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01 noviembre 2008

Domingo 2 de noviembre

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
2 de noviembre de 2008 (ciclo A, año par)



Las lecturas se toman de las misas de difuntos en los leccionarios V y VIII.
Se propone, como ejemplo, esta selección de textos:

Primera lectura
Los recibió como sacrificio de holocausto

Lectura del libro de la Sabiduría 3, 1-9

La vida de los justos está en manos de Dios,
y no los tocará el tormento.

La gente insensata pensaba que morían,
consideraba su tránsito como una desgracia,
y su partida de entre nosotros como una destrucción;
pero ellos están en paz.

La gente pensaba que cumplían una pena,
pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad;
sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores,
porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí;
los probó como oro en crisol,
los recibió como sacrificio de holocausto;
a la hora de la cuenta resplandecerán
como chispas que prenden por un cañaveral;
gobernarán naciones, someterán pueblos,
y el Señor reinará sobre ellos eternamente.

Los que confían en él comprenderán la verdad,
los fieles a su amor seguirán a su lado;
porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos
y mira por sus elegidos.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 22, 1-3. 4.5.6 (R.: 1; o bien 4ab)

R. El Señor es mi pastor, nada de falta.

o bien

R. Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

Segunda lectura
Por Cristo todos volverán a la vida

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-26

Hermanos:

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo;después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino.

Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte.

Palabra de Dios

Aleluya
Mt 25, 34

Venid vosotros, benditos de mi Padre —dice el Señor—;
heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

EVANGELIO
Éste es mi deseo: que estén conmigo donde yo estoy

Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 24-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo:

—«Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Yo soy la resurrección y la vida

La Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Conmemoración de todos los fieles difuntos, y nos invita a consagrar este día a la oración por todos nuestros hermanos difuntos.

La Iglesia quiere que recordemos que, hasta que venga Jesucristo al final de los tiempos, sus discípulos, unos peregrinamos en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están ya en el cielo, glorificados, contemplando a Dios tal cual es. Hay una comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra. La Iglesia es Iglesia militante que lucha en la tierra para alcanzar la meta que es la vida eterna; es Iglesia purgante que se purifica para poder participar de la gloria de Dios; es Iglesia triunfante que ha alcanzado ya la meta de la fe y vive junto a Dios para siempre.
Por ello, conscientes de esta comunión de todo el Cuerpo Místico de Cristo, tiene sentido el recuerdo y la oración por los difuntos. Por todos los difuntos: los conocidos y los desconocidos, los amigos y los que no nos cayeron bien; los que hicieron "grandes" cosas y los que pasaron desapercibidos.

Toda la Iglesia está en oración, viviendo el misterio de la comunión de los santos. Rezamos a la Iglesia triunfante para que, ella que viven ya junto a Dios, interceda al Padre por nosotros que vivimos luchando en nuestro caminar hacia la meta que es la vida eterna. Rezamos por la Iglesia purgante para que estos hermanos nuestros puedan disfrutar pronto de la vida eterna.

Al mismo tiempo, la celebración de hoy quiere recordarnos a todos que la meta de la fe es la vida eterna. Efectivamente, Dios te ama tanto que no te ha creado para vivir sólo cien años: Dios te ama tanto que te ha creado para vivir una vida que no tiene fin, la vida eterna.

Y por ello no puedes olvidar que ésta es la meta de los que caminamos en la tierra. Tu meta no es hacer dinero o acaparar títulos académicos. Tu meta no es ser importante o famoso a los ojos de los demás. Tu meta no es otra que la vida eterna, porque de nada le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo.

Y, cuando al final de tu vida, el Señor te pida cuentas no te va a pedir las libretas de los bancos, ni te pedirá las notas de los estudios, ni te pedirá las escrituras de tus propiedades, ni te pedirá las medallas o trofeos de los hombres, ni te pedirá tu índice de popularidad...

Al atardecer de la vida seremos examinados sobre el amor por el Amor, decía San Juan de la Cruz. Lo único que te va a pedir el Señor es si has sido fiel al Evangelio y a la Iglesia y si has pasado por el mundo haciendo el bien, viviendo las obras de misericordia. Esa ha de ser tu única riqueza. Y será lo único capaz de hacerte feliz, lo único capaz de llenar tu corazón. Sólo Dios basta, y sólo dejándote llenar por Él, serás auténticamente feliz.

Compromiso semanal

Reza por todos los difuntos. Pídele al Señor que te ayude a ser rico en fidelidad y en obras de misericordia.

La Palabra del Señor, luz para cada día

Las lecturas se toman de las misas de difuntos en los leccionarios V y VIII.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 3
San Martín de Porres
Flp 2, 1-4 Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes.
Sal 130, 1-3 Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Lc 14,12-14 No invites a tus amigos, sino a pobres y a lisiados.
Haz una obra de misericordia
Martes 4
San Carlos Borromeo
Flp 2, 5-11 Se rebajó, por eso Dios lo levantó.
Sal 21, 26-32 El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Lc 14, 15-24 Sal por los caminos y convence a la gente para que entre.
Revisa cómo respondes a las llamadas del Señor
Miércoles 5 Flp 2, 12-18 Por vuestra parte estad alegres y asociaos a mi alegría.
Sal 26, 1.4.13-14 El Señor es mi luz y mi salvación.
Lc 14, 25-33 El que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío.
Medita el Evangelio de hoy
Jueves 6 Flp 3,3-8a. Eso que para mí es ganancia, lo considero pérdida comparado con Cristo.
Sal 104. Que se alegren los que buscan al Señor
Lc 15,1-10 Habrá más alegría en el cielo por un pescador que se convierta.
Reza por la conversión de los pecadores
Viernes 7
San Jacinto María Castañeda, presbítero mártir.
Flp 3, 17-4,1 Aguardamos un salvador; él transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa.
Sal 121, 1-5 Llenos de alegría vamos a la casa del Señor
Lc 16, 1-8 Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Revisa cómo está tu fidelidad
Sábado 8 Flp 4, 10-19 Todo lo puede en aquel que me conforta.
Sal 111, 1-9 Dichoso el que teme al Señor.
Lc 16,9-15 Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?
Revisa como está tu fidelidad en lo pequeño
Domingo 9
Dedicación de la Basílica de Letrán
Ez 47, 1-2. 8-9. 12. Vi que manaba agua del templo.
Sal 45, 2-9 El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios.
1 Co 9c-11. 16-17. Sois templo de Dios.
Jn 2, 13-22 Hablaba del templo de su cuerpo.
Haz oración por tu familia y por la parroquia


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