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21 octubre 2008

Domingo 26 de octubre

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO
26 de octubre de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Si explotáis a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros

Lectura del libro del Éxodo 22, 20-26

Así dice el Señor:

«No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto.

No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos.

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses.

Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor;
tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca,
mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R.

Segunda lectura
Abandonasteis los ídolos para servir a Dios
y vivir aguardando la vuelta de su Hijo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10

Hermanos:

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

Desde vuestra Iglesia, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

Palabra de Dios

Aleluya
Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús habla hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

- «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»

Él le dijo:

- "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser."

Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:

"Amarás a tu prójimo como a ti mismo."

Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Amarás al Señor, tu Dios,
y a tu prójimo como a ti mismo

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos habla de la importancia de los mandamientos. Por eso, ante la pregunta sobre cuál es el mandamiento principal de la ley, la respuesta de Jesús no deja lugar a la duda: todos. Todos los mandamientos son importantes.

Porque los Diez Mandamientos no son más que una concreción del primer mandamiento: Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas (Dt 4, 6-7). Incluso el amor al prójimo es, esencialmente, una consecuencia del amor a Dios.

Porque ser cristiano no consiste simplemente en cumplir una serie de mandamientos o normas. Ser cristiano es seguir a Jesucristo, reconocerle como único Maestro y confesarle como único Señor. Ser cristiano es estar enamorado de Jesucristo, es amar a Dios sobre todas las cosas, y, como consecuencia de ese amor, tener su mismo estilo de vida. Porque el amor exige fidelidad, y el que ama a Dios ha de vivir siguiendo las exigencias de ese amor.

Por tanto, no se trata de cumplir cinco o seis mandamientos. No se trata de superar un examen sacando un “aprobado". El que, de verdad, ama a Dios ha de ser fiel en todo, ha de cumplir los diez mandamientos. Por eso Jesús nos dice que toda la ley se resume en amar a Dios y al prójimo.

Porque en efecto, el que ama a Dios no vive en la idolatría ni toma su nombre en vano, y se esfuerza en santificar las fiestas. El que ama a Dios, por medio de la fe convierte al otro en un hermano, hijo del mismo Padre. Y el que reconoce al otro como un hermano, le ama: respeta y ayuda a su familia, no es violento con su hermano ni le mata, vive la castidad porque reconoce que su propio cuerpo y el de su hermano es templo del Espíritu Santo, no roba a su hermano, no le miente, no piensa ni desea cosas malas para nadie y no tiene envidia ni siente codicia por su hermano, precisamente porque el otro no es un rival, sino un hermano.

Además, como todo es consecuencia de amar a Dios sobre todas las cosas, es imposible separar el amor a Dios y al prójimo. El que crea que ama a Dios sin amar al prójimo, se engaña a sí mismo. Y el que ama de verdad al prójimo y le ama como hermano, ya está amando a Dios, aunque no se dé cuenta. Pero amar al prójimo no consiste en tener simpatía por él, amar es dar la vida, como hizo Jesús. El amor cristiano al prójimo no es psicológico, sino que nace de lo más profundo del corazón, no es un sentimiento sino una opción que nace del amor a Dios, y reconoce al otro como hermano, aunque el otro sea pobre y "repugnante"; incluso cuando el otro es enemigo, el cristiano ha de amarle y, más aún, perdonarle, como hizo Jesús.

Compromiso semanal

Revisa tu vida. Medita cómo estás de amor a Dios y al prójimo. Haz propósitos concretos para mejorar tu amor a Dios y al prójimo.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Éxodo 22, 21-26. Si explotáis a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros.

La misericordia, especialmente con las personas desvalidas (pobres, huérfanos, viudas, forasteros) es una característica de la Ley de Dios. Para amar a Dios con autenticidad es preciso amar a los hijos de Dios, y, especialmente, a sus preferidos los pobres y débiles.

Salmo 17, 2-4. 47-51. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

En este salmo David da gracias a Dios por la liberación y la victoria. Dios es fuerte. El hombre encuentra la salvación cuando ama la alianza (los mandamientos…), y encuentra su ruina cuando la rechaza.

2ª lectura: 1ª Tesalonicenses 1, 5c-10. Abandonasteis los ídolos para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo.

San Pablo felicita a la comunidad de Tesalónica por el modo como aceptó la proclamación del Evangelio. Así se ha convertido en un testimonio de fe para otras comunidades. Su testimonio es misionero, pues ha servido para una proclamación más rápida y eficaz de la Palabra. Semejante aceptación de la Palabra se debe a que fue Dios quien los eligió, y recuerdan que la actividad de fe, el esfuerzo del amor y el tesón de la esperanza que mantienen y son invitados a acrecentar, no se debe a una palabra humana, sino a la fuerza del Espíritu que actúa. Puedes leer 1 Tesalonicenses 4, 13-14.

Evangelio: Mateo 22, 34-40. Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.

Las palabras de Jesús resuelven la polémica teórica de los judíos sobre cuál es el mandamiento principal de la Ley. En el mandamiento doble del amor a Dios y del amor al prójimo están contenidos todos los demás mandamientos. Toda la aspiración moral del hombre debe tener su origen en una raíz, y estar dirigida a un objetivo, que es el amor. El hombre no solamente está creado para obedecer a Dios como su señor, sino también para amarle como su padre. La obediencia se lleva a cabo por medio del amor a Dios. Dios no quiere esclavos miedosos, sino hijos libres. El amor a los hombres también debe proceder de la misma raíz. El amor del discípulo no puede encontrar barreras. Su modelo es el amor del Padre, que hace salir el sol sobre buenos y malos. Puedes leer Deuteronomio 6, 4-9; Josué 22, 5.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 27 Ef 4, 32-5, 8 Vivid en el amor como Cristo.
Sal 1, 1-6 Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.
Lc 13,10-17 A ésta, que es hija de Abrahán, ¿no había que soltarla en sábado?
Visita a algún enfermo.
Martes 28
San Simón y San Judas, Apóstoles
Ef 2, 19-22 Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.
Sal 18, 2-5 A toda la tierra alcanza su pregón.
Lc 6, 12-19 Escogió a doce de ellos y los nombro apóstoles.
Reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas
Miércoles 29 Ef 6,1-9. No como quien sirve a hombres, sino como esclavos de Cristo.
Sal 144. El Señor es fiel a sus palabras
Lc 13,22-30 Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Haz una obra de misericordia
Jueves 30 Ef 6,10-20. Tomad las armas de Dios para poder mantener las posiciones.
Sal 143. Bendito el Señor, tu Roca
Lc 13, 31-35 No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Reza por los cristianos perseguidos
Viernes 31 Flp 1, 1-11 El que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena, la llevará adelante hasta el día de Cristo.
Sal 110, 1-6 Grandes son los obras del Señor.
Lc 14, 1-6 Había allí un hombre enfermo.
Pídele al Señor que te libere del fariseísmo.
Sábado 1
Todos los Santos
Ap 7, 2-4.9-14 Una muchedumbre inmensa de toda nación, razas...
Sal 23, 1-6 Éstos son los que buscan al Señor.
1 Jn 3, 1-3 Seremos semejantes a Él.
Mt 5, 1-12a Dichosos, los pobres, los limpios, los humildes ...
Revisa tu vida desde el Evangelio de hoy
Domingo 2
Conmemoración de los Fieles Difuntos
Mac 12, 43-46 Obrando con gran rectitud, pensando en la resurrección.
Sal 121, 1-9 Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor.
1 Jn 3, 14-16 Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.
Jn 11, 17-27 Yo soy la resurrección y la vida.
Reza por tus familiares y amigos difuntos


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