"Cuando la comunidad cristiana hace visible el amor a los más necesitados, abre caminos al evangelio".
Valenciano de Quatretonda, Mons. Enrique Benavent Vidal recibió la ordenación sacerdotal en nuestra ciudad durante la primera Visita Apostólica a España de san Juan Pablo II, en noviembre de 1982. A unos días de cumplir sus 40 años como sacerdote, en octubre de 2022, fue nombrado arzobispo de Valencia, donde ya había ejercido como obispo auxiliar entre 2004 y 2013. Regresa a nuestra diócesis casi diez años después, procedente de la diócesis de Tortosa de la que ha sido obispo entre 2013 y 2022.
¿Qué Cáritas se ha encontrado al llegar como arzobispo a la diócesis? ¿Le ha sorprendido algo en relación a su anterior etapa en la diócesis?
La verdad es que todavía no he tenido tiempo de encontrarme con el
voluntariado de Cáritas en la diócesis. El próximo día 3 de junio participaré,
por primera vez, en el Encuentro Diocesano de Cáritas. Me he reunido con el
equipo directivo de Cáritas y también he visitado alguna de las acciones que
tiene Cáritas en nuestra diócesis, que no estaban cuando me marché de obispo a
Tortosa. Concretamente, he visitado el centro de acogida de menores que hay en
Torrent y he visto que Cáritas, sustancialmente, continua tan bien organizada
como cuando me marché. Pienso que es una Cáritas muy consolidada, que gracias a
Dios está muy presente en la vida de la diócesis y que va ampliando sus
proyectos a las nuevas pobrezas y a las nuevas necesidades que van surgiendo en
la diócesis. En todo caso, la sorpresa es, precisamente, la vitalidad que tiene
Cáritas Diocesana y la capacidad de ir dando respuestas a las nuevas
necesidades y a las nuevas urgencias que se presentan en nuestra sociedad.
¿Cuál es o debe ser el papel de
Cáritas en la Iglesia diocesana?
El primer papel de Cáritas en la Iglesia diocesana, evidentemente, es atender a las personas más necesitadas: sembrar esperanza en su corazón y, en la medida de las posibilidades, atenderles en las necesidades que estas personas tienen. Pero el papel de Cáritas en la diócesis va más allá de la atención a las personas necesitadas. La atención material no bastaría por sí misma. No podemos olvidar que Cáritas tiene la misión de acompañar a las personas en sus necesidades, pero también acompañarlas como personas para que vayan saliendo de su situación de pobreza y que esta no se cronifique. Además, dentro de la Iglesia, Cáritas tiene una misión que es sensibilizar a los cristianos que estamos llamados a compartir nuestros bienes con las personas más necesitadas. En ese sentido, Cáritas tiene que fomentar en la comunidad cristiana una espiritualidad de la Caridad, porque si esto no lo fomentamos, estamos descuidando una dimensión importante de la vida cristiana y Cáritas puede acabar convirtiéndose en una ONG y, entonces, le quedarían pocos elementos cristianos. Y también, creo que Cáritas diocesana tiene la misión de estructurar, organizar y ayudar a que esta atención a las personas más pobres y más necesitadas y esta sensibilización, esta espiritualidad de la Caridad se vaya haciendo presente en todas las parroquias y en el corazón de todos los cristianos.
El papa Francisco nos dice que “El amor y el servicio a los pobres es signo del Reino de Dios que Jesús vino a traer” y en Cáritas lo vivimos como un refrendo de nuestra tarea evangelizadora a través de la acción caritativa y social.
¿Qué opina de esta labor de Cáritas como agente de evangelización?
El papa Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas est recordó que la acción caritativa de la Iglesia abre puertas al evangelio. Ciertamente, la misión primera de Cáritas no es directamente la evangelización, pero cuando la comunidad cristiana hace presente y hace visible el testimonio del amor a los más necesitados, eso se convierte, evidentemente, en una misión que, a la larga, abre caminos al evangelio.
Pero no olvidemos que también se puede dar la relación contraria. Muchas veces, si nosotros evangelizamos, si el corazón de los hombres de nuestro mundo se abre a Cristo, si nosotros damos a conocer a Jesucristo e invitamos a que lo conozcan y lo amen, una evangelización auténtica, una evangelización profunda también despertará en nuestro mundo y abrirá el corazón de las personas a una atención a los más pobres y a los más necesitados. Yo pienso que la relación entre ejercicio de la caridad y evangelización es mutua. La caridad abre caminos al evangelio pero, el Evangelio también despierta, en el corazón de las personas, un sentimiento, una sensibilidad por las personas más necesitadas y por las personas más vulnerables. Si este Evangelio no despierta, en la comunidad cristiana, esta actitud hacia los más pobres y hacia los más necesitados es que estamos ante una evangelización muy superficial.
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