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16 julio 2008

Domingo 20 de julio

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO
20 de julio de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
En el pecado, das lugar al arrepentimiento

Lectura del libro de la Sabiduría 12, 13. 16-19

Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo,
ante quien tengas que justificar tu sentencia.

Tu poder es el principio de la justicia,
y tu soberanía universal te hace perdonar a todos.

Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total,
y reprimes la audacia de los que no lo conocen.

Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación
y nos gobiernas con gran indulgencia,
porque puedes hacer cuanto quieres.

Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano,
y diste a tus hijos la dulce esperanza
de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 64, 10. 11. 12-13. 14

R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mí oración,
atiende a la voz de mi súplica. R.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios. » R.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí. R.

Segunda lectura
El Espíritu intercede con gemidos inefables

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-27

Hermanos:

El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.

Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios

Aleluya
Mt 11, 25

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

EVANGELIO
Dejadlos crecer juntos hasta la siega

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-43

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:

- «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.

Entonces fueron los criados a decirle al amo:
"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"
Él les dijo:
"Un enemigo lo ha hecho."

Los criados le preguntaron:
"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

Pero él les respondió:
"No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores:
'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero."'»

Les propuso esta otra parábola:

«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»

Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas,
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»

Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»

Él les contestó:
- «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga. »

Palabra del Señor



COMENTARIO

Dejadlos crecer juntos
hasta la siega

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos regala para nuestra vida la parábola del trigo y la cizaña. Esta parábola puede parecernos un poco extraña, pero su sentido es claro y arroja una gran luz sobre la situación de la humanidad actual.

La presencia de la cizaña en el mundo es manifiesta. El "enemigo" actúa con las manos sueltas. Los "malos" parecen triunfar a expensas de los buenos. Hay persecuciones, robos, violencias, odios, asesinatos, mentira, injusticia, hambre, inmoralidad, corrupción..., y en la vida social parece imperar la ley del más fuerte.

Ante todos estos hechos, ante la realidad de la presencia del mal en el mundo, la pregunta está en la calle: ¿Por qué Dios permite todo esto? Si Dios es bueno, ¿por qué permite el mal? Y si es poderoso, ¿por qué no elimina a los malos?

La respuesta la tenemos en el Evangelio. Dios nos ha creado libres. Desde su libertad el hombre es capaz de elegir el bien o el mal. La presencia del diablo está ahí: él tiene interés en que elijas el camino del mal, él tiene interés en que te separes de Dios, él tiene interés en hacerte fracasar en tu caminar hacia la vida eterna. Y, como consecuencia, del mal uso que el hombre hace de su libertad, como consecuencia de que el hombre muchas veces desobedece a Dios tenemos la realidad del pecado y del mal en el mundo.

¿Qué hacer frente a la realidad del pecado y del mal en el mundo? Jesucristo nos habla de que no somos nosotros quienes hemos de juzgar y condenar a las personas: Dios es el único juez. Nosotros podemos y debemos proclamar qué es lo que está bien y qué es lo que está mal a la luz de la Palabra de Dios y la enseñanza de la Iglesia, pero a las personas sólo Dios puede juzgarlas. Por ello, Jesucristo nos dice que no hemos de arrancar la cizaña.

Jesucristo nos invita a que venzamos al mal con la fuerza del bien, es decir, nos invita a que seamos luz del mundo y sal de la tierra, levadura que haga fermentar la masa; nos invita a que el trigo crezca más que la cizaña, a que el ejemplo del testimonio de nuestra vida haga avanzar al trigo sobre la cizaña.

Además, Jesucristo nos advierte de que ya llegará el tiempo de la siega. Y entonces Dios nos juzgará a todos los hombres, y su juicio será de salvación para los que han tratado de serle fieles o de condenación para aquellos que le han rechazado. Porque ese el riesgo y la grandeza de la libertad. Dios nos ha creado libres, pero hemos de asumir la libertad con todas las consecuencias.

¿Cómo está tu corazón? ¿Te esfuerzas por hacer el bien y vivir en fidelidad al Evangelio y a la Iglesia? ¡Pídele a Dios que te ayude a ser trigo!

