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26 septiembre 2008

Domingo 28 de septiembre

DOMINGO XXVi DEL TIEMPO ORDINARIO
28 de septiembre de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida

Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 25-28

Así dice el Señor:

«Comentáis: "No es justo el proceder del Señor."

Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.

Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 24, 4bc-5. 6-7. 8-9

R. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R.

Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas,
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mi con misericordia, por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.

Segunda lectura
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-11

Hermanos:

Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.

No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

Él a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios

Aleluya
Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-
y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO
Recapacitó y fue

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

- «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, Señor." Pero no fue.

¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»

Contestaron: «El primero. »

Jesús les dijo:

- «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Recapacitó y fue

La Palabra de Dios que proclamamos hoy puede parecernos extraña, dura, contradictoria, porque nos cuesta entender eso de que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Pero, por duras que nos puedan parecer las palabras de Jesús, es necesario que no endurezcamos el corazón y meditemos sobre el gran tema de fondo que nos plantea la Palabra de Dios hoy: la sinceridad de nuestras relaciones con Dios, la sinceridad de la fe y la religiosidad.

Porque éste es un problema antiguo y actual: muchos son los dicen creer en Dios... pero que luego viven de espaldas a Él. En muchas ocasiones hay falta de coherencia en nuestra religiosidad.

La palabra del Evangelio incide una vez más sobre nuestra conciencia para dejar al desnudo la sinceridad o no de nuestra conducta. Ante Dios no cuentan las bellas palabras de los charlatanes, porque Dios no se deja engañar ni por palabras ni por apariencias. Una fe sin obras es una fe muerta y el lenguaje de la vida es más importante que el lenguaje de los labios. Lo que agrada al Señor no son las palabras que se lleva el viento, sino que se haga la voluntad del Padre.

Si los publicanos y prostitutas nos llevan la delantera en el camino del Reino de Dios, no es porque el escándalo de su vida carezca de importancia moral ante Dios, sino porque ante la predicación de Jesús se sienten pecadores y están en actitud de conversión.

La parábola de los dos hijos es contundente. El que fue a trabajar cumplió la voluntad del padre, a pesar de su inicial negativa, y al contrario el segundo. La parábola no es un elogio de la inmoralidad (ni en el hijo que dijo no, ni en los publicanos o prostitutas). Es un elogio a la sinceridad del hombre frente a las invitaciones de la gracia de Dios. La sinceridad no está en las palabras, sino en el corazón y en las obras de la vida de cada día.

La invitación exige obediencia y desapego. No basta decir sí con las palabras, y obedece el hijo que con las palabras había dicho que no, pero después va. No todo el que dice "Señor, Señor" entrará en el Reino de los Cielos sino el que haga la voluntad del Padre, nos dice Jesucristo. La invitación exige entrega total, exige seriedad. Responder a la invitación supone exigencias que tocan de lleno la vida.

La Palabra de Dios hoy nos invita a revisar la sinceridad de nuestra fe. Porque, a veces, nuestras actitudes dejan mucho que desear. ¡Medítalo! ¡Plantéatelo! ¡Ponte en la presencia de Dios y revisa cómo están tus relaciones con él! ¡Revisa si tu religiosidad es sincera y coherente! ¡Medita si tu vida es coherente con lo que dices que crees!

Compromiso semanal

Revisa si tu fe es sincera y auténtica. Revisa si estás viviendo como Dios espera que lo hagas. ¡Descubre qué es lo que el Señor te pide que cambie en tu vida!

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Ezequiel 18, 25-28. Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida.

Ezequiel, profeta y sacerdote, ejerce la función de la enseñanza, interpretación y aplicación de la Ley. En momento crítico por el destierro, sale al paso de la creencia popular de que el desastre es una fatalidad inevitable por culpas de antepasados. Ezequiel revela que cada uno recibirá lo que merezca él personalmente; que Dios espera la conversión del hombre y que éste siempre podrá volver de su mal camino. Esto nos invita a no “colgar una etiqueta” definitiva sobre los que en algún tiempo obraron mal; nos enseña a creer en la posibilidad del cambio en las personas; nos hace mirar a la gente con los ojos mismos de Jesús.

