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17 abril 2008

Domingo 20 de abril.

V DOMINGO de pascua
20 de abril de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Eligieron a siete hombres llenos de espíritu

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:

- «No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.»

La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.

La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19

R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.


Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Segunda lectura
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 4-9

Queridos hermanos:

Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.

Dice la Escritura:

«Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa;
el que crea en ella no quedará defraudado.»

Para vosotros, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular», en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino.

Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.

Palabra de Dios

Aleluya
Jn 14, 6

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida -dice el Señor-,
nadie va al Padre, sino por mí.

EVANGELIO
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»

Tomás le dice:

- «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? »

Jesús le responde:

- «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»

Felipe le dice:

- «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»

Jesús le replica:

- «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Yo soy el camino, la verdad y la vida

En nuestros días mucha gente vive desorientada y confundida. Mucha gente no sabe cuál es el sentido de su vida ni los valores con que debe enfocar su vida. Mucha gente no sabe, ni siquiera, distinguir en muchas ocasiones el bien del mal.

Mucha gente ha perdido el rumbo, no sabe ni por donde va ni a donde va. Y, en medio de esta confusión, Jesucristo nos dice hoy: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Este es el gran mensaje de la Palabra de Dios que proclamamos hoy: Jesucristo es la piedra angular sobre la que debemos construir el edificio de nuestra vida para que tenga solidez y resista las dificultades de cada día.

Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, y no hay otro camino ni otra verdad ni otra vida más que la suya. En medio de tanta confusión y desorientación hemos de descubrir que Jesucristo es la única luz que nos puede sacar de las tinieblas.

Jesucristo es el camino, el único camino que nos conduce a la vida eterna. Él, con su vida y su enseñanza, nos enseña cuál es el camino a recorrer; nos enseña cuál es el sentido de la vida, cuáles son los valores que deben regir nuestra vida. Jesucristo nos enseña que Él mismo es el camino. Que para encontrar el sentido de la vida hay que seguirle a El, que es el único Maestro y el único Señor.

Jesucristo es la verdad, la única verdad, la verdad que nos hace libres. En un mundo en el que, equivocadamente, cada uno cree tener "su verdad", Jesucristo nos enseña que Él es la verdad. Él nos revela la verdad sobre Dios, la verdad sobre el hombre y la verdad sobre el mundo. El que quiera vivir en la verdad, en la luz, debe vivir siguiendo los pasos de Jesucristo.

Jesucristo es la vida, la única y verdadera vida. Ante tanta gente que vive desesperada y agobiada porque buscan la vida en el dinero, en el poder, en la droga o en el sexo, Jesucristo nos dice: Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré: Él es el único que puede llenar nuestra vida, el único que puede darnos la paz y la felicidad que no dan las cosas de este mundo, el único que puede hacernos vivir ya desde ahora y caminar en la alegría y la esperanza de alcanzar la vida eterna.

¿Cómo está tu vida? ¿Tiene sentido tu vida? ¿Vives agobiado? ¡Déjate amar por Dios! ¡Lánzate a la aventura de seguir a Jesucristo! ¡Recorre su camino! ¡Ámale a Él que es la verdad! ¡Vive la vida nueva del cristiano! Y tus tinieblas se convertirán en luz, el desierto de tu vida en un oasis. ¡Atrévete!

Compromiso semanal

Reza por todos aquellos que viven confundidos y desorientados. Pídele al Señor que descubran a Jesucristo como el camino, la verdad y la vida.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 6, 1-7. Eligieron a siete hombres llenos de espíritu.

Las dificultades en la vida de la comunidad no vienen únicamente de fuera. Dentro también hay problemas y tensiones, suspicacias y recelos. El Espíritu hace, sin embargo, que, a pesar de todo, cunda la Palabra de Dios y vivifique a más personas. En este caso, bajo la acción del Espíritu, los Apóstoles proponen una salida al conflicto de las viudas, y la comunidad aprueba lo propuesto por aquellos y elige y presenta a los elegidos. Los Apóstoles les imponen las manos para asociarlos oficialmente a un servicio señalado de la misma. Este servicio, creado con el fin de salvaguardar la libertad de los Apóstoles para dedicarse a la predicación y a la oración fue, probablemente, el origen de la institución de los diáconos.

Salmo 32. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Este salmo es un canto de acción de gracias y de confianza: el Señor nos ha salvado, el Señor cuida siempre de nosotros.

