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01 mayo 2009

Un defensor transnacional del aborto avanza para encabezar la labor jurídica de los Estados Unidos.

Estimado Amigo:

En esta oportunidad les informamos acerca del anuncio realizado por Hillary Clinton la semana pasada en el Congreso, según el cual el gobierno de los Estados Unidos promoverá el derecho al aborto a nivel mundial. Además, Clinton relacionó la paternidad planificada con el aborto, lo que constituye una evidente violación del Programa de Acción de El Cairo.

También les contamos sobre las audiencias del Senado de los Estados Unidos en las que se propuso a Harold Koh como asesor legal máximo del Departamento de Estado. Si asume el cargo, se puede dar por sentado que el país nórdico afianzará aún más su compromiso con la agenda mundial a favor del aborto y de los derechos de los homosexuales.

Hemos elegido dos artículos “estadounidenses” por la influencia que las personas mencionadas ejercerán en todo el mundo.

Pase la noticia.

Atentamente.

Austin Ruse
Presidente





Por Austin Ruse

(WASHINGTON, DC – C-FAM) Desde el momento en que comenzaron las audiencias del Senado estadounidense para debatir la propuesta de incorporación de un nuevo alto consejero legal para el Departamento de Estado del país, se advirtió claramente que la crítica generalizada contra el candidato había causado irritación. Lejos de parecer un agasajo en honor de un héroe liberal, la junta parecía estar “en actitud defensiva”, según afirmó un observador.

El Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, negó de inmediato las acusaciones que afirman que Harold Koh, ex decano de la Facultad de Derecho de Yale, quiere subordinar la Constitución de los Estados Unidos a fuentes jurídicas extranjeras. Kerry se dirigió a Koh en estos términos: “Y no pretende eliminar el día de la madre, ¿no?”, lo cual provocó risas ahogadas en todo el recinto. Con esto se refería a la crítica de los sociales conservadores, quienes afirman que Koh apoya la ratificación de un tratado de las Naciones Unidas cuyo comité de monitoreo dijo que el día de la madre promovía un estereotipo cultural negativo.

Excepto unos pocos republicanos, los miembros del Comité consideraron necesario refutar las críticas que se han erigido contra Koh en los medios conservadores y en la blogosfera.

En sus voluminosos escritos, Koh ha defendido con ahínco una teoría legal conocida como el “transnacionalismo”, según la cual los jueces federales y las cortes supremas de Justicia deben recurrir a fuentes jurídicas extranjeras, como, por ejemplo, la opinión de la Corte Europea de Derechos Humanos, para interpretar la Constitución estadounidense y determinar las leyes nacionales. En la audiencia, Koh se distanció de sus propios escritos al decir que sólo estaba interesado en “conocer” el derecho extranjero y se burló de quienes piensan que los abogados estadounidenses no deberían “conocer” las leyes foráneas.

Se ha constituido una “coalición soberana” abarcativa en oposición a la candidatura de Koh, y se espera que, de un momento a otro, dirija una carta al Senado. El grupo representa un gran número de intereses de centroderecha acerca de la seguridad nacional y de la política social, constitucional y extranjera.

Para los sociales conservadores es preocupante el apoyo que Koh brinda a los regímenes de las Naciones Unidas que formulan, y a veces coaccionan, la política social de los Estados soberanos. Koh, por ejemplo, respalda la ratificación que los Estados Unidos hicieron de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés). Koh parece ignorar o permanecer indiferente ante la amenaza que constituye el comité de la ONU que controla el cumplimiento de la CEDAW. En 2002, Koh declaró ante el Senado que la CEDAW era “neutral frente al aborto”, cuando, en realidad, el Comité de CEDAW había introducido el aborto en el tratado, en su inciso sobre la “salud”. Es más, en ese momento parecía ignorar o ser indiferente ante el hecho de que el Comité de CEDAW indicara a los Estados Partes que debían legalizar el aborto.

En una declaración escrita que entregó al Comité, Koh negó la existencia de una norma jurídica internacional corriente sobre la pena de muerte. Dado que hay mayor uniformidad de criterios en el mundo sobre la pena de muerte que sobre del aborto, se sobreentiende que Koh también negaría la existencia de una norma análoga para el aborto. No obstante, por el modo en el que Koh evadía argumentos y urdía otros frente al Comité (a veces parecía negar sus propios escritos), no se puede estar seguro de sea consistente con su propia lógica.

Se espera que Koh sea rechazado del Comité por votación, pero habrá una lucha de fondo sobre su confirmación.


Traducción: Luciana María Palazzo


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