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07 enero 2008

Domingo 13 de Enero

EL BAUTISMO del señor
13 de enero de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Mirad a mi siervo, a quien prefiero

Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7

Así dice el Señor:

«Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.

Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.

No gritará, no clamará, no voceará por las calles.

La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.

Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará,
hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano,
te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.

Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión,
y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 28, la y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R/..

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.

Segunda lectura
Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

-« Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.

Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»

Palabra de Dios

Aleluya
Cf. Mc 9, 7

Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre:
«Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»

EVANGELIO
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él

Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 13-17

En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.

Pero Juan intentaba disuadirlo, diciéndole:

- «Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?»

Jesús le contestó:

- «Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere»

Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:

- «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

EL BAUTISMO DEL SEÑOR

Jesús pasó por el mundo
haciendo el bien

Celebramos hoy la fiesta del Bautismo del Señor, con la que concluye el tiempo de Navidad. El bautismo de Jesús en el Jordán es anticipación de su bautismo de sangre en la cruz, y también es símbolo de toda la actividad sacramental con la que el Redentor llevará a cabo la salvación de la humanidad. Hay una íntima correlación entre el bautismo de Cristo y nuestro bautismo. En el Jordán se abrió el cielo (cf. Lc 3, 21) para indicar que el Salvador nos ha abierto el camino de la salvación, y nosotros podemos recorrerlo precisamente gracias al nuevo nacimiento "de agua y de Espíritu" (Jn 3, 5), que se realiza en el bautismo (cf. Benedicto XVI, Ángelus 7-I-2007). En el Bautismo hemos recibido la semilla de un tesoro que es la fe, tesoro que hemos de cuidar con todo nuestro interés y cariño.

La Palabra de Dios te invita hoy a tomarte muy en serio tu fe, a no jugar con ella, a tratar de cuidarla para que cada día sea más fuerte, a pesar de tus fallos.

Y ¿qué has de hacer para que tu fe crezca y madure? En primer lugar, has de tener, como enseña hoy Jesús, una actitud de humildad, de sencillez, de dejarte enseñar por Él, que es el único Maestro, de "escuchar" a Jesús, es decir, de creer en él y seguirlo dócilmente, cumpliendo su voluntad. De este modo cada uno puede tender a la santidad, una meta que constituye la vocación de todos los bautizados, (cf. Benedicto XVI, Ángelus 7-I-2007).

También es necesario que cultives tu vida espiritual. La oración es necesaria. Has de rezar y, no sólo cuando tienes problemas, sino cada día, como lo más natural que puedes hacer con Dios, tu padre.

También has de vivir en comunión con la Iglesia, participar en los sacramentos, sobre todo en la EUCARISTÍA y en la PENITENCIA. Son medios necesarios que Jesús te ha dejado para tu crecimiento espiritual en la fe.

Y, finalmente, has de hacer el bien. Como Jesús, que pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo. No te puedes contentar con evitar el mal, con no hacer daño a nadie. No es suficiente. Has de llegar mucho más lejos: hacer todo el bien que puedas. ¡Disfrutar haciendo el bien! ¡El verdadero camino de la felicidad!

Hoy es un buen día para renovar y reflexionar sobre tu bautismo. No puedes contentarte sólo con recordarlo, es necesario actualizarlo y vivirlo. Es el fundamento de tu vida cristiana y la manifestación del amor gratuito con que Dios te ama. Te hace participar en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo y te hace actuar como miembro de la Iglesia dando testimonio de la fe y la esperanza.

¿Qué has hecho con la fe que Dios te dio en tu bautismo? ¿Cómo está? ¿Te animas a seguir más de cerca a Jesús? ¿Te animas a cuidar cada día tu fe? ¡Animo! ¡Adelante! Dios quiere vivir contigo una historia de amor y de salvación. ¡Ábrele el corazón! ¡No tengas miedo! ¡El que comenzó en ti la obra buena, él mismo la llevará a su término!

Compromiso semanal

Durante esta semana, intenta cada día hacer el bien. ¡Sé generoso!

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Isaías 42, 1-4. 6-7. Mirad a mi siervo, a quien prefiero.

