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13 septiembre 2009

Domingo 13 de septiembre

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO
13 de septiembre de 2009 (ciclo B, año par)


Primera lectura
Ofrecí la espalda a los que me apaleaban.

Lectura del Profeta Isaías (50, 5-10)

En aquellos días dijo Isaías:

El Señor Dios me ha abierto el oído; y yo no me he rebelado,
ni me he echado atrás.
Ofrecí la espalda a los que golpeaban,
la mejilla a los que mesaban mi barba.
No oculté el rostro a insultos y salivazos.

Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido,
por eso ofrecí el rostro como pedernal,
y sé que no quedaré avergonzado.

Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí?
Vamos a enfrentarnos: ¿quién es mi rival? Que se acerque.
Mirad, mi Señor me ayuda; ¿quién probará que soy culpable?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9

R/. Caminaré en presencia del Señor,
en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante;
porque inclina su oído hacia mí,
el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo si fuerzas me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor,
en el país de la vida. R/.

Segunda lectura
La fe, si no tiene obras, está muerta.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2, 14-18)

Hermanos míos:

¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar?

Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare: abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve?

Esto pasa con la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro.

Alguno dirá: —Tú tienes fe y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras y yo, por las obras, te probaré mi fe.

Palabra de Dios.

Aleluya
Mt 4, 23

Tú eres el Mesías...
El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

EVANGELIO
Tú eres el Mesías...
El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos (8, 27-35)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo?

Ellos le contestaron: — Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.

Él les preguntó: — Y vosotros, ¿quién decís que soy?

Pedro le contestó: —Tú eres el Mesías.

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

Y empezó a instruirlos:

—El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: —¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!

Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo:

—El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará.

Palabra del Señor.


COMENTARIO

Y vosotros,
¿quién decís que soy yo?

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos da una de las claves para entender toda la vida cristiana: la lógica de Dios es completamente distinta de la lógica del mundo: El cristiano está en el mundo, pero no es del mundo.

El estilo de vida del mundo es radicalmente -desde la raíz- distinto del estilo de vida de Jesucristo. Son dos planteamientos de vida completamente diferentes, y no podemos servir a dos señores. Y es necesario que lo tengamos claro, porque hoy muchos "cristianos" viven con el estilo de vida del mundo aparentando ser cristianos, pero siéndolo sólo de una manera muy superficial.

Porque ser cristiano no consiste sólo en decir que se tiene fe, o en participar en la Eucaristía dominical. Además de ir a Misa los domingos (algo necesario para un cristiano)hay que tratar de vivir de acuerdo con los valores del Evangelio. Hay que vivir de acuerdo con la enseñanza de Jesucristo y de la Iglesia todos los aspectos de la vida (no sólo aquellos que nos resultan fáciles): hay que ser cristiano en la religiosidad, en la familia, en el trabajo, en los negocios, en la diversión, en la política, en las relaciones con el prójimo: hay que ser cristiano en todo. No podemos ser cristianos a trozos, no podemos ser cristianos fragmentados.

Cuando uno ama, o ama del todo o su amor puede que no sea más que un egoísmo disfrazado de amor. Además, Jesucristo nos recuerda que ese amor es radical, incondicional, absoluto, entregado, generoso, sacrificado.

El amor a medias no es amor sino egoísmo. Por eso no podemos amar a Dios sólo en lo que nos conviene y cuando nos conviene: nos hemos de entregar del todo, y asumir que ese amor pasa por negarse a uno mismo y cargar con la cruz.

La cruz es el “control de calidad” de nuestro amor a Dios. El que se retira ante las dificultades es porque no ama. El que ama saca fuerzas del amor para cargar con la cruz,y la cruz -aunque pese- se convierte para el que ama en el árbol de la salvación que le hace crecer en el amor y ser plenamente feliz porque ha sido capaz de vencer el egoísmo y la comodidad.

Por ello, Jesucristo nos invita a que seamos radicales –hasta la raíz- en nuestro planteamiento de ser cristianos. Jesucristo nos invita a descubrir que no podemos vivir como los que no son cristianos, a descubrir que no podemos vivir como vive el mundo. Nos invita a descubrir que la vida del cristiano no se construye sobre los valores que están de moda en la sociedad, o sobre lo que a uno le apetece, sino que el cristiano construye su vida sobre la Palabra de Dios, sobre las enseñanzas de Jesucristo.

Y hemos de ser valientes para vivir de acuerdo con este estilo de vida, aunque sea tan diferente del estilo del mundo. Para ello, hemos de empezar por negarnos a nosotros mismos, descubriendo que la fuente de nuestro actuar no está en nuestros gustos y apetencias, sino en la voluntad de Dios, descubriendo que sólo seremos felices en la medida en que seamos fieles a la voluntad de Dios. ¿Cómo está tu vida? ¿Ocupa Dios el centro de tu corazón y de tu vida?