Compromiso semanal

Haz una revisión de tu vida y medita qué es lo que tienes que cambiar para que Dios te acepte como trigo. Haz propósitos concretos.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Sabiduría 12, 13. 16-29. En el pecado, das lugar al arrepentimiento.

El sabio medita la historia, la ve con nuevos ojos, la recuerda y deduce sus enseñanzas. Mirando atrás se descubre que el poder de Dios es el principio de la justicia y de la misericordia. Se muestra, además, comprensivo y perdona al pecador que se convierte. La revelación de Dios enseña al hombre a ser humano.

Salmo 85, 5-16. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Un justo perseguido acude a Dios en su tribulación, seguro de que el Señor le atenderá, pues es bueno y clemente y puede hacer maravillas. La bondad y el poder de Dios son los fundamentos de esta confianza ilimitada.

2ª lectura: Romanos 8, 26-27. El Espíritu intercede con gemidos inefables.

San Pablo nos presenta la importancia e influencia del Espíritu Santo en la vida cristiana. El Espíritu ayuda nuestra debilidad natural y está cono nosotros para que pidamos aquello que nos conviene, e intercede por nosotros ante el Padre. Esta es la enseñanza más sublime sobre los principios internos de la oración cristiana.

Evangelio: Mateo 13, 24-43. Dejadlos crecer juntos hasta la siega.

La paciencia de Dios permite que su Reino crezca en medio del mal. El Espíritu es quien siembra la Palabra. El que acoge esta Palabra y se deja transformar por ella pertenece a los hijos de la luz. Pero el "padre de la mentira" introduce tinieblas en el Reino de la luz. Las tinieblas y la luz coexisten hasta el día de la separación radical entre unos y otros. El triunfo de Jesús es seguro, pero llegará al final. Mientras tanto, no hay que destruir sino enderezar. Jesús, además, expone en otros dos signos lo que es el Reino de Dios. Puedes leer Mt 25, 31-46.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 21
San Lorenzo de Brindis
Mi 6, 1-4.6-8 Te ha explicado lo que Dios desea de ti.
Sal 49, 5-23 Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mt 12, 38-42 Cuando juzguen a esta generación, los de Nínive harán que la condenen.
Reza por los que no creen
Martes 22
Santa María Magdalena
Mi 7,14-15.18-20. Arrojaré a lo hondo del mar todos nuestros delitos.
Sal 84. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Mt 12,46-50. Señalando con la mano a los discípulos, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos".
Haz una obra de misericordia
Miércoles 23
Santa Brígida, Patrona de Europa
Jr 1, 1.4-10 Te nombré profeta de los gentiles.
Sal 70, 1-6.15.17 Mi boca contaré tu auxilio, Señor.
Mt 13, 1-9 Salió el sembrador a sembrar.
Revisa tu vida para ver cómo mejorar la tierra de tu corazón
Jueves 24
Santos Bernardo, religioso. María y Gracia, mártires.
Jr 2, 1-3.7-8.12-13 Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron aljibes agrietados.
Sal 35, 6-11 En ti, Señor, está la fuente viva.
Mt 13, 10-17 A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no.
Reza por los niños y jóvenes
Viernes 25
Santiago Apóstol, patrón de España
Hch 4, 33; 5, 12.27b-33; 12, 9 El rey Herodes hizo decapitar a Santiago.
Sal 66, 2-8 Oh Dios, que te alaben los pueblos.
2 Cor 4, 7-15 Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro.
Mt 20, 20-28 El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor.
Haz una obra de caridad
Sábado 26
San Joaquín y Santa Ana
Jr 7,1-11. ¿Creéis que es una cueva de bandidos el templo que lleva mi nombre?
Sal 83. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor!
Mt 13,24-30. Dejadlos crecer juntos hasta la siega.
Pídele al Señor el don de la fe
Domingo 27
17º del TIEMPO ORDINARIO
1 Re 3, 5. 7-12. Pediste discernimiento.
Sal 118, 57. 72-77. 128-130. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Rom 8, 28-30 Nos predestinó a ser imagen de su Hijo.
Mt 13, 44-52 Vende todo lo que tiene y compra el campo.
Reza por tu familia y por tu parroquia


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