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23 enero 2008

Domingo 27 de enero

DOMINGO iii DEL TIEMPO ORDINARIO
27 de enero de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
En la Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande

Lectura del libro de Isaías 8, 23b-9, 3

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí;
ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán,
la Galilea de los gentiles.

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.

Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga,
el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 26, 1. 4. 13-14 (R.: la)

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Segunda lectura
Poneos de acuerdo y no andéis divididos

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17

Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir.

Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo. »

¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo?

Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

Palabra de Dios

Aleluya
Mt 4, 23

Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
curando las dolencias del pueblo.

EVANGELIO
Se estableció en Cafarnaún. Así se cumplió lo que había dicho Isaías

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:

«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»

Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:

- «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»

Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.

Les dijo:

-«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.

Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

Palabra del Señor



COMENTARIO

Venid y seguidme

Recientemente hemos comenzado el Tiempo Ordinario en el que vamos escuchando domingo a domingo la predicación de Jesús. Por medio de su predicación, Jesucristo va iluminando nuestra vida, -tu vida– va manifestándonos cuál es la voluntad del Padre.

Cristo es la luz de la verdadera vida, la fuente y la fuerza para una existencia llena de sentido, que llega más allá de esta vida perecedera. La luz es un elemento primordial para la vida del hombre. No solamente es necesaria, sino que es imagen de la misma vida. Venir a la luz o dar a luz significa nacer. Cuando alguien muere, se dice que sus ojos se han cerrado a la luz. En el lenguaje bíblico, la luz simboliza la salvación. Dios es luz, sin tiniebla alguna.

Entre el paso de las tinieblas a la luz, la Palabra de Dios nos habla de dos actitudes necesarias para poder escuchar y acoger con provecho la predicación de Jesús: la conversión y el seguimiento de Cristo.

La conversión es un cambio radical de vida, un cambio desde la raíz. Es también un proceso que hay que vivir cada día. Vivir en actitud de conversión significa estar convencidos de que Jesucristo es el único Maestro y el único Señor, y, por tanto, tratar de que nuestra vida sea cada vez más parecida a la suya.

Vivir en actitud de conversión significa vivir cada día con el deseo de ser mejores, de crecer, de madurar, de cambiar aquellas actitudes negativas de nuestra vida que no son conformes a la voluntad de Dios. Significa desear, con todo nuestro corazón, que el Señor transforme nuestra vida y nos dé un corazón nuevo; significa desear que la Palabra de Dios se cumpla en nuestra vida.

Seguir a Jesucristo significa darnos cuenta de que tener fe es mucho más que tener cuatro ideas en la cabeza. Tener fe es estar enamorados de Jesucristo, es vivir una vida de amistad y de unión con Él. Seguir a Jesús no es sólo imitar sus cualidades, sino una unión personal con Él, un escuchar su voz, un caminar con él. Es seguir sus pasos, recorrer el camino que Él nos ha marcado. Es no conformarse con un cumplimiento pasivo y legalista de los mandamientos, sino tratar de vivir cada día más unidos a Él, más llenos de Él.

Seguir a Jesús lleva consigo admitir la aventura de la vida con Jesús. Por él se tienen que considerar como menos importantes todas las restantes obligaciones terrenales. Seguir a Cristo sólo es posible en la comunión con Cristo.

Seguir a Cristo significa también el camino propio de cada uno según la vocación de Dios. Dios habla a cada hombre mediante las circunstancias de su vida; Dios tiene un proyecto concreto para cada persona: Dios, que te ama, tiene un proyecto para tu vida. Al final, ya no está la dura exigencia, sino la buena nueva del evangelio. El seguimiento de Cristo es la promesa gloriosa y por ello -dentro de las fatigas del camino- una alegría profunda.

Sólo los que tienen estas actitudes tienen la tierra de su corazón preparada para recibir la semilla de la predicación de Jesús, tienen en el corazón bien dispuesto para recibir la Palabra y dar fruto abundante.

¿Cómo está tu corazón? ¿Estás preparado para seguir a Jesús? El Señor te llama, ¿te atreves a seguirle?

Compromiso semanal

Reza para que haya jóvenes valientes decididos a seguir al Señor por el camino del sacerdocio y la vida religiosa. Pídele al Señor que te diga cuál es la misión a la que Él te llama en la Iglesia.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Isaías 8, 23-9, 3. En Galilea de los gentiles le pueblo vio una luz grande.

La salvación del Mesías se describe como el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. El gozo del pueblo es profundo, como el del labrador que recoge una abundante cosecha. Motivo de esta alegría es la victoria de Yahvé sobre el enemigo opresor. El anuncio se cumple en Cristo, en su predicación del reino. Él es vencedor. Puedes leer Juan 8, 12.

