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20 junio 2007

Domingo 24 de junio

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Semana XII del Tiempo Ordinario
24 de junio de 2007 (ciclo C, año impar)



Primera lectura
Te hago luz de las naciones

Lectura del Profeta Isaías 49, 1-6

Escuchadme, islas;
atended, pueblos lejanos:
Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó
en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre.

Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida,
me guardó en su aljaba
y me dijo:

«Tú eres mi siervo,
de quien estoy orgulloso.»
Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas»,
en realidad mi derecho lo llevaba el Señor,
mi salario lo tenía mi Dios.

Y ahora habla el Señor,
que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob,
para que le reuniese a Israel,
—tanto me honró el Señor
y mi Dios fue mi fuerza— :

«Es poco que seas mi siervo
y restablezcas las tribus de Jacob
y conviertas a los supervivientes de Israel;
te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance
hasta el confín de la tierra.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 138, 1 3. 13 14ab. 14c 15

R/. Te doy gracias
porque me has escogido portentosamente.

Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma. R/.

No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.

Segunda lectura
Juan predicó antes de que llegara Cristo

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 22 26

En aquellos días, dijo Pablo:

—«Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: «Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.» Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un Salvador para Israel: Jesús. Antes de que él llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."

Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»

Palabra de Dios.

Aleluya
Lc 1, 76

A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

EVANGELIO
El nacimiento de Juan Bautista Juan es su nombre

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 57 66. 80)

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.

La madre intervino diciendo: —«¡No! Se va a llamar Juan.»

Le replicaron: —«Ninguno de tus parientes se llama así.»

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: —«¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano de Dios estaba con él.

El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor.



COMENTARIO

Juan es su nombre

Hoy celebramos a san Juan Bautista, el Precursor, el mayor de los nacidos de mujer.

A los demás santos los recordamos el día de su muerte, su verdadero día de nacimiento para la gloria. Sólo de tres personas celebramos el nacimiento: de Jesús, de la Virgen María y de san Juan Bautista, aunque de él también celebramos su martirio el 29 de agosto.

Juan Bautista es el último de los profetas del Antiguo Testamento y el precursor de Jesucristo, e inaugura el Evangelio. Da testimonio de Jesucristo mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente con su martirio.

Esta fiesta nos ayuda a meditar sobre nuestra identidad como cristianos y como testigos del Evangelio en el mundo de hoy.

Dios elige a sus profetas. No se arrogan ellos la misión: Dios es quien los llama ya desde el seno materno. Por eso, no celebramos tanto la grandeza de Juan, sino cómo se mostró en él el plan salvador de Dios, correspondido por Juan con una actitud de fe.

También a nosotros nos ha elegido Dios. Estamos llamados a ser fieles a Dios dándolo a conocer y preparando el camino a Jesús, siendo heraldos, pregoneros de la Buena Noticia de Jesús.

Pero Juan no era la luz, sino testigo de la luz. No era la Palabra, sino pregonero de la Palabra. Juan era la voz, Cristo era la Palabra. Nosotros, llamados a ser profetas y testigos, no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo: Él tiene que crecer y nosotros tenemos que menguar. Hemos de superar nuestros deseos de protagonismos humanos, para dejar que brille la luz de Cristo.

Juan fue recio en su testimonio: asceta en el desierto, humilde ante la aparición del Mesías, decidido y fuerte en el anuncio del Evangelio, en la llamada a la conversión y en la denuncia del pecado. Su palabra era incómoda y fue mártir de la verdad que proclamaba.

El nacimiento de Juan fue motivo de alegría para todos: está anunciando la alegría y nos invita a nosotros a comunicar la alegría a los demás. No la alegría exterior y efímera del mundo, sino la alegría profunda, definitiva y sanadora de sabernos amados y salvados por Dios.

Compromiso semanal

¿Quién es Jesucristo para ti? ¿Qué pinta en tu vida? ¡Medítalo! Revisa como está tu testimonio de Jesucristo.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Isaías 49, 1-6. Te hago luz de las naciones.