El texto presenta a un hombre, siervo de Yahvé, elegido por él. Su espíritu lo consagra para establecer entre los pueblos el derecho que es la ley de Dios, su revelación. El siervo se presenta humilde, manso, sencillo, delicado; pero en su actuación es firme, tenaz, fiel hasta conseguir la aceptación de su mensaje. Dios lo guía amorosamente, le pone como alianza para las naciones, luz de los pueblos, libertador de los oprimidos. El bautismo significa para Jesús su unción como siervo amado y salvador. Puedes leer Isaías 11, 1-10.

Salmo 28. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Este salmo es un himno a la gloria de Dios. La voz de Dios en la tormenta nos invita a escuchar con mayor intensidad la voz del Padre que reconoce a su Hijo en el Jordán como Mesías.

2ª lectura: Hechos 10, 34-38. Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo.

Las palabras de Pedro son un resumen de la historia evangélica. Van dirigidas a personas que conocen lo sucedido y están dispuestas a aceptar el significado de los acontecimientos que Pedro recuerda: Dios unge con la fuerza de su Espíritu a Jesús de Nazaret. Él es, en sus palabras y acciones, la manifestación definitiva de la bondad y misericordia del Padre para con todos los hombres. Pedro y los demás apóstoles se limitan a proclamar que Dios lo ha resucitado y establecido como juez universal. Los que crean en Él recibirán el perdón de los pecados. Puedes leer 1 Pedro 1, 17-21.

Evangelio: Mateo 3, 13-17. Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él.

Jesús en el Jordán se hace solidario de los pecadores. Es el Siervo de Dios, que acepta la misión de salvar a los hombres cargando con sus pecados. La respuesta de Jesús a la extrañeza del Bautista es elocuente. Es necesario que se cumpla "así", y no de otra manera, lo que Dios quiere. Es decir, por el camino de la cruz.

La palabra del Padre después del bautismo declara a Jesús Hijo amado y predilecto: Es decir, ungido, escogido para la misión que acaba de aceptar. La recepción del bautismo de Juan significó para Jesús el comienzo de su actividad pública. Puedes leer Hechos 2, 37-39.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes, 14
San Juan de Ribera
1 S 1, 1-8 Ana lloraba porque el Señor la había hecho estéril.
Sal 115, 12-19 Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Mc 1, 14-20 Está cerca el Reino de Dios. Creed la Buena Noticia.
Reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Martes, 15 1 S 1, 9-20 El Señor se acordó de Ana y dio a luz a Samuel.
Sal 1 S 2, 1.4-7 Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
Mc 1, 21-28 Jesús les enseñaba con autoridad.
Da testimonio de Jesucristo.
Miércoles, 16
Beata Juana María Condesa
1 S 3, 1-10.19-20 Habla, Señor, que tu siervo escucha.
Sal 39, 2.5-10 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Mc 1, 29-39 Curó a muchos enfermos de diversos males.
Reza por los enfermos. ¡Visítales!
Jueves, 17
San Antonio, abad
1 S 4, 1-11 El Arca de Dios fue capturada.
Sal 43, 10-15.24-25 Redímenos, Señor, por tu misericordia.
Mc 1, 40-45 Si quieres, puedes limpiarte.
¡Pídele al Señor que sane tus dolencias!
Viernes, 18 1 S 8, 4-7.10-22a Gritaréis contra el rey, pero Dios no os responderá.
Sal 88, 16-19 Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mc 2, 1-12 El Hijo del Hombre tiene potestad para perdonar pecados.
¡Pídele al Señor perdón por tus pecados!
Sábado, 19 1 Sm 9, 1-4.17-19; 10,1a Ése es el hombre de quien habló el Señor.
Sal 20, 2-7 Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Mc 2, 13-17 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Reza por los alejados. ¡Ayúdales a acercarse!
Domingo, 20
2º del Tiempo Ordinario
Is 49, 3. 5-6. 39, 2-10. Te hago luz de las naciones.
Sal 39, 2-10 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
1 Co 1, 1-3 Gracias y paz os dé Dios y Jesucristo, el Señor.
Jn 1, 29-34 Este es el Cordero de Dios que quita el pecado...
Haz oración por tu familia y por la parroquia


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