Salmo 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

El salmo nos enseña a buscar confiadamente en Dios el verdadero rumbo de nuestra vida. ¿No es Jesús la luz del mundo? El salmo expresa el deseo de habitar toda la vida en la casa del Señor y la confianza de no verse abandonado por Él, hasta llegar a contemplar su rostro en la vida eterna.

2ª lectura: 1 Corintios 1, 10-13. 17. Poneos de acuerdo y no andéis divididos.

Los cristianos de Corinto han querido imitar a sus paisanos en su afán por buscarse un maestro y se declaran partidarios de uno o de otro apóstol. Esta actitud rompe la unidad de la comunidad, y Pablo, que sabe que "uno solo es el Maestro", les recuerda dos cosas: Cristo no está dividido, luego debe ser de todos y no de unos pocos; el bautismo les ha unido a Cristo y no a Pablo, que no es más que un simple servidor del Señor. Pablo corrige estas divisiones ridículas haciéndoles ver que la misión de todo apóstol es la de proclamar el Mensaje y llevar a todos a Cristo para lograr así la unidad de todos en la fe. Puedes leer Romanos 15, 5-6.

Evangelio: Mateo 4, 12-23. Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.

Jesús deja Nazaret y se establece en Cafarnaún. Allí empieza a predicar la Buena Noticia del Reino. Tres detalles nos ayudan a comprender mejor:

-. Jesús deja Nazaret. Deja su familia, sus amigos, su ambiente… Más tarde podrá hacer una gran promesa a quienes lo dejen todo por seguirle. En la medida en que él mismo sufrió la prueba, puede ayudar a los que ahora son probados.
-. San Mateo ve en el sencillo predicador de junto al lago la aparición de la gran luz predicha por el profeta Isaías iluminando las tinieblas de la Galilea de los gentiles. Deberíamos recobrar el sentido de la admiración y el agradecimiento, al contemplar este anuncio del Reino que empezó de una manera tan insignificante y que no ha dejado de resonar en todo el mundo hasta hoy.
-. Galilea de los gentiles llama Isaías a la tierra de Neftalí y Zabulón. Sus habitantes fueron los más amenazados por el peligro del paganismo. No eran muy aceptados por el resto del pueblo judío. Precisamente con ellos empieza Jesús su predicación. Este gesto del Señor es un primer cumplimiento del mandato dado a sus apóstoles de predicar el Evangelio a todas las naciones.
Puedes leer Isaías 35, 1-6.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 28
Santo Tomás de Aquino
2 S 5, 1-7.10 Tú serás el pastor de mi pueblo.
Sal 88, 20-26 Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán.
Mc 3, 22-30 Satanás está perdido.
Reza por los que rechazan a Cristo y a la Iglesia.
Martes 29
San Valero, obispo
2 S 6, 12b-15. 17-19 Iban llevando el arca del Señor entre vítores.
Sal 23, 7-10 Id al mundo y proclamad el Evangelio.
Mc 3, 31-35 El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano.
Da testimonio de Jesucristo
Miércoles 30 2 S 7, 4-17 Afirmaré después de ti la descendencia, y consolidaré su realeza.
Sal 88 Le mantendré eternamente mi favor.
Mc 4, 1-20 Salió el sembrador a sembrar.
¿Qué clase de “tierra” hay en tu corazón?
Jueves 31
San Juan Bosco
2 S 7, 18-19. 24-29. ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia?
Sal 131. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
Mc 4, 21-25. El candil se trae para ponerlo en el candelero.
Revisa si en tu vida cumples la voluntad de Dios.
Viernes 1 2 S 11,1-4a.5-10a.13-17 Te has burlado de mí casándote con la mujer de Urías.
Sal 50, 3-11 Misericordia, Señor, que hemos pecado.
Mc 4, 26-34 Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo.
Pídele a Dios que te aumente la fe
Sábado 2
La Presentación del Señor
Ml 3, 1-4 Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis.
Sal 23, 7-10 ¿Quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor.
Hb 2, 14-18 Tenía que parecerse en todo a sus hermanos.
Lc 2, 22-40 Mis ojos han visto al Salvador.
Haz una obra de misericordia
Domingo 29
4º del Tiempo Ordinario
So 2.3; 3, 12-13. Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde.
Sal 145, 7-10. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reinos de los cielos.
1 Co 1, 26-31. Dios ha escogido lo débil del mundo.
Mt 5, 1-12a. Dichosos los pobres en el espíritu.
Reza por tu familia y por la parroquia


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