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19 noviembre 2008

Domingo 23 de noviembre

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
23 de noviembre de 2008 (ciclo A, año par)



Primera lectura
A vosotras, mis ovejas, voy a juzgar entre oveja y oveja

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-12. 15-17

Así dice el Señor Dios:

«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.
Como sigue el pastor el rastro de su rebaño,
cuando las ovejas se le dispersan,
así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré,
sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron
un día de oscuridad y nubarrones.

Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear
-oráculo del Señor Dios-.

Buscaré las ovejas perdidas,
recogeré a las descarriadas;
vendaré a las heridas;
curaré a las enfermas:
a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido.

Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor:
Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío."

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 22, 1-2a. 2b-3. 5- 6

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R/.

Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R/.

Segunda lectura
Devolverá a Dios Padre su reino, y así Dios lo será todo para todos.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-26. 28

Hermanos:

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.

Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.

Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte.

Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo habla sometido todo.

Y así Dios lo será todo para todos.

Palabra de Dios

Aleluya
Mc 11, 9b-10a

Bendito el que viene en nombre del Señor.
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

EVANGELIO
Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-26,16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, corno un pastor separa las ovejas, de las cabras.

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:

"Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."

Entonces los justos le contestarán:

"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?"

Y el rey les dirá:

"Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."

Y entonces dirá a los de su izquierda:

"Apartaos de mí, malditos, id al fue o eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis."

Entonces también éstos contestarán:

"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"

Y él replicará:

"Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo."

Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Jesucristo, Rey del Universo

Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros

Celebramos hoy la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. La Iglesia quiere subrayar que Jesucristo es el único Rey, el único Señor, el único Maestro, y que no hay otro, que Jesucristo está por encima de todo.

Jesucristo, su mensaje y su obra están por encima de las modas; por encima de lo que piense la “mayoría” de la gente; por encima de nuestros sentimientos... por encima de todo.

La Palabra de Dios que proclamamos hoy nos recuerda que ante Jesucristo no caben medias tintas: o se le acepta o se le rechaza, o se le sigue o se le persigue. La Palabra de Dios nos invita a descubrir que aceptar a Jesús como Rey significa vivir con el estilo de vida de Jesús, ser fieles a su enseñanza.

Por ello, nos recuerda que Jesucristo nos ha de pedir cuentas de nuestra vida. Que nos ha de examinar sobre nuestra fidelidad a los mandamientos, al Evangelio y a la Iglesia, y sobre nuestra práctica de las obras de misericordia.

La Palabra de Dios nos invita a descubrir que ser cristiano no es cuestión de palabras, sino de obras. Creer, tener fe, no es tener la cabeza llena de ideas, sino vivir con un estilo de vida determinado: el estilo de vida de Jesucristo. Tener fe es aceptar con docilidad la enseñanza de Jesucristo y de la Iglesia y llevarla a la práctica.

Esta Palabra te invita hoy a que te preguntes qué significa de verdad Jesucristo en tu vida. ¿Es de verdad Jesucristo el Rey de tu vida? ¿Ocupa el centro de tu corazón? ¿Te fías de Él? ¿Le obedeces por encima de las modas? ¿Te esfuerzas por seguirle cada día?

La Palabra de Dios nos recuerda, además, que el trono de Cristo es la cruz y su corona no es de oro sino de espinas. Con ello se nos quiere decir que el que quiera aceptar a Cristo como Rey tendrá que cargar con la cruz, tendrá que luchar, tendrá que esforzarse, tendrá que soportar la incomprensión y la burla de los demás, tendrá que experimentar el rechazo del mundo... Tendrá que morir a sí mismo para alcanzar la gloria de la vida eterna.

¿Qué actitud tienes ante Jesucristo? ¿Es de verdad el Rey de tu vida? ¿Ocupa el centro de tu corazón? ¿Tratas de serle fiel en todo? ¿Te esfuerzas en vivir de acuerdo con su enseñanza y en practicar las obras de misericordia? ¡Anímate! ¡Decídete a seguir a Jesús en la Iglesia! ¡Ábrele tu corazón y déjate llenar por El! ¡Vive como un auténtico discípulo suyo! Tu vida cambiará, encontrarás la paz y la felicidad y alcanzarás la vida eterna

Compromiso semanal

Revisa tu vida para descubrir si de verdad Jesucristo es el Rey de tu vida. Mira qué es lo que te falta y proponte cambiar tu corazón para que Cristo pueda vivir en El.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Ezequiel 34, 11-12. 15-17. A vosotras, mis ovejas, voy a juzgar entre oveja y oveja.