Salmo 24, 4-9. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

La lectura de Ezequiel nos ha recordado que Dios está siempre pronto a recibir nuestra conversión. Este Salmo nos invita a pedir al Señor que nos haga caminar por la senda del bien y que no se acuerde de nuestros pecados pasados.

2ª lectura: Filipenses 2, 1-11. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

San Pablo invita a los Filipenses a no romper la unión y el amor fraterno. El modelo de su amor debe ser Cristo, que no buscó su propio interés sino el de los demás. San Pablo le exige dejar de lado toda pretensión de dominación y prestigio, toda altivez y arrogancia, y exhorta a que cada uno se ponga con los propios dones al servicio de los demás. Esta exigencia alcanza también a la comunidad cristiana. La Iglesia tiene la misión de hacer presente en el mundo la obra de la redención de Jesús, el Siervo por excelencia. Para cumplirla, está llamada a comportarse como Jesús, el Siervo. Luchará constantemente por despojarse de toda autosuficiencia y desprenderse de todo poder y prestigio humanos. Buscará únicamente el apoyo y la protección de Dios. Le va en ello la propagación del Evangelio. Cristo es Señor a través de la humillación de la Cruz. Puedes leer Gálatas 4, 3-9; Romanos 14, 8-12.

Evangelio: Mateo 21, 28-32. Recapacitó y fue.

Los pecadores y publicanos están representados por el hijo que dice no a la voluntad de Dios, pero cambia de conducta. Los pecadores están alejados de Dios. Con todo, Jesús ha visto en ellos señales de arrepentimiento. Le han rodeado hambrientos de su Palabra, mientras que los fariseos murmuraban. Le han seguido, mientras que los fariseos decían que blasfemaba. Le han dado muestras extremas de gratitud y amor, mientras que los fariseos pensaban mal en su interior. Por eso las palabras de Cristo les ponen entre la espada y la pared: o las rechazan o las aceptan. No se puede ser neutral. Puedes leer Lucas 18, 9-14; 19, 1-10.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 29
Santos Miguel, Gabriel y Rafael
Dn 7,9-10.-13-14 Miles y miles de ángeles le sirven.
Sal 137,1-5 Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Jn 1,47-51 Veréis a los ángeles subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.
Haz una obra de misericordia
Martes 30
San Jerónimo
Jb 3, 1-3.11-17.20-23 ¿Por qué dio a luz un desgraciado?
Sal 87, 2-8 Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Lc 9, 51-59 Tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Reza por los alejados.
Miércoles 1
Santa Teresa del Niño Jesús
Jb 9, 1-12.14-16 El hombre no es justo frente a Dios.
Sal 87, 10-15 Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
Lc 9, 57-62 El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto para el Reino de Dios.
Medita cuáles son “tus excusas” al Señor.
Jueves 2
Los Santos Ángeles Custodios
Jb 19,21-27. Yo sé que está vivo mi Redentor.
Sal 26. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Lc 10,1-12. Descansará sobre ellos vuestra paz
Haz una oración de acción de gracias y alabanza al Señor
Viernes 3
San Francisco de Borja
Jb 38, 1.12-21; 39, 33-35 ¿Has mandado a la mañana, o has entrado por los hontanares del mar?
Sal 138, 1-3.7-14 Guíame, Señor, por el camino eterno.
Lc 10, 13-16 Quien os escucha, a mí me escucha; quien os rechaza, a mí me rechaza.
Reza por los que rechazan a Cristo y a la Iglesia.
Sábado 4
San Francisco de Asís
Jb 42, 1-3.5.6.12-16 Ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto.
Sal 118, 66.71.75.91.125.130 Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Lc 10, 17-24 Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
Reza por los niños y jóvenes.
Domingo 5
27º del Tiempo Ordinario
Is 5, 1-7. La viña del Señor es la casa de Israel.
Sal 79, 9.12-16.19-20. La viña del Señor es la casa de Israel.
Fil 4, 6-9. El Dios de la paz estará con vosotros.
Mt 21, 33-43. Se os quitará a vosotros el Reino de los Cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.
Reza por tu familia y por la parroquia.


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