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08 mayo 2009

Domingo 10 de mayo

Domingo V de PASCUA
10 de mayo de 2009 (ciclo B, año impar)



Primera lectura
Les contó cómo había visto al Señor en el camino

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9, 26-31)

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios

Salmo responsorial
Sal 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32 (R/.: 26a)

R/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
O bien:
Aleluya.
Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan:
viva su corazón por siempre. R/.

Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.
Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,
ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R/.

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R/.

Segunda lectura
Este es su mandamiento: que creamos y que amemos

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 18-24)

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Palabra de Dios

Aleluya
Jn 15, 4. 5b

Permaneced en mí, y yo en vosotros —dice el Señor—;
el que permanece en mí da fruto abundante.

EVANGELIO
El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

+ Lectura del santo evangelio según san Juan (15, 1-8)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

— «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mi, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por si, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Palabra del Señor



COMENTARIO

Yo soy la vid,
vosotros los sarmientos

En nuestros días mucha gente vive vacía y sin sentido, desorientada y confundida. Mucha gente no sabe cuál es el sentido de su vida, ni los valores con que debe enfocar su vida, ni para qué vive. Mucha gente no sabe, ni siquiera distinguir, en ocasiones, el bien del mal.

Mucha gente ha perdido el rumbo, no sabe ni por donde va ni a donde va: su vida está vacía, es estéril. Y, en medio de esta confusión, Jesucristo nos dice hoy: Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. Se trata de una parábola realmente significativa, porque expresa con gran eficacia que la vida cristiana es misterio de comunión con Jesús: "El que permanece en mí y yo en él —dice el Señor—, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15, 5). El secreto de la fecundidad espiritual es la unión con Dios, unión que se realiza sobre todo en la Eucaristía, con razón llamada también "Comunión" (cf. Benedicto XVI, Regina Coeli, 14-V-2006).

Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. En medio de tanta confusión y desorientación hemos de descubrir que Jesucristo es la luz que nos puede sacar de las tinieblas. Por medio de Cristo, los cristianos somos injertados en la vida de Dios, como los sarmientos en la vid. Permanecer unidos a Cristo es signo de fidelidad y fuente de fecundidad.

Esta imagen que utiliza Jesús -la vid y los sarmientos- expresa la esencial relación que debe haber entre Cristo y nosotros para que nuestra vida pueda tener sentido y dar fruto.

La vida del cristiano depende de su vinculación con Cristo. En la medida en que estamos unidos a Cristo, tenemos vida. Igual que el sarmiento está vivo en la medida en que está unido a la vid. Es preciso dejarnos llevar por Dios, dejar que Él lleve nuestra vida, dejarnos podar para dar fruto.

Daremos fruto si permanecemos unidos a Cristo. Y permanecemos unidos cuando observamos fielmente los mandamientos, cuando escuchamos confiadamente la Palabra de Dios y participamos en los sacramentos, cuando estamos al servicio de los demás y damos testimonio de nuestra fe, cuando vivimos en comunión con la Iglesia.

Jesucristo es la vida, la única y verdadera vida. Ante tanta gente que vive desesperada y agobiada porque buscan la vida en el dinero, en el poder, en la droga, en el sexo, o en el narcisismo de la contemplación de la propia imagen, Jesucristo nos dice: Venid a mí los que estéis cansados y agobiados y yo os aliviaré: Él es el que puede llenar nuestra vida, el que puede darnos la paz y la felicidad que no dan las cosas de este mundo, el que puede hacernos vivir ya desde ahora y caminar en la alegría y la esperanza de alcanzar la vida eterna.

¿Cómo está tu vida? ¿Tiene sentido tu vida? ¿Vives agobiado? ¡Déjate amar por Dios! ¡Lánzate a la aventura de seguir a Jesucristo! ¡Recorre su camino! ¡Ámale a Él que es la verdad! ¡Vive la vida nueva del cristiano! Y tus tinieblas se convertirán en luz, el desierto de tu vida en un oasis. ¡Atrévete!

Compromiso semanal

Reza por todos aquellos que viven confundidos y desorientados. Pídele al Señor que se unan a Jesucristo, el único que puede darnos la vida.

La Palabra del Señor, luz para cada día

1ª lectura: Hechos 9, 26-31. Les contó cómo había visto al Señor en el camino.

