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31 marzo 2007

Metáfora del significado de la muerte de Jesús



Texto leido en convivencias pascuales de la parroquia madrileña de Santa María de la Esperanza.

Es la tarde de un viernes típico y estás volviendo a casa. Sintonizas la radio. Las noticias cuentan una historia de poca importancia: en un pueblo han muerto tres personas de alguna gripe que nunca se había visto. No le das importancia...

El lunes cuando despiertas, escuchas que ya no son tres, sino 30.000 personas las que han muerto en las colinas remotas de la India. Gente de control de enfermedades de Estados Unidos ha ido a investigar. El martes ya es la noticia más importante en la primera plana del periódico, porque no sólo es la India, sino Pakistan, Irán y Afganistan y pronto, la noticia sale en todas las noticias . La están llamando La influencia misteriosa, y todos se preguntan: ¿cómo vamos a controlarla?

Entonces una noticia sorprende a todos: Europa cierra sus froneras, no habrá vuelos a Francia desde la India, ni de ningún otro país en el cual se haya visto la enfermedad. Seguida a la noticia del cierre de fronteras, escuchas que, en Francia, hay un hombre en el hospital muriendo de la influencia misteriosa. Se desata el pánico en Europa. La información dice que, cuando tienes el virus, puedes pasar unas semanas y ni te das cuenta. Luego pasas cuatro días de síntomas terribles y mueres. Inglaterra cierra también sus fronteras, pero es tarde; pasa un día más y el Presidente de Estados Unidos cierra sus fronteras a Europa y Asia para evitar el contagio en el país, hasta que se encuentre la cura...
Al día siguiente, la gente se reune en las iglesias para orar por la curación, y entra alguien diciendo: "Enciendan la radio" Se oye la noticia: "Dos mujeres han aparecido muertas en Nueva York a causa de la influencia misteriosa". En horas, el mundo parece estar invadido. Los científicos siguen trabajando para encontrar el antídoto, pero nada funciona. Y de repente viene la noticia esperada.
Se ha descifrado el código del ADN del virus, se puede hacer un antídoto. Va a requerirse la sangre de alguien que no haya sido infectado, y se corre la voz en todo el pais de que todos vayan al hospital central para que se les practique un análisis de sangre. Vas de voluntario con tu familia, junto a tus vecinos, preguntándote qué pasará: ¿será el fin del mundo? De repente, el doctor sale gritando un nombre que ha leido en su cuaderno. El más pequeño de tus hijos, que está a tu lado, te tira de la chequeta y dice: "¡Papi. ése es mi nombre!" Antes de que puedas reaccionar se están llevando a tu hijo y gritas: "¡Esperen!" Te contestan: "todo está bién" Después de cinco largos minutos, salen los médicos llorando y riendo. Es la primera vez que has visto reír a alguien en una semana. El doctor de mayor edad se te acerca y dice: "gracias, Señor la sangre de su hijo es perfecta, está limpia y pura, podemos hacer el antídoto contra esa enfermedad". La noticia corre por todas partes, la gente está rezando y riendo de felicidad.
En eso el doctor se acerca a ti y a tu esposa y dice: "¿Podemos hablar un momento? Es que no sabíamos que el donante sería un niño y necesitamis que firmen este formulario para darnos el permiso de usar su sangre". Cuando estás leyendo el documento te das cuenta de que no ponen la cantidad que necesitarán, y preguntas: "¿Cuánta sangre?" La sonrisa del doctor desaparece y contesta: "No pensábamos que el donante fuera un niño. No estábamos preparados. La necesitamos toda". No lo puedes creer y tratas de contestar: "Pero,pero" El doctor te sigue insistiendo: "Usted tiene que entender, estamos hablando de la curación para todo el mundo. Por favor, firme, la necesitamos... toda". Tú preguntas: "¿No pueden darle una transfusión?" A lo que responde: "Si tuviéramos sangre limpia podríamos. ¿Firmará? Por favor. ¡Firme!"
En silencio y sin poder sentir los dedos que tiene la pluma en la mano, lo firmas. Te preguntan: "¿Quiere ver a su hijo?" Caminas hacia esa sala de emergencia donde tu hijo está sentado en la cama diciendo: "Papi,¿que pasa?" Coges la mano y le dices: "Hijo, tu madre y yo te queremos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no fuera necesario, ¿lo comprendres?" El doctor regresa y te mete prisa diciendo: " Lo siento, tenemos que empezar ya, gente de todo el mundo está muriendo..."
¿Te puedes ir? ¿Puedes darle la espalda a tu hijo y dejarlo allí, mientras él dice: ¿Papá, mamá, por qué me abandonais?
Y a la semana siguiente, cuando se hace una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se quedan dormidas en casa, otras no vienen porque prefieren ir de paseo, o ver un partido de fútbol, y otras vienen a la ceremonia con la sonrisa falsa fingiendo que les importa. Quisieras pararte y gritar: "Mi hijo murió por ustedes, ¿es que no les importa?"

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