Ezequiel anuncia al verdadero pastor que guiará a la humanidad por el buen camino, cuidando a los más débiles y velando con amor por las ovejas enfermas y sanas. Dios mismo reasume la conducción de su rebaño para entregárselo al Mesías. La imagen, llena de amor y ternura, suscita un eco de confianza amorosa y entregada. Puedes leer Lucas 15, 4-7.

Salmo 22, 1-6. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor Jesús es nuestro Pastor y nuestro Rey. Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y que al final de los tiempos nos conducirá a fuentes de agua viva. Puedes leer Juan 10, 1-16.

2ª lectura: 1ª Corintios 15, 20-26. 28. Devolverá a Dios Padre su Reino, y así Dios lo será todo para todos.

Los corintios, procedentes en su mayor parte de la cultura griega, no acababan de aceptar la resurrección de los muertos. San Pablo fundamenta la resurrección y el triunfo final de los cristianos en la Resurrección de Cristo. La resurrección no es una idea discutible, sino un hecho que san Pablo ya ha visto realizado en Jesucristo y que anima constantemente su vida. En Cristo resucitado se ve bien cuál es el destino del hombre: lo que Dios ha hecho con Jesús, por su Espíritu, resucitándole de entre los muertos, lo hará también con todos los hombres que le estén unidos. Puedes leer Colosenses 1, 18-20; Filipenses 3, 20-21.

Evangelio: Mateo 25, 31-46. Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.

El evangelio nos enseña que el juicio empieza “aquí”. Cada instante lleva en sí el peso de la misteriosa presencia del Hijo del Hombre, del mismo Dios, en el pequeño que se cruza en nuestra vida. La revelación es extraordinaria: la conducta que tengamos con esos pequeños es la misma que tenemos con Dios. Por eso en el último día, puestos ante Dios, los hombres descubrirán asombrados que ya le amaron o despreciaron en el prójimo acogido o abandonado aquí en la tierra. Jesús se identifica con los hombres más humildes. Las palabras “conmigo lo hicisteis” señalan esta relación misteriosa pero real que une a Cristo con cualquier persona necesitada. Y este Rey y Juez universal sacará a la luz nuestra vida, tejida de incalculables pequeños gestos humanos, y seremos salvados o condenados según los hayamos vivido en el amor (que se entrega, que da la vida) o en el egoísmo (que se busca a sí mismo).

A nosotros nos toca averiguar cuáles son las necesidades de los “pequeños” para tratar de remediarlas. Eso importa más que dar vueltas obsesivamente a la sentencia. Puedes leer 2 Corintios 5, 1-10.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 24
San Andrés Dung-Lac
Ap 14, 1-3.4b-5 Llevaban grabado en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre.
Sal 23, 1-6 Éstos son los que buscan al Señor.
Lc 21, 1-4 Vio a una viuda pobre que echaba dos monedas de poco valor.
Haz una obra de caridad. Que te suponga un sacrificio
Martes 25
Santa Catalina de Alejandría
Ap 14, 14-19 Ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura.
Sal 95, 10-13 El Señor llega a regir la tierra.
Lc 21, 5-11 Estad atentos para que no os engañen.
¿Estás preparado para la venida del Señor?
Miércoles 26 Ap 15, 1-4 Cantaban el cántico de Mosiés y el cántico del Cordero.
Sal 97, 1-3.7-9 Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios soberano de todo.
Lc 21, 12-19 Todos os odiarán por mi nombre.
Reza por los cristianos perseguidos
Jueves 27 Ap 18,1-2.21-23; 19,1-3.9a. Ha caído Babilonia la grande.
Sal 99. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Lc 21,20-28 Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que les llegue su hora.
Reza por todos los que sufren
Viernes 28 Ap 20, 1-4.11-21,2 Vio la nueva Jerusalén, que descendía del cielo.
Sal 83, 3-8 Ésta es la morada de Dios con los hombres.
Lc 21, 29-33 Cuando veáis realizarse estas cosas, sabed que el Reino de Dios está cerca.
Reza por los alejados.
Sábado 29 Ap 22, 1-7 Ya no habrá más noche porque el Señor irradiará luz sobre ellos.
Sal 94, 1-7 ¡Marana tha! Ven, Señor Jesús.
Lc 21, 34-36 Velad, pues, y orad en todo tiempo.
Revisa tu actitud ante el dinero
Domingo 30
1º de Adviento
Ciclo B Is 63, 16b-17; 64,1.3b-8 Ojalá rasgases el cielo y bajases.
Sal 79, 2-3.15-19 Señor, Dios nuestro, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
I Co 1, 3-9 Aguardamos la manifestación de Jesucristo nuestro Señor.
Mc 13, 33-37 Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa.
Haz oración por tu familia y por la parroquia


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