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19 diciembre 2008

Domingo 21 de diciembre

Domingo IV de ADVIENTO
21 de diciembre de 2008 (ciclo b, año impar)



Primera lectura
El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor

Lectura del segundo libro de Samuel (Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16)

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:

- «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»

Natán respondió al rey:

- «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»

Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

- «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella?

Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.

Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R/.: cf. 2a)

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades?» R/.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Segunda lectura
El misterio, mantenido en secreto durante siglos, ahora se ha manifestado

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16, 25-27)

Hermanos:

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Aleluya
Lc 1, 38

Aquí está la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra.

EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 26-38)

En aquel tiempo; el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»

El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.

Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»

María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

Vivimos en una sociedad pagana y materialista que ha extendido sus tentáculos a todos los rincones de la vida, intentando comercializar, manipular y descristianizar hasta lo más bello y sublime. Por eso, asistimos al lamentable espectáculo de ver como la Navidad se está convirtiendo en una fiesta comercial, cultural y pagana que se intenta vaciar de todo contenido religioso.

Sin embargo, los cristianos no podemos caer en la trampa de los que quieren ocultar a Dios y hemos de celebrar la Navidad como Dios manda, porque, precisamente, la Navidad es lo contrario del ocultamiento de Dios: Dios se ha hecho hombre para salvarnos, para mostrarnos el camino que nos ha de conducir a la salvación.

Y, para poder celebrar la Navidad como Dios manda, la Iglesia nos propone en este último Domingo de Adviento el ejemplo de la Virgen María. La Virgen María ha podido recibir a Jesús porque estaba preparada, y nosotros sólo podremos recibir a Jesús si estamos preparados como María.

¿Qué hay que hacer para estar preparados? En primer lugar, tener un verdadero deseo de que venga Jesús, después eliminar todos los obstáculos que haya en nuestro corazón que impiden la venida de Jesús: el pecado, la soberbia, el orgullo, la falta de humildad, la falta de caridad. También es importante que -en medio del ruido de la sociedad- tengamos una actitud de escucha de la Palabra de Dios y la dejemos penetrar y actuar en nuestro corazón.

La Palabra de Dios hoy nos enseña que sólo los humildes encontrarán a Dios. Dios habla sólo a los que son pobres de espíritu, a los humildes y sencillos que acuden a El porque se sienten necesitados de El.

Por eso, la Palabra de Dios hoy nos propone como ejemplo a MARÍA. Ella es la humilde servidora del Señor. La que se siente pequeña, la que es sencilla y está abierta a Dios. Y, por eso, encuentra a Dios, y Dios la elige para ser su Madre. María se convierte así en un modelo para nosotros en este final del Adviento: ella recibe a Dios por su humildad, porque le acepta sin condiciones, porque está dispuesta a aceptar y cumplir su voluntad, porque sabe que Él es el Señor y ella la sierva, Él es el Maestro y ella la discípula.

Destaca también el especial el silencio de san José. Su silencio no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos. Un silencio gracias al cual san José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia (cf. Benedicto XVI, Angelus, 12-XII-2005).

Por eso, la Palabra de Dios te invita hoy a ser humilde y sencillo como María, a abrir tu corazón sin reservas a Dios que ya llega, a no ponerle condiciones. Sólo los humildes encontrarán a Dios. Dios habla sólo a los que son pobres de espíritu, a los humildes y sencillos que acuden a Él porque se sienten necesitados de Él.

Sólo los humildes pueden tener fe. Porque el humilde es aquel que se siente pequeño, pobre, que se siente necesitado de ayuda. Y, por eso, la busca. Y como busca ayuda con verdadero deseo, la encuentra. Y encuentra, entonces a Dios, siempre dispuesto a ayudar, a manifestarse a aquél que le busca con sinceridad.

¿Cómo está tu corazón? ¿Estás preparado ya para recibir al Señor que llega? ¿Está tu corazón limpio de todo obstáculo? ¿Tienes ganas de que Jesús esté en tu corazón y lo llene? ¡Anímate! ¡No caigas en la trampa que la sociedad pagana y materialista te pone! ¡Ten un corazón sencillo y humilde como el de María y prepárate para recibir al Señor! ¡Encontrarás la paz, la alegría y la felicidad que sólo el Señor te puede dar!

Compromiso semanal

Mira si estás preparado para recibir al Señor.
Procura no caer en las trampas de la sociedad materialista de consumo en que vivimos.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: 2 Samuel 7, 1-5. 8b-11. 16. El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.