Saulo, el “perseguidor de la Iglesia”, se ha convertido en testigo de Cristo resucitado, en instrumento elegido para la expansión de la Buena Noticia. Pablo sube a Jerusalén para que su misión quede oficialmente reconocida y avalada por los Apóstoles: la Iglesia no es sólo un conjunto de personas a quienes actualmente mueve el Señor resucitado y su Espíritu, sino, además, es una comunidad ligada por una tradición y por la sucesión apostólica de sus pastores. Pablo anuncia que Jesús es el Hijo de Dios. También Pablo fue perseguido desde el principio: la predicación cristiana, cuando es auténtica, suscita controversia y oposición, porque las tinieblas no soportan la luz.

Salmo 21, 26-27. 28. 30. 31-32. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

Este salmo, recitado por Cristo en la cruz es un grito de angustia y de dolor; pero es también, en su última parte, un canto de victoria: es que en el plan de Dios, aunque el dolor exista, la victoria sobre el mal es lo definitivo: Cristo en su resurrección aniquiló el pecado y socavó el imperio de la muerte.

2ª lectura: 1 Juan 3, 18-24. Éste es su mandamiento: que creamos y que amemos.

El amor al prójimo es el segundo criterio para saber si somos hijos de Dios o del diablo. Pero el amor ha de ser verdad y no sólo de boca: ha de traducirse en acciones concretas. El amor al prójimo debe llegar hasta dar la vida por él. El modelo es Jesús, que entregó su vida por todos. Nosotros debemos hacer lo mismo.

Evangelio: Juan 15, 1-8. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Este texto nos explica cómo debe ser el auténtico discípulo de Jesús: el verdadero discípulo debe permanecer en la palabra de Jesús. “Permanecer en la palabra” no sólo es escuchar, oír o recordar. Es imprimir a nuestro obrar la dirección que da el amor. Y el amor lleva a dar la vida por el amado. Dios nos ama. Nosotros amamos a Dios. El amor que Dios nos tiene es don. El amor que nosotros tenemos a Dios es obediencia. Para dar fruto hemos de vivir la vida de la cepa. El que vive separado de la cepa carece de su vida.



CALENDARIO LITÚRGICO

Lunes 11 Hch 14, 5-17 Os anunciamos la Buena Noticia para que, abandonando vuestros dioses vacíos, os convirtáis al Dios vivo.
Sal 113 b, 1-4.15-16 No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria.
Jn 14, 21-26 El que ama se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará.
Reza por los sacerdotes y por las vocaciones.
Martes 12
San Pancracio, mártir
Hch 14, 18-27 En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor.
Sal 144, 10-13.20 Tus amigos, Señor, anunciarán la gloria de tu Reino.
Jn 14, 27-31 Me voy, pero volveré a vosotros.
Reza por la verdadera paz del mundo y de tu ambiente
Miércoles 13
Nuestra Señora de Fátima
Hch 15, 1-6 Contaron la conversación de los paganos y llenaron de alegría a todos los hermanos.
Sal 121, 1-5 Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor.
Jn 15, 1-8 Permaneced unidos a mí como yo lo estos a vosotros. Ningún sarmiento puede dar fruto por sí mismo.
Medita el Evangelio de hoy. ¿Estás unido a Cristo?
Jueves 14
San Matías, apóstol
Hch 1,15-17.20-26. Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.
Sal 112. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.
Jn 15,9-17. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido.
Reza por el Papa y los Obispos
Viernes 15
San Isidro Labrador
Hch 15, 22-31 Porque hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros otras cargas más que las indispensables.
Sal 56, 8-12 Te daré gracias ante los pueblos, Señor.
Jn 15, 12-17 Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.
Haz una obra de caridad
Sábado 16 Hch 16, 1-10 Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
Sal 99, 2-5 Aclamad al Señor, tierra entera.
Jn 15, 18-21 Si el mundo os odia, recordad que primero me odió a mí.
Reza por los cristianos perseguidos
Domingo 17
6º de PASCUA
Hch 10, 25-26.34-35.44-48 El don del Espíritu Santo se derramará también sobre los gentiles.
Sal 97, 1.4 El Señor revela a las naciones su justicia.
Juan 4, 7-10. Dios es amor
Jn 15, 9-17 Éste es mi mandamiento: que os améis como yo os he amado.
Reza por tu familia y por la parroquia


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