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12 noviembre 2008

Domingo 16 de noviembre

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
Día de la Iglesia Diocesana. 16 de noviembre de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
Trabaja con la destreza de sus manos

Lectura del libro de los Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
Vale mucho más que las perlas.

Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas.
Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida.

Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos.
Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca.

Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura,
la que teme al Señor merece alabanza.

Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 127, 1-2. 3. 4-5

R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu Casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Segunda lectura
Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba.

Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas.

Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Palabra de Dios

Aleluya
Jn 15, 4a. 5b

Permaneced en mí, y yo en vosotros -dice el Señor-;
el que permanece en mí da fruto abundante.

EVANGELIO
Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

- «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.

En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

"Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco."

Su señor le dijo:

"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:

"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos."

Su señor le dijo:

"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:

"Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo."

El señor le respondió:

"Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor

La Palabra de Dios que proclamamos hoy viene a iluminar nuestra vida con la parábola de los talentos. El mensaje central de la parábola se puede resumir en dos ideas fundamentales: que los dones que tenemos los hemos recibido de Dios, y que hemos de dar a nuestra vida el máximo rendimiento.
La parábola nos invita a pensar en la hora del encuentro con Dios. Él nos preguntará por el uso de los talentos encomendados... y cada uno recibirá su “paga” según lo que haya rendido. Esta parábola nos plantea que lo que importa es cumplir fielmente la voluntad del Señor. Pero no sólo se deben llevar a cabo determinados encargos, sino que los siervos deben trabajar de acuerdo con el deseo de su Señor. No basta con llevar a término un encargo muy concreto, sino que hay que desear aumentar los talentos con la iniciativa y el riesgo personal.

La magnitud de la suma es diferente en cada caso, y se mide según la capacidad de los distintos siervos. Se recalca que el señor regresa al cabo de mucho tiempo, de forma imprevista. Ahora se ajustan las cuentas: cada uno ha de decir donde se encuentra el dinero que se le había dado, e indicar la ganancia obtenida. Sólo el primero y el segundo pueden hacerlo con la conciencia tranquila. El tercero ha de confesar que no ha hecho ningún trabajo. Los dos primeros son recompensados, mientras que el tercero es castigado.

El hombre recibe de su Señor los talentos como dones que debe hacer fructificar en su vida. Al que tiene mucho, se le exige mucho; al que tiene poco, se le exige poco. Pero el Señor espera que cada uno trabaje con lo suyo, que no sólo lo administre fielmente, sino que lo aumente.

El tema de la vigilancia alcanza su pleno desarrollo en esta parábola. Vigilar es ser fiel a la misión recibida; es estar preparado para el encuentro gozoso con Dios: hay que fructificar en la medida del don recibido. Esperar el Reino de Dios es trabajar y arriesgar por él. La despreocupación del holgazán es muy seria: en el fondo, el siervo desconoce a Dios; quiere vivir una seguridad falsa: es incapaz de amar. La omisión en que incurre es castigada como las faltas más graves.

En esta parábola es necesario que te plantees que has de descubrir los talentos que has recibido de Dios. ¿Cuáles son tus carismas? Has de vivir tus carismas como un regalo de Dios. Un regalo que Él te ha dado no porque seas mejor que nadie, sino por puro amor. Y un regalo que Él te ha dado no para que te luzcas y puedas presumir, sino para que los hagas fructificar en beneficio de la Iglesia, en beneficio de los demás. ¿De qué vas a presumir si todo lo que tienes te lo ha dado el Señor? También es necesario que revises si estás haciendo trabajar bien tus talentos y que te preguntes cómo los puedes mejorar. ¿Qué estás haciendo con tus talentos? ¿Qué estás haciendo con tu tiempo, tu dinero, tu juventud, tu fuerza, tu vigor, tus conocimientos, tu simpatía...? ¡Ánimo! ¡Sé valiente! ¡No tengas miedo en entregar tus talentos! Recibirás el ciento por uno. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.

Compromiso semanal

Revisa tu vida. Piensa si estás sacando a los talentos que has recibido el rendimiento que el Señor espera. Medita qué puedes hacer por mejorar.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31. Trabaja con la destreza de sus manos.

