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13 septiembre 2008

Domingo 14 de septiembre

LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
14 de septiembre de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados

Lectura del libro de los Números (21, 4b-9)

En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés:

— "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo."

El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:

— "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes."

Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:

— "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla."

Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38

R/. No olvidéis las acciones del Señor

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclinad el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R/.

Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R/.

Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R/.

Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R/.

Segunda lectura
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2, 6-11)

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios

Aleluya
Flp 2, 6-11
Te adoramos, cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo.

EVANGELIO
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre

+ Lectura del santo evangelio según san Juan (3, 13-17)

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

— "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."

Palabra del Señor



COMENTARIO

Con tu Cruz, Señor,
has redimido al mundo

Celebramos hoy la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la fiesta de la Cruz. En ella está la salvación, la vida y la resurrección. El tema fundamental que nos presenta hoy la Palabra de Dios es el de la salvación del hombre. Para eso ha entregado Dios a su Hijo único. Este es el plan realizado del amor de Dios hacia los hombres. El amor de Dios es, pues, el punto de partida, el motor, y la razón de ser de toda la historia de la salvación.

Esta prioridad del amor de Dios –Dios te ha amado primero– es una de las realidades más importantes y conmovedoras de la fe cristiana, ya que supone por parte de Dios la misericordia para con tu pecado y tu debilidad. Pero esta salvación tiene que ser aceptada: Dios, que te creó sin tí, no te salvará sin tí. El médico viene a curar al enfermo. Quien no quiere seguir su tratamiento, se da muerte a sí mismo.

A la oferta de la salvación has de responder con una actitud de conversión. Renacer supone abrir tu corazón y tu vida al amor de Dios, dejarte amar por Él. Es dejarte transformar por Dios, por el único que puede cambiar tu corazón.

La experiencia de Israel es también tu experiencia. En la vida cotidiana sientes la fuerza del pecado, del mal que te rodea y en el que, a veces, caes. La oscuridad de las tinieblas te invade y te hace experimentar la muerte. Dios, en su amor infinito, te ofrece la salvación gratuitamente, te invita a salir de la esclavitud del pecado y reconstruir tu historia desde su misericordia. Dios regala sin límites su amor. No ha enviado a su Hijo para condenar, sino para salvar. Te exige, sin embargo, que creas y ames la luz para que tu vida sea según su voluntad.

En el paraíso, un árbol engendró la muerte de la humanidad. En el Calvario, un árbol seco engendró la vida para todos. Jesús clavado en la Cruz cura las heridas del pecado, libra de la muerte. En la Cruz Jesucristo ha vencido para siempre la muerte y te ha salvado.

Por ello, en medio de este mundo que vive agonizante, envenenado por el pecado, por el egoísmo y por darle la espalda a Dios, la Palabra de Dios te invita a mirar el árbol de la Cruz donde está clavada la salvación del mundo: Jesucristo crucificado. Él es la luz y la salvación del mundo, el único que puede curar tus heridas y sanar tus males. El Señor te invita hoy a abrazar la Cruz, a acogerla con cariño en tu vida, a experimentar la fecundidad de la cruz. A iluminar con ella tu propio sufrimiento y darle sentido, a encontrar en ella el árbol de la vida, a no tener miedo muriendo en la cruz, porque en esa muerte obediente hasta la cruz, está escondida la victoria.

El que entra seriamente en el camino de la Cruz, quedará cambiado en su interior, maduro, lleno de suavidad y dulzura. Nosotros seremos iguales a Él, si llevamos su Cruz tras Él. Si tomamos parte en el dolor, dejándonos marcar por la Cruz, veremos brillar cada vez más sobre nosotros su misterio en el aspecto más maravilloso, triunfante y gozoso.

La Cruz de Cristo nos introduce en el Reino de los Cielos, en la vida eterna de Dios, porque destruye todo cuanto se opone a esta vida divina. Aniquila el capricho, el orgullo del mundo, la soberbia, la altanería, el egoísmo; y precisamente por eso, infunde nuevas fuerzas a la vida opuesta: al Espíritu, a la humildad, a la conformidad con la voluntad de Dios. Se trata de abrazar todos los días la Cruz, hacer día tras día lo que San Benito pedía a sus monjes: "Debes volver, por la penalidad de la obediencia, a Aquel de quien te apartaste por la desidia de la desobediencia". La desobediencia del pecado queda derrotada cuando llevamos todos los días la Cruz con Cristo. Por la paciencia y el acatamiento de la voluntad divina, el camino de la Cruz se nos convierte en camino que lleva al Paraíso, donde nos espera el Señor (cf. Odo Casel, El misterio de la Cruz).

