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30 octubre 2009

Domingo 1 de noviembre

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
1 de noviembre de 2009  (ciclo B, año par)





Primera lectura
Apareció en la visión una muchedumbre inmensa,
que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua

Lectura del libro del Apocalipsis (7, 2-4. 9-14)
Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: —«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.»

Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: — «¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»

Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: — «Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»

Y uno de los ancianos me dijo: — «Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?»

Yo le respondí: — «Señor mío, tú lo sabrás.»

Él me respondió: — «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.»
Palabra de Dios
Salmo responsorial
Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
Segunda lectura
Veremos a Dios tal cual es
Lectura de la primera carta del apóstol (san Juan 3, 1-3)
Queridos hermanos:

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!

El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Palabra de Dios.
Aleluya
Mt 11, 28

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré —dice el Señor—.
EVANGELIO
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5, 1-12a)
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

«Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados.

Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.

Dichosos los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,
porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»
Palabra del Señor





COMENTARIO
¡Sed santos, como Yo soy santo!
La Iglesia celebra hoy la solemnidad de Todos los Santos. Hoy recordamos especialmente a esa muchedumbre inmensa que nadie podía contar, de la que nos habla el Apocalipsis (Ap 7, 2-4); la multitud de los discípulos de Cristo que ya han alcanzado la meta de la vida eterna.
Al visitar un jardín botánico, nos sorprende la variedad de plantas y flores, y resulta natural pensar en la fantasía del Creador, que ha transformado la tierra en un maravilloso jardín. Experimentamos un sentimiento análogo cuando consideramos el espectáculo de la santidad: el mundo se nos presenta como un "jardín", donde el Espíritu de Dios ha suscitado con admirable fantasía una multitud de santos y santas, de toda edad y condición social, de toda lengua, pueblo y cultura.
Cada uno es diferente del otro, con la singularidad de la propia personalidad humana y del propio carisma espiritual. Pero todos llevan grabado el "sello" de Jesús (cf. Ap 7, 3), es decir, la huella de su amor, testimoniado a través de la cruz. Todos viven felices, en una fiesta sin fin, pero, como Jesús, conquistaron esta meta pasando por fatigas y pruebas (cf. Ap 7, 14), afrontando cada uno su parte de sacrificio para participar en la gloria de la resurrección (Benedicto XVI, Angelus 1-XI-2008).
            La Iglesia quiere que recordemos que, hasta que venga Jesucristo al final de los tiempos, sus discípulos, unos peregrinamos en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están ya en el cielo, glorificados, contemplando a Dios tal cual es. Hay una comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra. La Iglesia es
           • Iglesia militante que lucha y camina en la tierra para alcanzar la meta que es la vida eterna;
           • Iglesia purgante que se purifica para poder participar de la gloria de Dios;
          • Iglesia triunfante que ha alcanzado ya la meta de la fe y vive junto a Dios para siempre.
            Por ello, conscientes de esta comunión de todo el Cuerpo Místico de Cristo, tiene sentido el recuerdo y la oración a los santos. Ellos, ahora son semejantes a Dios y le ven tal cual es. Ellos ahora interceden por nosotros. Ellos hicieron realidad en su vida el espíritu de las bienaventuranzas.
Ellos son santos no porque ganaran mucho dinero o fueran poderosos y ocuparan los primeros puestos, sino que son santos porque fueron pobres, mansos, limpios de corazón, pacíficos, misericordiosos, lloraron sus pecados y tuvieron hambre y sed de la salvación. Son santos porque en su vida fueron fieles a Jesucristo y vivieron cada día de su Palabra, vivieron cada día haciendo su voluntad.
            Toda la Iglesia está en oración, viviendo el misterio de la comunión de los santos. Rezamos a la Iglesia triunfante para que, ella que viven ya junto a Dios, interceda al Padre por nosotros que vivimos luchando en nuestro caminar hacia la meta que es la vida eterna. Mañana rezaremos por la Iglesia purgante para que estos hermanos nuestros puedan disfrutar pronto de la vida eterna.
            El camino que recorrieron los santos lo puedes recorrer también tú. Tú estás llamado a ser santo. Estás llamado a vivir cada día siendo fiel al Señor, haciendo de las Bienaventuranzas tu estilo de vida. Estás llamado a ser santo en medio de tu debilidad. El Señor ya cuenta con ella. El santo no es una especie de "superman".
Santo es el hombre y la mujer que, desde su debilidad, se fía de Dios y se lanza a la aventura de vivir cada día tratando de hacer su voluntad, tratando de vivir como Jesús. Este es el testimonio que necesita el mundo de hoy. ¿Te atreves? ¿Te animas? ¡Ánimo! ¡El Señor te llama! ¡Fíate de Él! ¡Ponte en sus manos! El que empezó en ti la obra buena, Él mismo la llevará a su término.