El profeta Isaías fue elegido por Dios desde el seno materno. Su elección y su misión son dones gratuitos de Dios. El profeta debe corresponder con fidelidad a la llamada y a la misión en favor de su pueblo.

Salmo 138, 1-15. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.

Este salmo es la preciosa oración de un creyente para expresar su fe en Dios, que llena, sabe y puede todo, y al mismo tiempo es el Dios de la alianza. Mirada de un Padre que penetra las tinieblas y llega hasta la misteriosa gestación del hombre en el seno materno. Invadido por esta amorosa mirada de Dios que le envuelve y le supera, el salmista se abandona a Él y afirma su deseo de cumplir su voluntad.

2ª lectura: Hechos 13, 22-26. Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión.

La historia del pueblo de Israel es una proclamación de la misericordia de Dios. San Pablo destaca a David, figura y anuncio de Jesús, enviado divino en quien se cumplen las promesas hechas a Abrahán. En la línea de los profetas, Juan el Bautista anuncia la próxima venida del Mesías e invita al pueblo a convertirse.

Evangelio: Lucas 1, 57-66. 80. Juan es su nombre. La mano del Señor estaba con él.

La escena del nacimiento de Juan transcurre en medio de una reunión de vecinos y parientes alegres y felices por la maternidad de Isabel. La escena se centra en la imposición del nombre. Su importancia deriva de dos realidades:

-. Lo que el nombre significa: Juan = “Dios nos ha mostrado su favor”.

-. Lo que el nombre supone para un judío. Es la persona misma. Que Dios imponga un nombre a una persona significa que le toma por completo a su servicio y le encomienda una misión. Juan será quien recuerde que Dios ha mostrado su favor al pueblo que espera.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 25 Gn 12, 1-9 Abrahán marchó como le había dicho el Señor.
Sal 32, 12-13.18-22 Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Mt 7, 1-5 No juzguéis para que Dios no os juzgue.
Revisa como estás de juicio…
Martes 26
San Pelayo
San Josemaría Escrivá
Gn 13, 2.5-18 No haya disputas entre nosotros dos, pues somos hermanos.
Sal 14, 2-5 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Mt 7, 6.12-14 Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
¿Tratas a los demás como quieres que te traten a tí?
Miércoles 27
San Cirilo de Alejandría
Gn 15, 1-12.17-18 Abrahán creyó al Señor y se le contó en su haber, y el Señor hizo alianza con él.
Sal 104, 1-9 El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Mt 7, 15-20 Por sus frutos los conoceréis.
Haz una obra de misericordia
Jueves 28
San Ireneo de Lyon
Gn 16, 1-12.15-16 Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael.
Sal 105, 1-5 Dad gracias al Señor, porque es bueno.
Mt 7, 21-29 No todo el que me dice “Señor” entrará en el Reino.
Revisa como es tu sí al Señor
Viernes 29
Santos Pedro y San Pablo
Hch 12, 1-11 El Señor ha enviado a su ángel para librarme.
Sal 33, 2-9 El ángel del Señor librará a los que temen a Dios.
2 Tm 4, 6-8.17-18 He corrido hasta la meta, he mantenido la fe.
Mt 16, 13-19 ¿Quién decís que soy yo?
¿Quién es Jesús para ti? ¿Cómo está tu relación con Él?
Sábado 30
Santos Protomártires de Roma
Gn 18, 1-15 ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo.
Sal Lc 1, 46-55 El Señor se acuerda de su misericordia.
Mt 8, 5-17 Expulsó a los espíritus con su palabra y curó a todos los enfermos.
Medita el evangelio. Pídele al Señor el don de la fe.
Domingo 1
SAN PEDRO Y SAN PABLO
Hechos 12, 1-11 Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes
Sal 33, 2-9. El Señor me libró de todas mis ansias.
2 Timoteo 4, 6-8. 17-18 Ahora me aguarda la corona merecida.
Mateo 16, 13-20. Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos
Reza por la Iglesia, por el Papa, por tu familia y por la parroquia


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