2ª lectura: 1 Pedro 2, 4-9. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real.

Estamos ante un pasaje importante para entender dos realidades:
-. Los cristianos somos piedras vivas del templo del Espíritu.
-. Todos los bautizados formamos parte de un pueblo sacerdotal y, en este sentido, somos sacerdotes.

Jesucristo es la piedra fundamental del edificio. Ante Él no caben más que dos posturas: aceptarle de corazón y ser piedras vivas, o rechazarle de plano y tropezar con la piedra escogida por Dios. El pueblo de Israel fue escogido entre muchos y consagrado, para ser propiedad especial de Dios, ofrecer un culto digno y servir como mediador entre Dios y los otros pueblos. Todo esto se realiza plenamente en el nuevo pueblo de Dios: la Iglesia. Cada uno de sus miembros participa, de algún modo de estas cualidades sacerdotales. El bautismo le ha hecho pasar de las tinieblas a la luz, de la esclavitud a la libertad. Le ha hecho formar parte del nuevo pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, es decir, pueblo escogido para ser especialmente consagrado a Dios, rendir un culto al Padre en espíritu y verdad y obrar como mediador de la salvación traída por Jesucristo para todos los hombres. Puedes leer Efesios 2, 19-22.

Evangelio: Juan 14, 1-12. Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Jesús se despide con su Paz, el don de Dios por excelencia. Sólo Él la puede dar. En realidad, a eso vino: a pacificar al hombre con Dios, a los hombres entre sí y con toda la creación. Vivir en su Paz no es carecer de enemigos. Tampoco es estar sin tensiones y pruebas. Es, simplemente, aceptar en toda la vida la presencia del don de Dios, de Jesús. Él es nuestra Paz. Es vivir en Alianza con Dios. Es confiar en su poder. Es gozar ya de su salvación. Pero esta salvación presente hay que recibirla todos los días. No está definitivamente lograda en el mundo. No es una tranquilidad fácil. Hay que luchar por conseguirla. Dichosos los que trabajan por la paz. Jesús es el Camino en cuanto que revela al Padre, nos da a conocer el camino hacia el Padre. Jesús es la Verdad, la realidad total del don del Padre y de su designio salvador. Jesús es la Vida. Tiene la vida en sí mismo y la da a los que creen en él. Puedes leer Deuteronomio 1, 29-33.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 21
San Anselmo, obispo y doctor
Hch 14,5-18. Os predicamos el Evangelio, para que dejéis los dioses falsos y os convirtáis al Dios vivo.
Sal 113B. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria.
Jn 14,21-26. El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo.
Píde el don del Espíritu Santo.
Martes 22 Hch 14, 19-28. Contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos.
Sal 144, 10-13.21. Que tus fieles, Señor, proclamen tu gloria.
Jn 14, 27-31. Mi paz os doy.
Reza por la verdadera paz del mundo.
Miércoles 23
San Jorge, mártir
Hch 15, 1-16. Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia.
Sal 121, 1-1.4-5. Vamos alegres a la casa del Señor.
Jn 15, 1-8. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
Medita el Evangelio de hoy. ¿Estás unido a Cristo?
Jueves 24
San Fidel de Sigmaringa, presbítero.
Hch 15, 7-21. No hay que molestar a los gentiles que se convierten.
Sal 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Jn 15, 9-11. Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud.
Pon alegría donde encuentres tristeza.
Viernes 25
San Marcos, Evangelista
1 Pe 5, 5b-14 Os saluda Marcos, mi hijo.
Sal 88, 2-7. 16-17 Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mc 16, 15-20 Proclamad el Evangelio a toda la creación.
Reza por los sacerdotes y por las vocaciones.
Sábado 26
San Isidoro, Obispo y doctor de la Iglesia
Hch 16, 1-10. Ven a Macedonia y ayúdanos.
Sal 99. Aclama al Señor, tierra entera.
Jn 15, 18-21. Yo os he escogido sacándoos del mundo.
Reza por los cristianos perseguidos.
27 de abril
VI Domingo de Pascua
Hch 8, 5-8.14-17. Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Sal 65, 1-7.16-20. Aclamad al Señor, tierra entera.
1P 3, 15-18. Como era hombre, lo mataron, pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Jn 14, 15-21. Si me amáis guardaréis mis mandamientos.
Haz oración por tu familia y por tu parroquia.


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