nuestros hermanos; de ser hombres y mujeres de reconciliación, empezando por quienes nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. No es posible vivir sin tentaciones. Estas vendrán. Pero la tentación de la que pedimos al Señor nos libre resume todas las demás. Es terrible. Ataca la fe en su raíz. Deja al cristiano con la sensación de que Dios no se ocupa del mundo y no ama a los hombres.

¿Cómo está tu vida de oración? ¿Rezas todos los días? ¿Cómo rezas? ¿Qué tiempo le dedicas al Señor? El Señor quiere vivir una historia de amor contigo. ¡Ánimo! ¡Ábrete al Señor! ¡Déjate amar por Él! ¡Cuéntale tus cosas, manifiéstale tus deseos! El Señor tiene preparada para ti una historia maravillosa. ¡Confía en él que no te defraudará!

Compromiso semanal

Haz un ratito de oración desde el Padre Nuestro.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Génesis 18, 20-32. No se enfade mi Señor, si sigo hablando.

La plegaria de Abrahán deja abierta la puerta de la esperanza. Su actitud suplicante ante Dios descorrió el velo del misterio: la justicia de Dios se manifestará siempre; pero no en el castigo de los culpables sino en el perdón por amor de no importa cuantos sean los inocentes. Como una madre, Dios está dispuesto a olvidar porque su amor a los hombres es infinito.

Salmo 137, 1-8. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

Este salmo es un salmo de acción de gracias a Dios, y se le pide que no abandone la obra de sus manos: Israel. El salmo expresa también una confianza ilimitada en la misericordia del Señor.

2ª lectura: Colosenses 2, 12-14. Os dio vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados.

Todos los hombres teníamos una deuda con Dios: nuestros pecados. Cristo la saldó, por su muerte en la cruz. Lo que nos importa saber es cómo beneficiarnos de este sacrificio de Cristo, fuente de amor y de salvación para todo el mundo. Para ello es necesario profundizar en la doctrina sobre los sacramentos y la fe. Por el bautismo nos hemos despojado de todo el “cuerpo carnal”, o “cuerpo del pecado”; es decir, de cuanto alimenta la rebelión contra Dios: egoísmo, suficiencia, desprecio, altanería, orgullo, codicia, pasión desenfrenada... Esto hace el bautismo: nos pone en comunión con el misterio de la muerte y resurrección de Jesús; es decir, permite –en la medida de nuestra adhesión a Él– que la fuerza de Dios que resucitó a Jesús, nos resucite también a nosotros.

Evangelio: Lucas 11, 1-13. Pedid y se os dará.

Este texto una catequesis sobre la oración, que abarca tres partes: el Padrenuestro, la certeza de que Dios escucha y la eficacia de la oración. Dios escucha siempre la súplica humana. Así como el amigo no falla al otro que le pide e insiste, del mismo modo Dios terminará dándonos cuanto le pidamos. Nuestra oración es eficaz, es decir, nos hace conseguir lo que más nos conviene. Un padre no pueda dar algo malo a su hijo. Cuánto más Dios, nuestro Padre. Lo mejor que nos puede dar es el Espíritu Santo. Lo que se recibe no es automáticamente lo que se pide sino el don del Espíritu, que nos permitirá afrontar las situaciones de la vida con la fuerza de lo alto.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 30 Ex 32, 15,24.30-34 Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro.
Sal 105, 19-23 Dad gracias al Señor porque es bueno.
Mt 13, 31-35 El reino de los cielos es como una grano de mostaza.
Reza por los alejados de Cristo y de la Iglesia
Martes 31
San Ignacio de Loyola
Ex 33, 7-11; 34, 5b-9.28 El Señor hablaba con Moisés cara a cara.
Sal 102, 6-13 El Señor es compasivo y misericordioso.
Mt 13, 36-43 Así como se recoge la cizaña… así sucederá en el fin del mundo.
Haz una obra de misericordia
Miércoles 1
San Alfonso María de Ligorio
Ex 34, 29-35 Al ver la cara de Moisés, no se atrevieron a acercarse a él.
Sal 98, 5-9 Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Mt 13, 44-45 Vende todo lo que tienes y compra aquel campo.
Pídele al Señor que te aumente la fe
Jueves 2
San Eusebio de Vercelli
Ex 40, 14-19.32-36 La nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario.
Sal 83, 3-11 ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mt 13, 47-53 Seleccionan los buenos en cestos, y tiran los malos.
Revisa como cuidas tu vida espiritual
Viernes 3 Lv 23, 1.4-11.15-16.27.34b-37 En las festividades del Señor os reuniréis en asamblea.
Sal 80, 3-6.10-11 Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Mt 13, 54-58 Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y en su casa.
Da testimonio de Jesucristo
Sábado 4
San Juan María Vinanney
Lv 25, 1.8-17 El año jubilar cada uno recuperará su propiedad.
Sal 66, 2-3.5.7-8 Oh Dios, que te alaben los pueblos.
Mt 14, 1-12 Herodes mandó decapitar a Juan.
Reza por los cristianos perseguidos
Domingo 5
18º del TIEMPO ORDINARIO
Ecl 1, 2; 2, 21-23 ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo?
Sal 89, 3-6.12-17 Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Col 3, 1-5.9-11 Buscad los bienes de allá arriba donde está Cristo.
Lc 12, 13-21 ¡Insensato! Esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado ¿de quién será?
Haz oración por tu familia y por la parroquia


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