Compromiso semanal
Pídele al Señor el don de la santidad.

La Palabra del Señor, luz para cada día
1ªlectura: Apocalipsis  7, 2-4. 9-14. Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua.
                    Juan contempla en el cielo una grandiosa y triunfal celebración de toda la Iglesia. Una muchedumbre de todas las naciones, pueblos, razas y lenguas del mundo se reúne para alabar a Dios. Unidos a los ángeles, a los ancianos y a todo el universo proclaman su victoria, simbolizada por la túnica blanca y la palma obtenida gracias a la “sangre del Cordero”, su Pastor. Porque se unieron a su Pasión le glorifican ahora.
Salmo 23.  Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor..
            Una profunda alegría y serena confianza dominan todo el salmo que canta la felicidad de estar junto a Dios. Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y que al final de los tiempos las conducirá a fuentes de agua viva.
2ª lectura: 1 Juan 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.
                    Juan nos invita a reflexionar sobre el don prodigioso del amor del Padre a los creyentes. Es una invitación emocionada y gozosa a apreciar con el corazón, a comprobar, a comprender en el amor, a contemplar, admirados y alegres, el excepcional, generoso y gratuito amor de Dios que nos hace realmente hijos suyos. Ya lo somos aquí y ahora, aunque estamos en camino hacia la plena filiación que nos dará el Señor cuando vuelva.
Evangelio: Mateo 5, 1-12. Dichosos los pobres en el espíritu.
            Las Bienaventuranzas no son para Jesús máximas de sabiduría, sino la expresión de la buena noticia que Él vino a traer. Al mismo tiempo que proclaman la cercanía del Reino de Dios, indican de qué manera ejerce Dios su poder real sobre todos los hombres. Es verdaderamente cristiano el que trata de vivir a fondo las Bienaventuranzas.
            Puedes  leer Colosenses 1, 24-29.





CALENDARIO LITÚRGICO
Lunes 2
Conmemoración de todos los fieles difuntos

Mac 12, 43-46   Obrando con gran rectitud, pensando en la resurrección.
Sal 121, 1-9   Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor.
1 Jn 3, 14-16   Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.
Jn 11, 17-27   Yo soy la resurrección y la vida.
Reza por tus familiares y amigos difuntos
Martes 3
San Martín de Porres

Rm 12,5-16a. Cada miembro está al servicio de los otros miembros.
Sal 130. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor.
Lc 14, 15-24   Sal por los caminos y convence a la gente para que entre.
Revisa cómo respondes a las llamadas del Señor
Miércoles 4
San Carlos Borromeo

Rm 13,8-10. Amar es cumplir la ley entera.
Sal 111. Dichoso el que se apiada y presta.
Lc 14, 25-33   El que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío.
Medita el Evangelio de hoy
Jueves 5

 

Rm 14,7-12. En la vida y en la muerte somos del Señor.
Sal 26. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Lc 15,1-10. Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta.
Haz una obra de misericordia
Viernes 6
mártires

de España del siglo XX
Rm 15,14-21. Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, para que la ofrenda de los gentiles agrade a Dios.
Sal 97. El Señor revela a las naciones su victoria.
Lc 16, 1-8   Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Revisa cómo está tu fidelidad
Sábado 7

 

Rm 16,3-9.16.22-27. Saludaos unos a otros con el beso ritual.
Sal 144. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Lc 16, 9-15   No podéis servir a Dios y al dinero.
¿Estás pegado a las cosas materiales? ¡Revísalo!
Domingo 8
32º del Tiempo Ordinario

1 Re 17, 10-16   La viuda hizo un panecillo con su puñado de harina y se lo entregó a Elías.
Sal 145, 7-10   Alaba, alma mía, al Señor.
Heb 9, 24-28   Cristo se ofreció una sola vez por los pecados de todos.
Mc 12, 38-44   Esa viuda pobre ha echado más que nadie.
Haz oración por tu familia y por la parroquia

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