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23 junio 2008

Domingo 29 de junio




SAN PEDRO Y SAN PABLO
29 de junio de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Era verdad: el Señor me ha liberado de las manos de Herodes

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.

De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: - "Date prisa, levántate".

Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: - "Ponte el cinturón y las sandalias".

Obedeció, y el ángel le dijo: - "Échate el manto y sígueme".

Pedro salió detrás, creyendo que lo que había el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y segunda guardia, llegaron al protón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.

Pedro recapacitó y dijo:
- "Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos".

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9

R/. El Señor me libró de todas mis ansias.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Segunda lectura
Ahora me aguarda la corona merecida

Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo. 4, 6-8. 17-18

Querido hermano:

Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he recorrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corono merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. Al él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Aleluya
Mt. 16, 18

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.

EVANGELIO
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos

+ Lectura del santo evangelio según San Mateo, 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

- "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?".

Ellos contestaron:

- "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas".

Él les preguntó:

- "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?".

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

- "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le respondió:

- "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder el infierno no la derrotará.

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".

Palabra del Señor



COMENTARIO

Tú eres Pedro

Celebramos hoy la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo. Ellos son las columnas de la Iglesia. Pedro fue la roca puesta como fundamento de la Iglesia; Pablo, la voz dada al Evangelio en su carrera entre los gentiles (cf. Benedicto XVI, Homilía 29-VI-2007).

Fueron elegidos por el Señor para ser testigos de la Buena Noticia, para ser pescadores de hombres. Siendo débiles y pecadores fueron elegidos por Dios para que en su debilidad se manifestara la fuerza y la grandeza de Dios. Ellos hicieron de Jesucristo, el Señor de su vida, el centro de su existencia, la razón y la fuerza para vivir: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir, dirá San Pablo; Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, dirá San Pedro.

Esta fiesta nos recuerda que nuestra vida en la Iglesia se ha de apoyar sobre las virtudes que encarnan estos santos: la fidelidad a Cristo, la obediencia y la evangelización infatigable.

Ser cristiano es vivir en la Iglesia una vida de fidelidad total a la doctrina de Jesucristo: aceptarla íntegramente y tratar de llevarla a la práctica; ser cristiano es vivir una vida de fidelidad a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, es decir a los obispos en comunión con el Papa, encargados de interpretar auténticamente la Palabra de Dios (cf. Catecismo 85); ser cristiano es vivir una vida de evangelización y testimonio de Jesucristo, insistiendo "a tiempo y a destiempo" para hacer llegar el Evangelio a todas las gentes.

Muchas veces vemos como se critica duramente al Papa y a la Iglesia. Estas críticas, llenas de exageraciones, falsedades o incomprensiones, tantas veces; lo que buscan es hacer daño, desorientar y confundir a los cristianos.

Por ello, es necesario que cada día ames más a la Iglesia, que ames más al Papa y trates de escuchar su enseñanza y llevarla a la práctica, dándote cuenta de que la doctrina que el Papa propone no es arbitraria ni caprichosa: “Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia” (cf. Benedicto XVI, Homilía en el solemne inicio del ministerio petrino, 25-IV-2005). Es necesario que reces cada día pidiendo a Dios por el Papa y los demás pastores de la Iglesia, en la tremenda responsabilidad que tienen de guiar al pueblo de Dios hasta la vida eterna.

Y también es necesario que te tomes muy en serio la tarea de dar testimonio, de ser apóstol, de trabajar infatigablemente por la nueva evangelización de la sociedad, empezando por ti mismo, por tu familia y tu ambiente. El Señor te invita a la nueva evangelización, a ser apóstol, a no tener miedo de dar la cara por Cristo, a recorrer el mundo de hoy aprovechando todas las ocasiones para ser heraldo, apóstol y maestro del Evangelio, sin tener miedo, no porque confíes en tus fuerzas, sino porque sé de quién me he fiado y que tiene poder para asegurar hasta el final el encargo que me dio (cf 2 Tim 1, 12s). La acción de la Iglesia sólo es creíble y eficaz en la medida en que quienes forman parte de ella están dispuestos a pagar personalmente su fidelidad a Cristo, en cualquier circunstancia. Donde falta esta disponibilidad, falta el argumento decisivo de la verdad, del que la Iglesia misma depende (Benedicto XVI, Homilía en las Vísperas de San Pedro y San Pablo, 28-VI-2007).

