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26 septiembre 2010

Domingo 26 de septiembre. XXVI del T.O.

DOMINGO XXVi DEL TIEMPO ORDINARIO
26 de septiembre de 2010  (ciclo C, año par)




Primera lectura
Los disolutos encabezarán la cuerda de cautivos
Lectura de la profecía de Amós 6, 1a. 4-7
Así dice el Señor todopoderoso:
«¡Ay de los que se fían de Sión
y confían en el monte de Samaria!

Os acostáis en lechos de marfil;
arrellenados en divanes,
coméis carneros del rebaño
y terneras del establo;
canturreáis al son del arpa,
inventáis, como David,
instrumentos musicales;
bebéis vino en copas,
os ungís con perfumes exquisitos
y no os doléis del desastre de José.

Pues encabezarán la cuerda de cautivos
y se acabará la orgía de los disolutos.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-l0 (R/.: 1b)
R/. Alaba, alma mía, al Señor.
     O bien: Aleluya.
Él mantiene su fidelidad perpetuamente,
él hace justicia a los oprimidos,
él da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
 Segunda lectura
Guarda el mandamiento hasta la manifestación del Señor
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11-16
Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza.
Combate el buen combate de la fe.
Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno. Amén.

Palabra de Dios.
  Aleluya
2 Co 8, 9
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
para enriqueceros con su pobreza.
EVANGELIO
Recibiste bienes y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
—«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó:
“Padre Abrahán, ten piedad de mi y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.”
Pero Abrahán le contestó:
“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.”
El rico insistió:
“Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.”
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.”
El rico contestó:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.” Abrahán le dijo:
“Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.”»

Palabra del Señor.




COMENTARIO
Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen
El Domingo pasado la Palabra de Dios nos hablaba de que no podemos servir a Dios y al dinero, y de lo peligroso que es, para nuestra salud espiritual, vivir pegados al dinero y a las realidades materiales.
Este Domingo, damos un paso más y la Palabra de Dios nos propone un camino excelente para vencer esa tentación: compartir. Los cristianos no podemos permanecer insensibles ante las necesidades de los demás, ni podemos disfrutar solos lo que es nuestro: hemos de compartir lo que somos y lo que tenemos con los necesitados. Compartir es un acto de caridad y de justicia, y el que no es capaz de compartir es que todavía no ha entrado en la dinámica del amor de Dios.
Además, no valen excusas para dejar de compartir. Cada uno ha de estar atento a las necesidades de los demás y ha de ayudarles en la medida de sus posibilidades, que son bastantes más de las que muchas veces nos imaginamos. Y hemos de compartir nuestro dinero y algo más: nuestra vida. Porque también hace falta que compartamos nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestro cariño...
Por otra parte, la Palabra de Dios hoy nos habla también del juicio de Dios. La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo. Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre (cf. Catecismo, 1021-1022).
El rico Epulón vive como si Dios no existiera. Lo tiene todo. ¿Qué falta le hace Dios? Ni ve a Dios ni ve al pobre. Vive a sus anchas, nadando en el placer y en la abundancia. La riqueza y la abundancia le han vuelto ciego: ciego para no ver a Dios, ciego para no ver al pobre Lázaro, ciego y sordo para no escuchar la Palabra de Dios y no abrirse a su luz.
Y el último tema es que Dios ya nos ha comunicado todo lo que nos tenía que decir: por medio de Jesucristo y de la Iglesia el Señor nos ha dejado muy clara cuál es su voluntad y cuál es el camino del bien. Por ello no hemos de pedirle medios espectaculares y extraordinarios, lo que hemos de hacer es abrir nuestro corazón a luz de Jesucristo y de la Iglesia y dejarnos guiar por ella.
“La señal de Dios para los hombres es el Hijo del hombre, Jesús mismo. Y lo es de manera profunda en su misterio pascual, en el misterio de muerte y resurrección. Él mismo es el «signo de Jonás». Él, el crucificado y resucitado, es el verdadero Lázaro: creer en Él y seguirlo, es el gran signo de Dios, es la invitación de la parábola, que es más que una parábola. Ella habla de la realidad, de la realidad decisiva de la historia por excelencia” (cf. Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, 260)
¿Cómo está tu corazón? ¿Eres generoso a la hora de compartir con los demás? ¿Eres sensible ante sus problemas? ¿Ayudas a los demás? ¿Estás en el camino del bien? ¡Ahora estás a tiempo! ¡Elige el camino del bien cada día y alcanzarás felicidad y la vida eterna!

Compromiso semanal
Pídele al Señor el don de poder compartir tus bienes, tu tiempo... con los necesitados.