El oráculo de Natán nos revela los planes de Dios. La elección de David, como toda elección, es pura gracia y benevolencia de Dios. El Señor ha protegido a David, su siervo, en todas sus empresas. Por amor a él y a su pueblo le promete la permanencia perpetua de su reino. Israel ha visto en la profecía de Natán, la promesa del rey Mesías. Esta promesa ya se ha realizado en la persona de nuestro Señor Jesucristo, hijo de David por excelencia.

Salmo 88, 2-5. 27-29. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Dios prometió a David un linaje perpetuo… y, aunque David peque, aunque Israel sea infiel, aunque olvidemos a veces el amor de Dios, “la misericordia del Señor es un edificio eterno” ante el cual no cabe otra actitud que la de “Cantar eternamente las misericordias del Señor”. Puedes leer Colosenses 1, 15-20.

2ª lectura: Romanos 16, 25-27. Revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos.

Este texto es un himno a la Encarnación, como manifestación del misterio de Cristo escondido en los siglos, comunicado a los gentiles: el Evangelio es la revelación del misterio de Cristo; misterio largo tiempo oculto; manifestado al presente mediante la venida de Cristo en carne, y las Escrituras proféticas que la predijeron. Esta manifestación no es exclusiva para los judíos. Los gentiles son admitidos a su comunicación. Este plan eterno y su gradual ejecución manifiestan la infinita sabiduría y prudencia de Dios en el desarrollo de la Historia.

Evangelio: Lucas 1, 26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

La victoria de María nace de su disponibilidad. Ella siempre dijo “sí” a la “Palabra de Dios”. Creó en sí el gran vacío (la humildad) capaz de contener a Dios. María es la persona en quien se realiza con más perfección y claridad la salvación que anuncia. Su figura tiene el encanto de la mujer sencilla, sorprendida por las bellas palabras que le dicen. No exige garantías. Es libre para decir “sí”. María se lanza a la aventura, intrépida, de descubrir progresivamente el misterio de Dios. El “sí” de la Virgen María contiene el riesgo de lo inesperado ante la palabra de Dios y la sumisión confiada a la voluntad del Señor. Por su “sí” a Dios María fue nuestra luz. El ejemplo de María es una llamada a la conversión. Puedes leer Sofonías 3, 14-15 e Isaías 7, 14-17.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 22 I S 1, 24-28 El Señor me ha concedido lo que pedía.
Sal I S 2, 1.4-8 Mi corazón se regocija por el Señor.
Lc 1, 46-56 Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Revisa cómo está tu fidelidad al Señor y a la Iglesia
Martes 23 Ml 3, 1-4. 4, 5-6. Mirad, yo os envío mi mensajero
Sal 24, 4-14. Se acerca vuestra redención.
Lc 1, 57-66 La mano de Dios estaba con él.
Haz una obra de misericordia
Miércoles 24 Is 9, 1-3.5-6 El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande. Porque un niño nos ha nacido …
Sal 95, 1-3.11-13 Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
Tit 2, 11-14 Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres.
Lc 2, 1-14 Hoy os ha nacido en Salvador: el Mesías, el Señor.
Haz un ratito de oración
Jueves 25
La Natividad del Señor
Is 52. 7-10 Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios.
Sal 97, 1-6 Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Heb 1, 1-6 Dios nos ha hablado por su Hijo.
Jn 1, 1-18 La Palabra era Dios. Se hizo carne y acampó entre nosotros.
Participa en la Eucaristía. Reza por tu familia y por la parroquia.
Viernes 26
San Esteban, protomártir
Hch 6, 8-10; 7, 54-59 Ve el cielo abierto.
Sal 30, 3-8.17.21 A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Mt 10, 17-22 No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.
Da testimonio de Jesucristo
Sábado 27
San Juan, apóstol y evangelista
1 Jn 1, 1-4 Os anunciamos lo que hemos visto y oído.
Sal 96, 1-2.5-6.11-12 Alegraos, justos con el Señor.
Jn 20, 2-8 El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al Sepulcro.
Pon alegría y paz a tu alrededor.
Domingo 28
La Sagrada Familia: Jesús, María y José
Gn 15, 1-6; 21, 1-3 Te heredará uno salido de tus entrañas.
Sal 104, 1-9 El Señor es nuestro Dios, se acuerda de su alianza eternamente.
He 11, 8.11-12.17-19 Fe de Abrahán, de Sara y de Isaac.
Lc 2, 22-40 El niño iba creciendo y llenaba de sabiduría
Reza por tu familia y por la parroquia


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