Compromiso semanal

Reza cada día por la Iglesia y por el Papa.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 12, 1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.

Es la hora de la prueba para la Iglesia que ora por Pedro que está encarcelado. Su liberación se sitúa en la línea de los grandes gestos salvadores de Dios. El Señor hoy, como ayer, continúa liberando y manifestando su poder.

Salmo 33, 2-9. El Señor me libró de todas mis ansias.

El salmo respira un agradecimiento cordial por el amor que Dios muestra a sus fieles. A esa alabanza anima a los humildes, a los fieles. El motivo aparece enseguida: invocó al Señor, éste lo escuchó y lo salvó.

2ª lectura: 2 Timoteo 4, 6-8. 17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.

Pablo comprende que ha llegado la hora de su muerte y no se deja llevar por la tristeza sino que da gracias al Señor y se llena de esperanza. Ve que su vida de evangelizador ha transcurrido en fidelidad al Señor. Espera recibir la corona de gloria, reservada a los que han llegado a la meta y han mantenido la fe.

Evangelio: Mateo 16, 13-20. Tú eres Pedro y te daré las llaves del Reino de los Cielos.

En Cesarea de Filipo, Pedro reconoce que Jesús es el Mesías. Naturalmente, con la luz del Padre y no por su saber humano. A la confesión de Pedro siguen las palabras de Cristo. Eres Pedro. Hay un cambio de nombre. Cefas significa Piedra y expresa su nueva misión: ser el fundamento de la Iglesia. Edificaré mi Iglesia. La Iglesia de Jesús, será la que Jesús reúna y edifique sobre la roca, que es Pedro. Y no habrá otra que pueda llamarse "Iglesia de Dios". El poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino. El "poder de las llaves" es el mismo que Jesús tiene. Es el poder de "atar y desatar". Es decir, poder dar normas a la comunidad y poder admitir o separar de ella. En la Iglesia, es un poder espiritual y se manifiesta, sobre todo, en el poder de perdonar los pecados. Jesús da esta autoridad a Pedro, pero también a los Apóstoles.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 30
Santos protomártires romanos
Am 2,6-10.13-16. Revuelcan en el polvo al desvalido.
Sal 49. Atención, los que olvidáis a Dios.
Mt 8,18-22. Sígueme.
Medita el evangelio de hoy
Martes 1
La Preciosísima Sangre de N. S. Jesucristo
Am 3, 1-8; 4, 11-12. Habla el Señor, ¿quién no profetiza?
Sal 5, 5-8 Señor, guíame con tu justicia.
Mt 8, 23-27 Increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma.
¿Cuáles son tus miedos? Pídele al Señor por ellos
Miércoles 2 Am 5, 14-15. 21-24. Buscad el bien y no el mal.
Sal 49, 7-17 Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
Mt 8, 28-34 ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?
Reza por los que no tienen fe
Jueves 3
Santo Tomás Apóstol
Ef 2, 19-22 Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 116, 1-2 Id al mundo entero y predicad el Evangelio.
Jn 20, 24-29 ¡Señor mío y Dios mío!
Medita el Evangelio de hoy
Viernes 4
Santa Isabel de Portugal
Am 8, 4-6. 9-12 Enviaré hambre, no de pan, sino de escuchar la palabra del Señor.
Sal 118, 2. 10. 20. 30. 40. 131. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Mt 9, 9-13 Misericordia quiero y no sacrificio.
Da gracias a Dios
Sábado 5
San Antonio María Zaccaría, presbítero
Am 9, 11-15 Haré volver los cautivos de Israel y los plantaré en su campo.
Sal 84, 9-12 Dios anuncia la paz a su pueblo.
Mt 9, 14-17 El vino nuevo se echa en odres nuevos.
Haz una obra de misericordia
Domingo 6
14º del TIEMPO ORDINARIO
Za 9, 9-10. Mira a tu rey que viene a ti modesto.
Sal 144, 1-2.8-11.13-14. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío.
Rm 8, 9.11-13. Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Mt 11, 25-30. Soy manso y humilde de corazón.
Reza por tu familia y por la parroquia


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