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03 septiembre 2007

Domingo 9 de septiembre

DOMINGO XxIIi DEL TIEMPO ORDINARIO
9 de septiembre de 2007 (ciclo C, año impar)



Primera lectura
¿Quién comprende lo que Dios quiere?

Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-18

¿Qué hombre conoce el designio de Dios?
¿Quién comprende lo que Dios quiere?

Los pensamientos de los mortales son mezquinos,
y nuestros razonamientos son falibles;
porque el cuerpo mortal es lastre del alma,
y la tienda terrestre abruma la mente que medita.

Apenas conocemos las cosas terrenas
y con trabajo encontramos lo que está a mano:
pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo?
¿Quién conocerá tu designio,
si tú no le das sabiduría,
enviando tu santo espíritu desde el cielo?

Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres,
los hombres aprendieron lo que te agrada,
y la sabiduría los salvó.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 116, 1. 2 (R/.: Mc 16, 15)

R/. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Segunda lectura
Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b-10. 12-17

Querido hermano:

Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envío como algo de mis entrañas.

Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad.

Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido.

Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano.

Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.

Palabra de Dios.

Aleluya

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
enséñame tus leyes.

EVANGELIO
El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

— «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a si mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no lleve su cruz detrás de mi no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

“Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.” ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

Palabra del Señor.



COMENTARIO

El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos habla de la radicalidad del seguimiento de Cristo: para seguir a Cristo hay que dejarlo todo. ¡Sí, todo! El amor a Dios, el ser discípulo de Cristo está por encima de todo: por encima de los amores humanos e, incluso, por encima de uno mismo.

Puede parecernos duro y exigente, pero así es. No se puede ser cristiano a medias. Si se es cristiano ¡hay que intentar serlo de verdad, sin condiciones ni reservas!

Jesús expone las condiciones necesarias para quienes quieren ser sus discípulos. No quiere superficialidades ni precipitaciones, ni opciones a medias. Jesús exige al discípulo orientar su vida por encima de los bienes de este mundo, exige amar a Dios por encima de "otros amores", llevar la cruz por encima de todas las comodidades.

Y no hay que hacer una lectura materialista del Evangelio de hoy. Cuando Cristo nos dice que el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo suyo, no se refiere sólo a los bienes materiales, sino que nos invita a que renunciemos a todo aquello que nos molesta o nos estorba para seguirle a Él. A unos les estorbará el dinero, a otros su familia, a otros sus amigos, a otros su orgullo, a otros su vanidad... Y a tí, ¿qué es lo que estorba para poder seguir de verdad a Jesucristo?

Por ello, la invitación a renunciar a los bienes se completa con la invitación a tomar la cruz e ir detrás de Jesús. Con ello, nos está diciendo que el camino cristiano es duro, exigente, sacrificado. Nos está diciendo que el camino cristiano pasa por renunciar a uno mismo para seguirle a Él que es el Maestro y el Señor.

Sí, para ser cristiano hay que negarse a uno mismo, hay que negar los propios deseos, las manías, la forma de pensar, de ver las cosas: hay que vaciar el corazón de uno mismo y llenarlo de Cristo.

La Palabra de Dios hoy es una invitación profunda a la oración, al diálogo serio, profundo y personal con Jesucristo. ¡Párate a pensar! ¡Dialoga con Cristo!

Piensa cuáles son los "bienes" que no te dejan ser un buen cristiano. Intenta descubrir cuáles son las cosas a las que Jesús te está pidiendo que renuncies para seguirle a Él. ¡No tengas miedo a cargar con la cruz y seguir a Jesús! Te costará, pero ¡no te arrepentirás! El Maestro te llama, ¡escúchale, ámale, síguele!

Compromiso semanal

Medita cuáles son los bienes que el Señor te pide que renuncies, qué es lo que te está estorbando para ser un buen cristiano.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Sabiduría 9, 13-18. ¿Quién comprende lo que Dios quiere?

Los planes de Dios son insondables para el hombre, a menos que Él los revele. Sólo la sabiduría del espíritu nos conducirá por caminos rectos. Guiados por Dios es como los hombres pueden descubrir lo que le agrada y conducirse conforme a su voluntad.

Salmo 89, 3-6. 12-14. 17. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

El salmo subraya las limitaciones humanas. Por eso, el salmista pide a Dios la sensatez: que nos enseñe a vivir sin apartarnos del Señor. La salvación viene cuando Dios hace fecundas las obras de nuestras manos. Cristo en la cruz constituye el mayor signo de triunfo sobre la caducidad humana y el pecado que la produce.

2ª lectura: Filemón 9b-10. 12-17. Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido.

San Pablo, hundido en la prisión, saca tiempo para pensar en los demás más que en él. Por eso intercede a favor del esclavo que ha engendrado al Evangelio. La situación del Apóstol nos hace comprender que ni siquiera la prisión es obstáculo para anunciar el Evangelio, y su actitud con Onésimo nos invita a pensar en las necesidades de las personas que nos rodean. San Pablo trata de hacer ver a Filemón cómo la fe realiza un cambio radical en la persona y en la sociedad: ya no hay “esclavos y libres”, sino “hijos de Dios”.

Evangelio: Lucas 14, 25-33. El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

El seguimiento de Jesús pide muchas veces la renuncia y el despojamiento. Ni las relaciones familiares, ni las posesiones pueden ser un obstáculo en el compromiso total del seguimiento. También la respuesta positiva a la llamada nos pide el estar preparados para las persecuciones y el sufrimiento. El cargar con su cruz no supone un peso adicional a las dificultades de la vida, sino un estilo de vivir lo cotidiano a la luz de Jesús.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 10 Col 1, 24-2, 3 Dios, me ha nombrado ministro de la Iglesia.
Sal 61, 6-7. 9 De Dios viene mi salvación y mi gloria.
Lc 6, 6-11 Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
Haz una obra de misericordia
Martes 11 Col 2,6-15 Dios os dio una vida en Cristo, perdonándoos los pecados.
Sal 144,1-2.8-11 El Señor es bueno con todos.
Lc 6,12-19 Escogió a doce y los nombró apóstoles.
Reza por los sacerdotes
Miércoles 12 Col 3,1-11 Habéis muerto con Cristo, dad muerte también a todo lo terreno.
Sal 144,2-3.11-13 El Señor es bueno con todos.
Lc 6,20-26 Dichosos los pobres. ¡Ay de vosotros, los ricos¡
Medita las Bienaventuranzas
Jueves 13
San Juan Crisóstomo
Col 3, 12-17. Por encima de todo, el amor.
Sal 150 Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Lc 6, 27-38 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.
Medita el evangelio de hoy.
Viernes 14
Exaltación de la Santa Cruz
Nm 21, 4-9 Los mordidos quedarán sanos al mirarla.
Sal 77, 1-2.34.38 No olvidéis las acciones del Señor
Flp 2, 6-11 Se despojó de su rango, por eso Dios lo levantó sobre todo nombre.
Jn 3, 13-17 Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre.
¿Cómo llevas la cruz? Haz oración desde ella
Sábado 15
Nuestra Señora la Virgen de los Dolores
Hb 5, 7-9 Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.
Sal 30, 2-6. 15-16. 20. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Jn 19, 25-28 “Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
Reza por la conversión de los pecadores
Domingo 16
24º del Tiempo Ordinario
Ex 32,7-11.13-14 Se ha pervertido tu pueblo. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado.
Sal 50,33-4.12-13.17.19 Me pondré en camino a donde está mi padre.
1 Tm 1,12-17 Dios derrochó su gracia en mí.
Lc 15,1-32 Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Reza por tu familia y por la parroquia


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