Compromiso semanal

Revisa tu vida. Contempla tu cruz. Acéptala. Trata de encontrarte en ella con el Señor.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Números 21, 4b-9. Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados.

El pueblo se rebela ante las dificultades del desierto, hasta el punto de despreciar el maná. Aparecen las serpientes venenosas que causan la muerte. Israel reconoce su pecado y ruega a Moisés que interceda por ellos al Señor. Dios perdona a su pueblo y les ofrece como signo salvador una serpiente de bronce. Prefigurará la salvación de Jesús, exaltado en la cruz.

Salmo 77, 1-2. 34-38. No olvidéis las acciones del Señor.

El salmo es un canto la fidelidad de Dios en la historia de Israel y una constante recriminación a la infidelidad del pueblo.

2ª lectura: Filipenses 2, 6-11. Se despojó de su rango, por eso Dios lo levantó sobre todo.

La humillación del Señor tiene su inicio en la Encarnación, al hacerse semejante a nosotros en todo, excepto en el pecado; su culmen es la obediencia hasta la muerte de cruz. Tormento ignominioso, pero instrumento de nuestra reconciliación con Dios. Pero el reverso de la cruz es glorioso. A ella siguió la glorificación de Cristo en su Resurrección y Ascensión, recibiendo el título de Señor. Puedes leer Isaías 53, 12-13; 2 Corintios 8-9.

Evangelio: Juan 3, 13-17. Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre.

Para san Juan, la elevación en la Cruz es ya “exaltación” al ser el camino de vuelta al Padre. Por lo mismo, la Cruz es el gran juicio: al manifestar con su subida su origen divino, pone Jesús al mundo ante la disyuntiva fe-incredulidad. No condena Jesús en la Cruz: “bajó” –por iniciativa del amor del Padre– “para salvar al mundo”. El que le mire con fe elevado sobre la Cruz, tiene la vida. Solo perecerá el que no quiera “mirarle” con fe. Puedes leer Efesios 4, 7-10; Romanos 8, 31-39.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 15
Nuestra Señora de los Dolores
Heb 5, 7-9 Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.
Sal 30, 2-6. 15-16. 20. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Jn 19, 25-28 “Mujer, ahí tienes a tu hijo”.
Pídele a la Virgen lo que más necesites
Martes 16
San Cornelio y San Cipriano
1 Cor 12, 12-14.27-31a Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.
Sal 99, 2-5 Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Lc 7, 11-17 El Señor al verla se compadeció.
Reza por todos los que sufren.
Miércoles 17
San Roberto Belarmino, obispo y doctor
1 Cor 12, 31-13,13 La más grande es el amor.
Sal 32, 2-5.12.22 Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Lc 7, 31-35 ¿A quién se parecen los hombres de esta generación?
Haz una obra de caridad
Jueves 18 1Co 15,1-11. Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.
Sal 117. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Lc 7,36-50. Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.
Medita el evangelio de hoy
Viernes 19 1 Cor 15, 12-20 Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido.
Sal 16, 1.6-8.15 Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Lc 8, 1-3 Algunos mujeres acompañaban a Jesús y le asistían con sus bienes.
Reza por los misioneros.
Sábado 20
San Andrés Kim y compañeros
1 Cor 15, 25-27.42-49 Se siembra lo corruptible, resucita incorruptible.
Sal 55, 10-14 Caminaré en presencia de Dios a la luz de la vida.
Lc 8, 4-15 Salió el sembrador a sembrar.
Reza por los niños y jóvenes.
Domingo 21
25º del Tiempo Ordinario
Is 55, 6-9. Mis planes no son vuestros planes.
Sal 144, 2-3.8-9.17-18. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Fil 1, 20c-24.27a. Para mí, la vida es Cristo.
Mt 20, 1-16. Los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.
Reza por tu familia y por la parroquia


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