Compromiso semanal

Revisa tu vida. Contempla tu cruz. Acéptala. Trata de encontrarte en ella con el Señor.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ªlectura: Isaías 50, 5-10. Ofrecí la espalda a los que golpeaban.

El siervo de Dios se presenta como oyente fiel de la Palabra de Dios y anunciador de la misma. La suya es una misión dolorosa, expuesta a la injuria y a la violencia de los hombres. Pero él se somete voluntariamente a esa misión, sin resistencias. Pone su confianza en el Señor, seguro de que él le defenderá, de que será salvado, de que él le dará la victoria.

Salmo 114, 1-9. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

El salmista “envuelto en redes de muerte” fue salvado por el Señor. La experiencia de la bondad de Dios y de la liberación que ha otorgado al salmista es la base para la serenidad y la tranquilidad del creyente. Ahora, seguirá caminando en presencia del Señor, es decir, en unión con Él, a la luz de sus mandatos, con su protección y su compañía, en el mundo de los vivos. En la oración de la Iglesia este salmo es empleado para cantar el triunfo de la resurrección de Jesús, el triunfo de los mártires o la liberación de las duras pruebas.

2ª lectura: Santiago 2, 14-18. La fe, si no tiene obras, está muerta.

Santiago une dos realidades fundamentales: creer y obrar. Afronta el problema de la religiosidad aparente, de una fe vacía y sin obras, de una fe incoherente con la vida.Conocer el mensaje cristiano no basta para salvarse. Hay que traducir la vida nueva recibida en actos concretos de amor.

Evangelio: Marcos 8, 27-35.
Tú eres el Mesías... El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho.

Pedro confiesa con decisión que Jesús es el Mesías. Jesús les prohíbe decírselo a nadie: todavía no ha llegado el momento de darlo a conocer. Para que los discípulos no se engañen sobre el sentido de su misión, Jesús hace una importante precisión: el Hijo del Hombre debe padecer y morir. A los tres días resucitará. Jesús revela el misterio de su muerte y resurrección a personas que ha escogido y quieren seguirle. Aquí les dice con claridad como hacerlo: La cruz es el camino que lleva a la gloria. Pedro no entiende y el Señor le dice ásperamente por qué: no tiene las miras de Dios. Negarse a uno mismo y cargar con la cruz son, en el fondo, anverso y reverso de una misma decisión: aceptar perder la vida por Jesús y por el Evangelio. Sólo así la salvaremos.


CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 14
La Exaltación de la Santa Cruz

Nm 21,4b-9. Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados.

Sal 77. No olvidéis las acciones del Señor.

Flp 2,6-11. Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo.

Jn 3,13-17. Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre

Haz oración desde tu cruz

Martes 15
Nuestra

Señora laVirgen de los Dolores

Hb 5,7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.

Sal 30. Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Jn 19,25-27. Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.

o Lc 2,33-35. A ti una espada te traspasará el alma

Reza por todos los que sufren.

Miércoles 16
San Cornelio y San Cipriano, mártires

1Tm 3,14-16. Grande es el misterio que veneramos.

Sal 110. Grandes son las obras del Señor.

Lc 7, 31-35 ¿A quién se parecen los hombres de esta generación?

Haz una obra de misericordia

Jueves 17
San Roberto

Belarmino, Obispo y Doctor

1Tm 4,12-16. Cuídate tú y cuida la enseñanza; así te salvarás a ti y a los que te escuchan.

Sal 110. Grandes son las obras del Señor.

Lc 7,36-50. Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor

Reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas

Viernes 18

1Tm 6,2c-12. Tú, en cambio, hombre de Dios, practica la justicia.

Sal 48. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Lc 8, 1-3 Algunos mujeres acompañaban a Jesús y le asistían con sus bienes.

Reza por los misioneros

Sábado 19
San Jenaro, obispo y mártir

1Tm 6,13-16. Guarda el mandamiento sin mancha, hasta la manifestación del Señor.

Sal 99. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

Lc 8, 4-15 Salió el sembrador a sembrar.

Reza por los niños y jóvenes.

Domingo 20
25º del
Tiempo Ordinario

Sab 2, 17-20 Lo condenaron a muerte ignominiosa.

Sal 53, 3-6.8 El Señor sostiene mi vida.

Sant 3, 16-4,3 Los que procuran la paz están sembrados de paz y su fruto es la justicia.

Mc 9, 31-37 El que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.

Reza por tu familia y por la parroquia


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