Este texto describe a la mujer activa, "fuerte", como una encarnación de la sabiduría. Ese elogio de la mujer virtuosa se centra en torno a la familia y la preocupación por los pobres y necesitados. Ella fomenta también el temor de Dios, virtud que lo envuelve todo.

Salmo 127, 1-5. Dichoso el que teme al Señor.

El salmo contiene la descripción de un hogar feliz, y es una alusión a la fidelidad y fecundidad de la gran familia llamada al reino futuro: allí los hijos de la Iglesia –nosotros-como "renuevos de olivo" nos sentaremos alrededor de la mesa del Señor.

2ª lectura: 1ª Tesalonicenses 5, 1-6. Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón.

La venida del Señor se realizará en un tiempo determinado, pero desconocido por ahora para todos. El cristiano, hijo de la luz, debe estar dispuesto a recibir al Señor en todo instante, debe estar disponible y siempre dispuesto. Esta espera vigilante da una orientación especial a la existencia cristiana. Porque "no somos de la noche" (=del mundo presente no regenerado por Cristo), sino que somos "hijos del día" (=iluminados por su Palabra) importa vivir vigilantes y con sobriedad, aprovechando el tiempo presente. Puedes leer Apocalipsis 3,3; Romanos 13, 11-14.

Evangelio: Mateo 25, 14-30. Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor.

El tema de la vigilancia alcanza su pleno desarrollo con la parábola de los talentos. Vigilar es ser fiel a la misión recibida. Hay que fructificar en la medida del don recibido. La actividad mientras esperamos la venida del Señor, no sólo no nos aparta del Señor sino que responde a sus deseos. Esperar el Reino es trabajar y arriesgar por él. Toda la fuerza de la parábola está en el diálogo del Señor con el siervo negligente y holgazán. Paralizado por el miedo ha enterrado su talento. No ha trabajado por los intereses de su señor. Semejante despreocupación es muy seria: en el fondo, el siervo desconoce a Dios; quiere vivir una seguridad falsa; es incapaz de amar. Cristo denuncia, una vez más, con la imagen de este siervo, el fariseo que busca su seguridad personal en la observancia minuciosa de la ley y deforma con ello la imagen de Dios.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 17
Santa Isabel de Hungría
Ap 1, 1-4; 2,1-5a Recuerda de dónde has caído y conviértete.
Sal 1, 1-6 Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida
Lc 18,35-43 ¿Qué quieres que haga por ti? ¡Señor, que vea otra vez¡
Haz una obra de misericordia
Martes 18
Dedicación de las Basílicas de san Pedro y san Pablo
Ap 3, 1-6.14-22 Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos.
Sal 14, 2-5 A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí.
Lc 19,1-10 El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Reza por la conversión de los alejados
Miércoles 19 Ap 4, 1-11 Santo es el Señor, soberano de todo.
Sal 150, 1-6 Santo, santo, santos es el Señor, soberano de todo.
Lc 19,11-28 ¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Medita qué estás haciendo con tus talentos
Jueves 20
Beata Ángeles Lloret Martí y compañeras mártires
Ap 5, 1-10 El Cordero fue degollado y con su sangre nos ha comprado de toda nación.
Sal 149, 1-9 Nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes
Lc 19,41-44 ¡Si comprendieras lo que conduce a la paz¡.
¿Vives en paz? ¿Qué te falta para alcanzar la paz?
Viernes 21
La Presentación de la Virgen
Ap 3, 1-6.14-22 Si alguien me abre, entraré y comeremos juntos.
Sal 14, 2-5 A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí.
Mt 14, 22-33 Mándame ir hacia a ti andando sobre el agua
Haz oración por la Iglesia
Sábado 22
Santa Cecilia
Ap 4, 1-11 Santo es el Señor, soberano de todo.
Sal 150, 1-6 Santo, santo, santos es el Señor, soberano de todo.
Lc 20,27-40 No es Dios de muertos, sino de vivos.
Reza por tus difuntos
Domingo 23
Jesucristo, Rey del Universo
Ez 34, 11-12.15-17 Buscaré las ovejas perdidas, vendaré a las heridas.
Sal 22, 1-6 El Señor es mi pastor, nada me falta.
I Co 15, 20,26a.28 Devolverá el Reino de Dios Padre para que Dios sea todo en todos.
Mt 25, 31-46 Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, serán reunidas ante Él todas las naciones.
Haz oración por tu familia y por la parroquia


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