La Palabra del Señor, luz para cada día
1ª lectura: Amós 6, 1a. 4-7. Los disolutos encabezarán la cuerda de los cautivos.
                        El texto es un retrato perfecto de la vida del rico: comodidad, placeres, autosuficiencia... Materialismo despreocupado, encarnación del “comamos y bebamos, que mañana moriremos”, negación de la fe, cuyo riesgo diario es entender la vida como un “paso”. El profeta llama a la conversión a quienes se dedican a comer, beber y pasarlo bien a costa, muchas veces, de pisotear la dignidad de los pobres y engañar a los demás.
Salmo 145, 7-10. Alaba, alma mía, al Señor.
              El salmo es un canto a Dios creador, fiel, justo y misericordioso, que acude en ayuda de los pobres y necesitados.
2ª lectura: 1 Timoteo 6, 11-16.
Guarda el mandamiento hasta la manifestación del Señor.
                        Timoteo ha de distinguirse  por una vida santa enraizada en la fe y en el amor. Ha de practicar la paciencia y la mansedumbre ante las dificultades que lleva consigo el ministerio apostólico. Vale la pena ante el premio de la “vida eterna”. Además, ha de sentirse obligado por el compromiso que formuló públicamente el día de su ordenación. Además, san Pablo le manda que guarde sin mancha el depósito de la fe sin mancha ni reproche hasta la venida gloriosa de Jesucristo. La imagen que envuelve todo el pasaje es la de un combate sin tregua ni reposo, librado hasta el final.
            Puedes leer 2 Timoteo 4, 7.
Evangelio: Lucas 16, 19-31. Recibiste bienes y Lázaro males;
por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
              La posición de los ricos y los pobres ante el Reino de Dios queda clarificada con esta parábola. Esta historia es una ilustración de las bienaventuranzas. El reproche que se hace al rico es el de no saber compartir lo que tiene con los más necesitados. Ha perdido, incluso, una oportunidad de conversión por no haber escuchado a Moisés y los profetas. Su pecado consiste en haber hecho de las riquezas su dios. La parábola termina con una llamada a la conversión mientras todavía hay posibilidad. Se trata de deshacer el camino y enderezar los pasos hacia el necesitado que está a nuestro lado. Y para abrir los ojos y el corazón a esta realidad no necesitamos milagros extraordinarios, basta escuchar la Palabra de Dios. Un corazón sincero, que busca obrar con justicia, halla respuesta en la Palabra de Dios. Si carece de esta sinceridad, ni los grandes milagros lograrán cambiar su proceder.
              Puedes leer Juan 5, 46-47.




CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 27
San Vicente de Paúl
Job 1, 6-22  El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor.
Sal 16, 1-7  Inclina el oído y escucha mis palabras.
Lc 9, 46-50  El más pequeño entre vosotros es el más importante
Pídele al Señor el don de la humildad
Martes 28
San Lorenzo Ruiz Y compañeros, mártires
Job 3, 1-3.11-17.20-23  ¿Por qué dio a luz un desgraciado?
Sal 87, 2-8  Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Lc 9, 51-65  Tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Reza por los alejados.
Miércoles 29
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Ap 12, 7-12a  Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón.
Sal 137, 1-5  Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Jn 1, 47-51  Veréis subir a los ángeles y bajar sobre el Hijo del Hombre.
Reza por los enfermos y los que sufren. ¡Ayúdales!
Jueves 30
San Jerónimo
Job 19, 21-27  Yo sé que está vivo mi Redentor.
Sal 26, 7-9. 13-14  Espero gozar de la dicha del Señor.
Lc 10, 1-12  Descansará sobre ellos vuestra paz.
Reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas
Viernes 1
Santa Teresita del Niño Jesús
Job 38, 1.12-21; 39, 33-35  ¿Has mandado a la mañana, o has entrado por los hontanares del mar?
Sal 138, 1-3.7-14  Guíame, Señor, por el camino eterno.
Lc 10, 13-16  Quien os escucha, a mí me escucha; quien os rechaza, a mí me rechaza.
Reza  por los que rechazan a Cristo y a la Iglesia.
Sábado 2
Los Santos Ángeles Custodios
Ex 23, 20-23  Mi ángel irá por delante.
Sal 90, 1-11  Ha dado órdenes a sus ángeles para que te guarden en sus caminos.
Mt 18, 1-5.10  Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
Haz una obra de misericordia
Domingo 3
27º
del Tiempo Ordinario
Hab 1,2-3; 2,2-4  El justo vivirá por la fe.
Sal 94,1-22.6-9  Escucharemos tu voz, Señor.
2 Tm 1,6-8.13-14  No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor. Toma parte en los duros trabajos del evangelio.
Lc 17,5-10  Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: no hemos hecho más que lo que debíamos hacer.
Reza por tu familia y por la parroquia

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