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29 noviembre 2009

20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño

 

 Informamos en esta ocasión acerca del 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, otro tratado que cuenta con un disparatado comité. ¡Éste ha criticado a los gobiernos porque hay muy pocos niños en guarderías infantiles y demasiados en escuelas católicas! Están todos chiflados: debería hacerse caso omiso de sus palabras.

Difunda las noticias.

Saludos cordiales.

Austin Ruse
Presidente

 

 

 

A 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, presionan a EE. UU. para que la ratifique

     (NEW YORK – C-FAM)  La semana pasada en Nueva York, UNICEF celebró el vigésimo aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) con la publicación de un informe especial sobre el impacto del tratado. Si bien muchos aprovecharon este aniversario para conmemorar la CDN, hay quienes expresaron su preocupación dada la creciente presión ejercida sobre los Estados Unidos para que el país ratifique el tratado, y afirmaron que el hecho de que UNICEF ponga el acento en los derechos constituye un error fundamental.

     La edición especial sobre el Estado Mundial de la Infancia de UNICEF titulada «Conmemoración de los 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño» destaca los avances realizados en el ámbito de los derechos de la niñez. El informe de UNICEF afirma que la Convención «no es sólo un documento histórico» sino «una guía moral» para a las personas en todo el mundo. El informe hace alarde de que la Convención «ha logrado transformar el paisaje de los derechos de la infancia», aunque falta mucho para que se haga realidad.

     El informe apela a evidencias anecdóticas de los proponentes de la CDN para dar cuenta del «éxito» del tratado en las últimas dos décadas. Según UNICEF, la Convención tuvo como resultado «el uso creciente de un lenguaje sobre “derechos de la infancia” en la expresión vernácula de documentos jurídicos, políticas, programas e iniciativas nacionales e internacionales que promueven la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo».

     El informe de UNICEF retoma la perspectiva de la supervivencia infantil y se erige sobre un «enfoque basado en los derechos» que fue adoptado por primera vez en la década del 90. Según el documento en cuestión, «En la Convención se contempla a los niños y niñas como titulares de derechos más que como beneficiarios de caridad. La satisfacción de estos derechos ya no es una opción para los Estados partes, sino una obligación que los gobiernos se han comprometido a cumplir».

     A lo largo de este año conmemorativo, han aumentado notoriamente las demandas por parte de los funcionarios de la ONU y grupos internacionales que defienden los derechos del niño, los cuales exigen que los Estados Unidos ratifiquen la Convención, particularmente desde que Barack Obama fue elegido presidente. La administración del nuevo gobierno estadounidense ha expresado su apoyo a la ratificación. Durante la campaña electoral, el candidato Obama expresó su consternación, porque los Estados Unidos eran uno de los dos países que no eran parte del tratado. Meses atrás, se dijo que la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Susan Rice, había afirmado que los Estados Unidos estaban analizando «cuándo y cómo sería posible unirse» a la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño.

     No obstante, los grupos de ese país nórdico que están a favor de la vida y la familia manifiestan que hay inquietudes respecto del «enfoque basado en los derechos» y señalan que existen problemas en el mecanismo de supervisión. Ellos afirman que los niños no deberían ser titulares completamente autónomos de derechos y estar absolutamente desvinculados de sus progenitores. Estos opositores temen que la ratificación por parte de los Estados Unidos reduzca los derechos de los padres y la soberanía.

     Los críticos indican que el informe de UNICEF incluye evidencia anecdótica sobre los efectos positivos del tratado y que prácticamente no menciona la labor del Comité de la CDN, órgano encargado de supervisar el cumplimiento del tratado por parte de los Estados, que está conformado por dieciocho «especialistas» en derechos de la infancia.

     El informe afirma que la Convención establece «normas comunes» a la vez que deja cierto margen de acción, porque «cada Estado parte debe hallar su propia forma de poner en práctica el tratado». A lo largo de los años, el comité de la CDN ha criticado a los países por permitir el castigo físico, ha exigido a los gobiernos que aumenten el número de guarderías infantiles, y ha impulsado el reconocimiento de un derecho del niño a la privacidad «especialmente en la familia», la planificación familiar para adolescentes y los programas de salud reproductiva y educación sexual, a pesar de las posibles objeciones de los padres.

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano

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